A Yordano (nacido el siete de septiembre del año 2000) me lo crucé de casualidad en la Ciudad Deportiva. Tiene un temperamento típico de un esgrimista. No paraba de moverse, como si estuviese disputando una estocada a un rival, con sus portentosos 1.92 metros y la espada bien firme sostenida con su diestra temible.

Después de haberse erigido, con apenas 16 años y en su estreno internacional, como doble medallista del Campeonato Panamericano categorías cadete (bronce) y juvenil (plata), Yordano se dedicó a escuchar todos los consejos del experimentado sablista Yoandri Iriarte, único representante antillano de la esgrima a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.

Otra muestra evidente de que esa disciplina deportiva dista considerablemente de sus años dorados en las décadas de los 80 y 90 del pasado siglo. Una de las causas fundamentales, además de la escasez de recursos para inyectar la infraestructura requerida para su práctica a niveles masivos, la constituye el casi nulo volumen de asaltos de primer nivel que patentan nuestros exponentes de las tres armas.

De hecho, en los últimos años, la espada ha llevado la voz cantante en un concierto de touchés en el que países de la región como Venezuela, México y Colombia, nos han desplazado. Eso sin contar en calidad de potencia a Estados Unidos y Canadá. Precisamente por ese motivo, el organizar la lid continental en el coliseo fue de suma importancia, no solo por el hecho de foguear a nuestra cantera con sus homólogos de mayor nivel, sino también para visualizar cuán distantes estamos en un año que tiene calendariado Mundial Juvenil y certamen clasificatorio para los III Juegos Olímpicos de la Juventud.

Con todos esos incentivos, finalmente le asesté una estocada a Yordano, logré neutralizar sus movimientos y sentarlo a mi lado:

Estreno internacional y presión del debutante en dos categorías. ¿Cómo lo manejaste?

Hasta el juvenil no lo pude manejar. De cierta manera competir en casa me hizo ganar un poco de confianza. Tenía condiciones para discutir el título en el cadete, pero la inexperiencia me pasó factura. Imagina verme en el cuadro de medallas en mi primera competencia internacional. Cedí 11-15 en semifinales ante el argentino pues estaba ansioso por tocar. Eso hizo que equivocara el plan táctico y buscara constantemente irme al ataque, cuando mi fuerte es la contra riposta y eso hizo que estuviera debajo todo el tiempo. De cualquier manera aspiro asistir al mundial cadete y buscar mi clasificación a los III Juegos Olímpicos de la Juventud.

Al torneo juvenil llegué con la experiencia del cadete y solo dos días de diferencia. No hubo margen a la relajación, pues entre mis rivales, el peruano que enfrenté y vencí (15-10 a Eduardo García) fue campeón de una fase de Copa del Mundo. Solo en la final el estadounidense Wesley Johnson, muy explosivo por cierto, me derrotó.

Nacido en Centro Habana, ¿por qué la esgrima?

Yordano de la Caridad Suárez exhibe su medalla de plata alcanzada en el panamericano juvenil celebrado en La Habana. FOTO: Calixto Llanes
Yordano de la Caridad Suárez exhibe su medalla de plata alcanzada en el panamericano juvenil celebrado en La Habana. FOTO: Calixto Llanes

“La academia de Trocadero siempre ha sido famosa por haber sido la sede de muchos de los mejores esgrimistas cubanos. Antes de la esgrima probé en judo, pero no me gustó mucho. Luego me captaron en cuarto grado y desde ese primer momento me apunté en espada. Considero que mis principales recursos se concentran en las defensas. Por mi talla controlo las distancias al estirar mis brazos y poseo estilo de combate de riposta. Defender y contraatacar constituyen mis armas”.

¿Cómo se comportó la preparación de cara a esta justa?

“Estuve entrenando con el elenco élite de espada masculina en el Cerro Pelado, poco más de un mes antes del Panamericano. Escuché cada detalle y consejo del profesor Jaine Hernández, de cada uno de los miembros de la preselección, acumulé asaltos con un nivel superior al mío, hasta que cuando llegó mi momento alcancé un resultado que individualmente significó la suma de 39 puntos para el ranking de la categoría”, (a propósito, marcha en el escaño 31del escalafón junior, comandado por el italiano Valerio Cuomo-173).

Es demasiado pronto en tu carrera, pero… ¿qué sientes que debes desarrollar o pulir?

“En primer lugar controlar mis emociones, la ansiedad casi siempre es una enemiga mortal. En cuanto a la técnica, continuar puliendo mi contra riposta y elevar los niveles de efectividad con la mano delante en el ataque, para evitar que los contrarios saquen la mano y me toquen con facilidad. Ese trabajo lo he venido desarrollando con mi actual entrenadora Arisneydis Verdecia, a quien le agradezco muchísimo y es quien me ha sacado adelante desde que llegé a la EIDE Mártires de Barbados. Nos entendemos y hay bastante confianza entre nosotros, dos cuestiones vitales para crecer en una pareja deportista-preparador”.

Los resultados de Yordano se complementaron con otra alegría previa en poder de la espada: la presea de plata entre mayores de Yunior Reytor poco más de dos semanas antes en la Copa del Mundo de Vancouver, Canadá. Yunior además, comanda el ranking de América y ocupa el puesto 18 gracias a 74 puntos, e incursionará entre los 278 esgrimistas de 50 países que prestigiarán el Grand Prix de Espada de Budapest, Hungría.

Cerramos con el rendimiento individual de Yordano en la Ciudad deportiva, tanto entre cadetes como en el concurso individual juvenil:

Cadete: En la ronda de poules se impuso en cuatro combates y perdió solo uno. Luego, en tabla de eliminación directa, superó a los cubanos Ariel Sotolongo (9-6) y Eriel Hernández (15-13), y al estadounidense Daniel Campbell (15-14). Eso antes de ceder a manos del albiceleste Lucio Pérez.

Juvenil: Terminó con balance de tres triunfos e igual número de fracasos en el poule, además de 22 touchés favorables y 23 permitidos. Luego en la tabla de 64 quedó bye y en la ronda de 32 prácticamente llenó de agujeros la camisilla del chileno Juan Palo García, a quien se impuso 15-3. En lo adelante doblegaría 10-4 al canadiense Matthew Litwin, 15-14 al mexicano Aldo Sánchez, 15-10 al peruano Eduardo García, y solo inclinó su rodilla 7-15 en la final a manos del estadounidense Wesley Johnson.

Imagen cortesía de Calixto N. Llanes