En la historia de las artes marciales, varias veces ocurre que algunas de estas surgen de forma casual o que sus creadores han sido tildados de locos por la mayoría. Lo cierto es que muchos han creado formas de combatir y defenderse muy eficaces, que se han globalizado con el paso del tiempo.

En nuestro país, como en el resto del mundo, las de mayor popularidad suelen ser aquellas de origen asiático, sin embargo, muchos desconocen que existe un estilo cubano del MMA y que es practicado en varios lugares del mundo.

El Judokickbox (JKB) combina varios elementos del Judo, Kosen Judo (Sumisiones), Kickboxing y Boxeo y su versatilidad de técnicas lo hacen ser considerado como un Arte Marcial Mixto. Su creador es el sensei Carlos Finalés, un verdadero erudito de las artes marciales que ha dedicado su vida a la práctica de las más disímiles disciplinas.

Este maestro cubano es uno de esos soñadores a quienes no importa el escepticismo de los demás, pues con preparación, sacrificio y años de experiencia, pudo moldear un arte marcial cubana que se expande por el planeta.

El JKB tiene su propia federación, sus regulaciones y reglas, con un sistema de técnicas y entrenamiento que se encuentra en constante evolución. Desde su base en Miami, el Judokickbox invade el mundo y la preferencia de los practicantes que lo descubren. Esta es la historia de su fundador, cuyo recorrido arrancó en la isla que lo vio nacer.

Los comienzos de un maestro en Cuba

“El amor por las artes marciales me llegó por mi papá, que era artista plástico, pero, además, practicaba judo, en el cual fue cinturón negro y cuando yo tenía nueve años me inscribió y estuve en un concentrado deportivo similar a una EIDE, ubicado en Isla de la Juventud. Estuve becado en la escuela de deportes de allá y fui campeón de ese territorio en dos ocasiones, en 68 y 71 kgs”, dice.

Carlos Finalés habla así sobre sus inicios en este mundo de la mano de su progenitor – hace décadas ya-, un practicante que desde pequeño le enseñó un camino que no abandonaría nunca.

“El judo fue mi base principal, que es algo que le recomiendo a los artistas marciales que practiquen. De ahí, es que pasé a practicar karate y estuve en el primer equipo del estilo Shito-Ryu que se hizo en Cuba. También, estuve en Taekwondo y entrenaba en conjunto con el equipo nacional aun sin pertenecer a este: el judo me sirvió de mucho para lograr todo eso”, añade el maestro.

Sus mayores resultados como practicante de alto rendimiento vinieron en el karate, pero estaba claro que Finalés perseguía otros objetivos, pues tenía alma de creador, más que de practicante de rutina.

Su deseo era incursionar en la práctica de diversas disciplinas que lo nutrieran como practicante, algo que logró con el paso de los años y en varios lugares dentro y fuera de Cuba.

“Participé en un Campeonato Mundial de Karate en 1991 en Italia que tenía categoría Open y en mi división había entre 40 y 50 competidores. Allí fui bronce, pues perdí con el italiano Gennaro Talarico que, a la postre, fue campeón, pero fue una buena experiencia”, explica.

“Luego me trasladé a residir en Italia y ahí practiqué Full Contact y obtuve el cinturón negro. Estando en Cuba, también fui miembro del equipo provincial de Judo de Ciudad Habana, que era prácticamente un equipo nacional en esa época porque nosotros hacíamos topes con el equipo nacional y con el equipo de la ESPA todos los viernes y en unos juegos de la FAR obtuve el tercer lugar”, recuerda.

“Practiqué, incluso, defensa personal y ahí tuve un gran maestro en José Cuspinera Navarro, quien es miembro del Salón de la Fama del Karate. Nunca fui campeón nacional de ninguna disciplina, pero acumulé mucha experiencia que me sirvió para hacer lo que hice después y por eso me enfoqué más en practicar varias artes marciales”, explica.

