Carlos Daniel Albornoz es la principal figura de Cuba en el ajedrez a sus 23 años. Considerado de niño como una gran promesa, y con una presión adicional luego de la salida de Lázaro Bruzón y Leinier Domínguez, ha logrado hacerse su priopio camino.

Su referente desde niño, y aún en la actualidad, es Leinier, y en sus pocos ratos libres, cuando no está entrenando, le gusta escuchar música y jugar al tenis.

En una entrevista exclusiva, Albornoz nos habla sobre sus aspiraciones, el torneo que le gustaría ganar y el Elo que qusiera alcanzar, además de brindarnos su opinión sobre las polémicas que circulan en el mundo del ajedrez, como las trampas y la disputa por clasificar al torneo de candidatos.

¿Cómo comienzas la práctica del ajedrez?

Soy de Camagüey, reparto La Rubia, del municipio Camagüey. No recuerdo exactamente muy bien cómo fue todo, pero creo que, sobre los cinco o seis años, cuando estaba en preescolar, un profesor pasó captando alumnos que estuviesen interesados en ese deporte. Me apunté, y desde entonces empecé dando clases en la escuela en las tardes con un entrenador llamado Eugenio Fabré. Ahí, poco a poco, fui aprendiendo más. No practiqué ningún otro deporte.

¿Y por qué la inclinación por el ajedrez? ¿Alguien en la familia te impulsó?

Sobre todo, mis papás. Mi papá fue buen jugador, incluso estuvo en la EIDE en algún momento, al igual que mi tío. Mi mamá también jugó, pero en menor medida que mi padre. Definitivamente, eso influyó, no recuerdo si fueron ellos los que me enseñaron a mover mis primeras jugadas, seguramente sí. Una de las razones por las que me llevaron fue porque era muy intranquilo, por lo que era una buena idea apuntarme al ajedrez.

¿Te gustó el ajedrez desde el mismo inicio?

Desde el principio me llamó la atención y me gustó bastante el ajedrez. Una vez en la escuela, cuando iba a las sesiones de las tardes, fui a un centro que se llama Alfredo Gómez donde se daban clases más especializadas a un grupo de niños. Ahí tuve diferentes entrenadores y sin dudas, eso contribuyó a mi desarrollo, hasta que en cuarto grado pasé a la Academia. Fue una etapa importante antes de entrar a la EIDE a finales de sexto grado. En esa etapa en la Academia compartí con los mejores jugadores de Camagüey de las categorías juveniles, escolares, y demás. Ya a partir de sexto grado, secundaria y pre, los pasé en la EIDE.

ajedrecistas Neuris Delgado, Leinier Domínguez, Carlos Albornoz y Yuri Gonzaléz
Neuris Delgado junto a Leinier Domínguez, Carlos Albornoz y Yuri Gonzaléz

¿Cuándo es que comienzas a ver en ti el talento que fuiste de joven?

No recuerdo exactamente cuándo fue que gané mi primer torneo. Supongo que habrá sido algún municipal, pero creo que uno de los principales hechos fue hacerme experto provincial a la edad de 8 años. Es un título que se otorga nacionalmente, y para el cual, en aquel momento, había que hacer cierta cantidad de puntos en una semifinal provincial de primera categoría, y con 8 años lo logré. Ese fue uno de los principales logros cuando niño. Luego vino la Academia, y empecé yendo a competencias nacionales con el profesor Ernesto.

A nivel internacional, ¿cuáles fueron tus primeros torneos?

En mi caso no fui a ningún sub-12 o sub-15 internacional. De hecho, mi primera competencia internacional fue un Panamericano Sub-20 en Colombia cuando tenía 15 años. Después, completé mi norma de Gran Maestro al ganar un centroamericano Sub-20 en Guatemala en el 2018. Pero como tal, de categorías, esa fueron las únicas dos competencias a las que asistí.

Al primer sub 20 asistí con una amistad que me ayudó con los gastos, que también era mi entrenador y el comisionado de Camagüey en ese momento. La otra sí me la pagué yo.

En ambos casos, la Federación tiene el chance de denominar a un jugador oficial. A ese jugador le pagan el hospedaje e inscripción. Ese fue el beneficio, que no tuve que pagar en el centroamericano Sub-20 el alojamiento, pero en la primera sí, en el panamericano Sub-20, que la amistad me lo pagó.

Mi familia sí me apoyaba para todos los eventos nacionales, pero ya internacionalmente se hacía más difícil.

Has sido el tercer ajedrecista cubano más joven en lograr la norma de Gran Maestro, sólo por detrás de Leinier Domínguez y Lázaro Bruzón. Precisamente, ¿has tenido la oportunidad de enfrentarte a alguno de ellos?

