Próximo a cumplir los 40 años, cuando muchos peleadores suelen retirarse, hay un boxeador cubano que no baja los brazos, y anuncia que todavía le queda mucho por dar en el profesionalismo: el conocido Guillermo Rigondeaux, “El Chacal”.

“Todavía no he terminado. Ahora es que yo empiezo”, dijo el doble campeón olímpico en su época de amateur en la Isla, afirmó el veterano guerrero durante una transmisión en vivo del canal de Youtube de PBC, citado por El Nuevo Herald.

Como muchos otros pugilistas, la carrera de Rigo se ha visto cortada por el coronavirus, pero él se ha mantenido corriendo en aislamiento, mientras espera el regreso al ring, que pudiera ocurrir después de junio.

“Fui rey libra por libra en 122 y ahora lo seré en 118 antes de subir nuevamente para recuperar ese trono”, advirtió Rigondeaux, quien llegará a las cuatro décadas de vida el próximo 30 de septiembre, ahora bajo la guía de su representante dentro de Premier Boxing Champions, Luis de Cubas Jr.

Su última pelea tuvo lugar en febrero de 2020, en Pennsylvania, contra el venezolano Liborio Solís, y fue sellada con el título de campeón del mundo de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), por la corona vacante del peso gallo. De esta manera, dejó su nombre grabado en la historia al convertirse en el campeón más veterano en ostentar una corona gallo.

Antes de arreciar el impacto del coronavirus, se esperaba que volviera a combatir en el verano cercano. “Vamos a buscar las peleas que le convengan a él y en las que pueda buscarse la mayor cantidad de dinero posible para que pueda ayudar a su familia, a su hija, a su esposa, para que todos estén contentos”, dijo entonces Cubas Jr.

Con dos coronas olímpicas en su palmarés, así como tres fajas mundiales en el profesionalismo en dos categorías distintas -dos en las 122 libras y una en 118-, mucho le han criticado al cubano su estilo, que no suele gustar entre los aficionados, que piden mayor agresividad.

Esta es la razón por la que las grandes carteleras no cuentan con él, lo cual lo llevó a enfrentar a Lomachenko – pelea que no se olvida por parte de los aficionados- en condiciones sumamente desfavorables, pues tuvo que subir dos divisiones de peso y como consecuencia, entró al encerado diezmado físicamente, sin fuerzas para soportar el ritmo del ucraniano que se llevó el éxito por nocaut técnico (por abandono) tras seis asaltos.

Pero, aunque algunos lo dan por perdido, esa no es la opinión de El Chacal, quien aspira a mantenerse activo y ganando títulos: “Todavía no he terminado, ahora es que yo empiezo. Y todo el tiempo me ha mantenido entrenando”, dijo.

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