Yoandri Betanzos es el triplista cubano con más medallas mundiales representando a su país. Integró el equipo nacional por 10 años y con sus 17,69 metros, figura como uno de los nacidos en la isla que más lejos ha saltado, en una disciplina que es tradición en el atletismo cubano.
A pesar de esto, Betanzos se siente en deuda, con él y con la afición. Nunca pudo ganar oro en un Campeonato Mundial, pero tuvieron que romper el récord del triple bajo techo para quitársela. Nunca pudo ganar una medalla olímpica, pues se lesionó en la final en la cual solo pudo realizar dos saltos y le quitaron el bronce en el último intento.
Se dice que duele más al tener la posibilidad cerca y ver cómo se desvanece en tu propio rostro, pero haber estado tanto tiempo entre los mejores saltadores del mundo, y sobre todo, el habérselo ganado sin que nadie le regalase nada, como él mismo reconoce, lo reconfortan enormemente. ¿O es que tener cinco medallas mundiales entre plata y bronce es algo para avergonzarse?
Esta es la historia de Yoandri Betanzos, un hombre historia del triple salto cubano, y uno de sus exponentes más ilustres.
¿Cómo se dio tu acercamiento al atletismo? ¿Siempre fue tu primera opción?
Comencé inclinándome por el deporte de mi papá desde muy pequeño, el boxeo, hasta que un día mi hermano mayor, quien estaba en atletismo, me dice que lo acompañe a entrenar. Ese día no tenía boxeo.
Me invita entonces a una provincial, y no tenía idea de lo que era el atletismo. Me fue explicando evento por evento, y decido competir en la velocidad. Yo, con 9 y 10 años, inocente, voy y le gano a los de la Escuela de Iniciación Deportiva (EIDE) en Ciego de Ávila, sin saber.
Después fuimos para el salto largo y ahí mismo me explicaron cómo era. Entonces, fui y le gané a la gente de la EIDE también. El entrenador de la EIDE habla conmigo para llevarme para la escuela, y entre otras cosas, fui por embullo.
¿Y en qué quedó el boxeo?
Cuando estaba en la EIDE, el deporte que me gustaba, y que me gusta en la actualidad, es el boxeo. Estuve en atletismo, pero mi papá era entrenador de boxeo también en la EIDE, y yo quería cambiarme de deporte.
Osmani García, quien actualmente es entrenador en Colombia de eventos múltiples, me dijo que si me cambiaba de deporte tenía que irme para mi casa o a la calle, como ellos le dicen, y después ir al provincial de boxeo a ganarme el cupo. Me quedé en el atletismo. Realmente, el atletismo me gusta un poco, pero más me gusta el boxeo. Así fue como llegué al atletismo.
Venías entonces de una familia deportiva.
Mi mamá era de atletismo. Prácticamente, nací en la pista, estuvo todo el embarazo entrenando conmigo. Un día estaba haciendo saltos con vallas y le dan los dolores. La llevan al hospital y la gente pensaba que era otra cosa, nadie sabía que estaba embarazada.
Mi mamá era de Santiago de Cuba y mi papá de Ciego de Ávila. Los dos coincidieron en la ESPA de Playa. Como te decía, mi mamá en atletismo y mi papá en boxeo. Yo nací en Santiago, en Songo-La Maya.
¿Te arrepientes de haber elegido el atletismo?
A mí, del atletismo me gusta el triple salto, pero no lo veo mucho. Prefiero ver el boxeo, el baloncesto, que son los deportes que más me gustan. Mi primer deporte es el boxeo. En el atletismo estoy porque ya era bueno y seguí, y porque me gustaba ganar. La vida me dio ese rumbo, no me quejo ni me arrepiento, pero es así.
Yoandi Betanzos y el paso por las categorías menores
Desde que comenzó en la EIDE, destacó en los saltos, tanto alto como largo, a pesar de hacer pruebas combinadas.
