Jorge González es un voleibolista pinareño campeón de la Liga Nacional del 2012.  Ese sería precisamente su último año en Cuba, luego de que una sanción por indisciplina de dos años lo desmotivara a continuar. A partir de ahí, su carrera se ha desarrollado en Asia, lejos de la prensa nacional de su país, como muchos otros voleibolistas que deciden contratarse de manera independiente.   

Sin embargo, Jorge González no ha dejado de regresar a su tierra durante todo este tiempo, y uno de sus placeres es que la gente vea y conozca sus acciones. Por eso, cuando hace unos años en Sandino, su pueblo natal, el organismo del INDER lo reconoció en un acto público, Jorge se sintió reconfortado. 

En Asia, la carrera del voleibolista pinareño es más que destacada. Ganador de Copas de Qatar, donde ha compartido cancha con los mejores jugadores del mundo; bicampeón de Indonesia, esta última ocasión siendo dirigido por Nicolás Vives, son algunos de los logros de Jorge González que, esta temporada, por primera vez en su carrera y con 30 años, incursionará en una liga europea. Los Juantorena y los Marshall son un espejo para él, por lo que espera “seguir tirando el brazo hasta que dé”. 

¿Cuándo comenzaste a jugar voleibol? 

Empecé un poco tarde, entre 14 y 15 años. Entré a la EIDE de Pinar del Río Ormani Arenado en décimo grado. Estuve con un buen entrenador. Leivys García, que ahora mismo está con el femenino nacional. Me enseñó a dar mis primeros pasos en el voleibol. 

¿Practicaste otro deporte? 

Jugaba baloncesto, balonmano y béisbol. El voleibol nunca me interesó. Fue después cuando mi papá me llevó a la EIDE por baloncesto y ese entrenador, Leivys, me preguntó qué hacía ahí. Me convenció y me fui al voleibol. Junto a él y los otros muchachos me ayudaron mucho, y capté rápido el voleibol. 

Después de mi primer año en la EIDE, en el 15-16, fui como titular a los Juegos Escolares, donde tuve buena actuación. Luego estuve en la ESPA un semestre, y al segundo semestre me llevan al Cerro-Pelado, en el 2007. 

¿Con quién coincidiste en la escuela? 

Recuerdo que entré y fue impactante, de élite. Todavía estaban Pavel Pimienta, Robertlandy Simón, Wilfredo León. Subieron a Yosvany Hernández. Esa fue mi generación en el cadete. En el juvenil estaba Leonardo Leyva, Hiroshi Centelles, Osmel Camejo, Jorge Mencia, una generación de juveniles subcampeones mundiales. La calidad era muy grande. 

La mejor escuela de voleibol del mundo, sin dudas. Han sido muchas generaciones. Los entrenamientos eran muy exigentes, duros. Había jugadores que no aguantaban y se iban. También nos enseñó a tener disciplina. 

En aquel tiempo era muy diferente a la actualidad. Se hacían las Copas Cerro, Copas Desembarco del Granma, la Liga Nacional con la participación de la preselección nacional, venía Venezuela de invitado, y era muy duro. Tres o cuatro equipos con jugadores de la preselección. 

En el 2012, fui campeón de la liga nacional. Ese fue muy buen año. Pinar del Río pidió a Yosvany Hernandez de refuerzo, e hicimos muy buena liga. Ese fue mi último año aquí en Cuba. 

¿Cómo se da tu salida de Cuba? 

A través de Eddy Quiñones, quien sigue siendo mi representante en la actualidad. Estábamos en la Kid Chocolate, y me acuerdo que nos llevó a casa de su difunto padre, a mí y a Yosvany Hernandez. Hablamos sobre nuestro futuro e hicimos un contrato con él.  

En ese momento no estaba en el equipo nacional. Tenía una sanción, y yo decidí pedir la baja. Una sanción que para mí fue injusta, indisciplina que cualquier joven comete y por la que me sancionaron dos años. Después de esa liga nacional me vuelven a llamar, pero ya tenía la opción de irme, por lo que dije que no.  

¿Dónde fue tu primer contrato? 

Me probé en Rusia, y también estuve en Bielorrusia preparándome, porque quería jugar de opuesto. Mi primer contrato profesional fue en Qatar, en el 2013. Ahí firmé por 5 años, un buen club. 

