Dejar a su hijo pequeño en Cuba y lanzarse a la peligrosa travesía por Centroamérica fue una de las decisiones más duras que ha tomado en su vida el boxeador Jorge Luis Moracén. Pero, “The Wolf” tenía una razón poderosa para separarse del pequeño, por aquel entonces, con unas semanas de nacido.
“Soy el padre, soy joven y tengo que luchar por él, pero no me gustaría estar pasando por lo que estoy pasando ahora. Lo extraño mucho, tengo ganas de verlo, ganas de tocarlo, ganas de estar con él y no puedo”, cuenta el joven pugilista.
Con una carrera corta, pero creciente, y mucha juventud, Jorge Luis Moracén salió de su país para intentar salir adelante en los circuitos profesionales. El boxeo corre por sus venas y tiene un ejemplo para seguir: su hermano e ídolo, el bicampeón olímpico Roniel Iglesias.
En Estados Unidos, Jorge Luis “The Wolf” Moracén no conoce la derrota como profesional y se siente “agradecido con la vida” por la oportunidad de subir al ring en busca de sus sueños. Actualmente, se encuentra bajo la tutela del exboxeador Yordanis Despaigne.
Entre sus actuaciones destacadas dentro del circuito profesional se encuentran la victoria sobre el húngaro Zsolt Birkas en “Puños de Furia” del Hard Rock Hotel de Hollywood. El vueltabajero, que debutó el 10 de junio de 2023, es considerado como uno de los prospectos del boxeo cubano a seguir y lograr títulos dentro del circuito profesional.
¿Cómo llega Jorge Luis Moracén al boxeo?
Desde pequeño, era el deporte que veía en la familia. Tenía a mi hermano Roniel Iglesias que lo practicaba y, ya en la primaria, empecé a practicarlo yo también. Me gustaba mucho y era aventajado.
El primer deporte que practiqué fue ese, pero hubo un tiempo en el que lo dejé y me apunté en fútbol porque me gustaba mucho. No obstante, después volví de nuevo al boxeo porque vi que, verdaderamente, era lo que me gustaba y en lo que era talentoso.
¿Qué significa la figura de Roniel Iglesias para ti?
En la decisión de practicar boxeo mi hermano influyó al cien por ciento porque es lo que vi desde que yo era pequeño. Yo observaba todos sus triunfos, sus logros, el amor al deporte que tenía y por eso me incliné por el deporte y cogí mucho amor a mi carrera.
Él siempre está apoyándome en todas las competencias y al tanto de mis entrenamientos, me da consejos. En mi carrera deportiva él me ha servido y me sirve siempre de inspiración, de ejemplo y es mi ídolo como boxeador.
¿Cómo fue la carrera de Jorge Luis Moracén en Cuba?
En realidad, en Cuba yo nada más que practiqué boxeo en la etapa juvenil y gané dos medallas de plata y dos de oro en nacionales. En noveno grado, me subieron para la ESPA nacional, fui el único de mi categoría que subieron la ESPA nacional.
En ese mismo año, tuve un viaje a Estados Unidos para un tope de Cuba contra Estados Unidos en Pensilvania. Después, logré un buen resultado en una competencia en Rusia, en San Petersburgo.
Según ha contado el pugilista, el hecho de ver el estadio de los Piratas de piratas de Pittsburgh, (con apenas quince años), lo impresionó muchísimo y tuvo la idea de quedarse en los Estados Unidos permanentemente cuando cumpliera la mayoría de edad.
En la medida en la que “El Lobo” fue alcanzando la madurez, sus objetivos cambiaron. El pinareño no quería el podio bajo los cinco aros, como su hermano mayor, sino que veía su futuro en el circuito profesional. A los dieciocho años, Jorge Luis Moracén decidió emprender la ruta trazada antes por miles coterráneos, a través de Centroamérica, para llegar a los Estados Unidos.
Lo que me llevó a salir del país es que mi sueño pasó de ser campeón olímpico a querer ser campeón profesional. Me incliné por el profesionalismo y por eso vine a este país, a realizar mi sueño y ser campeón mundial profesional.
Salí del país hacia Nicaragua, como han emigrado muchos cubanos. Hice la travesía desde ahí, cruzando países hasta llegar a la frontera con Estados Unidos.
Al momento de dejar Cuba no lo conversé con nadie, solo con mi mamá. Le dije que era mi sueño y lo que quería hacer. Era mi decisión.
Llegué a Estados Unidos con veinte años, ya voy a cumplir dos años aquí. Cambió mucho mi llegada porque, con esa edad, todavía eres menor y a los 21 es que se cumple la mayoría de edad aquí.
Eso me cambió mucho la vida porque tuve que coger más responsabilidad en muchas cosas porque, en realidad, estoy solo aquí. No tengo ningún familiar y es muy diferente todo, es un poco más duro, aquí todo es más rápido.
El trayecto hacia el boxeo profesional de Jorge Luis Moracén está lleno de grandes esfuerzos, entre ellos, el haber dejado un pedacito suyo en Cuba, cuando tenía poco tiempo de vida: su hijo.
Dejar a mi hijo ha sido una de las cosas que más me han golpeado hasta el sol de hoy y me sigue golpeando. Eso es lo que más me duele a mí, haber dejado a mi hijo atrás. Fue duro porque solo tenía un mes de nacido y fue difícil.
Gracias a Dios viví una travesía bastante buena, dentro de lo que cabe, porque eso viajes son peligrosos. Siempre uno corre riesgos, corre peligro, porque la palabra lo dice: “travesía”. Gracias a Dios, nunca pasé por un momento así desagradable en el que haya corrido mucho peligro.