Carlos Finalés JKB
Carlos Finalés

La migración a Estados Unidos y el camino de un creador

Al final de la década de los noventa, Carlos Finalés se trasladó a residir en Estados Unidos. Aunque afrontaba los retos de semejante cambio migratorio, llevaba un sueño que no abandonaba.

Fue allí que comenzó a tomar más fuerza la idea de crear un arte marcial mixto netamente cubano con base de artes marciales y deportes de combate tradicionales, el cual nacería con la llegada del nuevo milenio.

“El Judokickbox era una idea que tenía desde que estaba en Cuba, pero es como todo lo nuevo, que cuando uno lo propone, la gente te tilda de loco. Cuando se lo dije por primera vez a mi amigo Erick “El Tigre” Castaño, quien empezó en el Judo con nosotros en Cuba siendo principiante y luego llegó a ser campeón mundial de Kickboxing y Muai Thai, me dijo que eso no iba a servir porque nos podían ganar el cuello al estilo MMA y en parte tenía razón, lo que pasa es que había que hacer la proyección de una manera que no ocurriera eso”, recuerda.

Pero pese a los obstáculos, Finalés no pensaba desistir en su empeño de construir algo nuevo. Varias figuras de las artes marciales de la isla, de mucho renombre, también ayudarían en la creación del JKB.

“Casualmente, en esa época me ayudó mucho Paulino Hernández, que fue miembro nacional de Taekwondo y campeón nacional y que hoy en día es entrenador de Jorge Masvidal. Gracias a él, tuvimos una gran ayuda con el tema de las proyecciones y muchas de las fotos que aparecen en mi libro sobre el JKB.

“Por ejemplo, para el área del Judo hemos contado con la asesoría de Pedro Chirino que fue comisionado nacional en Cuba y del profesor Ronaldo Veitía como nuestro asesor principal y siempre hemos podido contar con ellos. A Veitía tenemos que agradecerle mucho porque nos ha dado un apoyo total desde el inicio y tiene un excelente criterio del JKB. Además, fue él quien me dio el cuarto Dan en el Judo, lo cual yo aprecio mucho porque estamos hablando de un Salón de la Fama de Judo”, explica.

Un MMA cubano, con características muy particulares

Como quiera que el JKB es una disciplina de reciente creación, su sistema de técnicas y entrenamiento se encuentra en constante evolución, algo que Carlos Finalés también ha fomentado.

Artista Marcial cubano Carlos Finalés
Carlos Finalés, un verdadero erudito de las artes marciales que ha dedicado su vida a la práctica de las más disímiles disciplinas.

Su idea fue siempre que cada maestro hiciera sus propios aportes. Además, siempre se aseguró que donde quiera que se practicara, quedara claro que se trataba de un arte marcial cubana.

“Yo cree el JKB con la idea de que cada maestro pudiera dar su aporte a su desarrollo. Nuestra arte marcial no es exclusiva, sino inclusiva y esas son cosas que nos ayudan muchísimo y yo siempre estoy abierto a los aportes muchos de los cuales ya se verán en la próxima edición del libro que escribí hace algunos años sobre el JKB”, detalla.

“También creamos nuestras propias reglas y regulaciones, definimos nuestros propios grados, niveles de aprendizaje y nuestros propios colores de cinturones. Por ejemplo, el cinturón mínimo de nosotros es el blanco, pero le sigue el rojo, que en la mayoría de las artes marciales es uno de los cinturones superiores y mucha gente me pregunta por qué lo hice así. Lo que sucede es que es algo creado por nosotros y definimos las cintas como mejor creíamos que debía ser”, revela.

“Los cinturones de grandes maestros son blanco, azul y rojo inspirados en nuestra bandera cubana y por eso lo hicimos así, para que fuera diferente y nos representara”, refiere.

Una federación para internacionalizar la práctica y la calidad cubana

Un paso importante ha sido la constitución de la Federación Mundial de Judokickbox, de la cual Carlos Finalés es su presidente y que ha servido para organizar y regular la práctica a nivel mundial.

