Francisco Fariñas es uno de los pocos futbolistas cubanos que han jugado en unos Juegos Olímpicos, pues tuvo la dicha de asistir, hace casi 50 años ya, a una cita bajo los cinco aros.

En Montreal 1976, cuando era una de las referencias de aquel equipo caribeño, anotó un gol que fue anulado poco después –de forma injusta, afirma- ante el conjunto que venía de ser tercer lugar en el mundial anterior, el entonces poderoso Polonia.

Aquel tanto desató la euforia en los cubanos, pero el encargado de impartir justicia apagó el gritó antillano ante la selección que, a la postre, ganaría la medalla de plata.

“Un equipo tan chico como Cuba no le podía ganar a Polonia. Se puede decir que no convenía, esa fue la causa por la que anularon el gol. Vimos el video varias veces y la jugada era totalmente legal. Al final del juego, la Reina Isabel bajo a saludar a todo el equipo por el gran partido que jugamos”, recuerda Francisco Fariñas.

En la actualidad, uno de los jugadores históricos se encuentra desvinculado del fútbol cubano, aunque todavía anota sus goles en la Liga de Veteranos de la Polar, pero no piensa volver a dirigir en los campeonatos cubanos.

“No me han hecho un retiro todavía”, dice Francisco Fariñas.

¿Cómo fue su infancia?

Mi infancia fue de pobres, mis padres eran muy humildes, pero viví en una barriada muy acogedora y muy respetuosa, en el barrio Aldecoa. Desde muy joven me gustaba mucho el béisbol porque el barrio de nosotros era muy beisbolero, yo seguía bastante ese deporte. Me incorporé a la campaña de Alfabetización y al regreso de la misma, en el barrio se estaba conformando un equipo de fútbol, bajo la dirección de José Ramón Alberich, un cubano que vivió mucho tiempo en España y que jugó en ese país. Con el proyecto de Alberich se incrementó el fútbol en el barrio, los muchachos se embullaron y entre ellos estaba incluido yo: se nombró Atlético Aldecoa.

Francisco Fariñas fue maestro, participó en la Campaña de Alfabetización.

Me incorporó a la campaña debido a una llamada que se hizo y fue una gran euforia entre todos los muchachos presentes. Traté de salir con el grupo de estudiantes del barrio, pero me enfermé y no pude ir junto a ellos. Ellos llevaban alrededor de 15 días fuera y yo insistía con que me quería ir. Mis padres me llevaron a Ciudad Libertad, me montaron en una guagua hasta Varadero y de ahí, después para Sierra Maestra. Yo estoy orgulloso de haber participado en ese proceso, me sentí muy bien porque ayudé a leer a escribir a personas que no sabían.

Más tarde, continuó su camino en el deporte y despuntó como uno de los mejores futbolistas cubanos de la historia, todo esto gracias a una masividad abismal en el deporte, la cual ha disminuido mucho.

En los años en que empecé y me desarrollé como jugador la masividad era superior. En varias ocasiones jugábamos en algún terreno sin red, en otras jugamos con luces, pero lo importante para nosotros era jugar.

Las escuelas de especialización como la EIDE y la ESPA ayudaron mucho a nuestro desarrollo como atleta. Había mucha calidad en los equipos, empezando por los torneos municipales, pasando por los de primera categoría de la provincia y terminando por los equipos que jugaban el Campeonato Nacional. Los Campeonatos Nacionales eran muy buenos, había una Segunda División con un nivel aceptable y un Torneo Universitario de respeto.

El equipo Atlético Aldecoa fue fundamental en mi desarrollo como atleta. En 1962 participo en mi primer campeonato de manera organizada y estuve a punto de hacer el equipo de la provincia. En 1963, participamos en varios torneos en la provincia, con gran resultado y fuimos seleccionados para representar a la provincia en el Campeonato Nacional, debido a que en aquellos años el equipo campeón de la provincia representaba a La Habana y con los demás jugadores se conformaba el equipo Industriales. Ese equipo lo reforzamos con algunos jugadores y llegamos a ser subcampeones nacionales de la categoría en los Juegos Escolares Nacionales.

