Cirelis Martínez es la karateca cubana con mejores resultados deportivos en los últimos años. Su entrega y sacrificio, y algún que otro incidente a lo largo de su carrera, la han llevado a convertirse en la primera figura de esta modalidad. ¿Pero qué sucede cuando todo este trabajo no es suficiente? ¿Cuándo estás dando todo de ti, pero por ciertas “irregularidades” en la labor de otros, tu carrera deportiva y metas, se ven troncadas y en un callejón sin salida?

Cirelis es una de esas luchadoras que, a pesar de las trabas, no ha dejado nunca de superarse y de darlo todo por el kárate.

Comencé a la edad de 11 años, en sexto grado. Mi hermana me quiso embullar cunado llegó a la casa un día diciendo que se había anotado en kárate. Aunque siempre me gustó ver deportes de combate, nunca me imaginé practicar alguno, por lo que en un principio no quise ir. Como somos criadas en Párraga, Arroyo Naranjo, el cual es considerado un barrio algo problemático, mi mamá nos dijo a las tres hermanas que teníamos que saber defendernos y para allá me llevó.

Yo siempre desde pequeña he sido muy disciplinada y me gusta hacer las cosas bien. Una vez que comienzas, no se ve como un deporte o un juego, sino como un arte marcial. Aunque se diferencie más cuando estás en un nivel de alto rendimiento que es más competitivo, la base sigue siendo como arte marcial, de mucha disciplina y respeto. De niño no se ve como una afición, además de que es un deporte de contacto y no me gustaba que me dieran.

En el kárate está la modalidad de Kata (posiciones y movimientos para el aprendizaje del arte marcial) y la modalidad de Kumité (Combate). Desde que se inicia, se hacen las dos modalidades.

Nunca fui muy buena haciendo Kata, debido a que solo estuve un año con el sensei Daguito, hijo del sensei Dagoberto Amarán, antes de que me captaran para la EIDE en séptimo grado. Eso no me favoreció mucho, porque llevaban a los juegos escolares y campeonatos nacionales a las muchachas que sabían hacer Kata y que además supiesen combatir, lo cual era lo único que sabía hacer bien. El Kata es la base y todos tienen que saber hacerlo, ya que es el medidor para cambiar de cinta. Por todo esto, cuando paso a la EIDE no fui a ningún evento hasta noveno grado, y para colmo, cuando fui perdí.

Aunque Cirelis no tuvo una etapa de juvenil con resultados relevantes, logró sortear esas dificultades y salir adelante hasta llegar a la selección nacional, debido también al apoyo de muchas personas.

A pesar de que nunca fui a ningún campeonato, siempre era de las que más fuerte entrenaban. También debido a mi forma de ser y de querer hacer las cosas bien. Tengo que mencionar a Daguito, quien fue la primera persona que me encaminó y la principal. Muy ligado a él, al sensei Dagoberto Amarán, su papá, muy querido. Una persona que siempre confió en mí y me apoyó, aun cuando lo veía todo perdido y sin posibilidad alguna. El sensei Barbarito que, a pesar de ser un entrenador bastante exigente, siempre vio en mí las condiciones y toda su preparación me aportó muchísimo. Y por supuesto, mi familia.

Cirelis Martínez karateca
Cirelis Martínez obtuvo uno de los mejores resultados que ha tenido el kárate cubano en campeonatos mundiales. Foto: Hansel Leyva

Cirelis Martínez llega a la selección nacional luego de sus resultados en las Olimpiadas del deporte cubano. Tendría que batirse con las primeras figuras si quería ir a algún evento internacional, pero un hecho inesperado hizo que nuestra protagonista compitiese a ese nivel mucho antes de lo que se imaginaba.

Cuando llega el campeonato panamericano de Guadalajara 2011 que era clasificatorio para los Puegos Panamericanos, había una muchacha que era la primera figura en 61 kg. En el campeonato nacional yo quedé segunda y ella primera. Un mes antes de llegar la competencia, comenzó de momento a tener una crisis de asma y los entrenadores decidieron de que no la iban a llevar, aunque ella siguió recuperándose, pero quedaba poco tiempo. Se hace una reunión para hacer el equipo y dicen que la selección en -61kg era yo. Me quedé en shock en ese momento. Recuerdo que llegué a mi casa y le dije a mi mamá que en una semana me iba a México al campeonato panamericano. Tampoco se lo creía, nos quedamos igual.

