Con apenas 19 años, Joan Carlos Gutiérrez fue el Jugador Más Valioso de la última Liga Superior de Baloncesto, la cual, además, ganó con Capitalinos para volver a la cima de Cuba después de ocho años de espera.
El Zurdo, como se le conoce en las canchas, es un joven de 19 años que ha logrado incluso representar al equipo Cuba en los Juegos del Alba. Ha dedicado toda su vida al baloncesto y lo caracteriza una disciplina extrema, la cual él cataloga como clave para conseguir todas las metas que se ha propuesto.
Gutiérrez vive por y para el baloncesto; su objetivo es devolverle a su madre y hermana todo lo que han hecho por él y su carrera como atleta. Tiene bien claras sus metas y cree fervientemente que el sacrificio de hoy es el bienestar de mañana.
En su corta carrera también ha sufrido episodios que lo han marcado, como quedarse fuera del equipo nacional que participó en los Juegos Centroamericanos y del Caribe San Salvador 2023, una decisión polémica, pues se dejó fuera al mejor jugador de Cuba.
El Zurdo tiene solo 19 años, pero se expresa con sabiduría superior: cree que el baloncesto en Cuba no recibe la atención adecuada que sí tienen otros deportes como el béisbol y que la Liga Superior no se tiene en cuenta a la hora de confeccionar equipos nacionales.
Play Off Magazine conversó con el MVP de Cuba y en exclusiva nos contó su historia, qué haría para mejorar el baloncesto en la Isla y los sueños que no lo dejan rendirse pese a las adversidades.
¿Cómo fue tu niñez? ¿En qué lugar creciste?
Nací y sigo viviendo en El Vedado junto con mi mamá, mis dos hermanas, mi sobrino y mi cuñado. Mi mamá es la jefa de la familia, una mujer fuerte, por ella es que somos tan unidos. Se ha sacrificado por cada uno de nosotros para que no nos faltara nada y así es hasta el día de hoy.
El ambiente donde crecí es un ambiente sano, tranquilo. Desde que era niño, mi mamá nos decía que había que estudiar, ser universitarios y si lo mío era el deporte, tenía que dar el máximo. Es bien exigente y nos ha educado para ser personas de bien.
En el barrio me llevo con todos a pesar de que no soy muy sociable. Me cuesta trabajo relacionarme, no hablo mucho, pero como nací ahí, todos han sido parte de una forma u otra de mi trayecto en el deporte y se preocupan, hasta van a verme a los partidos en la Polivalente.
¿Cómo llegas al deporte?
A los 6 años fue que comencé en el baloncesto, de pura casualidad, de hecho. Estaba en la escuela primaria y fueron profesores captando para el deporte de baloncesto para el equipo Plaza de la Revolución y preguntaron quién estaba interesado: yo levanté la mano, llegué a la casa y se lo dije a mi mamá.
Ella me llevó, pero estuve ahí apenas cinco minutos. El comportamiento del profesor era un poco pesado y muy exigente, así que me fui.
Traté de jugar fútbol. Mi mamá nunca me dejó jugar fútbol. A mí me gustaba el boxeo y a ella no le parecía bien que practicara un deporte de combate. Así fue como regresé al baloncesto, le di otra oportunidad.
¿Por qué volviste? ¿Qué te atrajo del básquet que no lo hizo el boxeo ni el fútbol?
Vi un deporte de colectivo que era muy divertido y eso para un muchacho de mi edad en aquel entonces era importante. Yo era chiquitico y gordito. Cuando entré en la secundaria, la preparación física y las condiciones que había me hicieron disminuir de peso y ponerme más atlético. El estirón llegó a finales de décimo y ahí fue cuando me di cuenta de que podía llegar a jugar de manera profesional.
¿Cómo hace en su día a día para poder entrenar?
Cuando estoy en la escuela nacional, en el Cerro Pelado, el entrenamiento es de lunes a sábado, doble sesión desde las 8:30 am hasta las 5 o 6 pm: es llegar a la casa, bañarme, comer y a dormir para volver al otro día.
Cuando está próxima a empezar la Liga Superior, los entrenamientos son en la Sala Polivalente Ramón Fonst y una vez empieza ya el torneo sí tenemos que viajar a las provincias a competir. No hay tiempo para el descanso.
Yo todos los días llego temprano y me pongo a lanzar debajo del aro para mejorar, perfeccionar la técnica. Luego comienza el entrenamiento en grupo y al finalizar te dan la opción de quedarte o ir para la casa, pero yo siempre me quedo unos minutos lanzando y después me voy.
¿Cuáles son los principales problemas para ejercer su carrera?