¿Cuándo te das cuenta de que podías tener un futuro en el fútbol? ¿Qué podías dedicarte a ello realmente?

Yo había participado en varias competencias, pero tras una buena actuación en un torneo juvenil me llaman una preselección nacional de la categoría y allí es que yo me doy cuenta de que puedo llegar a ser un buen jugador y salir adelante en el deporte.

¿Qué características tenías como jugador?

Era realmente era rápido, en distancias cortas principalmente, pero tenía un buen cambio de ritmo y eso me favoreció mucho a mí. Lo otro era que jugaba más simple, jugaba sencillo y me asociaba mucho con mis compañeros, no era tan alto y eso posibilitaba que me le podía escapar a los defensas, cuando me daban la bola al espacio buscaba mis recursos para ganarlas.

Es cierto que el beisbol era el deporte preferido, pero el fútbol por derecho propio se fue ganando su espacio.

En los Campeonatos Nacionales la afición era enorme. El fútbol arrastraba multitudes y era muy querido por la afición. A nivel de selección, eran experiencias inolvidables, como cuando visitó Cuba el equipo de la Universidad de Chile y se jugaron partidos muy tensos. El fútbol jugó a estadio lleno en el Latinoamericano, tuvieron que cerrar las puertas, los pasillos estaban llenos, no cabía nadie más. En aquella ocasión se dieron cita más de 50 000 aficionados para presenciar un partido de eliminatoria rumbo la Copa Mundial de la FIFA Argentina-1978.

Tras participar en varios torneos internacionales con las categorías menores se produce la llegada de Francisco Fariñas a la selección nacional de mayores.

Después de virar de los eventos internacionales juveniles, me gané el puesto en la selección mayor. En cuanto a la selección nacional, todos los años tenía gira internacional, esto sin dudas aumentaba el nivel de los jugadores y nos daba roce competitivo. La entrega de los jugadores era grandísima, se sentía por el barrio, por el municipio, por llevar la camiseta de la provincia. Llevar la de la selección era un honor, lo más grande que teníamos como deportista: era nuestro mayor orgullo.

Fariñas fue parte de una generación histórica de futbolistas cubanos, atletas que ganaron Juegos Centroamericanos, tuvieron excelentes participaciones en Juegos Panamericanos y eliminatorias mundialistas, que tuvieron su auge en la década de 1960 y se consolidaron durante las décadas de 1970 y 1980. ¿Qué distinguía a ese gran grupo de jugadores?

Varios entrenadores nos ayudaron mucho, primero los húngaros. Después, en la selección nacional de mayores, hay que mencionar al coreano Kim Jong-Ha, quien en conjunto con los cubanos Sergio Padrón y Nicolás Martínez sacaron lo mejor de nosotros.

Muchos jugadores cubanos vendían cajas de tabaco o hacían negocios en los viajes para poder sobrevivir. ¿Fue así en el caso de su generación?

Eso era algo generalizado en los deportistas cubanos, era una manera de resolver, pero el grupo de nosotros nunca tuvo esa ambición, teníamos mucha inocencia. A mí fue a verme un primo hermano en México para llevarme a ver a su familia y no me dejaron. Si te digo que las generaciones posteriores lo hicieron. Ellos eran “fieras”; incluso, los extranjeros venían a hacernos regalos y no podía aceptarlos.

¿Cómo fue esa preparación en Corea?

El viaje a Corea se le saca provecho porque la selección coreana había tenido un tremendo papel en el mundial de fútbol anterior y era una buena oportunidad de nosotros para crecer. De manera general, era una etapa de mucho roce internacional. En todos los años había una gira por lo menos de dos meses en los países socialistas.

