Alexander Navas fue la persona que ayudó a llevar a la cima al salto con pértiga cubano. Entrenador de Yarisley Silva desde los inicios del 2000, fue una figura fundamental para que la pinareña llegara a ser medallista olímpica y campeona mundial, toda una hazaña en una especialidad que no contaba ni con la tradición, ni con los recursos suficientes llegar tan lejos.  

Tras pasar enormes trabajos y sufrir algunas malas decisiones de sus jefes, él dejó junto a Yarisley un legado al alcance de muy pocos. 

Desde Pamplona, donde se encuentra ahora entregando su conocimiento en la garrocha y desde donde piensa esculpir una campeona olímpica, Alexander Navas atiende a Play-Off Magazine para conversar sobre su vida y de por qué no está en el equipo nacional de Cuba. 

¿Cómo usted llega al atletismo? 

Llegué con 12 años a la escuela Mártires de Barbados. Venía de la gimnástica y cuando terminamos la categoría 11-12 años iban a sacarla de la escuela. Entonces, mis padres no estuvieron de acuerdo y prefirieron cambiarme de deporte. Fue entonces cuando comencé en el atletismo, a entrenar pértiga. Ahí fueron mis inicios en este deporte, con 12 años apenas.  

¿Le hubiese gustado continuar en la gimnástica?  

Me hubiese gustado, pero también era difícil salir de la escuela después de llevar tanto tiempo ahí. Irme a otro medio me costaba un poco de trabajo la verdad y como nosotros vivíamos cerca de ahí -porque soy del Cotorro- acepté sin problema alguno el cambio. 

¿Le costó hacer el cambio de deporte?  

Realmente, no me costó mucho, porque los entrenadores de pértiga siempre buscan atletas que hayan tenido alguna formación de gimnástica, porque así se facilita un poco más el trabajo. A la vez que tengas dominada lo que es la parte acrobática, es más fácil enseñar la técnica de salto.  

Es enseñar a correr al atleta y a despegar porque ya la otra parte la tiene ganada. Es difícil para un entrenador que no tenga formación de gimnástica enseñar estos elementos que son fundamentales para la técnica de salto competitiva. Para mí, fue fácil. 

¿Comienza directamente en la pértiga?  

Siempre hubo saltadores de pértiga que ganaban los Juegos Centroamericanos. Cubanos como Robertico Fernández y Rubén García una serie de atletas que incluso a nivel del área tenían calidad.  

Como sabes, el campo y pista en aquel entonces tenía muchas figuras y la garrocha estaba opacada porque había muchos atletas: el atletismo cubano gozaba de muchas figuras. 

¿Contaban con las condiciones, digamos, ideales? 

Eso estaba bien complicado y en las EIDE donde estábamos nosotros en categorías escolares había muy pocos colchones, sí pesas. En cuanto a las pértigas, recuerdo que había una pértiga alemana, también americana y algunas francesas, pero la mayor dificultad siempre estuvo en los colchones para poder trabajar esta disciplina; realmente, eso era complicado. 

A nivel de equipo nacional y de ESPA también se dificultaba un poco el trabajo. Recuerdo que nosotros cuando éramos atletas y entrenábamos, íbamos al Pedro Marrero, donde había un poquito más de condiciones para el trabajo porque allí existían dos cochones, uno en el área y otro debajo del graderío. 

¿Hasta dónde llegó Alexander Navas como atleta? 

Lo mejor que hice fue ganar los Juegos Escolares del año 88, con salto de 4 metros la pértiga. Luego, logré un bronce en un especial juvenil en la Habana, cuando salté 4.20 m. 

Al siguiente año, me lastimé el tobillo con un esguince de grado tres y me costó bastante la recuperación y se demoró. Tuve prácticamente que dejar la pértiga, porque independientemente que ya en la EIDE no estaban las condiciones para nosotros, a medida que va aumentando la categoría el peligro va subiendo y las condiciones no eran las adecuadas.  