Yo creo que no son problemas sino más bien impedimentos para un mejor resultado. Entre ellos, el no tener un buen tabloncillo, mejores equipamientos para entrenar y la falta de topes internacionales.
Las condiciones materiales no son las mejores por las cuestiones que mencioné anteriormente, pero en ese sentido mi familia y sobre todo mi madre, hacen un esfuerzo para que yo tenga algunos artículos fundamentales para mi preparación.
Esos artículos son muy complicados de conseguir, por ejemplo, las zapatillas hay que traerlas de otro país porque son calzados muy grandes y aquí no hay dónde comprarlas, así mismo sucede con las rodilleras, las sudaderas. Mi mamá y mi hermana son las que las compran y es por ello que les debo todo lo que soy en el baloncesto.
Con respecto a las condiciones espirituales, yo me siento muy motivado, disfruto lo que hago y cuento con el apoyo de mi familia desde niño, ellos son quienes me impulsan a ser mejor cada día.
¿Qué se pudiera hacer para mejorar las condiciones de entrenamiento para el baloncesto?
El baloncesto es un deporte que está ahora mismo subvalorado en nuestro país y la solución no está mano de los atletas.
¿Por qué crees que está subvalorado?
Creo que está infravalorado porque no se le presta la atención necesaria, no hay un equilibrio entre todos los deportes. Se les da más prioridad a otros como el béisbol.
No sé decirte qué haría yo si fuera dirigente del baloncesto, pero sí creo que hay que mejorar las condiciones de entrenamiento, hay que promover más topes internacionales, hay que motivar a los jugadores y a las nuevas generaciones. Si se tiene resultados hay que recompensarlo y si no, hay que pensar en que algo está mal y no está funcionando para buscar soluciones reales pensando en los jugadores.
¿En qué posición te desempeñas?
Yo juego en la posición de escolta. En este rol es importante tener una capacidad física superior a otras zonas del campo, porque debes correr en los contraataques, defender al mejor jugador del otro equipo.
Es vital mejorar tus capacidades aeróbicas para desenvolverte en esa posición, mejorar el tiro de media y larga distancia. Hay que aprender a sacar el disparo más rápido y desde cualquier ángulo. Es muy difícil, realmente, porque tienes que estar pendiente a muchas cosas.
¿Cómo tú describirías al basquetbolista cubano?
El basquetbolista cubano principalmente es bueno peleando en las áreas, es un tipo de jugador más defensivo que ofensivo, en ese sentido no somos muy completos y es el objetivo que se quiere alcanzar. Por ejemplo, los baloncestistas de la NBA y los cubanos que juegan en ligas foráneas tienen otros conocimientos y características.
¿Cómo son los entrenamientos en la selección cuando están todos juntos?
Hay mucha diferencia a nivel técnico, pero, sobre todo, tácticamente. Ellos juegan afuera a un nivel extremadamente alto y superior al que hay aquí en Cuba. Cuando estamos entrenando juntos siempre nos apoyan.
Nos enseñan algunas mañas que hacen más fácil el juego. Ellos tienen un esquema muy distinto al nuestro, entonces lo que hacemos es tratar de compaginarlos para que las cosas salgan bien en la cancha.
¿Qué opinión tienes sobre el baloncesto cubano?
Ya no hay muchos fanáticos del baloncesto aquí en Cuba, y mucho menos al que se practica en la Isla. Yo creo que eso se debe en gran parte a que ya la Liga Superior no se transmite por la televisión.
O sea, no tenemos vista y la gente no sabe si se está jugando la liga. A veces los aficionados van a la Final porque ponen un pequeño anuncio, pero ni siquiera sabían que se estaba desarrollando.
También influye mucho que la estructura cambia todos los años, se juega dos veces por semana y al otro curso se juega completo en una misma serie, o nos concentran en una provincia y se lleva a cabo todo el torneo. Hay muchos jóvenes que tienen buen potencial, tienen mucha técnica, pero la afición no los conoce porque no los ven.
Yo creo que es necesario darle más vista al básquet, como otros deportes. A nosotros nos tienen en una posición infravalorada. Sucede incluso hasta con las chicas, que tienen resultados a nivel centroamericano y apenas se habla de ellas o se transmiten sus partidos.
Fuiste el Jugador Más Valioso de la LSB 2023. ¿Qué significó para usted este reconocimiento?
La verdad es que fue una sorpresa para mi recibir ese premio, había trabajado este año para obtener un buen resultado personal y mejorar mi rendimiento con respecto al año anterior. Fue muy emotivo ese día porque estaba toda mi familia y al mismo tiempo un compromiso conmigo mismo para seguir superándome.
