Con un swing potente, el joven desapareció la pelota por encima de una construcción con techo de zinc que estaba más allá de los límites del terreno del Ciénaga, en la Habana. Era el mismo que venía buscando para una entrevista, aquel talento en bruto que salió legalmente del país un 11 de septiembre hace cinco años atrás, y que ahora había regresado con el afán de volverse a vestir con la camiseta de Industriales.

Su nombre: Ariel Hechavarría Calvo, un slugger de 28 años que un día emigró como tantos otros peloteros de su generación en busca de un contrato profesional y que, a pesar de sus excelentes herramientas para este deporte, no pudo cumplir sus sueños, víctima de agentes inescrupulosos o de la maldita suerte.

El tremendo bambinazo que acababa de ver reafirmaba los comentarios que escuchaba desde hacía un tiempo atrás, cuando la noticia de su regreso se esparció por las redes sociales: “hombre de fuerza”, “le viene como anillo al dedo a los azules capitalinos”.

“Es un buen pelotero y sería una muy buena opción para el equipo Industriales porque en la pelota se gana por carreras, hay que tener fuerza y esa él la tiene. Quizás tiene que ir limando algunas cositas para que esté listo, pero tiempo hay para eso”, me dijo el otrora lanzador estelar de los felinos, Lázaro de la Torre, quien fungía como árbitro en ese partido final de la Copa Ciénaga, donde se desempeñaron varios peloteros de Industriales para ir calentando las turbinas antes del comienzo de los entrenamientos.

Ariel Hechavarría, de 1.91 metros de estatura y cerca de los 90 kilos de peso, tuvo gran destaque en los campeonatos para menores de 23 años en que jugó y participó en tres Series Nacionales antes de abandonar el país, dos con Industriales y uno con la Isla de la Juventud. Dejó allí números aceptables para un joven en desarrollo con 15 cuadrangulares, 13 dobles, 3 triples, 68 carreras impulsadas, y un promedio ofensivo de .277, todo en 385 visitas oficiales al plato.

Su poder, velocidad en las bases, buen brazo, y versatilidad a la defensa, prometían una carrera exitosa en el ámbito profesional, pero no sería el único ni el último que necesitaría más que su calidad para imponerse en este complejo mundo de las bolas y los strikes.

La entrevista para Play-Off Magazine fue fluida, en confianza, como si nos hubiéramos conocido hace mucho tiempo atrás.

Pelotero cubano Ariel Hechavarría
Pelotero cubano Ariel Hechavarría

¿Cuáles son las razones principales por la que decide emigrar Ariel Hechavarría?

Muy simple, salí buscando un futuro mejor para mi carrera como todos, una mejora económica.

¿Cuándo firmas tu primer contrato profesional?

Firmé al año de estar fuera del país con los Navegantes de Magallanes, un equipo de la Liga Profesional de Venezuela: eso fue un día antes de comenzar la temporada.

¿Es cierto que hubo irregularidades con el cobro de tu contrato?

Sí, es cierto. La historia es larga, pero para abreviarla te cuento que firmé dos contratos, uno por 12 mil dólares y otro por 6 mil. De ambos tenían que descontarme un 40%, se suponía que el segundo era el oficial porque no estaba firmado para ninguna organización de la MLB como la mayoría de los peloteros que jugaban en esas ligas.

A la hora del cobro, el económico del equipo me mostró la transacción de 12 mil a la cuenta de uno de mis representantes, al que le reclamé cómo era eso posible si habíamos acordado que el oficial era el de 6 mil y a mis manos sólo habían llegado 3 mil 600.

Discutí con él y nada, el sinvergüenza me dijo que él no era un ladrón y que yo estaba equivocado, pero yo vi la transferencia, nadie me lo contó. La prueba de la estafa estaba ahí.

Como parte del equipo de los Navegantes de Magallanes nunca pudiste debutar. ¿Por qué?

Hasta el sol de hoy me parece increíble que no me dieron ni un turno al bate habiéndome ganado la titularidad en los juegos de preparación antes de la temporada. Una vez que comenzó esta me busqué una y otra vez en el line-up y un compañero me dijo: Cuba, no estás, tranquilo.

Dos subseries más tarde, en un juego contra los Cardenales de Lara, el director me llamó a la oficina y me dijo que el picheo se había comportado mal y tomarían la decisión de bajarme a mí a la serie paralela para subir un lanzador. Eso fue todo.

En la liga paralela te destacaste

Sí, gracias a Dios seguí con un resultado positivo en la paralela. Luego me invitaron al Juego de las Estrellas de la liga grande y conecté un jonrón en el octavo inning para empatar el partido. Ahí pensé que me acabarían de subir de una vez, pero nada. Allí seguí hasta el final del campeonato.

