Sucedió lo que pocos esperaban. Luego de un cierre espectacular, que presagiaba una victoria Azul en estas semifinales para muchos de los más avezados en pronósticos, la primera semifinal de esta temporada terminó en solo tres juegos y dejó a Camagüey como ganador.

Rey Vicente Anglada, de cumpleaños el día anterior, sabía que Brian Chi era su única oportunidad de mantenerse con vida.  El diestro, marcado con el número 22, ya había enfrentado a los Toros esta temporada y sus números estaban parejos: 1- 1, trabajó durante 15,1 tercio de entradas, permitió 12 hits en 55 veces al bate, le hicieron en esas dos salidas 5 carreras limpias, poncho a 6 bateadores con 6 bases por bolas con un PCL de 2,93.

Su rival se sabía de antemano iba a ser Yariel Rodríguez, con dos aperturas  vs  Industriales habiendo perdido ambos. En 9,1 tercios le conectaron 9 hits en 33 veces al bate para 273, le hicieron 10 carreras 8 limpias, poncho a 4 solamente y regalo a los bateadores de industriales 8 bases por bolas.

En el Cándido González Industriales había derrotado a Camagüey esta temporada cinco de las seis veces que se enfrentaron, la última de ellas una sonora barrida. También alimentaban las esperanzas capitalinas el hecho de que son uno de los pocos equipos que había logrado levantar una serie adversa 0-2 en cotejos de cinco a ganar tres.

No obstante, ninguna de las cábalas que pudieron sacarse por estos números, se adecuó al resultado final. En otro juego chiquito, Industriales fue incapaz de ganar, para consumar la barrida a manos de Camagüey que, después de 28 años, regresará a una final de la pelota en Cuba. La última, la perdieron contra Henequeneros, hoy Matanzas.

Entrando en los detalles, esta vez Brian Chi tiró una joya de pitcheo. Durante seis y un tercio de actuación espació cinco indiscutibles a los camagüeyanos, logrando aplacar en más de una ocasión a la tanda fuerte de la tropa de Borroto. A su corta edad, demostró flema desde el box, algo que fueron incapaces de hacer experimentados como Baños y Casanova. Con razón, el respetable asistente al estadio lo premió con el aplauso al final de su labor.

El cuadrangular de Cepeda fue el número 317 de por vida en series nacionales, el 243 de los 317 que le da a un lanzador derecho, bateando el a la zurda y su  21 de por vida en play off, para dejar este play off como el único que tiene dos jonrones, hasta el momento.

Muchos se cuestionarán, ya que hablamos de Cepeda, si ponerlo a jugar en los jardines era una buena opción, sobre todo luego del batazo de Santiago Torres que remolcó el empate y que quizá era fildeable para otro jardinero más rápido. Habría que haber movido a Stayler a los jardines, traer a Samón a primera y poner a Cpeda de designado. ¿Lo habrá pensado Anglada? Seguro que sí. Lo que probablemente Samón no estaba recuperado de su lesión… a pesar de que se veía corriendo bien fuerte. A estas alturas, esta conjetura se antoja fútil.

La primera carrera de Camagüey, pudo ser evitable. Calderón tenía dos opciones de out, quizás la de primera más fácil. Lo imperdonable es que Oscar Valdés no pudiera retener esa pelota, un tiro que llegaba con todo el tiempo del mundo. Tal vez no hubiera sido la diferencia, pero sí una carrera menos. Otro pequeño detalle, de esos que le costaron a Industriales cada uno de los tres juegos.

Andy Rodríguez volvió a salir mal a la hora cero, tolerando dos carreras que al final le pasaron la cuenta a Industriales. De nuevo fue bateado y resultó definitivo el doble de Yorbis Borroto, verdugo del pitcheo azul en la jornada. Anglada no tenía de otra. Había que morir con la mejor carta, y Rodríguez era ese as.

Por el otro lado, Yariel tuvo una actuación de lujo, tirando ocho entradas y haciendo gala de una velocidad que rara vez bajó de las 92 millas en su recta, demostrando brazo fuerte y que, como abridor frente a Industriales, a la tercera fue la vencida. Cuando salió, Borroto trajo a Lázaro Blanco, algo que muchos vieron como un disparate, pero siempre dijo que él haría lo posible para acabar en el tercer juego. Y con algo de nervios al final, volvió a salirle bien… aunque este movimiento nada tuvo que ver con su concepción del “béisbol moderno”.

Industriales volvió a desperdiciar momentos clave a la ofensiva, siendo el más claro en el octavo, cuando no lograron anotar con las bases llenas. Claro, no perdamos de vista que quien corría hacia segunda era Cepeda y el rolling que dejó caer Yorbis iba lo suficientemente fuerte para permitirle al refuerzo avileño reincorporarse y finiquitar la jugada.

Hablando de refuerzos, los tres hombres que pidió Borroto en la última selección, el caso de Guibert, Torres y Blanco, fueron decisivos en el papel de Camagüey frente a Industriales, que por otro lado vio como una vez más los llamados a reforzar sus filas quedan por debajo de las expectativas, como sucedió con Dayán García, Luis Mateo y Misael Villa. ¿Habría sido distinto de incorporarse Moinelo? Las cosas que pesan ahora…

Felicitaciones entonces, porqué no, a los Leones, que se despiden después de una temporada donde siempre vinieron a remolque para alcanzar la siguiente etapa, sin lanzadores y con varios slumps al bate, hasta que no pudieron hacerlo más al ceder en una serie corta que, ojo, no fue un paseo para los ganaderos. El juego que más diferencia mostró, fue de dos carreras.

Para Camagüey, igual el halago. Luego de mucho tiempo han logrado poner en vilo nuevamente a su afición, que hace tiempo reclamaba que esa generación de peloteros cuajara y les diera un gran resultado. Ahora, a esperar por el rival, que seguro ayudará a brindar una tremenda final.

Lo mejor: Camagüey se supo mantener como el mejor conjunto del campeonato. El reconocimiento a Brian Chi

Lo peor: los detalles defensivos que le costaron un mundo a Industriales. Andy Rodríguez, incapaz de hacerse justicia.

Lo notable: la separación de Luis Felipe Casañas del cuerpo arbitral luego de la polémica del juego dominical en el Latinoamericano.