Ronald Egozcue es uno de los futsalistas cubanos más reconocidos en la historia de este deporte en la isla. Sirvió como puente entre la generación de oro de mediados de los 90 y la de este siglo, de la cual fue pieza clave durante la última aparición de Cuba en un mundial.
La carrera de Ronald Egozcue fue y es motivo de interés para todo aquel que quiera conocer qué es el futsal cubano. Su precocidad para integrar la selección mayor le permitió codearse con glorias de este deporte como Juan Carlos Portal, Isvén Román, Freddy Herrera, entre otros. Bebió de la meca de esta disciplina y lo añadió a su gran repertorio para convertirse en una de las leyendas del “fútbol de la calle”.
El equipo de Play-Off Magazine tuvo el placer de entrevistarlo y conocer un poco más de cerca sobre su vida, sobre quién fue, qué hizo y qué opina sobre el fútbol sala, de Cuba y el mundo.
¿Cómo llegas al deporte?
Comencé en el deporte jugando en el barrio, yo soy del municipio 10 de octubre y allí se jugaban los mundialitos de Aguayo que era un torneo de 4 vs 4 pero que participaban casi todos los jugadores de futsal, incluidos muchos del equipo nacional en ese momento. El entrenador del equipo Aguayo habló conmigo y me pidió que comenzara a asistir con mayor frecuencia para entrenar con ellos.
Es bien sabido que casi todos los futsalistas jugaron fútbol 11 en algún momento de su vida, pero contigo no fue así, ¿por qué?
Sí, es cierto que la mayoría pisa primero el césped y luego el tabloncillo, pero yo era un jugador de la calle, del barrio, el futsal es de esos lugares. Siempre me sentí cómodo practicando el sala, nunca pasé por el 11. Además, tampoco se me había presentado una oportunidad con anterioridad para hacerlo, así que he sido, por decirlo de alguna manera, fiel al futsal desde que lo conocí.
De esta forma, Ronald Egozcue dio sus primeros pasos en el deporte que se convertiría rápidamente en lo más importante de su vida, pero estudiar era clave para garantizar el futuro debido a los obstáculos que enfrenta el deportista cubano a diario, sobre todo en aquella época.
“Imagínate, eran los años 90, en pleno Periodo Especial, tenía que estudiar sí o sí, porque el deporte era más bien una afición para mí. Estudié informática y hoy día la estoy ejerciendo”, cuenta.
¿Cómo compaginó la informática con el fútbol?
Cuando teníamos que entrenar con la Habana o en el equipo nacional, a los jugadores que trabajaban nos daban una licencia deportiva por el tiempo que durara, generalmente el campeonato nacional duraba dos meses. Yo siempre estuve claro de que debía estudiar porque el futsal es un deporte recreativo, no está avalado por el INDER, por tanto, tenía que buscar la forma de ganarme la vida sin dejar de jugar al fútbol.
Las condiciones de entrenamiento, sea cual sea el deporte que practiquen los atletas cubanos, siempre son un tema delicado para tratar, sin embargo, el futsal lo tiene más complicado aún.
“Teníamos que entrenar en el Cerro Pelado porque no había tabloncillo propio. De esta forma, debíamos esperar que los balonmanistas terminaran su sesión para comenzar nosotros. Precisamente por ello muchas veces tuvimos que entrenar en el horario de almuerzo y eso dificultaba la relación trabajo-descanso de los atletas.
“Los atletas de futsal estábamos internados en el Pedro Marrero y nos trasladábamos para ir al Cerro Pelado a entrenar. Cuando teníamos doble sesión entrenábamos en la mañana y tarde para luego regresar al Marrero. A pesar de no tener las mejores condiciones siempre teníamos la mentalidad de entrenar lo mejor posible para mejorar nuestro rendimiento”, explica.
Sobre los cambios que deberían hacerse con respecto a ello, Ronald es de los que opina que al futsal se le debe atender porque se lo ha ganado con resultados.