En la temporada pasada me propuse hacer un mejor papel para la próxima, entrené duro, me enfoqué en lo que quería lograr, di el máximo y más. Al final el fruto de eso fue conseguir el campeonato luego de ocho años.
¿Cómo fue tu segunda campaña en la LSB? ¿Qué opinión tienes sobre el torneo?
Full Court Peace: baloncesto callejero en Cuba «made in» USA
Este año me sacrifiqué el doble, llegaba temprano al entrenamiento, hice horas extras y ahí salió el resultado que estaba esperando. La liga a nivel competitivo fue muy buena, fue complicado, había buenos equipos, pero siempre supimos sacar la victoria y salir adelante con los problemas que hubo.
¿Cuáles fueron esos problemas?
La logística no fue muy buena, todos sabemos la situación que está viviendo el país, pero comparada con la del año pasado, la calidad fue menor, con lo que teníamos había que estar ahí y sobrevivir.
¿Crees que tu desempeño esta campaña te ayude a ser contratado en alguna liga extranjera?
Puede ser, pero mi prioridad es consolidarme como jugador de la selección nacional. Esto se debe a que tienes que ser el MVP y cuando llegues a la selección demostrar que sigues siendo el mejor de la Liga Superior y que sigues mejorando cada vez más.
Evidentemente, este galardón te puedo abrir las puertas a un contrato en el exterior. Estoy buscando las maneras de conseguir un contrato que eso es algo que todo deportista quiere lograr, mejorar su estado económico y deportivamente, o sea el estatus. Yendo a otra liga mejoraría otras cosas que aquí no tienes cómo conseguir.
En caso de ser así, ¿qué significaría para ti una oportunidad como esta?
Claro que sería una gran oportunidad, para cualquier deportista, porque jugar fuera de tu país consolida tu formación como atleta y te ayuda a tener una mejor preparación y mayor fogueo. Afuera un contrato ayuda a mantenerte por completo.
Ya unos mismo se puede comprar las cosas en las tiendas deportivas. Por supuesto, es también muy importante porque podrías ayudar a la familia. Yo lo tengo muy presente principalmente por mi mamá y mi hermana que han sido los pilares de mi carrera.
¿Cómo haces para tratar de conseguir un contrato en el exterior?
Hay que mostrarse a equipos que juegan internacionalmente, o sea, equipos de otros países, a clubes. Para ello, tienes que buscar un representante o alguien que te quiera, que vea tu potencial en el partido, te vea entrenando y te diga que envíes videos para enseñárselos a esos clubes y saber si están o no interesados en contratarte. La otra forma es que venga un ojeador aquí a Cuba y se interese en ti.
¿Tienes algún ídolo o modelo de jugador a seguir?
Russell Westbrook siempre ha sido mi jugador a seguir porque viéndole me veo a mí mismo porque tenemos mucho potencial, mucha adaptabilidad.
Hablando de oportunidades, lo tienes todo para ser integrante del equipo nacional. ¿Qué significaría para ti ser convocado con la selección?
Sería un orgullo para mí, ya yo representé a Cuba en los Juegos del Alba en este año, pero me gustaría cumplir otras expectativas. Cuando uno es niño va creciendo y siempre quiere llegar a Capitalinos, cuando lo logra, quiere llegar al equipo nacional y luego llegar a ser contratado. Son como objetivos que tú tienes en la vida y esos eran mis objetivos y hasta ahora voy consiguiéndolos.
¿Qué hace para poder sustentar su vida?
El deporte no me da tiempo para hacer algo más, es día, tarde y noche baloncesto. Mi mamá es quien me mantiene.
¿Qué le gusta hacer fuera del deporte?
Mi vida es muy monótona, la verdad, cuando no tengo entrenamiento paso tiempo con mi familia y juego con mi sobrino. Sí, tengo novia, vivimos juntos y siempre que estoy libre salimos. Y ya cuando llevo días sin jugar lo necesito. Voy a la liga de básquet callejero patrocinada por el proyecto Full Court Peace que se encuentra en 23 y B, en el Vedado.
¿Cómo es la vida de un baloncestista en Cuba?
Yo creo que es igual a la de otros deportistas, no tienes casi tiempo para hacer vida social y en mi caso, cuando lo tengo, me gusta ir a jugar baloncesto en la calle. El deporte te limita en muchos aspectos, es un sacrificio.
¿Qué hace para vivir? ¿Le alcanza el salario?
Hasta ahora vivo de mi familia, no lo parece, pero solo tengo 19 años. El salario al menos a mí no me alcanza, pero se hace lo que se puede.
