René Arocha abrió el camino a muchos peloteros cubanos en MLB. Si Bárbaro Garbey fue el primero proveniente de Series Nacionales en jugar en Grandes Ligas, René fue el primero en abandonar un equipo nacional en eventos extranjeros, un hecho que impulsó a muchos que lo harían después de él.

Este lanzador nació en el ultramarino pueblo de Regla el 24 de febrero de 1964, y jugó en la isla, tanto en Metropolitanos como en Industriales, además de pasar por el equipo Cuba. Debutó en Series Nacionales con los Metros en la temporada 1979-80, con apenas 15 años.

Después de temporadas irregulares, Arocha logró llegar al equipo nacional y estuvo en el inolvidable Mundial de 1988 en Parma, además de llegar por primera vez a los Industriales. Cuando ya se había convertido en uno de los estelares de Cuba, las lesiones interrumpieron su progresión. No obstante, se recuperó y volvió al team Cuba.

El 10 de julio de 1991, con 27 años de edad, Arocha dejó el equipo Cuba en Estados Unidos para ser “libre”. Después, también, llegó a Grandes Ligas y señaló el camino a toda una generación.

De sus comienzos en la pelota amateur, su paso por las categorías inferiores, de cómo llegó a Series Nacionales como un adolescente, su carrera en los campeonatos domésticos, su estancia el Cuba, su huida de un equipo en Estados Unidos y su llegada a Grandes Ligas, conversó con Fernando Rodríguez Álvarez, en su canal de YouTube Baseball & other Sports, de la cual les traemos preguntas transcritas.

Eres de Regla

Sí, Regla ha dado muchos peloteros. Un pueblo netamente pelotero. Desde que nací, nací ya involucrado en la pelota. Yo nací, donde vivía, a diario, sentía la bulla del estadio.

¿El Alberto Álvarez?

Sí, desde que nací, nací ya dentro de ese estadio prácticamente. Yo tenía como ocho años o algo así, en mi casa todo el mundo trabajaba, se iban a trabajar y yo me quedaba solo con mi abuela y ella me amarraba a la pata de la escalera de la casa, para ella poder cocinar y estar haciendo las cosas porque yo me le escapaba y pasaba Gilberto Torres un día y le decía suéltalo que me lo llevo para el estadio. Yo tenía siete u ocho años, él me llevaba para soltarme ahí y que yo corriera, y mataperrear en el estadio. Gilberto vivía al ladito de mi casa.

Nací viendo peloteros, de todas las épocas anteriores y me acuerdo. Mi abuelo fue pícher también. Mi abuelo tiene el honor de ser el primer pícher que ganó un Centroamericano, los primeros Centroamericanos que el béisbol participó, mi abuelo ganó el primer juego contra México.

¿Ese era tu abuelo materno?

Sí, fue mi padre, fue el que me crio. Siempre escuchando anécdotas de él, ahí crecí en medio de la vorágine de la pelota.

Y cuándo comienzas como tal en la pelota, ¿en un área especial o algo así?

Yo creo que fue por nueve o diez años, que ya me llevaron mientras tanto yo creo que jugaba en la calle, pasaba algunas pelotas con mi abuelo, pero ya en lo que es en el área de Regla en el estadio Alberto Álvarez.

Y, ¿qué jugabas? ¿Siempre pícher?

No, jugaba lo que fuera, cácher también mucho porque tenía buen brazo siempre, jugaba en los fields y me gustaba batear, tenía fuerza al bate, pero era el día que le daba, pero ahí siempre jugando las categorías inferiores, de escolares, que se jugaba ahí en Regla, Guanabacoa, lo que es la base. Iba a entrenar lo que me tocaba, pero después ahí salía a jugar pelota en la calle, jugar chapita, y con todos los muchachos del barrio, especialmente, en las vacaciones. Nos íbamos para Cojímar, para muchos lugares. Íbamos ocho o nueve muchachos para jugar.

¿Quiénes eran tus ídolos en ese momento?