¿Cómo valoras el comienzo de tu carrera profesional, en la cual, te mantienes invicto?
Ahora mismo me siento bien, estoy comenzando mi carrera. Gracias a Dios ya voy por un récord de 4-0 (4-KOs) y he comenzado muy bien mi carrera deportiva, me siento bien con mi equipo de trabajo. Espero tener grandes resultados aquí en el boxeo profesional. No paro hasta ser campeón mundial y estoy trabajando para ser el mejor en la división en la que esté.
Si comparo mi carrera de ahora, con la de antes todo es distinto porque es un boxeo muy diferente; he aprendido muchas cosas y cambiado mucho. Hay un cambio de amateur a profesional, he tenido que perfeccionar muchas cosas, pero las dos han sido etapas muy bonitas, pero diferentes.
Aquí no he hecho más nada que entrenar. Al principio, cuando llegué, sí estuve unos meses sin entrenar, parado; aunque desde que llegué siempre tuve mi meta clara, que lo quería y lo que iba a hacer era entrenar, y lo único que he hecho aquí es eso.
Esos meses, antes de empezar a entrenar, estuve en Tampa, en casa de una amistad, quien es como si fuera parte de mi familia, como un padre para mí. Me mantuve ese tiempo organizándome por allá hasta que bajé para Miami a ejercer el deporte.
Al cabo de cinco o seis meses de haber llegado al país comencé con mis entrenamientos, busqué a las personas correctas y hasta el sol de hoy.
¿Qué significa para ti el equipo de trabajo que tienes a tu lado?
Estar bien con su equipo es importante para que fluyas en los entrenamientos. Eso influye en tu carrera deportiva. Es fundamental y es muy importante que con el equipo de trabajo te sientas bien, cómodo porque un boxeador que no se sienta bien con ellos nunca llegar a ser nadie ni tener buenos resultados.
Por otra parte, he tenido que ponerle mucho empeño, mucha dedicación y esforzarme un 120% para adaptarme al profesionalismo, porque todos los días se aprende algo nuevo aquí en el boxeo profesional.
Es una enseñanza todos los días ir al gimnasio con tal de aprender algo nuevo, técnicas, etc. Es, como quien dice, un nuevo comienzo.
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¿Cómo recuerdas el debut como profesional en los Estados Unidos?
Mi debut fue una de las mayores experiencias que he tenido en el deporte, porque es algo con lo que siempre soñé y, gracias a Dios, salió a la perfección. Debuté con KO, gané en el segundo asalto.
Fue una experiencia superlinda y algo distinto en mi carrera y me marcó en mi corta carrera deportiva, aunque todavía tengo 22 años, me faltan muchas cosas más y con la edad que tengo he peleado bastante, pero, como quiera, me falta un mundo por delante.
¿Volverías a boxear en Cuba?
Claro, soy orgulloso y siempre voy a representar mi país. Siempre, dondequiera que esté, yo represento a Cuba.
Los cambios que se están viendo en el boxeo están siendo positivos, porque le están dando la oportunidad a los boxeadores, las principales figuras, de pelear como profesionales. Incluso, hasta a las segundas y terceras figuras se les estaban abriendo más las puertas.
Y ahora incluyeron al boxeo femenino. Lo veo bien, que poco a poco se están abriendo las puertas y eso es positivo.
¿Qué piensas de las nuevas generaciones de boxeadores cubanos que viene surgiendo?
La nueva generación, tanto en el amateur como en el profesional, viene muy bien, con muchos talentos. El boxeo va para arriba, a seguir como siempre. Cuba siempre ha sido una potencia a nivel mundial y lo seguirá siendo, porque vienen muchos talentos nuevos con muchas ganan de triunfar y ganas de llegar y a mantener los resultados. Es una generación muy buena.
¿Qué opinas de la apertura con el boxeo femenino en Cuba?
Siempre me hice esa pregunta, de por qué no se había autorizado antes, porque en casi todos los países se practica. Ahora, al abrirlo tan tarde, claro que tienen que ponerles mucha dedicación a las muchachas que tienen el talento. Ellas están atrasadas con respecto a otros países, en los que hay muchas boxeadoras con calidad, peleadoras campeonas mundiales.
Espero también que el cubano un día llegue a avanzar tanto, porque en Cuba hay talento, buenos entrenadores y espero que hagan un buen trabajo con las muchachas.
¿Qué sueños le quedan por cumplir a Jorge Luis Moracén, qué aspiraciones tienes?
Me quedan muchos sueños por cumplir, he cumplido algunos, pero son más los que me quedan. Me siento muy agradecido con la vida, con lo que me ha dado hasta ahora.
Uno se pone a mirar para atrás y veo que he avanzado con respecto a cómo estaba antes. Pero, tengo que seguir trabajando y esforzándome por cumplir mis metas un día, con Dios mediante.
¿Volverías a dejarlo todo atrás y emprender la travesía por Centroamérica o harías algo distinto?
Sí, lo haría todo por lograr mi sueño si tuviera que hacerlo de nuevo. Lo que sí no haría es emprender una travesía y dejar a mi hijo detrás: eso, sí que no lo haría nuevamente. Lo tuve que dejar porque esta vez me tocó, porque soy el padre, soy joven y tengo que luchar por él y por su futuro.
No me gustaría estar pasando por lo que estoy pasando ahora. Lo extraño mucho, tengo ganas de verlo, de tocarlo y estar con él, pero no puedo. No me gustaría pasar por eso de nuevo, porque uno aquí vive días difíciles, lo extraño y no me gustaría vivir esos momentos de nuevo. Ese sentimiento es más fuerte que todo.
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