Terminaron los terceros cotejos particulares de la 58 Serie Nacional de Béisbol y el panorama, a simple vista, es esperanzador para los amantes de la pelota cubana: grandes rivalidades, una paridad palpable en el terreno de juego, estadios llenos y niños jugando en los parques.

Ofensivas robustas, jóvenes que se desarrollan, lanzamientos de más de 90 millas, veteranos que renacen, peloteros que regresan y equipos que reviven, armonizan un concierto agradable para los oídos de la fiel fanaticada en el comienzo de nuestro campeonato doméstico.

Aquí, encerrados dentro de nuestras fronteras, nos hemos quitado el traje de los miedos y las decepciones, hemos dejado afuera los espíritus burlones que le ponen zancadillas a nuestro deporte en eventos internacionales. También, cerramos la puerta en la cara a los problemas, mientras nos refugiamos en este lugarcito donde sí hay batazos oportunos y los partidos nunca se acaban hasta que se acaban.

PLAY BALL: ¿tiempos de nuevas dinastías beisboleras?

Afuera, los muchachos de la categoría 15-16 años dejaron escapar el último título mundial que nos quedaba. Nadie quiere pensar en campeonatos Panamericanos ni en boletos para Juegos Olímpicos. Pero dentro, varios hechos alimentan a las masas hambrientas de triunfos, de gritos y algarabías, de pasiones desbordadas y de sueños imposibles.

Las victorias de Industriales, los 10 turnos consecutivos bateando de hit de Yosvany Alarcón, el regreso triunfal de Maikel Folch -inmaculado en 11 entradas después de 5 años de ausencia-, la primera victoria en Series Nacionales del pirata Yaniel Alberto Zayas, ganador de la triple corona en el sub 23, o la forma ofensiva de prospectos como Pedro León (MAY) y César Prieto (CFG), son buenas noticias.

Vemos cinco equipos abrazados en la parte alta de la tabla de posiciones; Camagüey y Guantánamo encontraron el camino de la victoria; anhelamos el regreso de Despaigne, de Lázaro Blanco, de Yorbis Borroto, Gracial, Moinelo, Entenza o Frank Camilo, y pensamos en los play off: los aficionados tienen pan y circo y los directivos callan en espera de que el béisbol sane sólo.

PLAY BALL: Serie nacional de beisbol, luces y sombras

Dentro de unos meses, nuestro pasatiempo nacional saldrá al exterior para nuevas batallas, sumido en la amnesia transitoria y con deseos de triunfar. Pero quedará tendido, nuevamente, en la grama de cualquier estadio, vencido por cualquiera.

Llenaremos los estadios, perseguiremos el ruido de las pelotas al chocar con los bates, encerrados dentro de nuestras fronteras, y soñaremos con aquellas coronas mundiales que todavía no estamos preparados para reconquistar. Mientras tanto, nos vemos en el estadio.