“Una medalla es lo que queremos”, dice Noslen Díaz, en referencia a sus primeros Juegos Olímpicos con la edad de 21 años. Solo por eso, ya se le puede considerar uno de los mejores voleibolistas playeros de Cuba en toda su historia.
Junto con Jorge Alayo se han convertido en una pareja top, y ahora, en París 2024 con menos presión luego de meses luchando la clasificación, salen a disfrutar y demostrar su mejor voleibol.
Natal de Artemisa, risueño, alegre, Noslen Díaz conversa con nosotros sobre sus inicios, su más reciente temporada y qué esperar de él en la capital francesa.
La entrevista fue realizada días antes de que la dupla saliera a Francia donde tendrían una base de entrenamiento con miras a loa Juegos Olímpicos. En el momento de publicación de esta entrevista, Noslen Díaz y Jorge Alayo habían vencido 2×0 con marcadores 21-18 y 21-18 a la dupla estadounidense de Miles Partain y Andrew Benesh, números nueve del mundo. Los cubanos, en la posición 11 del ranking mundial, enfrentarán el día 30 a la cabeza de grupo, la pareja brasileña de Andre Stein y George Wanderley, número tres del mundo y quienes tienen un saldo positivo sobre los cubanos de tres victorias y una derrota. Cerrando la fase de grupos, enfrentarán a la pareja marroquí el día 1ro de agosto.
¿Cómo comenzaste a practicar deportes?
Comencé en la categoría 7-8 años en béisbol con un entrenador llamado Michael. Desde ahí muchos entrenadores de la base de voleibol estuvieron siguiéndome para pedirme que me cambiara de deporte, hasta que en la categoría 9-10 comencé en voleibol. Me convencieron, y así estuve entrenando en el “50 aniversario” diariamente con mi entrenador Magdiel.
en la pelota jugaba primera base. Era bueno, teníamos buen equipo.
¿Cuándo eres captado al equipo nacional?
En sexto grado entro a la EIDE en voleibol de sala, pero nunca logramos avanzar. Para seguir entrenando me cambié al voleibol de playa para participar en el Campeonato Nacional. Muchos entrenadores me decían que tenía buenas perspectivas, y ahí logré una medalla de plata. Me fui embullando. Me invitaron a la selección nacional a entrenar con el equipo juvenil. En ese momento estaba el Moro y Francisco Álvarez Cutiño, mi entrenador actual. Me fue gustando hasta que me decidí completamente por el voleibol de playa.
En el voleibol de sala era auxiliar. Siempre me ha gustado mucho defender y recibir. Me iba bien pero no teníamos muchas condiciones, sin tabloncillo. Fue difícil.
¿Cuál fue tu primera experiencia con el equipo nacional juvenil?
Antes de entrar al equipo se hace una base en Varadero donde estuve un año, y es cuando me captan al equipo nacional.
Empecé con Luis Enrique Reyes. Fuimos a los Panamericanos Junior donde ganamos la medalla de oro. Muy contento de haber tenido esa experiencia con él, tremendo jugador. De ahí participamos en el Panamericano de Brasil sub 23 donde obtuvimos la medalla de plata. Perdimos la final contra Brasil en un gran juego, y clasificamos al equipo de mayores a los Juegos Panamericanos.
Luego de que Luis Enrique Reyes pidiese la baja, ¿cómo se forma tu dupla con Jorge Alayo?
Alayo venía muy bien. Había participado en las Olimpiadas Juveniles donde alcanzó el quinto lugar con Miguel Ángel Ayón. Nuestras familias conversaban mucho, nos llevábamos bien y había buena química. Siempre dormíamos juntos en la residencia, y teníamos esa competitividad cuando jugábamos en contra. Entonces los entrenadores decidieron unirnos, y estuvimos totalmente de acuerdo. Nos trazamos la tarea de seguir creciendo hasta llegar ha ser lo que somos hoy.
Una de las primeras competencias internacionales ya como pareja y donde se dan a conocer al mundo, fue en el Mundial del 2022 en Italia, donde llegaron hasta los octavos de final. Coméntame sobre esa experiencia
Participamos primero en el clasificatorio donde enfrentamos a un equipo fuerte. El de Taylor Sanders y Crabb, de Estados Unidos, de ahí al Mundial. Al ver a esos equipos recuerdo que nos impresionamos mucho, por ejemplo, con el equipo de Países Bajos. Jugadores muy buenos y con mucha estatura. Lo seguíamos por las redes. Fue una experiencia increíble, pero sabíamos que nos faltaba mucho por recorrer, madurez, como todos los procesos.
Tenía muchas ganas de jugar contra parejas de ese nivel. Vimos el fruto del esfuerzo. Recuerdo siempre el partido contra Italia, donde nunca habíamos tenido ese público en contra. Hasta ahí avanzamos en el Mundial.
Al otro año vuelven a competir en el Mundial de México.
Exactamente, contra otro equipo italiano y quedando en la misma ronda de octavos de final. Fue un buen paso, porque mantuvimos el resultado y la experiencia no dejó de ser buena. Antes del Mundial tuvimos una preparación en Rusia que nos apoyó muchísimo.