Esa preparación en Corea de la mano del entrenador coreano Kim Yong Ha ayudó a que se alcanzara el título centroamericano en 1970 y otros grandes resultados. Tras ese gran resultado, el entrenador coreano deja Cuba y con ello a la selección nacional. Todavía es una incógnita su salida de la isla.

Es algo que no nos explicamos ni conocemos la razón. Su trabajo fue bueno y quedó su huella en los Juegos Centroamericanos de 1974, que repetimos el título con un equipo más consolidado. En el area nadie nos ganaba, fuimos capaces de derrotar a equipos como México, Jamaica y Trinidad. En el Caribe, de manera general, solo se nos hacía difícil Costa Rica.

A nivel deportivo todo iba bien, eras titular en el equipo nacional y brillabas en la cancha pero: ¿Cuánto cobraba Francisco Fariñas por ser futbolista?

No se cobraba. Nosotros, la mayoría, éramos estudiantes todavía, algunos recibían estipendio.

¿Tú recibías estipendio?

No, ellos me retiraron el estipendio, me lo quitaron. En un momento en el que había necesidad en mi casa, me fui a trabajar a la fábrica de chocolate y ganaba 90 pesos. Pero, entonces me dijeron que no podía tener las dos cosas y decidí quedarme en el trabajo. Entonces, me llamaron, me dieron un estipendio de 90 pesos y como hubo cambio comisionado me retiraron el estipendio. Era algo muy difícil, pero tenía que trabajar y ayudar a mi familia.

Francisco Fariñas, una figura histórica del fútbol cubano
Francisco Fariñas, una figura histórica del fútbol cubano. Foto: Play-Off Magazine

Participar en los Juegos Olímpicos es una experiencia inolvidable para cualquier deportista. ¿Qué vivencias recuerdas de tu participación en cita estival de Montreal 1976?

Las Olimpiadas son algo único, un ambiente imponente, tuvimos la oportunidad de ver a muchas estrellas mundiales de aquellos años. Allí no nos tenían amarrados, salíamos a conocer toda la ciudad. Quien quisiera quedarse, podía haberlo hecho sin problemas, pero ninguno de nosotros pensaba en eso, solo nos enfocábamos en jugar y representar dignamente al país.

En el primer partido ante Polonia por poco perdemos por descalificación, debido a que el transporte que nos tenía que llevar se perdió en la ciudad y llegamos un poco tarde. Al llegar al estadio, aquella imagen fue preciosa, jamás la voy a olvidar. Muy lindo el estadio, pero la parte de las inscripciones no estaba terminada y nos dijeron que teníamos que calentar allí mismo, esa parte estaba llena de polvo y cuando corríamos levantábamos polvo por todo el estadio. Los polacos nos miraban como diciendo: ¿de dónde salieron estos locos?

En el partido contra los polacos tuvimos un poco de suerte porque hicieron varios tiros a puertas y fallaron mucho. El portero de nuestro equipo, José Reinoso, realizó un gran partido, con paradas de mucho mérito que mantuvieron el arco en cero.

El segundo juego fue contra Irán y dominamos el encuentro, pero no anotamos. Sin embargo, ellos, en la única ocasión que tuvieron, anotaron el gol. El portero no tenía guantes, ese día estaba lloviendo y le fue complicado retener el balón. De esa manera quedamos eliminados. Fue triste porque queríamos avanzar y teníamos un gran equipo, pero el deporte es así.

En esas Olimpiadas, se dio un gol anulado frente al equipo de Polonia, un resultado que parcialmente colocaba a Cuba en la élite del deporte. Aquel fue un partido histórico para el fútbol cubano.

Polonia había sido bronce en el mundial del 1974 y la mayoría de todos esos jugadores estaban ahí, Lato entre otros. Ellos dominan el partido, también nosotros los estamos dejando dominar para hacer el juego como queríamos a la contra. Tuvimos buenas ocasiones a través de Roberto Pereira, la primera la falló, en la segunda lo tuvieron que derribar estando cerca del área. Desde que se dio la jugada, sabíamos que íbamos hacer porque teníamos la jugada ensayada.