“Era un pentalón y una de las competencias eran los 1000 metros. Yo le tenía un miedo terrible. Para la categoría 10-12 había un viaje pronosticado, y yo había cogido oro en casi todos los eventos, pero al que estaba detrás de mí, el segundo lugar, le llevaba muy pocos puntos, estábamos pegados. En los 1000 metros tenía mucho mejor tiempo que yo, y el entrenador me dijo que, si me sacaba un metro, me dejaba, que no iba al viaje. Me acuerdo que por primera vez en la vida cogí medalla en los 1000 metros. De 4 minutos que hacía, bajé a 3.13. Yo creo que todavía es la mejor marca que tengo en esa distancia”, recuerda.
Cuando se encontraba en la categoría 13-14, participó por primera vez en los escolares, aunque fuera de concurso, pues no lo dejaban. Comenzaba a desmarcarse por aquel entonces en el salto largo y salto de altura.
“El entrenador del equipo nacional habla con mi entrenador de Ciego de Ávila y le dice que me pasara al triple, que él me iba a entrar al próximo año a la ESPA. Fui al juvenil, le gané a todos los de la ESPA menos a uno. Entonces me llevan a la Habana”, explica.
“Llego a la Habana saltando 14.91 metros, y ya ese mismo año, hice 16.07 metros. Voy al mundial de cadetes y cojo medalla de plata. Al otro año, en el Mundial juvenil, tenía 16.82 metros, y vuelvo a coger medalla de plata. Empecé a ir a competencias de mayores, y en la Copa Cuba alcanzo la medalla de bronce. Comencé a cosechar resultados, como en un panamericano juvenil que fui medalla de oro”, cuenta.
El arribo al equipo nacional y la llegada de los éxitos
En el año 2001, Yoandri Betanzos integra el equipo nacional. En ese mismo año, salta 17.29 m y se coronó campeón nacional, por lo cual, lo llevan a su primera gira. En el 2003, gana el Panamericano de mayores en Santo Domingo. Luego, en el Mundial de París, donde tenía pronóstico de ser finalista, termina con una medalla de plata. Al otro año es bronce en el Mundial bajo techo de Budapest.
En el 2004, fueron los Juegos Olímpicos de Atenas, donde Betanzos admite que se sentía en óptima forma. Sin embargo, una lesión en el tobillo 15 días antes lo imposibilitó de tener un mejor desempeño.
“Fue en una competencia que no me la debieron poner. Ya había tenido una molestia en el tobillo días antes, pero me pusieron una eliminación, me obligaron a saltar, y ahí me lastimé. Fíjate, gané la competencia, pero me sacaron en camilla. Quedaban 15 días para los Juegos Olímpicos, me recuperé bastante, y en la clasificación hice 17.53 m, mi mejor marca. En la final, el primer salto fue larguísimo, pero foul, y el segundo, para marcar, fue 17.47 m. Ya no pude saltar más. Terminé cuarto, estuve en bronce hasta el último salto”, dice.
Los buenos resultados de Yoandri Betanzos siguieron y lo consagraron en la élite de la disciplina. En el Mundial del 2005, en Helsinski, vuelve a llevarse la medalla de plata, mientras que, en la Final Mundial en Alemania, un evento donde se reunían los 8 mejores de la temporada, parecido a la actual final de la Liga del Diamante, gana la medalla de oro.
En el 2006, llegó un bronce en el Mundial bajo techo y volvió a ganar la Final Mundial de ese año.
“En el 2007, tuve una lesión seria en la columna, una hernia discal de grado 2, que ya venía arrastrando con ella desde hacía tiempo, pero no sabíamos lo que era. Fue un año en el que, psicológicamente, estuve destruido, porque cuando me hicieron la resonancia magnética y me dijeron que me podía quedar inválido, comencé a tener miedo al saltar. Poco a poco fui saliendo de eso”, cuenta.
Yoandri Betanzos estaría un año recuperándose de su lesión, hasta que en el 2008 comenzó su reingreso de manera paulatina. En el año de los Juegos Olímpicos de Beijing, lo llevan a la gira y salta 17.20 metros. No obstante, quienes iban a los juegos multideportivos eran Alexis Copello y Héctor Dayron Fuentes.