La sede de dicha Federación radica en la ciudad de Miami, aunque varios de sus principales directivos residen en varios lugares del mundo, mayormente en Cuba.

“La Federación Mundial se creó a modo de cuartel general, o sea, de base en la cual todo el mundo pudiera reportar a ella, pero nosotros hemos tratado de respetar a las federaciones nacionales. Por ejemplo, en el caso de la Federación Cubana, damos total libertad para que organicen los eventos de la manera en que ellos entiendan correcta, siempre rigiéndose por las reglas y regulaciones de la Federación Mundial y de igual manera sucede con los pases de grado y demás”, explica el fundador.

“Para todo lo referente a Cuba, tenemos a Sarbelio Bello, a Osvaldo Borges y muchos otros que están igual de comprometidos con el desarrollo del JKB. A nivel mundial, estoy yo como presidente, Eliecer González como vicepresidente, Sarbelio Bello como director técnico internacional, así como varios directores de operaciones y asesores internacionales.

“La Federación Cubana, en específico, se encuentra en proceso de oficialización. Ahora, con la nueva Federación Cubana de Artes Marciales (FECAM) con la maestra Nubia Bregado a cargo, se han dado avances y confiamos en que se concrete todo pronto”, añade.

Si de algo se enorgullece Carlos Finalés, es del excelente nivel de los practicantes cubanos, a los cuales califica como superdotados a pesar de que no siempre cuentan con las condiciones ideales de entrenamiento.

“El atleta cubano tiene unas condiciones innatas, todo deportista cubano que se lo proponga puede ser grande y en este caso, dentro de las artes marciales o los deportes de combate. Nosotros mismos, entrenábamos a veces hasta descalzos en canchas de baloncesto y nos tomábamos un vaso de agua con azúcar y así mismo seguíamos”, recuerda el sensei sobre su juventud en la isla.

“Tengo un gran respeto por los artistas marciales cubanos y a sus maestros, quienes muchas veces trabajan sin el equipamiento necesario. Pese a todo eso, puedes ver en los videos que existen de los eventos que hemos realizado que han sido multitudinarios, con una gran calidad competitiva”, dice.

De igual manera, destaca como esto ha servido de inspiración a muchas personalidades internacionales para ir a entrenar a nuestro país o para estar presente en los eventos realizados, algo que demuestra la calidad -y la capacidad de sacrificio- de los practicantes de artes marciales de la Mayor de Las Antillas.

“El dueño de la UFC, Ariel “Ari” Emanuel, que es un empresario multimillonario, se tomó el tiempo de visitar junto con su hijo y otras personas la escuela de Centro Habana, donde Sarbelio Bello es el director, y llevó a su hijo para que entrenara ahí. Otra personalidad que estuvo entrenando allí fue el actor Idris Elba y por ahí también han pasado maestros de Jiu Jitsu de alto rango. Joel Romero, igualmente, estuvo por allá y saludó a los muchachos y se lo agradezco muchísimo, porque él es una inspiración para todos esos muchachos en Cuba”, cuenta.

Con relación a los eventos que se han realizado en Cuba, tambien Finalés destaca la calidad apreciada, así como la afluencia de personalidades que han estado presentes. Otro aspecto que destaca es como muchos de los practicantes cubanos han emigrado luego hacia otras competiciones de las Artes Marciales Mixtas con apreciables niveles de éxito.

“Bajo la dirección de Osvaldo Jorge, quien es el presidente del JKB en Cuba, Sarbelio Bello que es nuestro director internacional técnico y el segundo al mando en Cuba, además de Santiago Pedroso, hicimos alrededor de cinco eventos de JKB-MMA”, explica.