Andrés Roldán y yo nos ponemos detrás del balón. Jorge Massó y Luis Hernández se sitúan en el centro. Yo vengo corriendo y hago como que voy a patear y me detengo. En ese momento, Andrés Roldán amaga que va tirar y me pasa la pelota por al lado de la barrera y la jugada era centrársela a Massó, pero me vi tan solo, que le pegué al arco y la pelota dio en los dos postes y entró. Nosotros gritamos ese gol y el árbitro cantó fuera de juego y anuló el gol. Un equipo tan chico como Cuba no le podía ganar a Polonia que venía de ser tercer lugar de la Copa Mundial de 1974. Se puede decir que no convenía, esa fue la causa por la que anularon el gol, después vimos el video varias veces y la jugada era totalmente legal. Al final del juego, la Reina Isabel bajo a saludar a todo el equipo por el gran partido que jugamos.

Al regreso de ese torneo te dejaron fuera de la selección. ¿Como te sentiste?

Al regreso se nombra como entrenador a Roberto Hernández y me dejó fuera del equipo. Él tomó la decisión de dejar varios jugadores fuera entre ellos yo. En aquellos tiempos, la selección se publicaba en el periódico, y así me enteré que estaba fuera. Me sentí mal, estaba en plenitud de forma. Duele, porque pienso que no fue la forma más correcta de dejarme fuera. Después me dije: el fútbol no es la selección y continué jugando. No había cumplido los 27 años cuando sucedió aquello, así que seguí entrenado para mejorar y en algún momento volver al equipo. Fueron dos años fuera hasta que tuvieron que llamarme nuevamente.

Francisco Fariñas regresa después de los Juegos Panamericanos de 1979. ¿Como vivió su retorno a la selección nacional?

Si me botas con 27 y me recoges con 29, por supuesto que no era el mismo. Me perdí los Juegos Centroamericanos del Caribe de 1978 y los Juegos Panamericanos de 1979. Lo que más me sorprendió es que, cuando me separaron del equipo, dijeron que había que darles paso a los jóvenes y cuando regresé, ya no quedaban casi ninguno de esos jugadores por los que supuestamente me habían separado en aquella convocatoria. Volví como titular, en poco tiempo de entrenamiento estaba en buena forma y seguí esforzándome para mantener el nivel.

Con la selección se viajaba mucho, pero en más de una ocasión tu vida estuvo en peligro, primero en países de África y en otra ocasión en Haití, donde un partido de eliminatoria mundialista se vio teñido de sangre tras la varios disparos.

La situación con Haití fue en la eliminatoria. Primero, se juega en Cuba y ellos nos empatan un juego en el Latinoamericano. El público no cabía. En el partido de vuelta, en Haití, Jorge Massó anota un gol y el estadio se volvió loco. El policía intervino y fue para arriba del árbitro de la línea y nos anularon el gol. Hubo disparos, el estadio temblaba y hubo varios muertos. En el caso de África, allí íbamos a topar con muchos equipos y sobrevolábamos zonas de guerra, estuvimos en peligro varias veces, pero en esa etapa de joven éramos muy atrevidos

Hoy, con poco más de experiencia ¿volverías a poner tu vida en riesgo de esa forma?

Lo haría de nuevo, si es para jugar fútbol.

Se acercaban los Juegos Olímpicos de Moscú 1980, pero días antes Fariñas atravesó unos problemas de salud que casi le quitan la vida y que lo sacaron de los esos Juegos.  

Estaba con el equipo nacional entrenando porque íbamos a una gira antes de ir a las Olimpiadas y me empiezo a sentir mal. Ese día tocaba pista, iba por la tercera vuelta y le dije al entrenador que me sentía mal. Me bañé y subí a cambiarme para ir para la casa. Cuando estaba en la puerta de la casa, que cargué a la niña, tuve un sangramiento digestivo que por poco me muero. Me llevaron a terapia y querían operarme pero mi familia no quiso. Ellos hicieron todo para que me recuperara: mi hermano fue caminando a El Rincón y mi mamá por otro lado en lo suyo. Me repitieron las pruebas y salí bien. Varios compañeros del equipo me fueron a visitar al hospital.

