Siro es una especie de alma que vagaba por la mente de millones de cubanos, que flotaba en los espacios incómodos de nuestra realidad y de nuestra conciencia, y que desde hace cuatro años se alojó en un cuerpo humano.

Durante años buscó el lugar perfecto, la naturaleza idónea para expresarse y crecer, para emanciparse y difundir fórmulas y alertas, para denunciar las miserias humanas que florecen en nuestro entorno, para traducirlas al lenguaje limpio de las masas y desnudarlas a los ojos de todos.

Encontró un cuerpo y una voz, le sacudió la vergüenza y la duda como si fuera un polvo maldito y lo hizo suyo, guardó en una caja su rostro y su historia, con amor de madre, como quien guarda una ropa limpia y planchada en una gaveta, bebió desesperado de su psiquis, de su intelecto, de su fino verbo y de sus deseos de justicia, de su cubanía y de su nobleza.

Así nació Siro Cuartel, odiado por los ineptos y venerado por las grandes mayorías. Una especie de rebelde sin causa, una conciencia que pregunta por muchos, y que se responde, y responde por muchos; que se mete por los más disimiles agujeros. Es omnipresente como Dios y travieso como el diablo, exorciza espíritus malignos y bendice ideas.

Siro se alimenta de lo cotidiano, de lo banal y de lo absurdo, vive en los parques, en las esquinas, en los campos y en las avenidas. En los terrenos de beisbol se relaja y baja la guardia, se apasiona y llora con grandes atrapadas o con jonrones épicos. En uno de esos lo encontramos; dónde hay sonidos secos de pelotas que chocan los bates de madera y existe un olor a yerba recién cortada; donde hay sirenas que no callan y aficionados incondicionales. Crítico incansable, la primera pregunta no podía ser otra que su opinión sobre nuestro pasatiempo nacional.

Siro, muchos critican el estado actual de nuestra pelota pero muy pocos dan soluciones reales a este problema. ¿Qué haría Siro si lo nombran comisionado nacional de este deporte?

Eso es algo que no va a suceder nunca. Pero lo primero sería delimitar hasta donde llegaría mi jerarquía. La pelota en Cuba, esta que vemos actualmente, con su Comisión y quienes la integran, no puede deslindarse del Estado.

El Estado cubano rige la política deportiva en este país, y dentro de las manifestaciones deportivas, el béisbol es la niña de los ojos. Lo que haría es “sacar del medio” a quienes a mi juicio más que vivir para la pelota, viven de ella.

Si pudiera, si tuviera la potestad para hacerlo, y esto es fundamental, apostaría por sacar a la Serie Nacional de las responsabilidades del Estado. El Estado cubano no puede dedicarse a eso; el Estado tiene otras responsabilidades, pero NO DIRIGIR LA PELOTA. En las circunstancias actuales hay miles de ejemplos, de países que están llevando a cabo una buena política deportiva, con el estado apoyando en lo justo y lo necesario ese movimiento deportivo. Pero fiscalizar e inventariar hasta una pelota o un bate en un municipio…. eso no. Nunca.

Lo segundo sería concentrar la calidad, reducir el campeonato en juegos. Pinar, Habana, Matanzas, Las Villas, Granjeros y Oriente; además, buscaría buenos patrocinadores para cada equipo.

Siro Cuartel tiene sus antecedentes en la historia de la nación cubana. Personajes como “El Bobo” de Abela, o ¨El loquillo¨ de Rene de la Nuez. Pero a ninguno de ellos los recuerdo hablando ¨en serio¨ de béisbol…

No, pero por otro lado tienes a un excelente escritor como Leonardo Padura, que le sabe un mundo al deporte, y sobre todo a la pelota. Yo no soy Padura, eso está más que claro. Tampoco soy humorista, pero al Deporte le sé mi poquito.

¿Y a la pelota? ¿Por qué crees que es necesaria la sátira cuando hablamos de nuestro deporte nacional?

 Ya lo dijiste: Deporte Nacional. Eso involucra más, y evidentemente no se ciñe meramente a la palabra “deporte”. Ahí entran una serie de factores que abarcan no solo el aspecto deportivo, sino también aspectos de la identidad del cubano, de su sociedad.

¿Qué es Cuba? Si te fijas en la publicidad que de Cuba se hace, una buena parte de ella —muy mal hecha por cierto—, promociona de nuestro país el ron, la mulata, la fiesta, el Sol, la playa, los paisajes… y el deporte.