“En el año 2016, Cuba no tuvo representación a nivel mundial de deportes colectivos con pelota, sin embargo, nosotros asistimos al campeonato del orbe en Colombia. El problema es que el futsal no es catalogado un deporte, sino una actividad recreativa. En mi opinión, creo que las condiciones del entrenamiento deben mejorar aun cuando sabemos que existen problemas económicos, pero al menos poder contar con un tabloncillo propio y balones para lograr un entrenamiento de calidad, es lo mínimo que se puede hacer por el futsal, pues creo que se lo ha ganado con méritos propios”, afirma.
¿Qué opinión tiene sobre el papel que juega el entrenador en este deporte?
El papel del entrenador es fundamental para el atleta, no solo en la parte deportiva, sino también en lo psicológico. Debe estar pendiente del atleta para poder tomar decisiones. Yo creo que aquí contamos con excelentes entrenadores porque además del conocimiento técnico-táctico, son muy unidos con sus jugadores.
Cuando Ronald Egozcue integró los equipos provinciales de Industriales y La Habana para luego representar a Cuba con la selección mayor, se dio cuenta que debía tomar el futsal con mayor seriedad. Su carácter afable y jovial demostraban que parecía no sentir presión, pero ya a ese nivel, debes tomarte la situación con otra mentalidad.
“En cuanto a resultados, disfruté mucho, gané varios campeonatos con el equipo La Habana y uno con Industriales. Este lo recuerdo bien porque tuvimos que enfrentar a La Habana y en aquel entonces era prácticamente un Dream Team con varios integrantes de la selección nacional en sus filas. Por esta razón fue muy satisfactorio para mí que el día de la final saliéramos airosos dos goles por cero con doblete de Frank Mayor.
“Todo atleta sueña con representar a su país en torneos internacionales, por ello cuando comencé a entrenar en el alto rendimiento me enfoqué en sacar lo mejor de mí, en mejorar a diario”, dice.
Cada momento en la vida de un atleta es único, pero Ronald tiene grabado en su retina y en su mente el más importante de la suya como si hubiese sido ayer.
“Una de las más grandes decepciones fue no integrar el equipo Cuba a los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro en 2007 donde por primera vez se jugó futsal en un evento de este tipo. Por ello me propuse siempre jugar un campeonato importante con mi país, y así fue. Sin embargo, jugarlo fue emocionante, pero el día que clasificamos fue inolvidable.
“El último juego del premundial en Costa Rica en el 2016 cuando vencimos a Canadá y significó nuestro pase a la cita del orbe estará para siempre en mi memoria. Ver la Kid Chocolate llena de público también era una sensación indescriptible”, expresa.
¿Cómo es el ambiente en los torneos mundiales? ¿Se siente mucho la presión?
Primero que todo, viajar y representar a mi país siempre era satisfactorio. Yo lo vi siempre como el resultado de mi esfuerzo y sacrificio. Salir de Cuba y ver mundo es siempre una experiencia inolvidable. Cuando te enfrentas a otros equipos te das cuenta de que el desarrollo de este deporte es vertiginoso en cualquier rincón del planeta. A veces me encuentro aficionados y me dicen que se notaba el nerviosismo, pero no es así, es que hay mucho nivel allí fuera. Mientras nosotros analizamos una jugada con el balón en los pies, nuestros rivales ya pensaron varias opciones de juego por el avanzado pensamiento técnico-táctico que tienen.
Tuvieron la oportunidad de jugar contra Brasil en una ocasión. ¿Cómo fue ese encuentro?
Fue un momento raro, ver a jugadores como Falcao o Ferrao delante de ti es impresionante. Los brasileños parecen que tienen manos en los pies, el talento es asombroso. Creo que ahí ganamos en experiencia, perdimos 8-2, pero la sensación era distinta. La gente en la calle nos felicitaba por haberles anotado dos goles y por haber recibido menos de diez, era una hazaña para ellos.
Por estos tiempos, las contrataciones de atletas cubanos en ligas extranjeras es una realidad que ha potenciado el deporte en varios aspectos. Ronald Egozcue, por su parte, opina sobre el tema, puesto que está a favor de que el futsal crezca en todos los sentidos.