Mucho se habla de la posibilidad real de Cuba de jugar en otro mundial, sin embargo, la vez en la que se estuvo más cerca fue en la hexagonal celebrada en Honduras 1981, donde participó en su último evento con la selección nacional. ¿Qué recuerdos tienes de aquel evento?

Estamos convencidos de que el entrenador nuestro principal fue muy inocente. La preparación no fue muy buena, no tuvimos un juego internacional de tope, jugamos aquí adentro. Solo fuimos a una base en México unos días ante de la competencia y allí México nos conoció como equipo porque entrenábamos muy cerca de ellos y nos observaban. Incluso, fuimos juntos en el avión. Estaban muy pendientes de nosotros.

Si no te preparas bien, no vas a tener buenas actuaciones y más con el nivel que tenían todos esos equipos. Súmale que México nos estudió bien. Recuerdo también la relación con los mexicanos. Hicimos el viaje juntos a la competencia y pude compartir con muchos de ellos. El utilero del equipo mexicano nos ayudaba con los tacos, varias veces nos donó unos cuantos a los que necesitamos, todo eso debido a las buenas relaciones que tuvimos y que él era el dueño de una tienda. En dicha competencia intercambié también con Hugo Sánchez, quien fuera figura emblemática del Real Madrid

En el primer juego México nos golea, con Hugo Sánchez en su apogeo. Después viene el partido con Honduras y perdemos 2-0. El tercer partido lo íbamos ganando 2-0 y El Salvador y nos empató. Más allá de lo deportivo, conocí un poco más a los jugadores profesionales e hice buenos amigos allí.

¿Qué ha sido lo mejor que le ha dado el fútbol?

Lo mejor que me ha dado es que lo disfruté jugando y tuve buenos compañeros, buenos amigos, muchos entrenadores y la oportunidad de conocer muchos países y aquí estoy.

¿Tuviste ofertas de jugar en el extranjero?

En México tuve muchas ofertas, recuerdo que ellos me decían: la guagua no pasas dos veces. En otros países del área, como Panamá, también nos hicieron ofertas, pero nunca se concretaron.

¿Nunca pensó Francisco Fariñas en abandonar una delegación?

En Cuba pasaba momentos difíciles, había españoles que me decían que la Patria entraba por la barriga, pero nunca pasó por mi cabeza quedarme, porque la vida mía era mi familia, mis padres y mis hijos. Si hubiese tenido la oportunidad de jugar profesional como hoy, sí hubiese ido a otro país.

¿Crees que si tu generación hubiese tenido las oportunidades que se tienen hoy en día, fuera distinta la realidad del fútbol cubano?

Hubiésemos crecido mucho, a Massó lo invitaron a un mundialito al cual fueron grandes figuras en aquel momento. Se jugó en Guatemala y a Massó no lo dejaron participar. También, varios equipos como la Universidad de Chile querían a muchos de nosotros y no los dejaron.

¿Cuándo y porqué se produce tu retiro?¿ Estabas listo?

Al regresar de la eliminatoria de la hexagonal en Honduras en 1981 me piden que me quede, pero decidí retirarme. No te puedo decir que estaba preparado, porque yo seguía jugando. Tenía la idea de retirarme antes, pero no lo tenía claro. No me han hecho un retiro hasta el día de hoy.

Alexander Cruzata: «vivo para el fútbol, no de este, pero seguiré hasta que cierre mis ojos»

Una vez retirado, comienzas como profesor de Educación Física y posteriormente colaboras como entrenador de fútbol del equipo nacional en varias ocasiones, hasta que llegas a la dirección del equipo Habana FC, con el cual obtienes buenos resultados, incluido el último título de la provincia.