Cuba es deporte también. No por gusto obtuvimos un 5to lugar en Barcelona 92´. Sin embargo, han transcurrido 27 años. Aquellos fueron los años en que nació el profesionalismo dentro del movimiento olímpico. Desde esa fecha, a la actualidad, se ha caído en un bache que, por miles de razones, no se ha podido sortear. La sátira, el humor, a veces funcionan como un escape. A veces en broma se dicen las mayores verdades. Y es necesaria, claro, siempre que aporte; siempre que contribuya a que algo renazca o surja, o siempre que se corrija lo mal hecho. Como denuncia, es perfecta.

El Lumpen es el espacio donde Siro ha dado rienda suelta a la sátira. El deporte ha sido un tema recurrente para él.
El Lumpen es el espacio donde Siro ha dado rienda suelta a la sátira. El deporte ha sido un tema recurrente para él.

En Cuba se ha hecho normal que los directivos del béisbol practiquen el “ocultismo” y “la intriga”, digamos que “escondan la bola” en su trabajo diario. ¿Justificarías su accionar teniendo en cuenta que Siro Cuartel ha ocultado a alguien bajo su piel?

Estamos hablando de dos “fenómenos” distintos. Según tu panorámica, ambos “tienen una máscara por delante.” Bien, yo no justifico, en lo absoluto, ningún método, ya sea público u oculto, que entorpezca el normal desarrollo de las cosas.

Del mismo modo, me parece que el secretismo, la falta de transparencia, el actuar como caciques dentro de un feudo, más que ayudar a proteger – en ocasiones – lo que hace es limitar el desarrollo, incluso en el pensamiento.

¿Hay cosas que para lograrlas han de andar ocultas? Sí, pero si lo que usted logra tiene un efecto negativo o constituye un retroceso, ocultar los procedimientos o las formas no le sirvió, ni le servirá de mucho; mucho menos de ejemplo para que los que vengan detrás le agradezcan su esfuerzo o labor.

Yo, muchas veces pienso en eso: que dirán, los que vienen detrás, de lo que sucedió, cuando sepan que hubo un momento de esplendor y de gloria y que, por diversos motivos, todo se fue por la borda.

¿Por qué crees que en Cuba se mantienen en el olvido a las legendarias figuras, padres y fundadores de nuestro beisbol, que jugaron en el profesionalismo?

La realidad es, Boris, que no somos el único país que tiene ese problema. Si te soy sincero, no quiero ser absoluto ni justificar nada, ¡válgame Dios!, pero como “modelo” puedo decirte que en Europa, existe toda una política de Estado dirigida a proteger y reverenciar tanto a las glorias deportivas, como a los ancianos como tal; algo que en este lado del Atlántico no existe. ¿Por qué? No sé, pero es así.

En Europa, y siempre hay excepciones, claro, en empresas, por ejemplo, se valora mucho la experiencia de la persona, el valor de su conocimiento, como valor de enseñanza en sí mismo. En Cuba, dentro del movimiento deportivo, han quedado, en un buró para ser recordados aquellos que de un modo u otro fueron o más leales, o más simpáticos, o se vincularon como dirigentes politicos y deportivos a la nación. El que no cayó ahí, “se jodió”. El que ya ni siquiera puede ser entrenador y se jubiló, cae en el ostracismo.

Ahí tienes el ejemplo de Lázaro Junco, un hombre que sin dudas es una gloria deportiva cubana, pero no le reía a nadie, no le era gracioso a nadie, y mira lo que pasó en Matanzas.

Tienes el caso de Julita, tienes el caso de cientos de boxeadores. No existe una política progresiva, constante, dirigida a la atención de esos ex atletas. Pasarles a fin de mes un cheque no es atenderlos. En eso, nosotros, estamos en calzoncillos, no hay una política encaminada a la atención al atleta retirado. Y la prensa deportiva tiene una gran deuda con ellos.

Muchos periodistas deportivos usaron sus nombres para rellenar artículos mientras estuvieron en la gloria; hicieron carrera hablando de fulano y de mengano. Pero ahora que esos antiguos atletas están en el hueco, ni los mencionan siquiera.

Nos toca a nosotros, como periodistas, recordar estas figuras, nombrarlos a cada rato, agasajarlos al menos con el verbo. Tenemos que hacer que los respeten, y que los dirigentes deportivos respeten y teman nuestro trabajo, cada vez que “sacamos de la oscuridad” a una gloria deportiva olvidada.

¿Qué les dirías a las personas que censuran en la televisión nacional cubana, los temas relacionados con el accionar de los nuestros en las Grandes Ligas? ¿Crees que eso va llegando a su fin?