¿Cómo es ese momento de aceptar que tiene que dejar el deporte?  

Nos apoyaron bastante, porque nos quedamos ahí en la EIDE ya que no pude pasar a la ESPA nacional. Nos dejaron ahí hasta terminar el 12 grado. Nosotros íbamos encaminados a la carrera de licenciatura en Cultura Física. 

Entonces, se queda Alexander Navas sin el sueño de ser atleta de alto rendimiento y decide ser entrenador… 

Todos no podemos llegar al alto rendimiento, en aquel momento había muchos más atletas que hoy. Tuve que inclinarme por terminar el estudio y continuar como entrenador y eso fue lo que hice.  

¿Desde un primer momento comienza como entrenador de salto con pértiga o tuvo que dedicarse a hacer otras cosas? 

Termino la tesis en julio de 1996. La hicimos en el área de salto solamente viendo un estudio estadístico de los campeonatos mundiales juveniles del área. De salto, ya sea triple, longitud, altura y la pértiga y ahí pudimos llegar a varias conclusiones. 

Una de ellas era que en casi todas las pruebas había campeones mundiales juveniles de Cuba. En el largo, en el triple, en la altura, menos en la pértiga. 

Yo dije: si todos somos saltadores podemos lograr que en la pértiga también puede estar en el primer lugar. Claro, costaba mucho, era un sueño, pero nos empecinamos en eso y después salieron resultados. 

Tuve la suerte de que cuando me gradué, el comisionado me llevó para el Marrero, que era donde radicaba la Academia Provincial. Me gradué el 18 de julio y el primero de septiembre ya estaba trabajando. 

En los inicios me dediqué a buscar atletas, tuve que trabajar incluso con escolares que corrían. Fuimos con los chicos a correr, hicimos varias cosas, porque realmente ahí no había nada para trabajar. 

Hasta que el mismo comisionado me dice: aquí no hay nada de peso, ve para el Estadio Panamericano donde estaba trabajando con un grupo de atletas de La Habana y eso fue lo que hice. Allí me encuentro al profesor Palacios con un grupo de chicos de la EIDE que tenían alguna pértiga y estaban trabajando en la pista de calentamiento en la arena. 

Él llevaba el grupo de La Habana y comenzaba a desarrollarse el salto con pértiga femenino en Cuba. Ya se habían realizado las primeras captaciones en Juegos Escolares de atletas femeninas.  

Así fueron los comienzos, ahí estuve trabajando con Palacios ayudándolo. Aprendí mucho con él, también tengo que decirlo así porque fue el único entrenador de Cuba que se formó en la Unión Soviética. En esos primeros años estuve junto a él, hasta que en el año 99, tomó la decisión de irse de del equipo nacional por situaciones que tuvo allí y moverse a la Escuela Internacional a trabajar, entonces, me llaman a mí. 

Me dicen: ¿crees que puedes asumir el juvenil? Todavía no me sentía del todo preparado, hacía tres o cuatro años que me había graduado nada más y es difícil y tenía que llevar la academia provincial. Fue un reto y lo acepté, ya estaba ahí, y me dije: voy a asumir esto. Así llevé la Academia provincial y la nacional con atletas juveniles en los años 2000-2001-2002 más menos. 

Entrenador Alexander Navas y la pertiguista Yarisley Silva, figuras del atletismo cubano
Entrenador Alexander Navas y la pertiguista Yarisley Silva

¿Cómo era la adaptación en ese momento, porque, hasta cierto punto, la pértiga no tenía tradición? 

Fuimos a los Juegos Escolares, hicimos algunas captaciones de los atletas que vimos allí, me apoyé mucho de los entrenadores que estaban en aquel momento en provincia que tenían experiencia, porque al final tenían más experiencia que yo como entrenadores y ellos me ayudaron en eso. Nos sentamos todos, nos reunimos y decidimos entre todos quiénes iban a entrar al equipo juvenil. También hicimos una charla entre todos y ahí entramos a varios atletas.  