Llega el 2024 y comienza el proceso clasificatorio a París ¿Cómo lograron clasificar?
Nuestro vicepresidente del INDER, Ariel Sainz, nos da la confianza de poder participar en los tours. Comenzamos en Qatar, donde vimos que teníamos que ir cortando diferencias, y al haber perdido en la primera ronda nos chocó, porque los rivales se iban alejando. Después en Brasil con el público apoyándonos, salimos a luchar poco a poco. Cuando alcanzamos la primera medalla nos dimos cuenta que sí podíamos, y que teníamos la calidad para participar en el Circuito Mundial. Eso nos impulsó mucho más.
Luego en Saquarema obtuvimos la medalla de plata. Ahí también sumamos puntos importantes. De 3500 puntos que teníamos, a los 7000 que tenían Chile y Austria, que eran a los que teníamos que rebasar. Nadie creía en nosotros. Pero mantuvimos la mente positiva.
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¿Sacaban las cuentas constantemente de lo que hacían ustedes y los rivales?
Sí. Los lunes cuando actualizaban el ranking, veíamos y cuánto nos quedaba. También por el clasificatorio del área NORCEA, las parejas de Canadá y México estaban muy contentos de hubiésemos clasificado por el ranking, porque ya no tenían que enfrentarnos. Nos estaban apoyando.
Fue mucho el público que nos apoyó de Cuba y del extranjero. Experiencias muy bonitas. Personas que llegan y te regalan postales. Una experiencia muy buena.
El 10 de junio se oficializa la clasificación a los JJOO. ¿Cómo te sentiste?
Fue bonito ver todo el recorrido que hicimos para lograrlo. Hubo que pelear duro para cortar esa diferencia. Vivimos cada experiencia, disfrutamos cada medalla. Fue una satisfacción haberlo alcanzado. Nos sentimos ya en París, y ahora a prepararnos duro.
¿Qué podemos esperar de ustedes en París?
Queremos ir partido a partido, paso a paso, pero estamos deseando coger una medalla. No te voy a decir que no. Es una medalla lo que queremos luego de todo el esfuerzo realizado.
¿Se sientes con condiciones?
Con toda la fuerza y con todo el apoyo que tenemos, es para pelear por una medalla.
Luego de París 2024, ¿que viene para tu carrera?
Me gusta mucho el voleibol de playa, voy a seguir en él. Han cambiado mucho las cosas. Han hecho movimientos para que podamos alcanzar nuestros premios. El INDER nos está apoyando muchísimo en lo que son las competencias del Circuito Mundial, y si suceden esas cosas, no hay necesidad de irse. Estamos participando, ganando nuestro premio, y eso es lo más importante.
¿Cómo es tu rutina de entrenamiento?
En cada partido vemos al contrario y lo estudiamos, y mantenemos nuestra rutina de entrenamiento. Ejercicios de fortalecimiento, correr, mantenemos nuestra fuerza física que es lo principal.
¿Cómo te ha apoyado tu familia en tu carrera deportiva?
Gracias a ellos soy lo que soy. Mi papá fue entrenador de la selección nacional de atletismo, con Luis Enrique Sayas cuando fue subcampeón mundial juvenil al igual que con Víctor Moya. Se los agradezco mucho. Mi abuela me apoyó mucho cuando era béisbol.
¿Cómo manejas las expectativas y la presión en cada torneo?
No había margen a fallar, y uno se pone un poco tenso, nervioso. Quiere ganar como todos. Con mi compañero lo hablo todo. Cómo nos sentimos. Dependiendo cómo está cada uno, entonces el otro decide dar un poco más. Así salimos adelante.
¿Te sientes bien con Alayo como pareja?
Sí. Totalmente. Tremendo compañero de equipo, lo considero mi hermano. Es una química increíble la que tenemos.
Recientemente la segunda pareja se desintegró por diferentes motivos. ¿Tiene alguna afectación para el entrenamiento de ustedes?
En realidad, es muy importante un segundo equipo que nos apoye y que nos empuje en los entrenamientos. Tuvieron la oportunidad de participar en Rusia, donde no les fue muy bien. Se decepcionaron y decidieron abandonar la selección. Daniel Martínez ahora está jugando voleibol de sala donde le ha ido bien. Cada uno toma su decisión, y esa fue la de ellos.
¿Qué aspectos de tu juego entrenas más?
Principalmente la parte física, siempre me ayuda mucho. Y dentro de la cancha lo que más me gusta y más entreno es defender, al igual que el servicio.
¿Qué consejos le darías a los jóvenes voleibolistas?
Decirles que se preparen muy fuerte, que se enfoquen. Tienen que sacrificarse mucho, darlo todo en la cancha día tras día, que ojalá lleguen algún día a unos Juegos Olímpicos, a unos Panamericanos, para que puedan vivir esa experiencia. Que vivan cada momento que compitan y disfruten la tensión. Que salgan a la cancha y se diviertan.
¿Qué te motiva en tu carrera?
Dar un buen espectáculo. Me motiva participar en unos Juegos Olímpicos. Ese era mi sueño desde chiquito. Mi familia está contentísima con que esté y me puedan ver. Para mí esa es la mayor emoción que le puedo dar a mi familia, a mí, y a toda Cuba.
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