Yo creo que sí. Si lo comparamos con años anteriores…

Supongamos que ahora suben a los White Sox a Luis Robert Moirán, y lo pongan de 4to bate. Moncada, 2do; Pito, 3ro… bajo el prisma de “un tiempo atrás” ese inning, al bate de esos tres, se lo hubiesen chapeado de arriba a abajo.

Este escenario no es ficción. Pasó hace menos de dos años con un juego de los Cubs, cuando venía a batear Soler. Hacer esas cosas es una estupidez y un ridículo. No vivimos en la época de la urna de cristal, en que la gente solo podía guiarse por lo que salía en el Granma y en la TV.

¿Qué les diría? Que no coman tanta harina de maíz, que se eduquen, que estudien, que cultiven ese cerebro, que salgan a la calle, que le tomen el pulso a la sociedad, y que miren un almanaque: no vivimos en los años de la Guerra Fría. No ganan nada con eso; al contrario. Del mismo modo creo que, mientras no se propicien políticas de retroalimentación, o “rendición de cuentas”, y todo responda al mismo aparato político, será más difícil erradicar este mal. Y muchos otros.

¿Crees que puede evitarse la emigración de peloteros a otras tierras?

La emigración siempre existirá. Incluso —de eso no se habla mucho— un país como España, Primer Mundo, tiene una tasa de emigrados altísima. Emigrados profesionales, hablo. Londres, Alemania, son destinos recurrentes para miles de españoles.

Ya hablando de los peloteros… a emigrar no puede tenérsele miedo. Ni puede significar algo contraproducente en la vida de nadie, mucho menos de un deportista.

Por razones socio -culturales, países como España, Alemania, por ejemplo, siempre serán potencias deportivas en balonmano. Un atleta estadounidense que descolle en esa rama, o en el volleyball, no se desarrollará en EEUU, tanto, como si se fuera a jugar a Europa. Por ello no debemos juzgar mal que un pelotero cubano emigre a EEUU en busca de mejores oportunidades para desarrollarse como pelotero, ahí, en la meca.

Lo que debemos es propiciar políticas de reinserción del atleta, lo que debemos es procurar que no se sienta un desterrado, un “traidor”. Es ahí donde estamos fallando, hemos fallado, y tal parece, seguiremos fallando. Es una lástima, es un dolor que se lleva dentro, tanto el pelotero que se fue, como los miles, millones que lo aman, y no pueden volver a verlo. Es una lástima que le hayamos politizado nuestro pasatiempo nacional. Es una vergüenza que un pelotero como José Abreu, no pueda volver a vestir la camiseta de un equipo Cuba. Una lástima y un absurdo. Y un capricho.

¿Cómo es posible que, con escasos recursos, sin buenos profesores en la base, con los terrenos en malas condiciones, viviendo en la escasez generalizada y en la desmotivación, continúen saliendo buenos peloteros en cada esquina, en cada barrio del país?

Porque forma parte de nuestra idiosincrasia, de nuestra identidad, de nuestro espíritu como nación. Ser pelotero. O al menos alguna vez en nuestra vida intentar coger un bate o una pelota, o un guante, y sentirse Mesa, Linares. Eso se ha venido transmitiendo de generación en generación.

Cuando yo era niño, fui Jova y fui Víctor Mesa. Eso decía mi camisita, con la que salía a jugar todas las tardes al parque. Un amigo mío, era “Cheíto”, y otro era “Muñoz”.

Por entonces Cuba era el 1 en el ranking mundial, ahora somos el 5. Y creo que nos llevaron bien. El fútbol ha ido ganando terreno, todos quieren ser “Messi” o “CR7”, no tienen un referente cubano para imitar. Además, fíjate, la política deportiva que rige ambas disciplinas es la misma, y sin con el béisbol ha ido en retroceso, con el futbol no habrá despegue.

Cuba tenía antes mejores futbolistas: Osmín Hernández, Julio Modesto Cabrera, Regino Delgado, Massó, Bobadilla, Reinier Alcántara,Yeniel Márquez, Yordani Álvarez… cuando aquello, nos batíamos y perdíamos sí, pero si acaso, con dos goles de diferencia. Y ganábamos y empatábamos. Éramos el 60 y algo en el ranking, hoy en día… ¿en qué lugar estamos? De la generación actual, yo diría que en Cuba solo queda Yordan Santa Cruz, y el Beto Gómez; pero con dos jugadores no hacemos un equipo que gane en el área; no eso, no podemos siquiera evitar que nos goleen en el área.