Para tener un buen resultado, lo primero que debes tener es un buen colectivo de trabajo y lo tenía. Eso me trajo buenos resultados. En cuanto al equipo, la mayoría había pasado por el equipo nacional, venían de la pirámide deportiva cubana y a muchos de ellos los entrené en los juveniles. En lo que respecta al trabajo con ellos, en colectivos técnicos anteriores había mucha disciplina, cosa que no rompí, pero sí rompí un poco con algunos esquemas teniendo en cuenta la situación del país, era un poco más flexible con su llegada a los entrenamientos. En los entrenamientos, sí era exigente, no había espacio para perder el tiempo ni cometer indisciplina.

Cuando era director técnico del equipo Habana le comentaron que debía sacar del equipo a varios jugadores por su vocación religiosa.

Se me acercaron y me dijeron que debía sacar del equipo a varios jugadores porque eran cristianos, entre ellos, a Miguel A. Gándara, Mario Rodríguez y Andrés Roldán Jr y Vladimir Alejo. Les dije a los directivos: “no lo voy hacer, ellos son mis mejores atletas y son excelentes personas”. En la actualidad, muchos me visitan y eso es lo que me satisface como persona. Yo no me iba a prestar para eso, incluso, ponía los entrenamientos y preparación de los partidos en otro horario para que ellos pudieran ir a la iglesia.

Después de lograr el título del Campeonato Nacional es llamado a formar parte del colectivo técnico de la selección nacional con el peruano Miguel Company. ¿Cómo viviste esa experiencia?

Nunca había tenido esa experiencia y con el currículo del entrenador peruano me pareció una buena oportunidad, por lo que acepté como asistente. Fue una experiencia muy positiva. Él tuvo buena compenetración con nosotros, confiaba. Era un entrenador muy inteligente, de táctica aprendimos mucho y el equipo mejoró bastante y yo en lo particular intervine mucho en la Copa Oro.

¿Se siente Francisco Fariñas atendido como gloria del deporte?

No he tenido un retiro como deportista. No me siento atendido realmente, te puedo decir que yo participo en algunas cosas, pero la atención así directa no la tengo. Tengo dos experiencias de eso: uno de mis hermanos se fue para Angola y los primeros días vinieron así y me dijeron que me iban a dar alguna cosa, pero más nunca han venido. Tengo un carnet de atención atletas, pero no lo utilizo, yo pago mis entradas en los estadios y tengo una vida normal.

Estuvo vinculado con la nueva Comisión Nacional de Fútbol, pero ya no está entre ellos.

Estuve al inicio en la comisión técnica, pero poco a poco me fui.

¿Qué sucedió? ¿Por qué no continuó con esa nueva dirección?

Primero, no hubo algo en concreto para explicarte realmente, porque no sé, exactamente yo fui dos veces que me avisaron para dos reuniones a las 9:00 am y las reuniones empezaron a las 11.00 am.  Un día parece que dije algo que no gustó mucho y ya tranquilo, no me llamaron más, cogí y yo solo me quité.

¿Porque no has seguido dirigiendo en los Campeonatos Nacionales

Lo principal es que la provincia no apoya en nada y el ambiente no me gustaba, tanto allí como en otras esferas. Personas como el Director de Actividades Deportivas y el Director del INDER no se preocupaban por nosotros, recuerdo que anunciábamos la preselección y ni ropa, ni tacos nos daban. Los futbolistas además de atletas, son seres humanos y necesitan cubrir sus necesidades. El dinero que nos daban al pasar por primer Conejito lo gastábamos todo, así es muy difícil entrenar. El año que ganamos el Campeonato Nacional solo nos dieron un cake, una botella de ron y para colmo, debíamos llevar la botella: no había estímulo por ser Campeón Nacional.

Uno de los hechos que más me hizo alejarme, fue que siempre no tenía el equipo completo. Los jugadores de La Habana que estaban en la selección eran plantilla del equipo pero no siempre estaban disponibles, a provincia no viajaban, y cuando tenía mi equipo listo y ya conformado, los entrenadores de la selección te exigían que los debías poner. Me mantenía firme y alineaba a quién yo creía que estaba en condiciones de juego. Entonces, me dediqué a entrenar aquí en mi municipio.