¿Cuán importante puede ser para ti a nivel económico un contrato en el extranjero?
Un contrato en el extranjero pensando en la parte económica sería de muchísima ayuda porque uno siempre piensa en devolverle a la familia lo que han invertido en tantos años y en mi caso es igual, espero poder darle a mi mamá y a mi hermana calidad de vida en futuro.
¿Cómo hace tu mamá para mantenerte? ¿Qué significa ella para ti?
Mi mamá trabaja y por ella y mi hermana es que nunca me ha faltado nada, les debo todo lo que soy. Mi mamá lo es todo, se ha sacrificado junto conmigo todos estos años, ella ha vivido toda mi evolución en el deporte, las altas y bajas, siempre ha estado ahí para mí.
Ella es mi referente y si me levanto todos los días a entrenar es por ella porque quiero que se sienta orgullosa de su hijo.
La disciplina te ha llevado hasta dónde estás hoy día. ¿Cómo te ha ayudado en tu vida personal el baloncesto? ¿Qué significa para ti?
En el deporte hay que tener bien trazadas nuestras metas nuestros objetivos y por eso es que uno trabaja al máximo, no hay tiempo para nada más, hay que sacrificarse ahora para ver los logros después.
El baloncesto me ha ayudado a tener disciplina, a tener compromiso y responsabilidad y aunque tenga 19 años tengo bien claro a donde quiero llegar y no me importa no poder disfrutar como lo hacen otros muchachos de mi edad. Imagínate, a mí en el barrio me dicen “el viejo”. Cuando estoy jugando se me olvida todo, ahí me libero, esa es mi terapia, cuando salgo de ahí estoy como nuevo.
¿Has sufrido decepciones en tu carrera?
Una decepción para mí fue no haber sido convocado para jugar con la selección en los Juegos Centroamericanos de San Salvador 2023 porque debido a los resultados que había obtenido tanto en la Liga Superior de Baloncesto como en los Juegos del Alba pensé que me seleccionarían.
¿Cuál ha sido la experiencia negativa que más te ha marcado en la vida?
Una experiencia que me marcó fue el fallecimiento de Rafael Cairo, fue uno de mis primeros entrenadores cuando comencé en el baloncesto y fue una noticia que nadie se esperaba y me dolió mucho más porque no estuve en Cuba me encontraba en Venezuela en los Juegos del Alba.
Supe la noticia estando en Venezuela. Antes de irme, el pronóstico era que estaba mejorando y cuando se supo fue impactante, no me lo esperaba, en ese momento te vienen a la mente muchos recuerdos porque se pasa más tiempo con los entrenadores que con la familia. A partir de entonces, lo que hice fue centrarme para ganar la LSB y así fue.
¿Cómo afrontaste esta decepción y por qué crees que te dejaron fuera? ¿Cómo te enteraste de que no irías al equipo Cuba?
Esa noticia para mí fue muy fuerte porque no me lo esperaba, venía de ganar la liga, ser el MVP, había obtenido muy buenos resultados, pero no entré en los planes del entrenador. Eso es otra cosa, yo creo que hay que darle más valor a LSB y muchas veces nosotros mismos la menospreciamos cuando debería ser todo lo contrario.
¿Cuáles son tus sueños?
Yo tengo mis metas bien trazadas y una de ellas por supuesto es jugar en una liga extranjera, sería una gran oportunidad para mí como jugador para mejorar y tener una mayor visión de juego. Por cualquier vía, la verdad, la que me permita también jugar con la selección en caso de ser convocado.
¿A qué liga te gustaría ir?
Me gustaría ir a Brasil, aparte que es el país de mis sueños, donde me gustaría vivir, la liga brasileña es una de las mejores del continente. He estado aprendiendo incluso un poco de portugués por si en algún momento se da un contrato allí.
Hablas mucho de representar a Cuba siempre, ¿qué significa vestir las cuatro letras para ti? ¿Qué sientes cuándo te pones la camiseta nacional?
Representar el equipo nacional es la meta que tiene todo niño cuando comienza en el deporte porque si llegas ahí es por ti mismo, es por tu esfuerzo. Es un gran orgullo ser integrante del Cuba.
¿Cómo te ves en el futuro?
Tengo potencialidad para lograr mucho de lo q he obtenido hasta ahora. Estoy seguro de mí y de lo que puedo dar. Tengo muchas expectativas y entre ellas está mejorar como escolta para ser un jugador integral. Tengo el tiempo a mi favor y estoy enfocado en mi carrera y hacer un buen papel, no solo en la preselección nacional sino también con el equipo Capitalinos con el cual me siento comprometido.
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