Yo creo que hay que darle prioridad al béisbol, y eso no se logra con el cuento que me haga mi abuelo, o mi papá, y tampoco con una charla. No, hay que enseñarles a los niños a amar el beisbol. El béisbol bueno, y que se identifiquen con los peloteros buenos, cubanos, los suyos, esos que hoy están en Grandes Ligas, o con Freddy Asiel, o con Cepeda, o con Despaigne.

El blog personal de Siro es un espacio dedicado al más autóctono choteo crollo. Un sitio donde reir también es sinónimo de pensar.
El blog personal de Siro es un espacio dedicado al más autóctono choteo crollo. Un sitio donde reir también es sinónimo de pensar.

¿Crees que desde tu blog personal, teniendo en cuenta la escasa conectividad en Cuba y los altos precios, pueden llegar con efectividad los cascabeles que hay en la punta de tu látigo a los pilotes de la sociedad?

Hace aproximadamente un año, en una zapatería de Camajuaní, dos viejos zapateros discutían, papel impreso delante, lo que había dicho Lourdes Gurriel dos días después de yo “entrevistarlo”. Y decían: “Mira lo que dice aquí: ¡tiene razón!”.

Hace un año atrás había menos Wifi. Poco a poco, la gente va dándose cuenta de muchas cosas y, sobre todo, va accediendo a más fuentes de información. No podemos pretender que de la noche a la mañana se den los cambios en nuestro movimiento deportivo; no aquellos que necesitamos. Necesitamos una labor de meses, de años, y con objetivos claros.

La sátira siempre es de las que va a la vanguardia en este sentido. Y tanto El Lumpen, como Siro Cuartel apostaremos siempre al cambio positivo en nuestra sociedad y en nuestro movimiento deportivo.

Es muy criticado el periodismo deportivo cubano de los medios oficiales, por la inmovilidad de sus pasos y de su lengua, su poco radio de acción y por la incapacidad para sacar luces de la oscuridad donde se ha metido nuestro deporte. Si la censura es la culpable del silencio del verbo y de la pluma, ¿crees que es posible en Cuba hacer una guerra sin “cuartel” a los problemas que nos aquejan?

Yo creo que el periodismo en Cuba, no solo el deportivo, necesita una Ley de Prensa. También necesita, un Sindicato. No puede darse el caso de que un mánager mancille, se burle de un colega en una rueda de prensa, sin que los demás no se expresen solidarios ante lo sucedido; sin que los demás se paren y se larguen de la conferencia, y después emitan una nota de protesta al respecto.

No puede suceder lo que está sucediendo: que los directivos eluden entrevistas, y que cuándo estas se logren, las preguntas que se hagan sean “amelcochadas”. Un periodista tiene que hacer las preguntas justas y necesarias: las que van, no las que no le vayan a molestar al entrevistado, o las que mi jefe va a aprobar.

Si tú me preguntas que está peor, si la pelota en Cuba, o el periodismo deportivo, yo no sabría responderte, porque la camisa de fuerza que le han puesto a excelentes periodistas deportivos es, como diría mi abuela, “de ampanga”.

¿Qué tiene un periodista deportivo como bien material en Cuba? Nada. ¿Puede lograr tenerlo con su salario? No. ¿Cómo puede obtenerlo? Viajando. ¿Cómo puede viajar? Si se mantiene dentro del aro… si no descolla o sobresalta. Por eso los de la TV, no se atreven siquiera, a hacer una pregunta de valor, o una crítica con nombres y apellidos.

No se atrevió Rodolfo García, que es amigo de Julita Osendi, a criticar a quienes la dejaron fuera del Latino. La gente se cuida, y cuida lo que tiene, por conveniencias. Es la realidad.

Ahí tienes el ejemplo en Michel Contreras, el mejor periodista deportivo en Cuba por mucho desde hace años, pero no es de los que puedan enlazar, no es de los que han podido comprar.  Por tanto, los viajes de “estímulo” no le tocan. Se lo dan a otros, más “integrados” menos conflictivos y con la pluma más fría. Más temerosos.

Me siento privilegiado por conocer al hombre real que habita debajo de Siro Cuartel, de más está decir que el secreto seguirá estando bien guardado en una caja. ¿Se convertirá en una caja de Pandora el día que decidas hacerlo público?

No hay Cajas de Pandora, Siro Cuartel dice lo mismo bajo pseudónimo, que sin él; con máscara, que sin máscara.