Entiendo que la pértiga en ese momento no era de las disciplinas más beneficiadas por parte del atletismo cubano, o sea, la que menos condiciones podía tener o una de las que menos se le financiaba porque como no había resultados de nivel… 

Sí claro, en esos años que estoy haciendo captaciones por allá en Santiago me encuentro a una atleta que provenía de la velocidad, medía 1.55. Realmente para la pértiga era baja, y le dije bueno, tienes la actitud para saltar y quería hacerlo. Yo te atenderé, le dije, pero no te puedo decir que vas a estar en el equipo nacional o en ningún lado, porque para ti no tengo espacio. Ella se apareció en la Habana y la atendimos e increíblemente estaban ya varias chicas ahí y fue ella la primera atleta que saltó 4.0 metros en Cuba proveniente de la velocidad. Era muy rápida e inteligente.  

¿Cuándo descubre a Yarisley Silva? 

Siendo ya entrenador juvenil en el 2002, en una de estas captaciones que hacíamos, aparece la figura de Yarisley Silva. Ella es de Pinar del Río, había un entrenador allí, Nilo Rodríguez, que trabajaba muy bien las pesas y teníamos una atleta de allá que fue la primera que ganó unos Juegos Centroamericanos por Cuba y le ganó a Yarisley en el 2006 en Cartagena. 

Teníamos buenas perspectivas con ella, llegó a los 4.20 m, pero se lastimó el tobillo y le costó mucho su recuperación, fue una de las que sufrió el hecho de que la pértiga no fuera de las punteras del área de salto.

En 2003, el entrenador del equipo nacional se va de misión o colaboración y me quedo solo con los varones, los juveniles y la academia. Yo solo con todo el mundo aquel año, fue bien complicado, pero bueno, le pedí ayuda a uno de los mejores entrenadores que ha tenido la pértiga en Cuba: Luis Miranda. Entre los dos trabajamos, nos dividimos un poco el grupo, él con los varones y yo con las chicas. Después, incluimos por un momento a García para colaborar con nosotros.  

¿En aquel momento no había giras internacionales o a usted no le tocaban? 

No me tocaba y era complicado. En el 2003 logré que una atleta viniera a España, con su 4.10 m o 4.20 m de marca, a dos o tres competiciones pequeñas y la atendió un entrenador español. Fue la primera apertura que tuvimos nosotros en Europa.  

Ella vino con un maletín lleno de documentación, de información que me mandó el profe de España, una cátedra de la pértiga mundial, porque tiene información de todo tipo todavía y eso me ayudó muchísimo. Creo que a partir de ahí cambiamos un poco lo que era el sistema de entrenamiento de salto, empecé a cambiar un poco las cosas y empezaron a salir un poco los resultados.  

En 2007, sale en los Juegos Panamericanos de Río con una medalla bronce y con récord nacional de 4.30 m y ya empezó a despuntar un poco. En el 2007-2008, logramos que fueran dos atletas a los Juegos Olímpicos.  

Lázaro Borges y Yarisley hicieron la marca, pero no tuvieron la oportunidad de participar en giras de nada. Todo fue hasta el punto de que se fueron de vacaciones para sus casas y estando ahí, los llamaron sin ningún tipo de preparación para que fueran a Beijing 2008. 

Ellos fueron con otros entrenadores, pero ninguno de pértiga: fueron sin nadie que les pudiera ayudar en plena competencia. Yarisley clasifica otra vez en el 2009 para el campeonato mundial de Berlín. Vuelve a saltar 4.50 m y tampoco nos llevaron a ninguna gira. Era duro porque pasando tanto trabajo, tanto sacrificio, innovando cosas para lograr un resultado y que al final ni tan siquiera te llevaran a una competición era complicado.  

En 2010, creo que fue un campeonato centroamericano en La Habana. Allí ganó Yarisley con 4.40 m. Ese año tampoco nos dieron la posibilidad de ir a ningún sitio, ni masculino, ni femenino. Yo estaba haciendo ya los papeles para salir de colaboración. Me decía, estoy arando el mar, estoy trabajando, tratando de sacar un resultado y no se nos da la oportunidad.  

