Robeisy Ramírez perdió su corona ante Rafael Espinoza en una candidata a “pelea del año”. ¿Qué falló para que cayera el campeón y que hizo bien el aspirante? ¿Qué plan de combate se impuso en el espectáculo boxístico que regalaron en Florida? 

Hay elementos digamos que “tangibles” (preparación física, plan de pelea, capacidad de hacer ajustes en el mismo curso del combate) y otros intangibles (fortaleza mental e instinto para superar la adversidad) que pueden decidir el destino de dos boxeadores sobre el ring.  

Una vez terminada la contienda, es más “sencillo” hablar sobre qué falló o no durante la misma para entender el desenlace. Luego, claro está, se entiende que es boxeo y en el deporte, son la épica y la sorpresa las que escriben los nombres de los nuevos campeones.  

Entendiendo que hay muchos aspectos que no podremos conocer en su justa medida –como las interioridades del campamento de cada y la puesta en forma-, estas son algunas claves a posteriori para entender qué falló para al anterior campeón, El Tren Ramírez, y qué salió bien para El Divino Espinoza, el actual rey pluma de la OMB.  

Estrategia y plan de pelea: volumen vs. poder 

Las estrategias definen el curso de la pelea y permiten entender el camino de la misma. Fue una guerra de volumen contra poder, de muchos golpes contra golpes poderosos.  

Espinoza apostó por abrumar y llevar la iniciativa, algo que evidencia el martilleo constante y extraordinario durante todo combate. Lanzó desde todos los ángulos y sin dar un respiro para impresionar a los jueces. Incluso, usó esa cantidad como arma defensiva cuando, después de caer en el quinto round, parecía que se acercaba su fin.  

Del otro lado, El Tren se inclinó más por impactar con fuerza, con la búsqueda de la definición en el momento preciso, con eficiencia y por la vía rápida: quería noquear ante su afición.  

Según CompuBox, el mexicano dominó casi todas las categorías desde cantidad de golpes lanzados, las combinaciones, el uso del jab y los golpes que no cayeron al vacío. Robeisy lo superó en la efectividad y en los llamados golpes de poder.  

El Divino dio 222 golpes efectivos de un total de 995 que tiró en el combate (22,3 por ciento), mientras que El Tren asestó 119 de 376 (31,6 por ciento). Hablamos de un promedio de casi 100 golpes lanzados por round del aspirante contra 37 del campeón. Además de tirar mucho más, el mexicano también acertó 100 veces más que el cubano.  

Como explican los números, Robeisy se asentó en su poder para buscar el nocaut, con 101 golpes de este tipo. Su contrincante, por otro lado, empleó mucho más el jab para contener al cubano desde la distancia. De igual forma, hizo daño con su uppercut cuando entraba en la corta.  

El mexicano disparaba en ráfagas: lanzó 254 combinaciones en la pelea por solo 67 de Ramírez

Los momentos claves del combate Robeisy vs Espinoza: introducción, nudo y desenlace 

El combate no fue una línea constante, sino que estuvo marcado, podemos decir, por tres tramos: del primero al cuarto (dominados por Espinoza); del quinto al octavo, cuando Robeisy emparejó en cuanto a los aciertos y parecía llevarse la victoria por nocaut; desde el noveno en adelante, sobre todo en los últimos tres rounds, cuando la brecha en cuanto volumen fue abrumadora en favor el retador.  

En los 4 asaltos iniciales, El Divino tiró más, intentó llevar la iniciativa y El Tren estudiaba a su rival, al tiempo que conectaba con fuerza. Del lado del mexicano, se empezaba a imponer el ritmo constante durante todo el combate. Esto hizo que dos de los tres jueces le dieran al retador esos 4 asaltos de forma unánime.  

En el segundo acto (a partir del quinto), el campeón pareció dar un paso al frente en un intento de decidir la pelea. Sin conocer las interioridades del campamento, se puede pensar, acorde con los números de poder y volumen, que Ismael Salas ordenó a su pupilo tirar menos durante los episodios iniciales para llegado el momento, acelerar con poder en busca del nocaut.  

Robeisy casi logra su cometido en el quinto (la campana salvó a Espinoza después de su caída) y durante los siguientes capítulos, el mexicano aguantó a pie firme la embestida del cubano, que quería terminar ahí mismo. Siempre, eso sí, con contundencia más que volumen.  