“Sí, me hubiese encantado vivir en esta época de contrataciones como atleta activo. Para nadie es un secreto que el nivel del futsal en el área de CONCACAF ha crecido muchísimo. Lo estamos viendo con los jugadores de fútbol 11, sería muy importante para nosotros que los futsalistas viajaran, conocieran otras culturas, otros puntos de vista sobre el deporte. La gran diferencia entre ellos y nosotros es que tácticamente son muy buenos, de nada sirve tener todo el talento técnico del mundo si tácticamente no tienes buen desempeño. Creo que ahí está el quid de la cuestión”, dice.
¿Pensó usted alguna vez en emigrar?
Nunca pensé en eso, soy muy apegado a mi familia, a mi trabajo. Espiritualmente hablando, mi esposa, mi hijo y el fútbol son muy importantes, pero emigrar nunca estuvo en mis planes.
¿Qué época fue mejor, la suya o la de los 90´?
Los aficionados más viejos muchos dirían que la mejor época era la de antes, te hablo a mediados y finales de los 90. Es cierto que en ese entonces había mucho nivel y muchos torneos en el año que permitían mantener ese nivel competitivo pero todo eso era solamente en La Habana. Antes había más nivel técnico, pero la nueva generación estaba mejor preparada tácticamente dado el desarrollo que fue alcanzando el futsal. Luego se fue expandiendo a otras provincias y creció la masividad. Había mucho talento en Cuba entera durante mis tiempos.
¿Qué opina sobre la salud del futsal actualmente? ¿Cree que se ha olvidado este deporte?
No creo que el futsal se ha olvidado, al menos no para los aficionados, una muestra es que esta semana empezó el campeonato nacional en la Ramón Fonst y había bastante público porque a la gente le gusta y sigue el futsal. Pero creo que la federación debería darle más apoyo.
El campeonato nacional solamente duraba cinco juegos, ahora este nacional que empezó consiste en partidos de ida y vuelta. De esta forma, se juegan muchos más encuentros y eso es muy bueno para mantener el nivel competitivo de los jugadores.
Para que el futsal cubano pueda seguir siendo competitivo creo que es necesario contar con un tabloncillo propio donde entrenar sin depender de otros deportes. Los entrenadores deben superarse en cursos que da la FIFA o ellos mismos, en la medida que los entrenadores ganen en conocimiento lo pondrán en función de los jugadores y mejorarán sus habilidades sobre todo tácticamente que es muy importante en el futsal.
Usted comentó que la Kid Chocolate era un lugar especial. ¿Qué opina sobre la desaparición de esta instalación?
Cuando se supo que la Kid Chocolate se demolería, creo que no hubo un jugador o aficionado que no se haya molestado o entristecido. A pesar de que no era una instalación exclusiva de futsal, ahí se practicaban varios deportes, pero para todo el mundo esa era la casa del futsal. Allí se jugaron provinciales, campeonatos nacionales y cada torneo garantizaba que las gradas siempre estuvieran llenas.
¿Se siente olvidado Ronald Egozcue?
Para nada, me retiré en 2017, con 38 años, después de ganar el campeonato provincial con 10 de octubre. Podía seguir jugando, pero me convertí en papá y las prioridades cambian después de ese momento. Sin embargo, de vez en cuando juego en el barrio o en algún torneo como la liga “La Caliente” de Ciudad Libertad. Allí, muchos aficionados que van a ver los partidos me saludan y se quedan para ver si todavía me queda algo de fútbol.
¿Crees que cumpliste todas tus metas?
Los sueños sí se me cumplieron a pesar de muchos obstáculos por el camino, logré integrar la selección nacional y representar al país en torneos internacionales que es el sueño de cualquier atleta. Por otro lado, siempre tuve una excelente relación con jugadores y entrenadores. Por ejemplo, tuve la suerte de jugar junto a Freddy Herrera e Isvén Román y luego ser entrenado por ellos mismos en el equipo Habana y en la selección.
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