Ya en el 2011, prácticamente cuando casi lo tenía todo listo, cambió la Comisión Nacional porque la anterior no nos ayudó en nada y la persona que entra me dice: no te vayas que te necesito aquí y en lo que yo pueda, te voy a apoyar. Era difícil la situación, pero tampoco quería dejar a la gente atrás y decidí quedarme.  

En el año 2011 es que todo empieza a cambiar un poco, tienen más atenciones y eso se ve también en los resultados del Mundial. 

Sí, realmente en 2011 con el cambio de la nueva dirección se nos dio un poco más de atención y un poco más de oportunidades. Trabajamos con más tranquilidad, con más entusiasmo, deseo de todo, porque ya me estaban apoyando un poquito más. 

Ese año tuvimos la posibilidad de trabajar además con Caballero también. Las dos saltaron 4.51 m en el mes de marzo y se les dio la oportunidad de salir a Brasil a un Grand Prix y fue el entrenador de masculino, yo no fui. Ahí Yarisley saltó 4.60 m, récord nacional, entonces, esto nos da la posibilidad de, por primera vez, ir a la gira de Europa en 2011. 

Fuimos con Yarisley y con Lázaro y yo con ambos atletas. Nos dijimos: esta oportunidad tenemos que aprovecharla porque creo que fue la primera vez que un garrochista salía a la gira de Europa porque competían en el área y estaban en México. Los dos estaban en muy buena forma y la aprovechamos.  

A la primera competición en Francia que fue sola, también se las arregló y ganó con 4.45 m. Yo pensaba que podíamos haber estado allí antes. De ahí en adelante comenzaron a salir los resultados. Después de que terminamos de competir en cinco o seis eventos, se acabaron las competencias antes del mundial de Daegu y este mismo amigo que tengo hoy en Pamplona nos dio la posibilidad de venir con todo el equipo. Pero, pero no se dio la oportunidad para hacer una base de entrenamiento hasta el mundial.  

Al final, solo fueron cuatro atletas. Yarisley terminó en quinto lugar con 4.70 y Lázaro fue subcampeón. 

¿Con el crecimiento deportivo de Yarisley tuvo que mejorar Alexander Navas como entrenador para estar a la altura? 

Convertirse de un entrenador de nivel centroamericano a uno de nivel mundial es solo un pequeño cambio, porque ya vienes con un recorrido. Solo cambia la posibilidad de competir más, adaptar y adecuar los conceptos, el plan de entrenamiento a las diferentes competiciones para lograr que el atleta llegue en forma deportiva a los eventos fundamentales. Eso lo logramos durante mucho tiempo, porque en el mundial Yarisley logra su mejor marca, pero también lo hizo en Guadalajara 2011, en Londres 2012 cuando saltó 4.75 m, que fue la misma altura de la campeona, pero perdió por un foul. 

Lo ha venido haciendo, lo hizo por mucho tiempo en la fundamental, lo logró en el 2014 su mejor marca también en el mundial de Polonia, que fue la mejor marca que tuvo en el año y después en los centroamericanos saltando 4.60. 

A medida que vas compitiendo, el entrenador va creciendo también, va haciendo adecuaciones, ya conoce al atleta y cómo va el sistema de competición. 

¿Cuál era la competencia fundamental, el Mundial o los Juegos Panamericanos? 

Primero, los Juegos Panamericanos, los Juegos Centroamericanos o los Olímpicos, después el Mundial. El compromiso fundamental del año son los juegos multidisciplinarios, lo otro es independiente y por supuesto que también quieres salir bien, porque estás entrenando en función de eso. 

A nosotros, nos tocó en el 2015 el Panamericano y el Mundial. Los jefes no veían a Yarisley bien, les decía: tranquilos, todavía falta para los Panamericanos, no se preocupen.  