Ser un profesional de fútbol trae problemas en la familia. A veces, llegaba a la casa y no había nada para comer, no había quién hiciera los mandados. Mi familia me apoyo mucho en esa etapa.

¿Qué cree Francisco Fariñas que se puede hacer para mejorar el fútbol cubano?

Tenemos que mejorar internamente en todos los sentidos, necesitamos tener campeonatos nacionales de calidad, con más partidos que los que tiene ahora. El comisionado nacional tiene que exigirles más a los comisionados provinciales y todos comprometerse más con el fútbol. Se deben escuchar a personas con experiencia en este deporte que pueden ayudar mucho.

Siguen pasando los años y no hay balones, los equipos tienen que entrenar con balones prestados, eso no debe pasar. A todo ello se le suma las necesidades de cada atleta, los cuáles no ven resueltos sus principales problemas.

Debe existir un apoyo total a la base, chequeando sistemáticamente el trabajo del mismo y brindando las condiciones necesarias para poder entrenar. También pudiese existir una especie de apadrinamiento a los equipos.

¿Cree que sería positivo que se creara una Liga profesional?

Muchos jugadores de la selección nacional ya son profesionales y estamos atrás con respecto a cómo se está viviendo el fútbol a nivel mundial. Una liga profesional ayudaría mucho al fútbol, desde las condiciones para entrenar hasta lo económico. Un claro ejemplo es el crecimiento de los países del área: muchos ya tienen su liga profesional o semiprofesional. Antes no le ganaban a Cuba y en la actualidad no podemos ganarle.

¿Es feliz con la vida que lleva?

Sí, tengo mi familia. He perdido varios hermanos por cosas del destino, pero también tengo tres hijos de dos matrimonios que se llevan muy bien los tres. Me siento feliz además porque me queda mi hermano y tengo una hermana, la mayor.

El fútbol es parte de mi vida, va pasando el tiempo y recuerdo esos momentos gloriosos (algunos no tanto), pero recuerdos al fin, los cuáles viví y me enorgullezco de ellos. Agradezco a toda la generación de jugadores con los que me tocó compartir las canchas y otros que al paso del tiempo conocí en distintos lugares del mundo.

Estoy eternamente agradecido de todos los entrenadores que tuve, pues sin ellos, jamás hubiese alcanzado los resultados que logré en mi carrera. Mi familia fue muy importante en mi etapa como jugador, siempre me mostró un apoyo incondicional, hasta el punto de seguirme en las provincias. En la actualidad, alumnos y otras personas vinculados al mundo fútbol cubano me visitan y eso me satisface mucho, es como mi otra familia.

¿Has cumplido todo aquello que imaginaste de joven? ¿Qué te faltó por cumplir, no solo deportivamente sino en la vida?

Pienso que me faltó haber estudiado más, me parece que yo tenía bastante inteligencia, pero el fútbol me desvió un poco y me acomodé un poco en ese sentido.

¿Qué hace en la actualidad?

Me mantengo jugando en la Liga de Veteranos de La Polar, donde comparto con varios de mis compañeros. Eso es muy importantes para nosotros, allí se encuentran esparcidas las cenizas de muchos de los jugadores de Cuba.

Mantente actualizado con Telegram y disfruta nuestras historias en YouTube

¿Quieres estar siempre al tanto de la actualidad del deporte cubano? Únete a nuestro canal de Telegram: ¡lleva a Play Off en tu bolsillo! Haz click para seguirnos: Canal de Telegram Play-Off Magazine.

Historias de deporte cubano contadas con una mirada profunda a la vida personal de los protagonistas y la sociedad. Para disfrutar nuestras exclusivas suscríbete en: Canal de YouTube Play Off-Magazine.

Imagen cortesía de Foto: Play-Off Magazine

Autor