Con una delegación de las más reducidas de cuantas se recuerden, Cuba afronta la cita olímpica de Tokio. Resulta lógico entonces pensar que las posibilidades de medallas sean menores que en ediciones estivales anteriores lo cual obliga a un alto nivel de efectividad a la hora de buscar títulos.

Entre las opciones de medallas de oro vuelve a ser el boxeo el deporte en el cual se depositan las mayores esperanzas, sin embargo, en esta ocasión, el panorama se muestra más complejo que en Juegos Olímpicos pasados.

La posposición de los Juegos por un año debido a la pandemia de la COVID-19, unida a la detención casi total de los eventos deportivos internacionales, golpeó duramente al deporte de los puños y en especial, a la escuadra cubana.

En el boxeo amateur, a excepción de los cubanos, la mayoría de los pugilistas y torneos de élite se encuentran en Europa y parte de Asia, por lo que la tropa de Rolando Acebal se quedó sin ningún tipo de fogueo internacional.

Ante este panorama, la dirección técnica optó por establecer bases de entrenamiento en tierras europeas, donde nuestros exponentes compartieron entrenamiento con púgiles de Alemania y Kazajastán, dos naciones de peso en la actualidad, sobre todo los kazajos.

Otra parada de esta pretemporada olímpica vino en México, donde Cuba enfrentó a púgiles profesionales aztecas, venezolanos y norteamericanos, aunque es válido destacar que fueron rivales de poca entidad.

Otro elemento para tomar en cuenta es la cantidad de divisiones, la cuales se reducen a ocho, en esta ocasión, buscando aumentar la cantidad de categorías en el boxeo femenino, disciplina en la que nuestro país sigue negándose a incursionar.

A esto se le suma la clasificación por ranking mundial elaborado por la empresa Task Force y que nos dejó sin representantes en los 75 kgs, pues el poco aval del novel Yoenli Feliciano lo dejó sin posibilidades de participar en el magno evento.

Por último, tomaremos en cuenta el nivel actual de los pugilistas cubanos, algo difícil de determinar tomando en cuenta su poca actividad. El campeonato mundial de Ekaterimburgo hace par de años dejó saldo de solo un título para Andy Cruz, mientras que otras figuras de peso se quedaron por debajo de las expectativas.

Otra situación que complica un pronóstico favorable es el descenso del nivel mostrado por varias de nuestras figuras en el presente cuatrienio. Hombres como Roniel Iglesias o Lázaro Álvarez han quedado muy por debajo de lo que se podría esperar de ellos en eventos de élite y a esto, súmesele que, en el caso de Álvarez, los Juegos Olímpicos no le han traído buen saldo, con solo una medalla de bronce, lo cual sabe a poco para un triple campeón mundial.

Por otro lado, debemos analizar a Arlen López y Julio César La Cruz, los dos campeones de Río 2016 que aún se mantienen en el equipo nacional y que han sido movidos a las divisiones inmediatas superiores. En el caso de Arlen, los 81 kilos han parecido sentarle bien, pues su pegada demoledora sigue estando presente y esto siempre resulta vital en los pesos grandes unido a un nivel técnico que parece regresar a su mejor versión.

En el caso de La Cruz, genera muchas dudas. Para el púgil camagüeyano ya resultaba imposible dar el peso en los 81 kgs, sin embargo, la transición a los 91 kgs es el cambio de división más brutal dentro del boxeo olímpico. Para La Cruz será vital conservar su velocidad y reflejos, los cuales siempre se verán disminuidos al aumentar de peso.

Otro problema será la pegada de los rivales que enfrentará, tomando en cuenta que este aspecto quizás sea lo más débil de su extenso arsenal. También está su veteranía, algo siempre a tomar en cuenta.

Por otro lado, vemos a hombres como Yosvany Veitía o Dainier Peró, que buscan dar el salto de calidad en Juegos Olímpicos y que tendrán que ofrecer su mejor boxeo para lograrlo. Por último, tenemos a Andy Cruz, quien parece ser la principal carta de triunfo de nuestra escuadra, no solo por su calidad técnica y por sus resultados recientes, sino también por su edad, pues se encuentra en los años de rendimiento óptimo para un boxeador.

Nos decantamos por Andy Cruz y Arlen López como las opciones de título del boxeo, siempre y cuando el guantanamero se presente en su mejor nivel. Por otro lado, la trayectoria y la calidad boxística de Julio César La Cruz ameritan que se le dé el beneficio de la duda, aunque para ello debemos esperar a ver cómo luce en la división de los cruceros ante rivales naturales de ese peso.

El buque insignia de la delegación cubana pone rumbo a la capital japonesa para enfrentar uno de los torneos olímpicos más difíciles que se recuerden, aunque mucha de esa dificultad venga por motivos extradeportivos. Nos resta entonces ver si nuestros boxeadores podrán sobreponerse a dicha adversidad, al igual que lo han hecho en épocas pasadas.

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Imagen cortesía de Foto: mundo.sputniknews.com