Detrás de la puerta de mi casa, está el reloj de la luz, pero están enmarcados con una puertecita porque tienen un cristal, y la foto que salió de Vinent en Somos Jóvenes, desde que yo era niño, yo la tenía ahí, desde que tenía diez o nueve años. Después tuve la oportunidad de verlo pichar delante de mí.

De La Habana, ¿quién te gustaba?

Anglada. Yo me escapaba, los muchachos del barrio, dos o tres, nos escapábamos, la familia no lo sabía, cogíamos la lanza, la 18, para El Latino y llegábamos, y ahí venía el regaño, dónde tú estabas, estaba en el parque, en la esquina.

Con Rey sí jugaste y con los Metros

Sí, cuando yo debuté estaba Rey ahí, y waoo, y él lo sabe, yo se lo dije.

¿Cómo es que saltas a ser pícher?

Siempre pichaba con los muchachos, pero lo que era los campeonatos provinciales de niño, 9-10, 11-12, yo nunca pichaba. La primera vez que piché en un campeonato oficial fue al segundo año de 13 -14.

Estamos hablando de un año antes de que llegaras a las Series Nacionales

Sí. Estábamos jugando en Playa contra el equipo de Playa con Ferreiro, Javier Méndez, Carlos Manuel Isaac. Yo estaba jugando segunda ese día, y se agotaron los pícheres porque cayeron a palo y el Wiki, estaba de mánager y ahora quién. Vamos a ver qué pasa porque esta gente estaba bateando mucho y yo dije, yo, ahí cuando él se reunió y dijo olvídate de segunda base, olvídate de todo. Él no me había visto nunca pichear.

¿Y qué estabas pichando?

Recta y curva.

¿Con curva ya?

Sí porque yo tiraba curva con pelota de trapo.

Pero, ¿tú solo?

Sí, porque los muchachos también las tiraban y alguien sabía que había que darle vuelta a la pelota y pichaba duro. Un señor que se llamaba Requechén en Regla, hacía las pelotas de béisbol, pero con tela, y las costuras igual de todo y la vendía por 15 kilos y esa era las pelotas que jugaba contra la pared. Entonces, yo sabía tirar con recta y curva.

De esa manera empezarte, así como lanzador

Ahí. Él me dijo, olvídate de jugar cualquier cosa, tú vas a pichear. Y, en efecto, de ahí para adelante yo era el pícher del equipo. Picheé el próximo juego y seguí pichando, y se acabó ese campeonato. Hice 15-16, viene la misma operación, ya entrené un poquito más como pícher con ellos.

René Arocha en MLB
René Arocha en MLB.

¿Quién te entrenó como pícher? ¿Quién fue tu primer entrenador?

Exactamente no te puedo decir. Yo imagino que ellos mismos, el Wiki Ventura, algo me dijeron cómo hacerlo, y me preparé un poquito y vino el primer año de 15-16. Viene alguien que fue quien me dio los primeros toques, pero eso viene después.

Ya pasó todo eso, yo seguí como todos entrenando allí, en la calle, haciendo las mismas cosas, que yo hacía, la escuela. Vuelve a comenzar el primer año de 15-16, y viene la provincial. Esa provincial Regla, Guanabacoa, San Miguel del Padrón.

¿Qué pasó después? ¿Fuiste a la provincial de mayores?

No, ahí entonces, venían los Juegos Escolares, en Camagüey. Yo nunca estaba en una EIDE y entonces, el Chino Fonseca, de alguna manera me hace saber que está interesado en que yo vaya de refuerzo con el equipo Ciudad Habana.

¿Se podía hacer eso?

Sí, siempre llevaban dos refuerzos de la calle. Por ejemplo, Pito fue. Y entonces, Fonseca quería llevarme de refuerzo y cuando yo en mi casa lo dije fue me van a llevar para Camagüey. Fonseca tuvo que ir a mi casa a hablar con mi familia. Identificarse, yo soy el coach del equipo de la EIDE, yo quiero llevarlo para los Juegos Escolares en Camagüey.