Llegué a ese campeonato y recuerdo que salí a mi primer combate contra una peruana llamada Alexandra Grande a la cual le gané. Cuando termino, mi entrenador me dice: “¿Sabes a quien le ganaste?, a la actual campeona panamericana”. No tenía idea, estaba superfeliz. Realicé 4 combates y me quedé a uno de la discusión del bronce, terminé séptima. A partir de ahí vieron mis condiciones y comenzaron a fijarse más en mí. En aquel momento mi entrenador era Eliecer Peñalver, uno de los mejores que he tenido y que más quiero.

Una vez que llegas a ese nivel quieres ser la mejor, ser campeona, empiezas a verlo todo desde otro punto de vista. Cuando salí y sentí el ambiente de la competencia, me dije que quería seguir haciéndolo.

Otro incidente hizo que Cirelis Martínez participase en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015, donde los resultados no fueron los esperados. No obstante, luego de esto, vendría el período de mejores resultados en su carrera deportiva.

Los primeros multidisciplinarios fueron los Centroamericanos en Veracruz, donde tenía mucha expectativa porque me sentía en una forma espectacular. Cogí bronce, pero no clasifiqué a los Panamericanos de Toronto 2015 ya que eran solamente los dos primeros. Mi compañera de equipo, que hacía 68 kg, termina con plata y clasifica, pero en el trayecto de la preparación donde estábamos entrenando juntas, queda embarazada y me dicen que iba a ir yo en esa división. Empecé a comer como una trastornada y hacer mucho gimnasio, porque no había forma de que subiese de peso. Para esos juegos tuve prácticamente dos meses de preparación y subí 9 kilos. A pesar de que me sentía bien, no me fue igual.

Después vino el Campeonato Panamericano donde quedé campeona. En los Juegos Centroamericanos de Barranquilla quedé oro, el cual creo que fue uno de mis mayores despuntes. Luego vino el Campeonato Iberoamericano en el cual Cuba nunca había obtenido una medalla de oro, en el que participa toda Latinoamérica y países invitados. Gané ese torneo, y recuerdo que me tocó discutir el pase a la final con la número 6 del ranking mundial, una española. En la serie mundial quedé medallista de bronce y también me tocó discutir esa presea con la misma española.

Uno de mis mayores logros fue participar en el campeonato mundial y hacer un excelente papel. Hubiese querido que fuese mejor y estar en el podio, pero creo que lo hice muy bien y fue una experiencia muy bonita. Perdí en el segundo combate con a la postre campeona mundial, la cual me arrastró en el cronograma por la discusión del bronce. En el trayecto le gané a la medallista de bronce del mundial pasado. Estaba en una forma espectacular, me sentía muy bien. De 69 competidoras que éramos, terminé séptima, pues perdí en la discusión del bronce. Es uno de los mejores resultados que ha tenido el karate cubano en campeonatos mundiales.

La carrera de Cirelis Martínez ha ido en ascenso, pero lo que sí ha sido una constante en su trayectoria, es la maldición de los Juegos Panamericanos. Lo siente como una deuda con ella misma, y el evento de Lima 2019 fue una muestra de ello.

Realmente teníamos muchas expectativas para esa competencia. Esto es un deporte de combate y como en todas partes, se hacen pronósticos y se trazan propósitos. Yo tenía pronóstico de plata, a pesar de que estaba en muy buenas condiciones y de la división, la que mejores resultados tenía era yo. Salí a pelear serena, tranquila, no quería que me pasara lo mismo que en juegos pasados. Ya eran mis terceros Panamericanos, pero siempre he tenido muy mala suerte con ellos.

Era una ronda de todos contra todos por grupos de 4, y clasificaban las dos primeras. Gané mi primer combate contra una chilena y después gano el segundo contra una peruana. En el tercero me tocaba contra una dominicana. Cuando gano el segundo combate me quedé un poco más aliviada, porque cuando haces ronda de grupos de 4, a la vez que ganas 2 combates prácticamente ya tienes el avance seguro, incluso perdiendo el tercero, aunque no podíamos darnos ese lujo.