Los jueces vieron mejor al Tren en ese tramo de la pelea y Espinoza, con problemas en su pierna, capeaba como mejor podía el temporal. Pese a la adversidad, seguía tirando. Si bien no era efectivo del todo, esto servía para mantenerse en la pelea.  

Pero la real diferencia, la que decidió las acciones para el retador, se dio desde el décimo en adelante, lo que podemos llamar el desenlace. Aquí, lo que hizo Espinoza fue extraordinario.  

Basta con mirar la gráfica de CompuBox: el mexicano fue una máquina de lanzar golpes en los últimos tres rounds y abrumó al cubano con 103-33 en punches landed, algo impresionante, pues no solo mantuvo su superioridad en ese aspecto, sino que amplió la diferencia.  

Fondo físico, variedad de golpes, manejo de la distancia 

El Divino Espinoza llegó a los asaltos finales con la cara golpeada, pero de pie y lanzando golpes de forma endemoniada. Iba siempre hacia adelante, fiel a su plan, y ponía en aprietos a su rival.  

Robeisy no mostraba el mismo daño en el rostro, pero no era capaz de igualar o siquiera acercarse al ritmo que desplegaba Espinoza. No era capaz de responder con la misma velocidad ni tampoco escapar por piernas del asedio de un hombre que tenía una de las suyas lastimadas.  

Para el último round, Ismael Salas le decía a Robeisy que “picara” y se moviera, “como los gallos”, pero el campeón no tenía fondo físico para hacerlo. Incluso, se vio desbordado en el cierre, con una caída que hizo a los jueces votar por un triple 10-8.  

Hay un elemento que quizás fue estudiado por el equipo de Salas: Espinoza había llegado a 10 asaltos apenas en una de sus anteriores presentaciones. Una gran mayoría, de hecho, no había pasado más allá del sexto round. Visto este punto, no podemos descartar que el campeón esperara a que aflorara el cansancio en su rival para tratar de rematar, como parece que ocurrió. Pero, esta “espera” no dio el resultado que buscaban. 

El Divino fue un azote con el uppercut, que rompió la guardia en varias ocasiones. Castigó la zona blanca del cubano y empleó el jab para marcar la distancia, como amenaza constante.  

El “corazón” de los mexicanos 

Espinoza hizo lo que se suele apreciar de muchos boxeadores mexicanos: ir hacia adelante, lanzar golpes y recibir, sin importar el desenlace. Estaba dispuesto a matar o morir ante el campeón.  

Cayó y se levantó. Cuando parecía acabado, no pudieron rematarlo y con un segundo aire, fue capaz de tomar el mando de la pelea. Lo movía la convicción de ser campeón, pese a que no era el favorito. Fue, si atendemos a su apodo, algo “Divino”.  

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Las claves finales de un desenlace 

Rafael Espinoza ganó su pelea de forma justa ante Robeisy Ramírez y se sacudió la etiqueta de “underdog” para emerger como campeón.  

En el choque de estrategias, salió ganadora la esquina del mexicano por encima del Team Ramírez, es decir, el volumen y la constancia superaron al poder y la eficiencia: mientras uno tiraba más, el otro trataba de terminar por la vía rápida.  

El ahora campeón lanzó más, manejó bien la distancia, usó mejor el jab (no como arma para dañar sino para contener o iniciar combinaciones) y mostró tener mandíbula dura para asimilar y seguir combatir.  

En cuanto a los momentos claves de la pelea, El Tren no pudo aprovechar el suyo ni tampoco los problemas de la pierna del mexicano. Por otro lado, Espinoza resistió en sus horas más oscuras y fue infinitamente superior en la recta final del combate, para cerrar de forma convincente.  

Para una próxima contienda –se habló de posible revancha-, la esquina de Ismael Salas tendrá que hacer ajustes en su plan para que Robeisy no se la juegue todas al nocaut ni se vea superado por el bombardeo incesante de su rival. También, habría que revisar si algo ocurrió con la preparación física de su pupilo, quien no tuvo respuestas para los rounds finales.  

Una revancha por la corona entre Robeisy y Espinoza sería, nadie lo duda, una de las peleas más seguidas del 2024 si se concreta. Porque hay un campeón que demostró su corazón y un excampeón que quiere recupera su corona.  

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Imagen cortesía de Top Rank
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