Quizás la perseverancia sea lo que mejor describa a Jorge Romero, un boxeador cubano que ha hecho una carrera profesional a base de esfuerzo y mucho apoyo familiar; alguien que se ha labrado un nombre solo, prácticamente, sin el apoyo de promotores o representantes:

Su salida de Cuba, cuando apenas era un adolescente, fue otro elemento vital en su vida, pues al haber hecho toda su carrera deportiva en Estados Unidos su nombre no ha sido de los más conocidos dentro de la fanaticada en nuestro país.

Comentarista, fotógrafo, videógrafo: este guerrero tiene también una vida más allá del ring, que le hace ver su deporte de otra manera.

Sin embargo, esta dinámica parece cambiar en los últimos tiempos ya que cada vez son más los amantes del boxeo profesional en la isla y, por ende, el número de personas que conocen y siguen su carrera dentro y fuera del cuadrilátero.

Guanabacoa, el punto de partida

El niño Jorge Romero era un “verdadero dolor de cabeza”, algo que él mismo corrobora. Su infancia en el municipio habanero de Guanabacoa transcurrió rodeada de prácticas asociadas a “la guapería”, al no tener aspiraciones de mucho más.

“De niño era un dolor de cabeza, en Guanabacoa nosotros teníamos otros pensamientos y las aspiraciones eran pocas. Veníamos de un barrio en donde la mayoría de los muchachos, todo lo que practicaban, tenía que ver con la guapería y yo no estaba exento de eso”, cuenta.  

“Creo que me convertí en una mejor persona aquí en los Estados Unidos, porque este es un país riguroso y que, de cierta manera, te obliga a convertirte en alguien mejor. De hecho, muchas personas en Guanabacoa se sorprenden al ver el hombre en que me he convertido, que es totalmente diferente a ese niño”, afirma.

Fue su interés por el boxeo lo que le dio un objetivo de vida. Sin embargo, sus padres no deseaban que fuera pugilista, algo que cambiaría con su arribo a los Estados Unidos.

“A mí siempre me gustó mucho el boxeo. Empecé de muchacho allá en el gimnasio de Guanabacoa, pero mis padres no querían que fuera boxeador y una vez llegado acá, solo con mi mama, pude comenzar en el boxeo y para cuando llegó mi papá, yo había tenido resultados a nivel amateur y entonces entendió que no podía nadar contra la corriente.

“Acá había una oleada muy fuerte en ese momento de boxeadores cubanos entre los que se encontraban Guillermo Rigondeaux, Yuriorkis Gamboa, Yudel Johnson, Yunier Dorticós, Yordanis Despaigne, etc. Te estoy hablando de boxeadores de élite que estábamos acostumbrados a ver en la televisión en Cuba.

“Yo vivía cerca de un gimnasio y me llevan ante Osmiris ‘El Moro’ Fernández, que era el entrenador de Guillermo Rigondeaux en ese entonces, en una fiesta, y mi padrastro le dijo que a mí me gustaba el boxeo. El Moro le dijo que me llevara al gimnasio a ver que traía y así comencé prácticamente, como un hobby”, recuerda.

El inicio en un equipo Cuba

Sin haber practicado antes el boxeo de manera organizada, Jorge Romero se fijó en esos púgiles de gran trayectoria para aprender lo máximo posible. De esta manera comenzó su carrera amateur, en la que su calidad sobre el encerado llamó la atención de muchas personas, incluido un exalcalde de la ciudad de Miami, quien lo adentró en el mundo del pugilismo profesional.

“Empecé a entrenar con ellos y es imposible que no te emocione entrenar con todos esos boxeadores, porque en Cuba sabemos que la formación es a través de la EIDE y la ESPA, pero yo empecé en un equipo Cuba, prácticamente. Creo que el simple hecho de ver a estos grandes teniendo éxito en el profesionalismo fue una noción para mí de que podía lograr cosas y que estaba rodeado de las personas indicadas para poder abrirme paso”, dice.

“Fui a mis primeras peleas como amateur y gané muchas de ellas y cada vez que me acostaba a dormir en las noches pensaba en que me encantaría vivir de lo que me gustaba y fue así como empecé a ponerle más empeño. Un día estábamos en una competencia y un promotor llamado Julio Martínez que inclusive había sido alcalde de la ciudad de Miami y en ese momento estaba casi retirado del boxeo, al verme, me dijo: ‘Yo no quisiera tener más nada que ver con el boxeo profesional, pero por ti voy a hacerlo”, narra.

El salto al profesionalismo y una etapa de adaptación

La diferencia entre el boxeo amateur y el profesional es abismal, por lo que dar el salto es siempre complicado para todo púgil. El caso de Jorge Romero no fue la excepción; sin embargo, él sabía que su estilo de pelea era mucho más adecuado para el profesionalismo y eso lo motivaba a iniciar ese nuevo camino.