Cuando salgo al último combate del grupo estaba más relajada, este se mantuvo cero a cero durante todo el transcurso, lo cual también me convenía porque igual pasaba de primera. Pues pasó lo que no podía pasar. En los últimos segundos me marcó y perdí, y a pesar de que tenía mis dos combates previos ganados, no clasifiqué. En la mayoría de los casos, con dos ganados clasificas, casi nunca se da lo que me sucedió. Es una experiencia que no se me va a olvidar nunca. En esa ronda eliminatoria hubo un triple empate entre la dominicana, la chilena y yo. Cuando pasan esas cosas se van a los puntos y ellas tenían más marcados en sus otros combates. Pasaron ellas dos y yo me quedé fuera de competencia, a pesar de que hasta ese momento era la que más segura estaba.

Me sentí muy mal por esa competencia. Después de prácticamente dos años del suceso, todavía sueño actualmente con eso. Cuando comenzó la pandemia, nos mandaron a todos para la casa desde donde seguí haciendo mis ejercicios. Nunca paré, continué entrenando y haciendo lo que se podía. Mentalmente luego de lo que me había pasado, tenía que recuperarme, y ese tiempo me vino muy bien para reflexionar y volver en mí, porque realmente me golpeó mucho.

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A pesar de haber pasado por un momento un poco traumático, Cirelis Martínez no se despeinó y continuó enfocada en cumplir uno de sus mayores sueños, participar en el preolímpico y clasificar a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

Nosotros nos incorporamos a la preparación en septiembre en la escuela para el preolímpico. Después de los Juegos Panamericanos tomaron ciertas determinaciones como la de cambiar al entrenador. Nos pusieron a Lester que también es atleta. Todo fue fluyendo y fijándose en 5 atletas; dos niñas y 3 varones, que éramos los que mayores posibilidades teníamos y que estábamos insertados en el circuito mundial.

Comenzaron a decirnos entonces que era necesario ver qué posibilidades teníamos realmente de clasificar, porque no se podía gastar dinero del presupuesto y que no podíamos ser los 5 atletas. Para mí debían habernos llevados a los 5, ya que uno nunca sabe quién realmente pueda clasificar. De hecho, de Centroamérica hubo atletas que asistieron a las Juegos clasificando en ese preolímpico. El reto era duro, difícil, pero se podía hacer, pues ya habíamos llegado a esos niveles y competido. No hubo la confianza en nosotros. Nos quedamos solamente Baurelis y yo, y decidieron que los varones no tenían posibilidades de clasificar. Ellos tomaron esa decisión.

Un mes antes, ya yo estaba superenfocada para la competencia. En muy buena forma, con mi peso, fortísima, me veía en el preolímpico. Pues de repente se reúne la comisión y el colectivo de entrenadores para determinar, y decidieron que nosotras no teníamos oportunidades algunas de clasificar. Mi entrenador, por supuesto, nos defendió, pero finalmente ese fue el dictamen: no llevarnos al evento olímpico clasificatorio que era la competencia fundamental del año. Yo no podía creerlo, a solo un mes del evento y después de toda una preparación, a pesar de que no nos habían llevado a ninguna otra competencia. No entiendo como no tuvieron la confianza y la mentalidad para apoyarnos. No se nos dio la oportunidad.

Estuvimos luchando, peleando hasta el último momento con tal de que fuéramos a ese preolímpico. Recuerdo que nos dijeron que mejor iban a llevar al juvenil sub-21 a clasificar a los Juegos Panamericanos de la categoría. Yo no lo entendía, cuando los mejores atletas que hay en el país somos nosotros. Finalmente, los juveniles tampoco pueden acudir, ya que el evento no se realizó y solamente se iban a dar los cupos por el último Panamericano que se había efectuado. Cuba no había llevado sub-21 a ese evento. La Federación internacional le dio entonces un wild card para que Cuba tuviera una participación en los juegos. Eso fue una semana después de que a nosotras dos nos pararan y nos dijeran que nos fuésemos a la casa. Al ver esto, pensamos en hablar y decir que, si ya no se podía llevar a los muchachos, pues entonces que nos llevasen a nosotras al preolímpico. Pues fuimos, hablamos y nada, ni atrás ni adelante. Nos dijeron que el problema era que eso era una decisión que ya estaba tomada, que a veces las cosas que suceden convienen, etcétera. Realmente, todavía a estas alturas no logro entenderlo. Sé que finalmente el presupuesto le fue otorgado a nuestro deporte, y aun así no se ha ido a ninguna competencia.

karateca Cirelis Martínez
Cirelis Martínez obtuvo uno de los mejores resultados que ha tenido el kárate cubano en campeonatos mundiales. Foto: Hansel Leyva

No existe razón lógica para comprender estos acontecimientos. El evento más importante en la carrera de un atleta, hecho pedazos por unas personas que les interesa más cuadrar cuentas, que el desarrollo del deporte que representan.

