La muerte prematura de su esposa, Susana, le dejó solo con dos hijos y más de un sueño roto. Pero el día que Erly Casanova regresó para lanzar, pasó del dolor a la excelencia.

«Fue un momento difícil. Todavía lo es. La vida continua y hay dos pequeños que me necesitan», dijo a Play-Off Magazine vía WhatsApp el lanzador derecho pinareño.

«Yulieski González, el mánager de Artemisa, me llamó y me dijo: quiero preguntarte si nos puedes ayudar en la final. Te pregunto si puedes, nosotros entendemos todo, primero está la familia y la amistad que tenemos fuera del béisbol. Si puedes bien y si no nada pasa, tú nos has ayudado bastante y serás parte de este equipo siempre. Entonces yo le respondí, profesor, deme un chance, esta semana déjeme que entrene porque no he podido hacer nada. El domingo en Artemisa el quinto juego es mío».

«Comencé a prepararme, pero el jueves me llamó de nuevo. Tengo un problema -me dijo- el domingo me puede lanzar Geonel Gutiérrez, pero para el sábado no tengo abridor. Sin pensarlo le respondí: no tienes problema, yo voy el sábado».

Recordemos, se jugaba la final de la II Liga Élite, el torneo invernal cubano. Los Cazadores de Artemisa, elenco del cual Erly formaba parte como refuerzo, precisaba una de victoria para mantenerse con vida en el cotejo frente a los Cocodrilos de Matanzas, que a la postre terminaron alzando la corona. Más allá del resultado, pocos nos hemos podido olvidar de lo acontecido ese día, porque recibimos una lección de vida. «No fue tanto el hecho de conservar la victoria para mí, sino podérsela dedicar a Susana», comentó Erly, también con el recuerdo claro de lo sucedido.

Ciertamente, aquella tarde, cuando tiró la última pelota hacia el plato, al unísono hizo levantar a todos los aficionados que habían abarrotado el Estadio 26 de Julio para aplaudirle. El público sabía que detrás de esas nueve entradas había magia. Una obra maestra. El diestro miró hacia arriba, dibujó un corazón en el aire y lanzó su recta más dura, un beso al cielo. Entonces explotó en llanto.

Pasaron algunos meses ya, y no ha podido estar a tiempo completo con su equipo, Pinar del Río, en la Serie Nacional 63. El segundo contrato de su carrera en Italia, después de que estuviera entre 2018 y 2019, también con el Parma Clima, de la primera división, le mantuvo alejado de sus hijos y su amado Pinar del Río, elenco que, por cierto, regresó a una final después de varios años ausente.

Erly Casanova con Artemisa
Erly Casanova con Artemisa. Foto: Abel Rojas Barallobre

¿Cómo has vivido de lejos estos play off?

A tope y con la impotencia de no poder estar allá. Pero a veces hay que apretarse el cinto. Eso sí, he visto todos los juegos, a pesar de la diferencia de horario.

¿Qué te ha parecido el equipo de Vegueros?

Estoy muy contento con los muchachos. Han hecho un gran trabajo este año. Se merecen el triunfo, pero tienen que seguir luchando por ello. ¡Pinar del Río CAMPEÓN siempre!

¿Tu compañero más cercano en Italia quién es?

Raymond Figueredo. Compartimos la misma habitación y somos muy unidos. Vimos juntos la semifinal entre Industriales y Pinar. ¡Imagínate!

¿Cuándo te podemos volver a ver por aquí?

Tengo en mente, si no decido otra cosa, jugar la próxima Liga Élite. Hasta ahora no tengo otras propuestas de contrato y este termina en septiembre. De ser así estaré vistiendo los colores verdes nuevamente.

¿Te ha aportado como atleta estar en Italia?

Esta liga tiene calidad. Aunque no está con el nivel de la primera vez que vine, sí considero que clasifica entre las mejores de Europa.

“La profesionalidad se ve de muchas maneras. No solo la parte económica. Aunque esa es muy importante, a pesar de que no tengo un contrato demasiado sustancioso. Cuando dedicas tantos años de esfuerzo, sacrificio, voluntad y disciplina te conviertes en un profesional del trabajo. Aquí solo me dedico a jugar béisbol y muestro respeto hacia el juego”.

Erly Luis, hijo de Erly Casanova
Erly Luis, hijo de Erly Casanova

¿Cómo te has adaptado a vivir en un país diferente?

Me costó trabajo al principio. Luego, cuando aprendí el idioma, todo fluyó mejor. Además, cuando eres disciplinado, tanto dentro como fuera del terreno, no es tan difícil integrarse al grupo. Por otro lado, siempre es lindo aprender de la cultura y las diversas costumbres.

¿A qué dedicas tus ratos libres, en Cuba y en Italia?