En definitiva, ganó con 4.85 m en Toronto. Todo el mundo contento y feliz, es que ya uno va tomando experiencia de los años y así fue eso en 2015. Después fuimos para el mundial y ganó en el tercer intento con 4.90 m, una competencia de lujo.   

Retrocediendo un poco en el tiempo, ¿cómo recuerda el día de la medalla de plata olímpica?  

Londres nos cambió la vida realmente, nos colocó en lo más alto del mundo porque la una plata olímpica, es de hecho, la única medalla olímpica que hay en toda Latinoamérica de salto con pértiga y la única de Cuba.  

En el 2014, ganan bajo techo y tengo entendido que no habían competido prácticamente nada en ese tipo de superficie…  

Teníamos la experiencia de 2012 en el Mundial de Turquía. Empezamos a competir bajo techo 2012-2013. En 2014, un poco asumo que se hizo una buena preparación, pero no un buen descanso.  

No subimos porque en el 2013 le dan un carro a Yarisley. Cuando te dan un carro es como un juguete nuevo y ella quería aprender a manejar. Ya eso cansa. Entonces, tienes que entrenar y descansar y ella quería manejar. Fue con dificultad la preparación de ese primer macrociclo ese año y nos tocó venir para Europa a comenzar la competencia y cuando empezamos por Birmingham, Inglaterra y después de haber saltado 4.90 m el año anterior nos aparecimos aquí con 4.20 m. 

Me dice: “yo estoy mal”. Ella no quería competir más, pero teníamos que seguir preparándonos para el Mundial, pero ella tenía sus dudas. 

La competencia creo que la empezó en 4.40 m. Todavía no tenía seguridad del 4.60 m, pero en el tercer intento lo saltó y terminó ganando con 4.70. 

En 2016, cuando comenzó, había mucha ilusión: venía de ganar el mundial, de ganar los Juegos Panamericanos y eran los Juegos Olímpicos, podía ganarlos, pero terminó siendo un año muy difícil a nivel deportivo y sobre todo, personal. 

Sobre todo en lo personal, fue duro para ella. 

Ese año fue duro para todos, para ella y la familia. Yarisley se involucró como debía en la situación que había pasado a su novio. Se enfrentó a eso y se hizo responsable, al punto de que, por ejemplo, nosotros habíamos llegado a España un 15 de febrero y eso ocurrió a los tres días de haber llegado: tuvimos que regresar.  

Así fue durante toda la preparación con vista a los Juegos Olímpicos. Hubo muchas lagunas. Fuimos a México también para hacer unos entrenamientos y casi a los 15 días regresamos otra vez porque ella no se concentraba. 

Pese a eso, fue a los Juegos Olímpicos, pero tenía deuda de competencia, de entrenamiento, de concentración. Al final, esas cosas salen. Fue un golpe muy duro para ella. Esos eran sus juegos olímpicos. 

¿Crees que pudo haber llegado los 5 metros en algún momento? 

Saltó en el 2015 el 4.91 m, y en el mundial después 4.90 m. Los 5 metros estaban ahí, pero el 2016 fue difícil. Creo que después fue otra. A ella le afectó mucho esa situación y yo la veía sufrir. 

A partir de ese momento, después de haber sufrido tanto, le costó mucho el poder salir de ese estado, así lo veía yo en los entrenamientos y en su desarrollo. 

¿Cuánto les afectó a ustedes que los Juegos Olímpicos se corrieran 5 años? 

En 2019 terminó bien porque ganó en Lima con 4.75 m, después en Doha no quedó finalista porque realmente ese fue un Mundial de nivel. Ese año había mundial bajo techo, se suspendió también y luego se paralizó. Hubo que parar y nos afectó bastante. 

Cuba tomó la decisión de cerrar todo. Realmente, nos afectó bastante. Luego, cuando empezamos la preparación ya entraron otros factores a influir, además de las decisiones tomadas por la dirección del atletismo en aquel momento que afectaron mucho. 