“Con Copello y Hector Dayron me hicieron una trampa. Yo estaba en la gira, yo era el que iba para los Juegos Olímpicos. Ellos no habían saltado 17 metros en todo el año e hicieron una competencia en el Pedro Marrero, donde midió cualquiera que no era árbitro. En esa competencia, Héctor Dayron hizo 17. 40 m y Copello 17.50 m, dos atletas que en el año no habían saltado 16.90 m”, afirma.
“Regresé de la gira y nos dijeron a mí y a Osniel Tosca que nos quedábamos, y que iban ellos dos. Teníamos que quedarnos y saltar más que ellos aquí, y que los viraban de Beijing si así era. Uno llevaba muchos años en esto para que le metieran ese cuento. Yo no cogí lucha, me lo tomé como unas vacaciones”, añade.
En el 2009, se recupera y hace récord de la olimpiada nacional con 17.65 metros. Iba al Mundial de Berlín estando en su mejor forma deportiva, pero, lamentablemente, la ansiedad le pasó factura y no clasificó. “Cometí 3 faltas, me dolió muchísimo, por la condición en que me encontraba”, dice.
En el 2010, ya con esa experiencia a sus espaldas, hizo su mejor marca de por vida, con 17.69 metros en el Mundial bajo techo de Doha. Sería plata, tras perder con un pupilo de Iván Pedroso, el francés Teddy Tamgho y sus 17.90 metros, que fueron récord mundial.
Las lesiones y las “trampas” afectaron la carrera de Yoandri Betanzos en algunos momentos importantes, pero él seguía adelante.
“Lesiones serias he tenido dos. Molestias sí he tenido muchas más, pues el triple salto está lleno de eso, es un evento muy fuerte. Pero yo me acostumbré a competir lesionado, eso a mí no me impedía mucho. Sí hubo momentos en que era imposible, como la competencia a la que no tenía que ir antes de Atenas, cuando me hice un esguince. Eso, hablándote claro, era otra trampa más, porque querían dejar a mi entrenador”, explica.
“Me puedo dar el gusto de decir que en el deporte nadie me regaló nada. Siempre me ponían en situaciones incómodas, aun siendo la primera figura. Nunca supe por qué, pero me alegro, porque todo lo que me gané fue con sacrificio y dedicación. Nunca fui de los que caía bien y ni de aquellos a los que ponían el camino fácil. Se debió también a que el comisionado (Esteban Briset Nichol) era amigo del otro entrenador de salto, y en ese tiempo, yo la pasé bastante mal. Estaba arriba de uno, aunque no tanto conmigo, sino con mi entrenador (Ricardo Ponce). Me ponían obstáculos para molestarlo. Allí se vive la envidia, el favoritismo. Hay que ser fuerte y resistir, no por gusto duré tanto”, explica.
Durante la preparación al Mundial bajo techo del 2010 en Doha, Yoandri Betanzos salió 2 meses antes de Cuba, sin su entrenador. Estaba con David Giralt y Alexis Copello, y se eliminaban entre los tres.
“Estando allá, ellos iban a competir y a mí me dejaban. Un día me molesté y le pregunté al que estaba al frente de nosotros que cuál tipo de eliminación era esa, que mejor me mandaban para Cuba y que fueran ellos dos al Mundial, porque al final, estaban compitiendo y yo no”, cuenta.
Ya estaba en la planificación que Yoandri Betanzos no asistiera a ese Mundial, hasta que participó en la única competición que tuvo como preparación antes del evento. En esta, hizo la mejor marca de los tres y se colocó de primero.
“Escuché una conversación de los que estaban en la Habana con Javier Sotomayor, que en ese momento estaba con nosotros haciendo de mánager, y lo estaban obligando a que me quitara. Escuché que decía: pero, ¿qué quieres que haga si él es el primero? Es una locura, pero esas cosas les pasaron a varios. A pesar de que yo era la principal figura, siempre quisieron hacer ver que era otro”, cuenta.
Yoandri Betanzos sentía que era respetado -es el triplista cubano con más medallas mundiales-, y cree que “si hubiese cogido la medalla olímpica fuese más reconocido hasta que Yoelbi Quesada, pero eso no me interesa mucho”.