Allá ganamos con tremendo equipo. Vargas era el cácher , Rivero, Mario Cárdenas; por Santiago, estaba Pacheco, Kindelán, porque todos coincidimos. Estando ahí Fonseca me dijo que si yo quería inscribirme en la EIDE. Por mí está bien, mi familia. Uno era el muchacho de la casa, no era para donde tu querías ir, era un respeto y Fonseca tuvo que volver a Regla a decirle a mi familia que él quería becarme en la EIDE. En mi casa pusieron el grito en el cielo.

Un fin de semana llegó Hurtado me dice, aquí está el uniforme. Ahorita es el juego a las dos de la tarde y yo acababa de llegar.  Ya era la final provincial lo que se estaba jugando, el equipo Regla había clasificado, cuando aquello para la final provincial hicieron selecciones, prácticamente la mayoría eran peloteros de la nacional, no estábamos hablando de los caballos de Ciudad de La Habana, ni Medina ni Puente, eran peloteros que jugaban nacional, selectiva. Pablito González, ese tipo de pelotero estaba en las dos selecciones.

Y, ese día, fue contra una de las dos selecciones. El pueblo donde yo nací, el nieto de Lalo va a pichear hoy, quince años, la expectativa. En mi pueblo todo el mundo conocía a mi abuelo. Me puse el uniforme en mi casa, yo jamás entraba al estadio por la puerta principal, entraba por el muro que era más fácil. En ese muro cogí pelotas cuando chamaco.

Picheé ese juego, desde que me subí en el muro que yo miré, no cabía un alma más, brinqué la cerca, vamos a calentar.

¿Seguías la pelota de Series Nacionales, y observabas a los bateadores?

Sí. Esa parte nunca la sabía porque no sabía que había que hacerlo. Pero de verla, sí la veía. Pero en ese equipo había en ese momento. Manolo me dijo, esta es la alineación de ellos, a fulano le picheas así no le pichees así, era como no me hubiera dicho nada. Yo no tenía ni idea de qué era una estrategia de picheo ni pichar pegado. Me dejaron al campo en el inning 11. Rudy Rivera, me abrió Valiente, me dio triple y Manolo me mandó a dar dos bases intencionales para jugar para doble play, con Rudy Rivera al bate y me la metió entre dos. Me dejaron en el terrano. 11 inning, ahí perdí 1 por 0. Ahí empezó la desgracia del 1 por 0.

Saliendo el batazo, y yo bajando la cabeza, con el moco tendido.

¿Lloraste?

Sí, derechito para el banco de primera ahí donde estábamos, partío. Y vino el Chino Hernández, y me dijo, muchacho tú no sabes lo que tú has hecho, usted con 15 años no sabe lo que has hecho. Levante la cabeza, seque esas lágrimas, y váyase a jugar bola para allá.

Terminé, me fui para mi EIDE, próximo día de pase y Manolo me dijo, último juego en El Latino contra la otra selección. Primera vez que yo iba a pisar la grama del Latinoamericano, yo no había visto los tonos desde la grada.

¿Quiénes son contra ti en el otro juego?

Yo no recuerdo

¿Y en este?

Yo sé que fueron dos juegos uno perdí 1×0, otro gané 1×0, y bueno se acabó la provincial, se acabó la historia, a estudiar y seguí tranquilo ahí.

Viene alguien un día, ese año, hicieron los equipos, y me dicen lee el periódico, no y así me enteré por los dos juegos que yo jugué en la provincial, parece que dijeron, vamos a llevarlo.

Bateador más difícil en Cuba

Era Antonio Muñoz, tenía miedo de que diera línea por el box. Los rollings de él no se veían.

Mejores momentos

Mi temporada de ensueño cuando debuté, que todo era color de rosa. Uno de los mejores momentos.

