“La continuidad de nosotros depende de lo que pediría cualquier atleta. Que la Federación nos siga apoyando, como ha sido hasta ahora. Participar en el Circuito, no quedarnos estancados y estar a base de destellos ocasionales. Mantenernos constantes y que dependa de nosotros si el rendimiento sube o baja, y no por parte de la Federación”, dice Jorge Luis Alayo.
Él ha formado, junto a Noslen Díaz una de las mejores parejas del voleibol de playa en la actualidad. Al menos así lo demostraron en los Juegos Olímpicos de París 2024.
Gracias a una maratónica clasificación, que los llevó a sumar más de 3000 puntos en el ranking olímpico en pocos meses, los cubanos se dieron cita en la capital francesa. Con su desempeño, hicieron soñar a una afición a pesar de no estar en los pronósticos, y parte de la «culpa» de esto lo tiene el protagonista de la entrevista de hoy. Esta es la historia de Jorge Luis Alayo, con quien conversamos antes de partir a París 2024.
¿Cómo fue el proceso de clasificación para los Juegos Olímpicos de París 2024?
Fue un proceso largo y arduo, porque comenzamos desde el 2022 como pareja oficial Noslen Díaz y yo. Nuestro primer torneo importante fue en el Mundial de Roma 2022 donde aprendimos muchas cosas, como también nos dimos cuenta de otras más que nos faltaban. Fue el empezar del engranaje.
Ya entrando en la clasificación olímpica, empezamos en el 2023, donde obtuvimos por primera vez la oportunidad de participar en un Circuito Mundial, que fue en la Paz, México, que obtuvimos un noveno lugar.
A la semana fuimos a Itapema, Brasil, donde llegamos a nuestra primera semifinal dentro del Circuito, y fue como el destello de la pareja.
Este año abrimos en Qatar, Doha, donde no nos fue muy bien. Viajes largos, comenzando la preparación. Yo estaba un poco desfasado de peso, perdí mi masa muscular, y esos factores intervinieron en perder el primer partido clasificatorio, donde no entramos al torneo principal. Para mí en lo personal fue un golpe. Me dio a entender que debía entrar en mi forma física.
Salimos un mes después hacia Recife. Ahí entramos en nuestra primera final del Circuito, y caímos ante Evandro y Arthur, una dupla de alto nivel. En Saquarema obtuvimos otra medalla de plata, al perder en esta ocasión ante Andre y George, con quienes habíamos caído derrotados anteriormente en la final de los Juegos Panamericanos de Chile 2023. De ahí nos lo fuimos creyendo. Sabíamos que el proceso era fuerte, que prácticamente estábamos optando por las doce participaciones exactas.
En Guadalajara fue un torneo difícil para mí en lo personal, porque ya estaba saliendo el agotamiento físico. Soy un atleta que dependo mucho de mi físico, de estar en plena forma deportiva. Luego logramos un bronce en un Élite 16. Batimos un record personal, cuatro semifinales consecutivas, y eso ayudó mucho a nuestro proceso de clasificación.
En China obtuvimos un noveno. En ese torneo no teníamos la mentalidad, estábamos cansados, un viaje largo. Ahí nos pusimos a 80 puntos de los chilenos. Fueron momentos tensos, porque cuando nosotros caíamos, ellos levantaban.
La última bala que teníamos era en Polonia, mucha presión psicológica. Teníamos aún la opción del clasificatorio continental NORCECA, pero era muy arriesgado. En Polonia salió medalla de plata, y cuando te pones a ver, tuvimos un porcentaje de torneos y medallas muy bueno.
El problema es que todo era matemática. Suma de puntos. Empezamos en el lugar 37 del ranking olímpico, y era hasta el 18. Había que hilar fino, y si resbalabas, tenía que ser pegado.
Vayamos tus inicios. ¿Siempre fue el voleibol de playa tu primera opción?
A los seis años, por decisión de mis padres, entro en la PRE-EIDE Orestes de la Torre en Santa Clara, Villa Clara, mi provincia natal, a practicar natación por inseguridad de ellos. Era muy fresco con el agua. Me gustaba mucho la playa, la piscina, y no respetaba la profundidad. Estuve hasta los 11 años. Participé en los juegos provinciales de la categoría. Nadaba bien, para mí, pero no era de los mejores nadadores de Cuba. Después, por mi mamá, que es de las Morenas del Caribe de la década de los 80 a los 90, subcampeona Mundial y campeona Centroamericana, Inés María Moliner León, me decliné por el voleibol.
Entro a la EIDE en sexto grado, en el voleibol de sala como pasador, porque también era bajito, medía 1.65 m, hasta que, en noveno, por decisiones de la vida, decido cambiarme al voleibol de playa.
¿Cuál fue el motivo?
Decepciones con algunos entrenadores, con comisionados. Cosas que pasan en el mundo deportivo. Del enojo, mi primera decisión era irme de la escuela. Clara Gil Giménez, mi primera entrenadora de voleibol de playa, a la cual le agradezco mucho de lo que soy ahora y miembro de la familia, decidió darme esa segunda oportunidad. Mi mamá estaba renuente, porque quería que yo fuera de sala. Fue una guerra, pero lo entendió. Mi papá me apoyó mucho, al igual que mi familia.
En mi primer año como voleibolista de playa, fui campeón de los Juegos Nacionales Juveniles. Fue una adaptación muy dura para mí. Cambiar los medios, hacer mucho trabajo de resistencia. La final fue contra La Habana donde estaba Luis Enrique Reyes, quien ya era miembro del equipo nacional. En ese torneo terminé como mejor bloqueador.