Nunca estaban de acuerdo con las propuestas. Por ejemplo, la marca Puma me ofrecía a veces una base de entrenamiento y no se podía, o queríamos nosotros estar en un sitio donde pudiéramos entrenar mejor y no se podía, por decisión de la Comisión Nacional. Eso fue difícil.  

Para los Juegos Olímpicos, una de las malas decisiones fue llevarnos a una sola competencia. Mientras las rivales competían 15, 16, 18 veces, nosotros solo una vez, el 5 de julio en Francia. Pero bueno, cuando tú no eres del agrado de la dirección del deporte, pasan esas cosas. 

Llega al 2022 y Alexander Navas y Yarisley Silva deciden pedir la baja del equipo nacional. Hubo algunas dificultades en el campeonato mundial bajo techo y no participaron porque no llegaron las pértigas a tiempo… 

Esa baja es la consecuencia de varios problemas que se venían arrastrando desde 2019 más o menos, pero en el 2022 se le puso la tapa al pomo. Estábamos aquí en Europa, teníamos que regresar a La Habana por un tema de visado y demás, para luego regresar al Mundial. 

La dirección del deporte había decidido que yo no iba a ir esa competencia y entonces, tengo regresar. Pero antes de volver, tuve una reunión con el deporte aquí en Castellón, porque a ella no la tenían contemplada que fuera, pero clasifica. 

Las pértigas estaban en Castellón y tenían que volar a Belgrado, donde era el Mundial. Como tenía que regresar a La Habana, las dejamos allí para que se fueran con la delegación hacia el Mundial.  

Yo había conseguido un boleto para que fuera a La Habana y regresara. La comisión se comprometió a trasladar las pértigas… Llegó el día de salir, en aquel momento todavía estaban haciendo pruebas de Covid y la persona que designaron para llevar las pértigas dio positivo cuando se hizo el test. 

La delegación se fue y lo dejaron a él atrás y las pértigas se quedaron. Yarisley estaba en Belgrado y le exigieron que tenía que competir con pértigas prestadas y dijo que no: «Yo no soy una atleta cualquiera, no puedo venir a un Mundial a competir con pértigas que no son mías». 

Esto no es una jabalina, esto no es un disco, un implemento que es igual para todo el mundo: las pértigas son personales y ahí hubo otra discrepancia fuerte entre Yarisley y la dirección del deporte y se mantuvo su posición. 

Ellos tenían la responsabilidad de llevar los implementos y no lo hicieron. Entonces, la dirección del deporte decidió automáticamente enviarla para La Habana. 

Denunciamos aquello frente a las autoridades del INDER, todas esas cosas y fue un proceso bastante largo, pero lo hicimos. 

Perdimos un mundial, no hay problema, dijimos, vamos a continuar porque había otro y ella había clasificado, pero cuando se comienza la preparación de la segunda estructura, cuando fui a ver a la dirección del deporte para ver la preparación, me dijeron que ella no aparecía en el listado para participar en la gira de competencia de Europa. 

Nos mandaron a la dirección del INDER. Fue proceso de reuniones y nosotros estábamos pidiendo que nos atendiera la escuela, que nos atendiera la federación directamente, pero con esa dirección nosotros no queríamos. Decidimos nosotros terminar. Fue un final inmerecido para ambos. 

Si hubiese sido otra persona u otro comisionado, mucho antes le hubiesen despojado del cargo. Estamos hablando de que se esperó a terminar el Mundial, después de que muchos atletas abandonaron.  

Muchos de los mejores entrenadores de Cuba en esa época abandonaron o pidieron su baja en este periodo: ¿cree usted que tiene mucho que ver con con esta situación que se dio en estos últimos años? 

Para mí, sí. Creo que nunca antes el atletismo había tenido tantas salidas de personas que se fueron disgustadas. Creo que nunca antes había pasado algo así. 