Cuando te entra la idea de quedarte

Desde que nací. Hay cosas de familia. Desde que nací, no quería pertenecer, no quería ser, veía lo bueno, lo malo y mi familia era igual, nunca fueron los revolucionarios que se comieron la hoz y el martillo. Vivíamos ahí porque estábamos ahí. Mi familia nunca pensó emigrar, pero no porque defendíamos aquello ni hablar ni bien ni mal. Pero mis amigos del barrio y yo sabíamos que no era lo que queríamos. Desde el 1986, que empecé a salir, ya estaba buscando una oportunidad, la decisión fue muy apoyada por mi tía y mi papá, que vivían aquí, tuve apoyo, no era lo mismo quedarte por quedarte. Yo me iba a ir, fuera lo que fuera, me quedé el 10 de julo. Pude ver mi tía, conversar con ella.  Cuando veníamos para el viaje de vuelta, estaba mi tía y familiares de todo el mundo.  Ahí nos recogieron el pasaporte y nos dieron la llave de la habitación. Subí, bajé, saludé a mi tía y mi papá, y todo el mundo salió con la familia, para la calle, fui pa casa de mi tía. Dentro de su casa la llamé y le dije que quería quedarme. No me quedé porque nadie me dijo nada, me quedé porque quería ser libre, porque quería vivir en un país libre. Pensé que mi carrera se había acabado, no me quedé pa jugar pelota, nadie se me acercó a proponerme nada en ningún evento. Ningún scout me dijo nada. Desde que abrí los ojos al otro día y me paré en el balcón, dije: soy libre.

Nosotros viajábamos en el equipo Cuba, pero viajábamos con una venda.

Cómo llegas a los Cardenales

Fue un proceso. Manolo Hurtado fue el que me preguntó si estaba bien. Con el hecho de estar en el equipo Cuba Manolo pensaba que tenía chance. Desde que me quedé salió la noticia y había cámaras y periodistas debajo de mi casa. Pactaron hacer una conferencia en Radio Mambí, días después. Dos personas vinieron para ser agentes míos, se contactan con organizaciones de MLB. 8 equipos estuvieron interesados, metieron en una gorra los papelitos y salieron los Cardenales. Fue una gorra. Me mandan a jugar a Puerto Rico, me dan un contrato de AA, me dieron 15 000 dólares por firmar, nunca habíavisto ese dinero. En Cuba mi salario era 186 pesos cubanos. Me compré un carro. Me quedaba toda la familia en Cuba, abuelo, mi mamá, hermana, mi hija mayor, de ocho años. Después pudo venir, en 10 años.

De Puerto Rico a Grandes Ligas

Empecé a meter mano, estaba en un equipo, una rotación, una vida buena, todo me salió bien. Un scout llamó al Gerente general, me lo presentó antes del juego, salí, piché y tiré siete ceros (a los Senadores de San Juan).  El Gerente General me dijo que estaba invitado al campamento de Grandes Ligas. En febrero picheé bien en el campamento de Grandes Ligas, estuve bien, no hice equipo. Fui a AAA y me fue muy bien, fui MVP de la Liga y nunca me subieron a Grandes Ligas. Me fue duro, porque ganaba 800 dólares en Triple AAA, vivía con dos dominicanos más, entre todos pagábamos la comida.

En ese año 1992 lancé bien, vuelvo a Puerto Rico, vuelvo al entrenamiento de MLB, hago equipo como relevo, pero nunca lancé de relevo. Abrí el quinto juego y estuve de abridor toda la temporada, gané 11 porque estuve fuera por una lesión.

El segundo año, empiezo abriendo, juego bueno, juego malo, y me ponen pal bullpen. No estaba acostumbrado a pichear de relevo, y ahí el brazo me dolió. El codo, me limpiaron, seguí en el 95 igual de relevo y ahí fue el ligamento. Me hicieron Tommy John, de la cual nunca me recuperé, se fue velocidad, control, todo. La velocidad fallaba, la slider no caía. Me operaron en el 95, no lancé 96 y regresé el 97. Me cambiaron pa San Francisco, y me mandaron pal campamento de Ligas Menores.

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