El mundo del boxeo profesional está regido por el espectáculo. Los púgiles que aporten un estilo de pelea frenético, con el cual el nocaut sea frecuente, siempre tendrán la posibilidad de aspirar al estrellato de una manera más rápida que el resto. Con esto, llegarán las grandes peleas que le aporten no solo una mayor cantidad de dinero a sus arcas personales, sino también el reconocimiento mundial entre los fanáticos de este deporte.

Esto provoca que, sin dudas, la división de los pesos pesados sea históricamente la más seguida, con púgiles que, dotados de una mayor fuerza, tiene mayores posibilidades de terminar la pelea por la vía rápida que los exponentes de otras categorías.

Tras un inicio de siglo en el cual la división de los supercompletos fue dominada por los ucranianos Vitali y Vladimir Klichko, otras figuras han tomado el mando, pero sin llegar al esplendor de épocas de antaño. Además de hombres como Anthony Joshua, Tyson Fury o Deontay Wilder, se suman jóvenes figuras que con carreras aún emergentes, pero prometedoras, reclaman un lugar en la élite y entre ellos encontramos al cubano Frank Sánchez.

El oriundo de Guantánamo es uno de esos boxeadores que tuvo que emigrar al no recibir el reconocimiento que merecía. Su fugaz paso en nuestro país ha provocado que muy pocas personas conozcan de este talentoso pugilista, y sin embargo, su corta carrera amateur resultó muy fructífera. Su resultado de mayor envergadura llegó en diciembre del año 2015 cuando derrotó en la final del torneo nacional Playa Girón a su coterráneo Erislandy Savón, a lo cual se sumaron dos victorias en igual número de presentaciones en la Serie Mundial de Boxeo (WSB).

Con resultados tan prometedores y con los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro muy cerca por entonces, el joven guantanamero exigía una oportunidad para ganarse el puesto en los 91 kgs, que pertenecía a Savón. Una ocasión inmejorable llegó en una pelea a puertas cerradas en la Escuela Nacional de Boxeo Holveín Quesada Rodríguez, más conocida como “La Finca», la cual decidiría qué hombre nos representaría en la cita estival.

Sánchez demostró que su victoria en el Girón efectuado meses atrás en Camagüey no había sido obra de la casualidad y volvió a aventajar a Savón y sin embargo, el staff técnico del equipo nacional se decantó por Savón, al argumentar que este poseía más experiencia en torneos internacionales y que había transitado por todo el ciclo olímpico como nuestro representante en la división de los cruceros.

Ante la frustración por haberse desempeñado de manera sobresaliente y no haber recibido las oportunidades que creía merecer, Sánchez decidió emigrar fuera de nuestras fronteras y probar suerte en el boxeo rentado. Poniéndose bajo las órdenes del entrenador Erick Castaño y estableciendo su base de entrenamiento en la ciudad de Las Vegas, tomó la decisión de reconvertirse de un crucero a un supercompleto, consciente de que en esa división son mayores las oportunidades de alcanzar el estrellato.

Con un estilo adaptado para el pugilismo profesional y sin perder la base adquirida en Cuba, Sánchez posee una combinación de velocidad y técnica poco usual para la división máxima, a la cual le suma una pegada que, sin ser espectacular, sigue siendo efectiva. Por otra parte, su estilo es mucho más agresivo del que usualmente practican los púgiles antillanos y esto lo lleva a ser más atractivo para los promotores y aficionados.

Tras once peleas efectuadas, todas saldadas con victorias, su nombre comenzó a manejarse para enfrentar a Anthony Joshua, dueño de tres de los cuatro títulos mundiales de la división. Sin embargo, el británico optó por enfrentar a Andy Ruíz. Ante este panorama, Frank cosechó tres triunfos más para luego enfrentarse al estadounidense Joey Dawejko el pasado 7 de marzo en Nueva York por el título continental del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).

El cubano fue ampliamente superior en ese combate para llevarse la victoria por decisión unánime, lo que sin dudas vuelve a colocar su nombre en la palestra de las figuras jóvenes con mayor proyección para enfrentar a los principales exponentes de dicha división.

A sus 27 años, el guantanamero posee todo lo necesario para establecerse en el profesionalismo, pero para ello necesita grandes peleas y él lo sabe. A la hora de hablar de los principales contendientes, su nombre es uno de los más nombrados. Quizás este haya sido el motivo por el cual el entrenador mexicano Eddy Reinoso decidió incorporarlo a su equipo, pues sabía que, pese a tener a Saúl “Canelo” Álvarez entre sus discípulos, siempre resulta rentable contar con los servicios de un superpesado de nivel.

Ciertamente, el clan Reinoso entiende muy bien de qué se trata este boxeo y es indudable que prepararan a Sánchez para ello de la mejor manera posible, tanto en el aspecto técnico, como en el manejo de sus peleas. Una prueba de esto último fue la que protagonizó el pasado 19 de diciembre, pues su nuevo entrenador y representante decidió incluirlo en la misma cartelera donde Canelo enfrentaría al británico Callum Smith. Sánchez noqueó al mexicano Julián Fernández en siete asaltos para mantener su récord invicto de 18 victorias y una pelea sin decisión.

Quizás el nombre de Frank Sánchez no sea de los más conocidos en nuestro país, pero seguramente, oiremos mucho más de él en los próximos años. Su calidad lo respalda y todas las miradas del boxeo profesional están puestas en el dentro de la división de los pesos pesados.

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Imagen cortesía de Cuenta de Instagram de Frank Sánchez