“Me faltó una medalla olímpica, un oro mundial, pero estoy tranquilo. Lo que diga la gente no me importa, porque en la calle te los encuentras que te dicen que ganaste plata. Yo pregunto, ¿en qué tú trabajas? Albañil, me dicen. ¿Y tú estás entre los dos mejores albañiles de Ciego de Ávila? Pues yo estoy entre los dos mejores saltadores del mundo. Eso me pasó una vez”.
¿Estás satisfecho entonces con tu carrera?
Estoy satisfecho con lo que hice en el deporte. En cada competencia en la que cogí medalla de plata me fui contento, porque di lo mejor de mí. Que venga otro y me gane, ya es otra cosa. Yo sé que todo el mundo entrena y se sacrifica por esa medalla de oro. Me hubiese gustado, pero la vida no quiso.
En los Juegos Olímpicos fui bronce hasta el último instante y solo pude dar un salto por el esguince en el tobillo. Son cosas que pasan. Las marcas con las que cogí plata, como el 17.69 m bajo techo, siempre, o casi siempre, son para medalla de oro. La vida no me dio esa oportunidad, pero ahora lo vamos a intentar como entrenador. Esa es la satisfacción que me queda.
¿Cómo llega el retiro de Yoandri Betanzos?
Me opero de una lesión que tenía en la rodilla, pero antes de hacerlo, me dieron la noticia. Me entero cuando llego de mis vacaciones, pues todos lo sabían menos yo. Me habían retirado. Fue un retiro que no deseaba, porque sentía que todavía me quedaba bastante.
Luego de eso, me fui a Suecia, en donde estuve trabajando con unos atletas. Regresé y lo volví a intentar, pero ya cuando aquello Pedro Pablo Pichardo estaba saltando 18 metros, y yo en una Copa Cuba salté 16 metros y algo. Al momento, recogí los pinchos y me fui a la grada. Luego de esa decisión me puse como entrenador asistente de mi entrenador y así estuve hasta el 2020. Ahora estoy en la India trabajando con mis atletas.
¿Cómo te sentiste con el retiro forzado?
Cuando cumples 30 años, ellos te dicen que no eres un propósito para el próximo ciclo olímpico, una cosa que es falsa, porque los atletas con esa edad aún pueden rendir. En Cuba, con 30 años, ya tú no les sirves y deciden retirarte. No cuentan con uno ni respetan el esfuerzo que hiciste durante tantos años, cuando le diste gloria a nuestro país.
¿Qué proyectos te ocupan en la actualidad?
Mis planes están aquí en la India, donde estoy trabajando con un grupo de atletas, entre ellos dos que fueron al Mundial pasado, y otro que fue medallista de plata en el último mundial juvenil. Todos mis atletas están entre los dos primeros del país, y eso que no estoy trabajando en el equipo nacional.
Para el Mundial de Budapest ya tengo clasificado a un saltador de longitud que saltó 8.26 m, y pienso clasificar dos más. Por ahora, no pienso trabajar en Cuba, pero nadie sabe lo que te tiene preparado la vida.
¿Qué le diría Yoandri Betanzos a la afición cubana?
Decirles que mis medallas de plata no eran porque yo quería. Estoy muy contento y muy orgulloso de la carrera deportiva que tuve. Quiero agradecerle a mi entrenador Ricardo Ponce, a mis padres, a los que siempre estuvieron ahí apoyándome en todos los momentos. A mi esposa, a mis hijos, a todos.
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AQUI AHORA RESULTA QUE A TOSOS LOS ATLETAS EN CUBA LE TENDIERON UNA TRAMPA , EDTOY UN PIQUITO MAYOR PARA QUE ME ENVUEVAN EN ESTOS SHOWS PERIODISTICOS LA REALIDAD DE BETANZOS ERA QUE EN LAS GRANDES CITAS SE ARRUGABA Y !!!! PUNTO!!! NO HAY OTEA HISTORIA
tremendo atleta es yoandry betanzos…las trampas , la envidia, y hasta los malos tratos existen en todos los deportes… usted no sabe lo que habla