Lo que presenciaremos en unas horas no solo será histórico, más que eso, es justicia. Hay jugadores que son inmortales desde que se retiran profesionalmente, pero en este caso, no solo se trata de los números o del rendimiento en un terreno, también, de un legado imborrable.

Lo que Jackie Robinson es para los jugadores de afrodescendientes, Minnie Miñoso lo es para los jugadores latinos. El oriundo de Perico se sobrepuso a muchos obstáculos, incluso, soportó demasiados pelotazos, aun así, jamás borró su sonrisa ni dejó de entregarse en un campo de béisbol.

La vida tiene cosas inentendibles, para Minnie, pasar por tres períodos de votaciones y no ser un HOF, es una de esas. Pero, como dice el dicho, “rectificar es de sabios”, gracias al Comité de la Era de los Días Dorados, por fin llegó al lugar donde pertenecía: El Olimpo del béisbol. Lo triste es que ya no lo tenemos en vida para que disfrute del momento.

Si de revisar números se trata pudiésemos estar varias horas hablando de Miñoso, podemos comenzar diciendo que en el lapso de 1952 a 1960 solo él pudo conseguir 1500 hits, 150 jonrones, 800 remolques, 250 dobles y 150 bases robadas. Sin dudas, fue uno de los bateadores más completos de su generación.

Su calidad y talento sobresalieron en cada lugar donde jugó, desde las Ligas Negras, en las que ganó una Serie Mundial en 1947 y asistió a dos Juegos de Estrellas hasta el béisbol mexicano, donde se convirtió en un HOF en 1996.

Ya que WAR es la carta de presentación de un pelotero por estos días, deberían saber que en la década de los 50´, el antillano fue el octavo jugador de posición con más fWAR, sumando un coeficiente similar al de Ted Williams, Yogi Berra y Larry Doby.

Sin dudas, fue un guerrero, a golpe de sangre y sudor fue construyendo un camino único. A pesar de debutar con 25 años, de no recibir oportunidades con los entonces Indios de Cleveland y después, que encontró regularidad en el South Side de Chicago, lideró la liga en pelotazos 10 veces. En la década de 1950, solo un jugador recibió más de 100 pelotazos ¿su nombre? Orestes Miñoso.

No obstante, al mismo tiempo que era golpeado a un ritmo frenético, pudo liderar el nuevo circuito en dobles (1957), triples (1951, 54, 56) en bases totales (1954) y en imparables (1960). Nada pudo separar a Miñoso del éxito.

Incluso, después que recibió poco apoyo en su primera oportunidad para entrar a Cooperstown, esperó a su último choque en la década de los 80´ para volver a recibir la llamada. Claro, en esas votaciones estuvo en desventaja porque la mayoría de los escritores no lo vieron en su mejor momento. 

El único jugador que apareció profesionalmente en siete décadas distintas entró al templo de los inmortales 51 años después de su primera aparición en una boleta. El primer latino de piel en Las Mayores no mereció esperar tanto, al menos, sus ojos debieron llenarse de lágrimas al enterarse que había sido acogido en el sagrado sitio; sí, al que pertenecía hace medio siglo.

En la segunda era de la bola muerta un cubano dejó su huella. Catfish Hunter lo catalogó como el bateador más difícil que enfrentó. Su compatriota, Luis Tiant, también expresó palabras similares. Tony Oliva no solo ha sido uno de los mejores antillanos que ha pasado por el “Big Show”, también, es uno de los mejores jugadores en la historia. 

La vida brinda varias oportunidades y el pinareño tuvo que esperar un segundo chance para consolidarse con los Mellizos. Después, tuvieron que pasar casi 30 años (29) para que lo hiciera un HOF (Desde 1982 salió por primera vez en la boleta de la BBWWA).

Tony jugó en el Spring Training de 1961 con los Twins, pero terminó siendo despedido antes del Opening Day. El cubano no se rindió y decidió ir a Carolina del Norte para entrenar con un amigo que pertenecía a la sucursal de clase A de los Mellizos.

En aquel tiempo, Phil Howser, gerente general del conjunto de Minnesota en Clase A, quedó impresionado por las habilidades que tenía el antillano. Cuando lo vio jugar por primera vez, terminó llamando a las oficinas de la gerencia para que volvieran a contratarlo. Allí, comenzó una nueva etapa para el “Ty Cobb cubano”, como lo llamó su compañero Zoilo Versalles.

Solo seis bateadores lograron un promedio de .310 o superior a la década de los 60, uno de ellos fue Oliva. Para entender lo complejo que era tener un buen average en esos tiempos, solo debemos mirar cómo se desvaneció la ofensiva en 1968, al año siguiente, MLB tuvo que bajar el montículo de 15 a 10 pulgadas.

El vueltabajero consolidó un año de novato excepcional, en el mismo, terminó siendo el Rookie of the Year. Lo mejor estaba por llegar, Tony estaba listo para mostrar su mejor versión. Hiló ocho temporadas sobresalientes, en las cuales asistió al Juego de Estrellas en todas. En ese lapso, quedó en par de ocasiones segundo en la carrera por el JMV (1965 y 1970), ganó tres títulos de bateo (1964, 65, 71) y un Guante de Oro (1966).

La palabra límite no existía para Tony, pero, las lesiones fueron apagando de a poco su carrera. “Por las noches no podía dormir de los dolores en su rodilla” decía su compañero de equipo y amigo personal, Rod Carew.

Después de su operación en 1972 Oliva tuvo que regresar como bateador designado y no pudo cosechar los mismos resultados, aunque siguió siendo un jugador por encima de la media. Además, dejó un récord: Fue el bateador que conectó el primer cuadrangular de un bateador designado en un juego de liga el 6 de abril de 1973.

Su legado no terminó allí, después fue entrenador de bateo y a los años se convirtió en mánager. Es el único miembro de la franquicia que ha estado en las tres Series Mundiales que han jugado los Twins (1965, 1987, 1991).

Por cierto, otra leyenda de los Mellizos llegará a Cooperstown junto a Tony (Jim Kaat), los dos fueron elegidos por el mismo Comité de la era de los Días Dorados. 

Con la elección de Miñoso y Oliva son seis los peloteros cubanos que están en Cooperstown. Cuba es el país extranjero con más miembros (8):

Seis jugadores:

Martín Dihigo

Tony Pérez

Cristóbal Torriente

José de la Caridad Méndez

Orestes Miñoso

Tony Pedro Oliva

Narrador y periodista deportivo: “Felo” Ramírez

Ejecutivo : Alex Pompez 

No podemos dejar de mencionar que dos estrellas de las Ligas Negras también serán exaltadas (Buck O’Neill y Bud Fowler) junto a uno de los mejores bateadores de nuestra época “Big Papi” Ortiz. Por último, se hará justicia con el gran Gil Hodges.

Pero, sin dudas, el momento más trascendental para nuestro béisbol será cuando Tony exprese su discurso en Clark Sports Center, unas horas después, su placa y la de Minnie estarán fijadas en el lugar donde pertenecen: En las hermosas paredes de robles de la sala, donde todos hablan en voz baja para recordar a sus ídolos.

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Imagen cortesía de CNN