“Entendí que mi boxeo iba a tener más resultados en el mundo profesional que en el amateur. Hay que tener en cuenta que yo entrenaba ya con profesionales y no estaba logrando todo lo que quería a pesar de tener resultados. En el amateur hay que comenzar muy caliente porque las peleas son de tres asaltos solamente, y desde el inicio hay que empezar tirando muchos golpes porque la pelea se te va en nada y no hay tiempo para ajustar.

“Recuerdo que una ocasión en un torneo Guantes de Oro celebrado acá en la Florida empecé lento el primer asalto y luego en el segundo y tercer round fui aumentando el ritmo. Esa era la tónica mía precisamente por entrenar con profesionales, por lo que entendía que tenía que dar el salto al profesionalismo”, explica.

boxeador cubano Jorge Romero enfoca su carrera
Comentarista, fotógrafo, videógrafo: el boxeador cubano Jorge Romero tiene también una vida más allá del ring, que le hace ver su deporte de otra manera.

Las primeras peleas de Jorge Romero, saldadas con victorias, vinieron acompañadas de la tan necesaria adquisición de experiencia. En sus primeras actuaciones mostró un boxeo poco técnico, pues su deseo de demostrar cosas lo llevaba a alejarse de las estrategias trazadas para cada pelea.

“Fuimos a Republica Dominicana en donde tuvimos nuestra primera pelea profesional. Como toda primera vez aquello fue una locura, el rival no era un gran medidor, pero yo quería demostrar tantas cosas y aquello fue un reguero de piñazos con una descoordinación increíble y gracias a Dios gané por nocaut en el segundo asalto”, cuenta.

“Si algo tuve, es que, a pesar de no tener una carrera amateur muy larga, ya en el profesionalismo he podido visitar muchos lugares. Además de Dominicana, he estado en México, Bolivia, Colombia y naturalmente, en los Estados Unidos”, dice.

Un trago amargo nada merecido para Jorge Romero.

Un episodio triste ocurrió a mediados del 2020 cuando enfrentó a Daniel Lozano en condiciones sumamente adversas. La gran mayoría de los presentes vio ganar a Jorge Romero; sin embargo, las tarjetas de los jueces reflejaron un empate.

“Pasaron muchas cosas en esa pelea. Primero, me quedo sin entrenadores para el día de la pelea, ya que ni Pedro Roque ni Alberto Ruiz pudieron estar presentes porque en ese entonces estaban siendo bien rigurosos con los protocolos sanitarios y al parecer, a ellos les faltó parte de la documentación requerida”, expresa.

“Al encontrarme en la situación de pelear en una casa ajena con un peleador del promotor que organizaba el cartel y con jueces que estaban más familiarizados con ese púgil, quise mostrar algo diferente. Soy un boxeador de estilo agresivo, pero ahí quise hacer completamente lo contrario: dejar claro que había un solo hombre dentro del cuadrilátero, quien mantenía la distancia, el control y quien se movía y atacaba cuando el entendiera.

“Eso fue lo que pasó, que quise trabajar desde la larga distancia para evitar esa confrontación constante en una casa ajena y cuando lo haces desde esa distancia, las personas pueden visualizar quien está dominando la pelea. Cuando terminó el combate, eso no se premió, sino otros parámetros de los que prefiero no caer en debate.

“Por lo general, no me gusta justificar las cosas. Siempre he dejado claro que no pretendo estar invicto por siempre, eso no es algo de lo que me vanaglorie y creo que en algún momento nos volveremos a ver las caras porque uno siempre quiere quitarse esa picazón y más, alguien tan competitivo como yo”, expresa.

La actualidad de una carrera en ascenso

Luego de ese suceso, Jorge Romero ha continuado su carrera enfocado en continuar acumulando resultados positivos. Prueba de esto fue su más reciente presentación ante Jesús Martínez, en la cual se llevó otra victoria.

“Jesús Martínez es zurdo y los zurdos siempre son complicados por el nivel que puedan tener y porque no te los encuentras constantemente dentro del gimnasio. Cuando toca pelear contra uno, entonces lo tienes que hacer al revés y tienes que cambiar toda tu manera de tirar golpes a la inversa y modificar el plan de trabajo y se nos dio muy bien.

“Él es un púgil con mucha experiencia y gracias a Dios pudimos salir con la victoria. Nos sentimos muy fuertes, queríamos de cierta manera mandar un mensaje de que aquí estamos y que hay que contar con nosotros y gracias a Dios pudimos hacer el trabajo y salir con la victoria”, afirma.

La posibilidad de pelear por un título mundial

La ausencia de un promotor hace que sus posibilidades de pelear por cetros mundiales se dificulten, pues son ellos los que tienen relaciones cercanas con las directivas de los organismos. Jorge Romero está consciente de esto, pero al mismo tiempo ha decidido no precipitarse en aceptar cualquier oferta, pues espera encontrar un promotor con una visión similar a la suya.