Sólo vs Bruzón en el nacional que ganó él mismo en el 2017 en Santa Clara. Ellos dos eran los principales referentes a seguir. Internacionalmente, cuando era más joven, te diría que Garry Kasparov.

Creo que el juego dinámico, sobre todo, es lo que más me llamó la atención de Kasparov específicamente. Y de Leinier y Bruzón, el repertorio. Leinier es incluso uno de mis referentes en la actualidad.

A los 16 años participas en el Torneo Capablanca in Memoriam y en el 2019 ganas tu primer Nacional. ¿Cómo fueron esos torneos para ti?

Las dos fueron experiencias bastante positivas para mi desarrollo ajederecístico. En cuanto al Capablanca, asistí porque en el 2014 había sido campeón nacional escolar, y eso me dio el derecho a participar en el grupo abierto del 2015. Pude enfrentarme a jugadores con mucha más experiencia internacional, aunque creo que con ningún Gran Maestro. Luego, el campeonato nacional del 2019 fue uno de los más importantes torneos para mí, porque fue el primero de los dos que gané, 2019 y 2020, además de la forma en que triunfé también, que fue venciendo en la última partida, donde uno siempre se siente mejor.

Cada vez están más de moda los torneos online, tanto que es prácticamente imposible encontrar a algún Gran Maestro del top 20 que no participe de manera activa en ellos. En tu caso, ¿qué tipo de torneos prefieres?

Definitivamente, me gusta más jugar torneos presenciales. El juego online, en la pandemia sobre todo, se puso más de moda. En esa etapa sí jugué bastante online, pero era porque no había presenciales. Como tal, lo uso actualmente más para entrenamiento y poder probar líneas de apertura y cosas así.

Ahora que lo mencionas, ¿cómo es tu entrenamiento?

Para entrenar trato de ver todos los aspectos del juego. La parte teórica es ya la más importante a mi nivel. Hay que estar muy bien preparado teóricamente. La parte del medio juego, que se puede dividir entre estratégica y táctica.

Hay varias formas de estudiar. Están los libros, por varias plataformas de internet, resolviendo problemas. También sigo partidas, me actualizo un poco de lo que se está jugando y si hay nuevas ideas. Luego están los finales, y la parte física. Siempre trato de correr, sobre todo para los torneos que son doble rondas, y hay que estar muy bien preparado físicamente. Una de los más importantes es el análisis de tus propias partidas, para detectar tus errores y poder corregirlos. No sigo ningún canal de YouTube de ajedrez.

¿Y en tus tiempos libres, qué te gusta hacer?

Te diría que escuchar música. En escasos momentos algunas películas. Realmente, no tengo mucho tiempo. También, me gusta jugar tenis de mesa los fines de semana con algunos amigos, incluso del ajedrez también. Fútbol, cuando cuadramos, bastante deporte.

¿Has sentido que a veces, aun preparándote bien, no se te ha dado bien un torneo, o viceversa, que sin esperárlo, las cosas hayan salido?

No creo que sea que se me da bien un torneo. Al final, depende de la preparación que uno haga en casa y el entrenamiento que haya tenido. Lo que pasa que esto es relativo también, porque hay veces que, por ejemplo, entrenas mucho y quizás los resultados no salgan automáticamente en el torneo, pero al final siempre todo se acumula, el entrenamiento nunca se pierde. El fruto de ese entrenamiento puedes verlo después, en próximos torneos.

A veces no depende de ti solo, depende de si te equivocas, de si te juegan bien, independientemente del nivel del rival. Tú puedes sentirte muy bien en un torneo y jugar tu mejor ajedrez, pero si el rival te juega bien, pues no puedes hacer mucho más que las tablas. Es complicado en ese sentido.

¿Qué torneos recuerdas que has participado en tu mejor forma?

Mis mejores torneos, te diría que los dos campeonatos de Cuba en los que gané. También, un torneo reciente que tuve en Portugal en el cual me acerqué a los 2600, en noviembre. Otro en Portugal en el 2022, en el Open de Mirandala, que fue donde pasé los 2600 por primera vez. Últimamente, me he sentido jugando bien, sobre todo en la Copa del Mundo, por ejemplo.

Perdí en el desempate contra un egipcio.

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A nivel internacional, ¿quién ha sido el rival más fuerte que has enfrentado?

Creo que Peter Svidler ha sido el más fuerte que he enfrentado en partidas serias, en la Copa del Mundo de 2019. Perdí ese match 0.5-1.5.

¿Es posible en tu caso, con las ganacias moneatrias dentro de este deporte, dedicarse exclusivamente a jugar ajedrez?

Es relativo también, porque depende del resultado que tengas en los torneos y de poder ganar premios. Todos los premios no son lo mismo en todos los eventos. Generalmente, los más fuertes dan más cantidad de premios y los más más flojos, menos. Casi siempre, en todos estos torneos, como ya soy Gran Maestro, me dan lo que es hospedaje, comida y demás. Básicamente, dependería del lugar en el que quede en este tipo de torneo. Lo otro es jugando partidas por algún algún club y demás.