Allá en Cuba cuando no juego béisbol me gusta montar a caballo. Amo el rodeo, andar en el campo con animales, vacas, toros, cimarrones. No tengo mucho tiempo libre pero cuando hay un huequito eso es lo que hago. Aquí en Italia hay menos espacio todavía para el relax. Siempre estoy entrenando. A veces hay pausas en el campeonato y las aprovecho para prepararme y seguir perfeccionándome como jugador.

¿Tus hijos serán peloteros?

Enzo Daniel tiene cuatro años, es muy pequeño todavía. En cambio, Erly Luis ya cumplió ocho y le gusta la pelota. Dice que quiere ser receptor. Todos los días entrena y después cuando llega a la casa quiere seguir. Yo le digo ¿tú no te cansas? Los extraño todos los días. Es complicado adaptarse a la distancia. Todavía no lo consigo de hecho. Soy muy apegado a mis niños, y más después de lo sucedido. Es difícil estar lejos tanto tiempo. Aunque esto es todo por y para ellos, así que no puedo rendirme nunca.

¿Recuerdas cuándo supiste que serías pícher?

Comencé a lanzar con 17 años. Era mi último como juvenil. Se lesionó el primer abridor del equipo, mi amigo en lo personal, como mi hermano (Williams), y el entrenador de Román Suárez (El Peje) me dijo que lo reemplazara. Necesito que me tires unos juegos hasta que Williams se recupere, me dijo. Le respondí: no hay lío. Y desde ese momento fui lanzador. Tuve buenos resultados en esa lid. El Peje me dijo después: tú eres pitcher, todo lo que iba a batear tu familia lo hizo tu papá (Luis Giraldo Casanova, El Señor Pelotero) así que tú eres lanzador. Y eso hice desde aquel momento hasta la fecha. No se equivocó.

A sus espaldas, mientras cumplía como entrenador en Nicaragua, convirtieron a su hijo en lanzador, pese a que Erlys se lucía al bate en las categorías inferiores. La ‘mala pasada’ del entrenador Román Suárez lo dejó con el deseo de disfrutar de la ofensiva de su descendiente en la Serie Nacional.

“Le dijo: ‘es mejor que te metas a pícher que Casanova bateador fue tú papá nada más’. Lo probaron a pichar y ya”, dice.

Historia en:

Luis Giraldo Casanova: “al único que ofrecieron un cheque en blanco fue a mí”

¿Cuánto has aprendido de tu padre, Luis Giraldo Casanova?

Ha sido un honor para mí hacerme hombre y atleta al lado de uno de los más grandes de todos los tiempos. Las enseñanzas han sido muchas. En todos los ámbitos, tanto personal como en el deporte. Una en particular nunca se me olvida. Un día me habló así: todo lo que quieres tienes que ganártelo. Y descubrí que eso se aplica al deporte y a todo en la vida. Tienes mi apellido -me dijo- pero el nombre lo pones tú.

Otra anécdota. En el año 2017, yo creo, para no ser absoluto, que podía haber integrado el equipo al Clásico Mundial. Me lo había ganado. Me sentía bien y estaba listo para eso. Desgraciadamente no me incluyeron en la nómina. Aquello me molestó mucho. No quería jugar más y llegue a la casa molesto. Solo hablaba del tema y mi papá me dijo: ¡¿cuál es el problema chico que te pasa a ti?! Si querías estar en el equipo hubieras hecho más, se acabó no sé habla más del asunto y punto. Hoy le doy gracias por eso y por todo lo que me ha enseñado en 38 años que tengo”.

¿Has pensado en retirarte?

Te digo la verdad, sí. Lo he meditado. Pero llegó el contrato en el exterior y lo dejé así. Después de la muerte de Susana no quería jugar más. Ya no tengo la motivación de antes cuando estaba ella. Veremos qué sucede cuando llegue a la Isla. No me imagino como director técnico por el momento, aunque me gustaría trabajar y enseñar a niños. Trasmitirles todo lo que he aprendido a lo largo de mi carrera y poder formar buenos lanzadores, especialmente en Pinar del Río, tierra con tradición de buenos brazos. Sería un privilegio para mí poder transmitir mis conocimientos a pequeños. Es casi seguro que lo haré, lo que no sé es cuando.

¿Algún sueño por cumplir?

Me hubiera gustado jugar un Clásico Mundial. Trabajé duro para lograrlo desde 2013 hasta 2017, pero no me incluyeron en ninguno de los dos equipos entre esos años. Sé que me lo gané, pero bueno, eso pasa mucho en Cuba.

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Imágenes cortesía de Foto: Boris Luis Cabrera, Foto: Abel Rojas Barallobre y Foto: Cortesía del entrevistado

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