“A uno de estos, en el 2015, gracias a “El Tigre” Castaño, pudimos llevar a Frank Mir, quien fuera campeón mundial de UFC. Su padre es cubano y él fue a conocer Cuba y se animó a estar presente en el evento. Junto a él estuvo el hermano de Jon Jones, quien también fue campeón mundial de UFC, además de su mánager. Se miraban entre ellos como preguntándose de qué forma era posible que los peleadores combatieran tres o cuatro veces en un mismo día y se fueron muy impresionados con la disposición de los practicantes cubanos”, indica.

“Hemos tenido muchachos que han salido a pelear a Panamá. Tenemos el caso de Luis Raúl Gómez, que ganó convincentemente. Raúl salió de esos campeonatos celebrados en Cuba y fue campeón de Titán FC aquí, entrenado por Castaño y siempre que ha aplicado las técnicas aprendidas en el JKB, le ha ido muy bien”, dice.

Artista Marcial cubano Carlos Finalés
Carlos Finalés, un verdadero erudito de las artes marciales que ha dedicado su vida a la práctica de las más disímiles disciplinas.

Una globalización que no esperaba el maestro

La globalización del JKB es algo que ha impresionado a todos, incluido a Carlos Finalés. Sin embargo, este avezado sensei asegura que, de haber contado con los medios ideales, se habría logrado mucho más.

“No esperé esta globalización, fíjate que, incluso en África, tenemos practicantes. Inclusive en Uganda tenemos un señor que les da clases a niños de un orfanato, que entrenan en la yerba, y estamos buscando la manera de hacerles llegar el equipamiento.

“Ya son 35 países en los que tenemos representantes, pero te digo que si yo hubiera tenido los fondos que se necesitan para llevar una organización más allá, ahora estaríamos, por lo menos, en 100 países. Nosotros hemos tenido que sacarlo todo de nuestro trabajo, por eso es que, en la actualidad, estamos buscando un inversionista que se quiera asociar con nosotros y forme parte del todo el desarrollo del JKB como accionista”, detalla.

Escritor, artista marcial, fundador: Carlos Finalés

Fuera de su faceta como artista marcial, Carlos Finales dedica su tiempo al mundo de las ventas. Se enorgullece mucho de su profesión, aunque deja claro que esta le resta mucho tiempo para entrenar.

“Desde que salí de Cuba, me he dedicado al mundo de las ventas. Incluso, escribí un libro sobre ello llamado ‘Venda hoy y no mañana’, que se encuentra disponible en Amazon y el otro libro que tengo es sobre el JKB, también allí”, expresa.

“Me ha ido muy bien en ese mundo, afortunadamente, y a veces no tengo ni tiempo para entrenar a causa de eso. Mucha gente piensa que llegando a Estados Unidos van a tener todo el tiempo del mundo y eso no es así: aquí hay que trabajar duro y hacer un tiempo para poder dedicárselo al deporte conlleva bastante esfuerzo”, recuerda.

Con el orgullo de haber creado un arte marcial netamente cubana, Carlos Finalés trabaja para globalizarlo y desarrollarlo, aún más. En varias ocasiones, Pedro Chirino, quien fuera comisionado nacional de Judo, lo ha llamado el Jigoro Kano cubano, algo que al sensei le apena, pero se trata de una comparación que se ajusta mucho a su historia de vida.

“Él me dijo que yo era el Jigoro Kano cubano y yo me apené, pero él me dijo que era verdad, porque cuando este creó el judo, tampoco nadie creyó en él. Lo que venga con el JKB, bienvenido sea, y me siento muy orgulloso de que sea algo cubano. Ojalá que toda la gente de Cuba cada vez lo apoye más, porque lo creé con todo el amor del mundo y traté de darle lo mejor de mí a las artes marciales”, concluye.

Artista Marcial Carlos Finalés
Carlos Finalés, un verdadero erudito de las artes marciales que ha dedicado su vida a la práctica de las más disímiles disciplinas.

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Imágenes cortesía de Carlos Finalés JKB y Pedro Enriquez Rodríguez
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