“Claro que es necesario firmar con una promotora si quieres lograr grandes cosas porque de lo contrario se vuelve muy complicado, como ya me ocurrió en el caso del empate. El boxeo profesional tiene promotores muy importantes con muchas relaciones con los organismos y no le van a permitir a Paquito Pérez pelear por un título mundial si nadie lo conoce.

“Yo, sin haber tenido ese pedigrí como boxeador, tomé la decisión de tallar esta carrera con este récord y ahora, desde luego, el teléfono suena más. Si yo no hubiese logrado todo lo que he obtenido hoy no pudiera darme el lujo incluso de desechar algunas propuestas”, explica.

“He logrado conformar un gran equipo de trabajo que me atrevería a decir que es uno de los más completos de la actualidad. Solo nos falta firmar con ese promotor que tenga las mismas visiones que yo y que pague mi trabajo porque esta es una carrera muy sacrificada y corta y cuando pones tu firma en este mundo no te lo puedes tomar a la ligera, porque una mala decisión de este tipo puede acabar con tu carrera”, afirma.

La familia

Al tratarse de un púgil que ha labrado su carrera prácticamente solo, Jorge Romero reconoce que nada de lo que ha logrado hubiese sido posible sin el apoyo de su familia. Él sabe bien de los sacrificios que tuvieron que hacer y por eso los considera sus ejemplos a seguir.

“Mi familia lo ha sido todo porque no siempre hemos tenido la solvencia y el apoyo que tenemos ahora y para empezar a labrar mi camino se necesitó mucho del apoyo familiar que hoy continúa presente. Creo que sin ellos no hubiese podido lograr nada y todo lo que quería se hubiera quedado en un sueño”, dice.

“Mi abuelo ha jugado un papel fundamental en mi carrera y es un hombre al que admiro mucho como hombre y como consejero. Es la familia quien te convierte en lo que eres y ya con el paso del tiempo, comienzas a labrar ese camino, pero sin unos buenos cimientos no se puede construir ningún edificio”, expresa.

boxeador cubano Jorge Romero enfoca su carrera
Comentarista, fotógrafo, videógrafo: el boxeador cubano Jorge Romero tiene también una vida más allá del ring, que le hace ver su deporte de otra manera.

Dentro y fuera del ring: labor como comentarista

Otro de los aspectos que llaman la atención de Jorge Romero es su faceta como comentarista, algo que tambien disfruta y que le ha permitido entender más el mundo del boxeo desde todas sus aristas.

“Me tuve que valer de muchas cosas para tratar de ser lo más completo posible y en ese énfasis de lograr cosas, desarrollé habilidades como fotógrafo, como videógrafo y por otra parte, siempre se me ha dado bien poderme comunicar con facilidad. Basado en eso, se me acercaron personas y me contrataron para comentar para DAZN, aunque antes ya me habían llamado varias veces para comentar en la radio y ciertamente, es algo mucho más cómodo que estar en el ring recibiendo golpes”, expresa.

“Me di a la tarea de hacer algo para mí y creé mi propio canal ‘Boxing to Another Level’ y creo que el simple hecho de ser boxeador y estar en el centro de todas las cosas que suceden en este momento me hace conocer más, porque cuando estas solo desde la faceta de comentarista, el flujo de información es más cerrado, así como los problemas y dificultades que pasamos y también el pensar de los boxeadores”, explica.

La fanaticada en Cuba y el reconocimiento a Jorge Romero

Quizás su nivel de reconocimiento entre los amantes del boxeo cubano no haya sido el óptimo en un principio por cuestiones ya mencionadas. Sin embargo, Jorge Romero reconoce que cada vez son más las personas que siguen su carrera desde su país de origen, algo que, claramente, lo llena de satisfacción.

“Sé que cada día son muchas más las personas que me conocen por allá. De hecho, he viajado varias veces a la isla y he encontrado personas que me ven en un bar y me piden una foto y que, de cierta manera, ya se familiarizan más conmigo.

“A veces hay personas que me pasan por el lado y me miran como diciendo: ¿será él o no? Porque hay muchas personas en Cuba a las que les gusta el boxeo profesional y creo que eso cada día va en aumento y agradezco que se tomen el tiempo para seguirte.

“Claramente, es una fanaticada más familiarizada con los boxeadores que están dentro de Cuba, pero cada vez comienzan a acercarse más al boxeo que hacemos nosotros y, por otra parte, tenemos la comunidad cubana de acá en Estados Unidos , que es muy apegada a mí y a los cubanos, en general, les llega más información y se nutren de muchas más noticias”, detalla.

Con la mirada en el futuro, el boxeador cubano Jorge Romero enfoca su carrera. Sabe que su calidad puede depararle momentos de gloria y para esto trabaja confiado en que se abran las puertas de una pelea por un título mundial en un futuro cercano.

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Imagen cortesía de Cortesía del entrevistado
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