De verse sin pasaporte, separado de la familia y protagonizar un “escape” de quienes lo representaban en República Dominicana, a regresar y brillar con Industriales, ahora en los playoffs de la pelota cubana: el lanzador Raymond Figueredo tiene una historia de superación y perseverancia para seguir jugando béisbol.

Han pasado unos años desde que fuera incluido en el listado de 34 talentos que la Federación Cubana de Béisbol le ofreció a las Grandes Ligas cuando ambas entidades firmaron el histórico acuerdo a finales del 2018, y parecía que podría llegar lejos en la arena internacinal. 

Pero después se congeló el acuerdo con la MLB y una ruptura de los ligamentos del codo de lanzar mientras participaba en el campeonato nacional para menores de 23 años que lo dejó fuera de la nómina del equipo Industriales para la campaña, fueron caldo de cultivo para que este lanzador, como muchos otros atletas de su generación, tomaran la decisión de abandonar el país en busca de un contrato profesional. 

“Decidí emigrar pensando en superarme como lanzador, en adquirir nuevas experiencias y aprender a pichear. Nunca me fui para ayudar a mi familia económicamente ni por temas económicos, me fui porque quería salir adelante y probarme a otro nivel. Nunca me había interesado irme del país y quizás las pocas oportunidades que me daban en aquel momento ayudaron a esa decisión. Fue una decisión muy difícil. Mi familia al principio no estaba de acuerdo, pero luego mis padres me apoyaron. Vi esa oportunidad y la tomé”, contó Raymond Figueredo a esta revista tiempo atrás.  

Raymond Figueredo: “pasé trabajo para regresar, fue un sufrimiento para mi familia”

Pero en Dominicana, las cosas no marcharon como él pensó y vivió también momentos muy complicados que lo pusieron a prueba. Fueron situaciones similares a las de muchos prospectos cubanos que esperan firmar con Grandes Ligas y que quedan a merced de quienes se encargan de ellos en ese país. Incluso, protagonizó un “escape” de quienes lo representaban.  

“La vida de un pelotero siempre es difícil, pero allá es mucho peor. Estás lejos de tu familia, es otra cultura y otra forma de jugar e interpretar el béisbol. Hay mucha competitividad y rivalidad y tienes que estar todo el tiempo muy dispuesto: es difícil en todos los aspectos. Las condiciones de vida no eran las mejores y todo eso me impulsó a tomar la decisión de regresar. No era lo que tenía pensado ni lo que había imaginado. No pagaban nada. Estaba allí buscando una firma y había que depender de ellos”, recuerda.  

¿Las personas que te representaban en Dominica permitieron que regresaras a Cuba sin problemas después de haber invertido en ti durante este tiempo? 

No, ellos nunca lo permitieron. Desde de que les comenté mi intención de regresar no estuvieron de acuerdo, incluso, tras plantearles que tenía problemas familiares en Cuba. Primero, porque veían en mí un talento que prometía y estaba muy cerca de lograr una firma profesional. Segundo, por el tema monetario, porque es mucho dinero que ellos invierten en esto y no lo querían perder. Pasé mucho trabajo para regresar; fue un sufrimiento grande para mi familia. Para poder lograrlo, me tuve que refugiar en la embajada cubana. 

El joven beisbolista Raymond Figueredo tuvo que “escapar”, prácticamente, con la ayuda de la Embajada Cubana en ese país, pues le habían retirado el pasaporte para viajar.  

“Sí, fue un escape legal amparado por las autoridades cubanas y gracias al cónsul, que me ayudó mucho. Ellos [los representantes] se enteraron de mi regreso unos 15 después de estar yo en La Habana. Primero, no lo tomaron de la mejor forma, pero después se comunicaron conmigo, pudimos hablar, y todo quedó bien, gracias a Dios. 

«Para irme tuve que decirles que quería estar de vacaciones con mi tía que estaba allá en República Dominicana y como era fin de año, me lo permitieron. Desde septiembre ya había tomado esa decisión y todo ese proceso fue muy complicado, al punto de deprimirme bastante. Fui haciendo trámites por allá y mi familia por aquí, sin tener pasaporte, porque ellos me lo habían quitado”.  

Pavel Pino: “no quería regresar a Cuba con las manos vacías”

Raymond Figueredo contó que “extrañaba mucho a mi familia, a mis amistades y mis propias costumbres. Quería volver a jugar acá en Cuba. Me fui con esa espinita clavada por dentro, porque nunca pude lograr aquí lo que quería: triunfar con Industriales y que mis padres estuvieran orgullosos de mí. Aunque hubiera firmado, existía esa meta de volver en algún momento porque tenía que lograr ese sueño”.  

En esta postemporada, ha intentado cumplir su sueño de triunfar con Industriales y ha sido uno de los lanzadores de referencia del equipo azul.  

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Imagen cortesía de Foto: Boris Luis Cabrera
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