Fue ahí cuando le perdimos la pista a Ariel Hechavarría. ¿Qué pasó después?

Debido a ese problema de la estafa y a algunos otros no tan serios como ese, rompí contrato con mi agente. Tiempo después formé una hermosa familia con mi esposa y mis dos niños, por lo cual me tuve que desvincular varios meses del béisbol.

¿Ese tiempo fuera hizo que bajara en algo tu calidad en el terreno?

Para nada. Cuando regresé las condiciones estaban intactas, eso sí, me llevó un par de meses ponerme 100 por ciento, ready de nuevo.

¿Por qué un pelotero de tu talento no pudo conseguir después un contrato en República Dominicana?

Creo que, principalmente, la edad influyó mucho, pero igual era fiel creyente de que, con un buen trabajo, lo conseguiría. Lamentablemente, no solo se necesita hacer un buen trabajo, también es importante tener los contactos en el mercado. Llegué con 26 años y se me fue todo ese año entrenado por la pandemia.

Luego comencé a hacer presentaciones para franquicias de Grandes Ligas, pero te digo que gracias a Dios me siento satisfecho porque por mí no quedó: hice lo que tenía que hacer en el terreno, pero los scouts decían que buscaban más jóvenes.

Otras veces me decían que hablarían con sus jefes y al final todo quedaba en el aire. Me vieron dando lo mejor de mí en pruebas y en juegos, incluso me vieron dando jonrón. Muchas veces me pedían que agarrara otro turno, hacía buenas conexiones y nada, una vez más decían: buen trabajo, hablaremos con nuestros jefes.

¿Por qué decides regresar a Cuba?

Decidí regresar cuando me di cuenta de que podían seguir pasando los años y sería aún más difícil jugar aquí o allá. Aún soy joven, tengo 28 años y puedo seguir luchando en el béisbol. Me motivó la familia, pero sobre todo una frase cristiana que leí en esos días de indecisión que decía: ¡no desperdicies tu talento!

¿Cuán diferente es este Ariel Hecheverría de hoy al de hace cinco años cuando vestía los colores de Industriales?

Creo que sigo siendo la misma persona trabajadora y enfocada, sólo que aprendí un poco más a confiar en mis habilidades

¿Hay mucha diferencia entre la calidad de la Serie Nacional y en las Ligas que jugaste en el exterior?

Sí, hay bastante diferencia sobre todo en el picheo.

¿Podemos seguir diciendo que Ariel Hechavarría es un pelotero de fuerza y muy rápido en las bases?

Hasta ahora me veo las mismas condiciones

¿Cómo va al proceso de repatriación? ¿Podrás estar con Industriales al comienzo de la serie?

Yo espero que sí. Me dijeron que debía tardar máximo 3 o 4 meses, pero tú sabes cómo son esas cosas. Si se pudiese agilizar sería un éxito. La serie debe comenzar en enero, mi proceso lo hice hace ya tiempo desde que estaba en República Dominicana, pero aquí llegó en octubre, así que yo calculo que a más tardar en enero esté listo todo.

¿Has hablado con los directivos de la capital? ¿Hay disposición para ayudarte y crees que puedan acelerar un poco el trámite?

He mantenido comunicación con ellos. Considero que hasta ahora hay disposición de ayudarme, no sé si puedan agilizarlo, pero yo espero que sí.

¿Cómo has mantenido la forma deportiva en todo este tiempo que estás en Cuba?

Me he mantenido entrenado en el terreno del DELSA con el profesor Lázaro De la Torre. Estoy haciendo gimnasio y jugué en esta liga donde me viste y me ha ido bastante bien.

¿En qué posición te sientes más cómodo ahora?

Siempre me ha gustado la tercera base, pero realmente me siento más cómodo en los jardines.

Un consejo para los jóvenes que ahora mismo están pensando en emigrar en busca de un contrato profesional

Nadie escarmienta por cabeza ajena, pero de igual manera no todos tienen que correr con la misma suerte. Un consejo de mi parte para todo aquel que piensa emigrar en busca de un contrato profesional sería que no confíen en nadie, que sea lo que decidan hacer, pero siempre asesórense antes de firmar cualquier documento, eso es una de las tantas cosas superimportantes a tener en cuenta.

Me gustaría que le dijeras a la exigente fanaticada de la capital por qué tú crees que un equipo como Industriales necesita de un pelotero como Ariel Hechavarría

Independientemente de cualquier habilidad que yo pueda tener en el campo, Industriales me podría necesitar más por mi mentalidad positiva y ganadora. Creo que no es necesario tener una supernómina, pues «el talento gana partidos pero el trabajo en equipo gana campeonatos”. Es todo lo que necesitamos: trabajo en equipo.

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Imagen cortesía de Boris Luis Cabrera