Ha habido muchas muestras de que sí se podía, como el mismo atleta de lucha Luis Manuel Orta que no tenía esos resultados relevantes y sin embargo clasificó para los Juegos Olímpicos, y ahí está con su medalla de oro. Nosotros también podíamos haber hecho un buen papel. Ahora se va a efectuar el Campeonato Iberoamericano, al cual tampoco vamos a asistir a pesar de ser las actuales campeonas iberoamericanas, además de otros eventos en los que no se va a participar, o que hasta ahora no se nos ha dicho nada, ni qué ha pasado con el presupuesto, ni qué se va a hacer. Me siento muy decepcionada desde el punto de vista deportivo por no confiar en nosotros. Quizás podríamos haber clasificado para los Juegos Olímpicos, la primera vez en que iba a estar el kárate en la historia del olimpismo. Eso nos iba a abrir muchas puertas, eran muchas cosas a favor y el pensamiento en contra.

A pesar de tal decepción, Cirelis Martínez sigue pensando en las alternativas que podrían llevarse a cabo para fomentar el kárate en la isla. Según su opinión, hay muchas cosas por cambiar, y la más importante, es referente a la mentalidad de los que dirigen.

Para ellos el resultado del Panamericano influyó mucho, y de cierto modo se basaron en eso. No tuvieron en cuenta todo el recorrido y otros resultados, donde a pesar de no competir, teníamos muy buena posición en el ranking. Actualmente, no podemos seguir pensando en ir solamente a Centroamericanos y eventos del área, son resultados más conservadores. Se necesitan hacer contrataciones, cambiar la mentalidad e insertar cada vez a más muchachos en el circuito mundial, pues ya hemos demostrado que si podemos. Ese pensamiento falta, y mientras sigamos así, el kárate no podrá avanzar. Ojalá y me equivoque y que pueda haber muchos más resultados, pero actualmente se compite a nivel mundial y Cuba no participa. Hay muchas cosas por hacer todavía y lo que le puso la tapa al pomo fue este preolímpico. Al nosotros no ir, todo el mundo se quedó boquiabierto de que Cuba no participara, a pesar de que todos los países fueron a ese evento y atletas con menos resultados que nosotros. Mientras sigan teniendo ese pensamiento conservador, así seguirá siendo el resultado, conservador.

Cirelis Martínez tiene aún muchos sueños por cumplir, como la deuda con unos juegos Panamericanos y el deseo de participar en otro mundial, a pesar de la mala gestión imperante en estos momentos.

Lo próximo en mi carrera deportiva está por verse, porque hasta ahora no tenemos conocimientos de nada. Tengo una deuda conmigo misma con unos juegos multidisciplinarios panamericanos. Se me impone como un reto a cumplir. Quiero ir superándome. Ya terminé la licenciatura, y pienso seguir estudiando alguna especialidad. Veremos en el transcurso cómo irán sucediendo las cosas.

Deseo poder participar en otro campeonato mundial, puesto que existen las posibilidades, y si se da todo como debería ser, podremos estar en un podio de premiaciones a nivel mundial. Los Juegos Olímpicos creo que van a ser una deuda eterna, porque no se sabe cuándo el kárate volverá a estar en una.

El retiro aún no es una opción para ella. Tiene mucho más para demostrar y aportar al karate cubano y mundial.

En el caso de la familia todavía va a esperar un poco. Me siento en muy buenas condiciones para dar un poco más de mí, además de que para eso también se necesita crear las comodidades y tener los recursos para hacerlo, cosa que me ha costado un poco de trabajo. En ese sentido, si tendría que trabajar bastante, pues no he tenido apoyo de ningún tipo en ese caso.

Llegado ese momento ya veré que decisión tomar. Sería bonito seguir ligada a lo que me gusta hacer y sé, transmitir todas mis experiencias a los muchachos jóvenes que tengan las condiciones y el deseo de hacerlo, y seguir superándome. Espero que esto que ha sucedido sirva de experiencia y que las cosas cambien para bien.

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Imagen cortesía de Foto: Hansel Leyva