Al año, entro como perspectiva inmediata para la selección nacional y formo dupla con Miguel Ángel Ayón como la primera pareja juvenil, con el que asistí a los terceros Juegos Olímpicos Juveniles, Buenos Aires 2018. Fue mi primera experiencia internacional fuera del área NORCECA. Promedié por partido de 5 a 10 bloqueos, le ganamos a una pareja de Rusia que llevaba dos años sin perder un set, y finalmente obtuvimos el quinto lugar.
En el curso 2018-2019, dejo de jugar con Ayón, y formo dupla con José Luis Aguilera, alias Chichí, que era la dupla de Luis Enrique Reyes en la selección nacional. Después estuve con Karel Peña un ciclo corto, porque decidió retirarse. Retorno con Aguilera y voy al Campeonato Mundial sub-21 del 2019 en Bréin, en el cual obtengo el noveno lugar con Lázaro Porte, integrante de la segunda pareja de Cuba que jugaba con Daniel Martínez. Luego suceden otros cambios hasta que luego de los Juegos de Cali 2022, formo la dupla con Noslen Díaz.
¿La decisión de formas la dupla es de ustedes o de los entrenadores?
Ese proyecto es de los entrenadores, por lo que ven todos los días en el entrenamiento. Una ventaja que teníamos Noslen y yo es que, aunque éramos rivales de cancha, siempre compartimos cuarto, lo cual normalmente hacen las duplas. Nos llevábamos muy bien, ahora somos como hermanos. Teníamos mucha rivalidad, con jocosidad, y nos cuidábamos. También nos conocíamos de los Juegos Escolares de la sala. Dentro de la cancha siempre lo entregábamos todo en el 1vs 1, con el máximo respeto, pero fuera siempre hubo ese cariño.
Es cierto que con Noslen Díaz has alcanzado los mejores resultados de tu carrera.
Lo primero fue el preolímpico en República Dominicana, donde logramos el oro en nuestro debut como pareja. Acto seguido jugamos en Aguascalientes un evento de la NORCECA, el cual ganamos.
Con él fue el levante de mi carrera, se lo debo a él. Me siento superorgulloso de formar la dupla con Noslen.
¿Cómo fue ese Mundial de Roma 2018 donde se dan a conocer al mundo?
En el partido del debut estuvimos muy presionados. Nuestro primer partido en la alta esfera, que fue una derrota contra Australia. Sabíamos que no habíamos jugado nuestro mejor voleibol. Nos repusimos, entramos en confianza de nuevo, y le ganamos a la principal dupla de Alemania, Ehlers y Wickler. Ese fue el partido donde se comenzaron a preguntar quiénes éramos nosotros, si no aparecíamos ni el ranking.
Después jugamos contra Uruguay he hicimos un partidazo contra Italia, Cottafava y Nicolai, en su casa. Jugamos contra dos en la cancha y 20 mil fuera. Pero fue un supertorneo. Los jugadores se quedaron impresionados con nosotros. Luego tuvimos una excelente secuencia de centroamericanos, final panamericana, Norceca. Nos ganamos el respeto de todos los jugadores. Ya todos saben lo que damos. Estamos en el top 10 del ranking, entramos a una clasificación olímpica. Son números que hablan por nosotros.
¿Qué representa estar en unos Juegos Olímpicos?
Para mí en lo personal es todo. El sacrificio desde los seis años como nadador, cuando empecé a practicar deportes, hasta ahora.
¿Qué vendría después del ciclo olímpico? Hemos visto que el equipo nacional del vóley de playa tiene poca estabilidad. ¿Te ves de aquí a unos años en el equipo nacional?
Soy una persona que voy paso por paso. No te sabría decir. Estamos terminando el ciclo olímpico, y está previsto que comencemos el próximo ciclo. La continuidad de nosotros depende de lo que pediría cualquier atleta. Que la Federación nos siga apoyando, como ha sido hasta ahora. Participar en el Circuito, no quedarnos estancados y estar a base de destellos ocasionales. Mantenernos constantes y que dependa de nosotros si el rendimiento sube o baja, y no por parte de la Federación.
¿Cómo ha influido tu familia en tu carrera?
En mi caso siempre ha habido apoyo. Por parte de mi hermana que fue atleta de alto rendimiento y mi mamá Morena del Caribe, que ambas saben el sacrificio que hay que hacer. Mi papá, que no quiero un padre mejor que ese. Aunque no fue deportista, es militar retirado, y siempre está apoyándome y dándome consejos. Yo digo que es mi psicólogo personal. Me he enriquecido con mi familia.
¿Cómo manejas la presión en eventos de alto nivel?
Dentro de la cancha, ves mi forma de jugar: gritando, expresándome. Es mi manera de soltar presión, de mantenerme centrado. Así mantengo la cabeza tranquila.
¿Qué aspectos de tu juego crees que son los mejores y cuáles crees que debes seguir mejorando?
Mi arma fundamental es mi fuerza de ataque. Mi saltabilidad, la fuerza física. Y desgraciadamente en el deporte, todo se puede mejorar, pero si me tengo que declinar por algo, un poco más la recepción, pero ya son cosas que se quedan para el próximo ciclo. Por ahora hay que tirar con lo que se tiene, que hasta ahora ha dado resultado.
¿Algún mensaje para voleibolistas que estén empezando su carrera?
Que no se decepcionen por mucho trabajo que estén pasando, eso significa que están más cerca del camino. Nada llega fácil en la vida. No abandonar el sueño
¿Y para la afición?
Darles gracias por el apoyo que nos brindaron. Fuimos una de las puertas del deporte en Cuba estos meses. Siempre salíamos en el noticiero, en las páginas de voleibol, y sabemos que la afición nos sigue. Pedirles que ese apoyo no se acabe, porque fue uno de los factores principales para lograr esto.
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