¿Era una dirección tiránica? Hubo un vídeo incluso que se esparció por las redes sociales… 

Eso se hizo viral, a veces se da mucho largo a las cosas y caen en esto. Al final afecta al deporte y al país no tomar las decisiones a tiempo, o por no reconocer que me equivoqué: simplemente, por eso. 

Lázaro Borges, el campeón perseguido por las pértigas rotas

Ahora está trabajando en un club en Pamplona, en el Reino de Navarra. ¿Qué diferencia hay entre entrenar a un equipo nacional y entrenar dentro de un club?  

Esto que estoy haciendo ahora lo pude haber hecho hace mucho tiempo porque la idea siempre fue crear como un centro de alto rendimiento internacional de salto con pértiga. Lo quería hacer en Cuba, pero no teníamos las condiciones. 

La gente no podía ir a Cuba si nosotros no teníamos las condiciones. Hubo un momento en el que tuve a una italiana y una española allí, antes del Covid. La Puma, que patrocina el atletismo, nos había dado la posibilidad de desarrollar una segunda, tercera figura y esto también se vetó.  

Nos permitían llevar una o dos figuras para Europa y ellos pagaban, pero era terrible. Me dije: mañana, cuando no esté Yarisley, van a decir que no me preocupé por la reserva, pero yo tenía un proyecto hecho. 

Venía aquí, a Pamplona y mi amigo me daba algunas para llevarlas para Cuba y las repartía a los entrenadores de provincia para un poco desarrollar aquello, pero hubo que pararlo también. 

Una vez que termina Yarisley, me voy porque he estado prácticamente más de 25 años trabajando, pasando trabajo para sacar un atleta. En los últimos momentos, a parte de las situaciones que teníamos con la dirección, una de las cosas que más me dolió fue que llegué al estadio y me habían robado la parte de arriba del colchón. Se me salieron las lágrimas. Dije, no puede ser, el país invirtiendo dinero y que esto pase. 

Cuando termine, me dije, voy a tomarme un aire, porque fueron muchos años de sacrificio, de sol a sol. Tenía que recuperarme de todo lo que estaba sucediendo. 

Aquí estoy, intentando hacer una academia internacional de salto competitivo y desde aquí, tratando de ayudar a Cuba desde que vine. Una vez que cambiaron la dirección del deporte, cuando fui a la isla en diciembre, me reuní con el nuevo comisionado y le dije sobre la idea y mi voluntad de seguir contribuyendo a la federación cubana y con la pértiga. 

Tengo dos grupos, uno de primer nivel y el otro, que es el del club, es con atletas juveniles. En la sesión de la mañana trabajo con una chica que me mandó la federación española, de primer nivel. También, con un colombiano y estuve trabajando con una puertorriqueña.

¿Qué le parece Mondo Duplantis?, ¿hasta dónde puede llegar? 

Él es como nosotros los cubanos, que desde que tenemos 5 años ya tenemos un bate y una pelota, pero en su caso, el papá le regaló una pértiga. En este primer mundo, las personas tienen la posibilidad de, si tienes un patio, comprar un colchón y ponerlo. Para él, eso era más que un deporte, un hobby. Lo hace desde niño, por eso tiene los récords de todas las categorías  

¿Cree que pueda llegar a saltar los 6.30 m?  

Sí, como no. No está lejos, eso está ahí mismo. Lo que pasa es que, con el sistema este de competencias, en el que hay pago por los récords, tienes que ir de uno en uno.  

¿Contento Alexander Navas con su carrera? 

Estoy contento, trabajando tranquilo. Me han dado la posibilidad de seguir cooperando con la Federación Cubana. Me faltan cosas por lograr, porque uno como entrenador también tiene sueños y aspiraciones. 

No te puedo decir que tengo la atleta en la mano todavía, pero me falta el oro olímpico y nunca pude ganar una final de la Liga del Diamante: es lo único que me falta y voy por eso. 

La parada está bien alta, todavía no tengo la materia prima. Sigo trabajando, buscando poco a poco y ya el tiempo lo dirá. 

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Imagen cortesía de Redes sociales de Yarisley Silva