También hay varios ajedrecistas que conozco que se dedican a dar clases por internet.  En mi caso no lo hago mucho realmente. Creo que tengo un alumno, pero no me dedico a dar clases por internet porque me resta tiempo y entrenamiento. Es complicado, pero ahí vamos, en cuanto a los torneos, sobre todo.

¿Cómo te preparas física y mentalmente para una partida clásica que puede durar muchas horas?

Las partidas incluso pueden durar más. Un ritmo normal serían 4 horas, pero pueden durar 5 incluso. Yo tengo una anécdota de una partida que duró 8 horas y 5 minutos. Récord de la competencia. Fue recientemente en el torneo de Viena, porque el problema es que era un control más largo, y entonces, la partida se extendió muchísimo y bueno, duró 8 horas. Casi siempre está la preparación teórica contra el rival en específico. El pareo sale tiempo antes de la ronda para poder prepararse. En mi caso, siempre intento hacerlo, para saber qué es lo más probable que se jugará en la partida y estar mentalmente preparado en ese sentido.

En cuanto al medio juego y demás, es muy desgastante estar todo el tiempo pensando en la partida. Eso sería lo ideal, pero si estuviéramos a un nivel físico brutal y es complicado siempre mantenerlo. Entonces ahí, al menos en mi caso, siempre me gusta pararme de la silla. Me da más confianza. También para tomar un aire, un respiro, y dejar que mi rival piense sus jugadas. Eso lo hago cuando el rival tiene muchas elecciones, pero en ocasiones, cuando la jugada del rival es bastante obvia, ahí sí siempre trato de aprovechar el tiempo del rival para para pensar yo y tener previsto como jugar. Depende de la posición también. Si estoy mal, generalmente no suelo pararme y me enfoco en tratar de salvarla lo mejor posible.

En el mundo del ajedrez actual se está hablando mucho de las trampas. Hemos visto a Grandes Maestros acusarse los unos a los otros. ¿Has sentido que te han hecho trampa alguna vez?

Online sí creo que me han hecho trampas. Esa es una razón justamente por la que no juego casi torneos de ese tipo. Presencial es mucho más difícil, y en ese caso no tengo ninguna experiencia de que me hayan hecho trampa. Uno tampoco va a saber con certeza. Lo que se puede tener es sospecha, indicios y demás. Es un poco lo que pasó con Niemman y Carlsen, incluso con Nakamura, que lo acusó Krámnik. Últimamente la FIDE está tratando de tomar medidas con respecto a eso. En los torneos más importantes sí se toman las mejores medidas. Hay escáneres, no se pueden llevar relojes de ningún tipo. En los demás, no se puede tener celulares, pero al final si un jugador que hace trampa, lo hace bien, no vas a tener forma de descubrirlo.

Antes de finalizar el año, existió otra polémica. En este caso, para clasificar al torneo de candidatos, cuando Alireza Firouzja asistió a un torneo de dudosa organización.  

Ahí el problema sería el precedente con Ding Liren, cuando se clasificó al Candidatos anterior. Le organizaron en China las partidas que necesitaba contra otros chinos. Independientemente de si no es muy ético, por encima de eso, está la inexactitud de la FIDE con sus reglas para la clasificación.

¿Quiénes son los referentes de Carlos Albornoz en la actualidad?

Creo que Leinier es el principal, por el estilo, y te diré también Carlsen. A todo el mundo le gusta Carlsen.

¿Qué aspiraciones tienes en tu carrera y qué torneo sueñas ganar algún día?

Quisiera ganar una Copa del Mundo, llegar lo más lejos posible. También, por supuesto, el Torneo de Candidatos. Este año Leinier estuvo bastante cerca de conseguirlo. Es muy difícil, pero todo es posible. El sueño de todo ajedrecista es ser campeón del mundo. En cuanto al Elo, pasar de 2700, y lo que se pueda de ahí para allá, pero hay que dedicarle bastante entrenamiento.

En la actualidad, eres la primera figura de Cuba, una nación con mucha historia en este deporte. ¿Cómo asumes esa presión?

No me preocupa mucho. Trato siempre de estar apartado de los comentarios para estar lo menos presionado posible. Me enfoco en jugar la mejor partida. Que las cosas salgan en dependencia de lo que Dios quiera. Trato de jugar el mejor ajedrez posible.

En cuanto a ser la primera figura de Cuba, lo asumo de forma bastante positiva. Por el hecho de que la barra esté alta, es un reto para mí intentar llegar a donde otros han llegado.

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Imágenes cortesía de Carlos Daniel Albornoz/Facebook. y Redes sociales de José Alejandro Rodríguez Zas