Yo era central, así fueron mis inicios, pero a Qatar ya llegué como opuesto. Fui a una Copa Árabe y gusté, y entonces empecé a entrenar con ellos. Luego me pusieron a recibir, vieron que también lo hacía bien, y al final decidieron dejarme como auxiliar. Mi primera temporada profesional la gané como auxiliar. 

Qatar actualmente es una liga muy buena, que supera a muchas de Europa. Compite a nivel de Asia, y siempre está entre los primeros 3 lugares. Mi club, el Al Arabi, siempre va a las Copas del Rey y Copas Qatar, donde siempre van figuras mundiales.  

Robertlandy Simón siempre va a competir a esa Copa. Ahí compartí cancha con Iván Zaytsev, Yoandy Leal, Georg Grozer, el alemán.  

Una vez nos juntamos hasta 12 cubanos en la Copa Qatar. Estaban Oreol Camejo, Miguel Ángel Dalmau, Simón, Leal, Osmel Camejo. Un nivel altísimo esa Copa. Los propios jugadores de Qatar son extranjeros, de Serbia, Montenegro, otros países África. Yo como era residente, no ocupaba un cupo de extranjero, por lo que podían traer otro extranjero más y el equipo se reforzaba. 

Ganamos bastantes premios en Qatar, fueron 5 años. Una liga en el 2017, dos bronces, dos Copas del Rey. 

¿Cómo son vistos los cubanos en esas las ligas profesionales? 

Siempre marcamos pauta en lo que es el físico, el poder de saltabilidad. A nosotros los que nos golpea un poco es el recibo, que es normal. Pero el poder de ataque y bloqueo nos ayuda mucho. 

¿Cómo es llegar a una liga extranjera y ser al que más se le va a exigir? 

Mucha gente critica la calidad de ciertas ligas. Para mí no hay ninguna liga fácil. Uno es el extranjero, y al que más le exigen es a uno. Entonces, por partido tienes que hacer más del 50% en ataque y estar bien en recibo, tienes que hacerlo todo prácticamente perfecto, y eso no es fácil. Siempre hay un partido que juegas mal. No hay jugador perfecto. 

En estas ligas asiáticas creo que el nivel de los extranjeros dista mucho de los locales, por lo que se les exige más que en Europa. 

En la liga de Indonesia, la coreana, la china, la japonesa, en todos esos lugares pasa. Este año en la liga de Indonesia, donde participé, tuvo más impacto de nivel que en años anteriores. Los equipos, el público, como 10 mil personas en un estadio. Fue muy impactante, millones de personas siguen el voleibol en ese país. En el extranjero siempre están puesto los ojos. Es el principal objetivo, la presión es mucha.  

Jorge González jugador de voleibol cubano
Voleibolista cubano Jorge González. Foto: Hansel Leyva

Eres doble campeón actual de Indonesia. Coméntame de esa experiencia. 

Habías muy buenos jugadores en la liga. Isac Santos de la selección de Brasil, Nikolay Penchev, búlgaro, Garrett Muagututia, auxiliar de la selección nacional de EEUU, Daudi  Okello, de la selección nacional de Uganda, un opuesto muy fuerte. Una liga fuerte e intensa, con hasta 3 partidos a la semana, algo que en ninguna liga se hace. 

Estaba reventado en algunos partidos, y le decía al entrenador que me diera descanso, que no podía más. A mitad de los entrenamientos nos daba descanso a mí y al brasileño, era mucha la carga. 

Fuiste campeón en esta última ocasión de la mano de Nicolás Vives, exdirector técnico de la selección nacional.  

Hizo un buen trabajo desde el principio. Se ha venido desarrollando, por más que lo critiquen, como hace mucha gente, pero es normal. Me escuchó a mí, al brasileño, y eso es bueno en un entrenador. No imponía algo, compartía su criterio con nosotros, y salía muy bien. El respeto siempre existió.  

En la temporada nada más perdimos un solo partido de 21. Fue una temporada increíble. Cerré mi incursión con ese club, quise mirar a otro y no manchar mi imagen en ese club. Irme por la puerta ancha, porque ya ser campeón por tercer año iba a ser muy difícil. El propietario del club es el expresidente de Indonesia. Una gran persona, le gusta el voleibol, lo jugó de pequeño. 

¿Cómo deciden contratar a Nicolás Vives? 

En el club estuvieron interesados en un entrenador cubano. En el año 2022 que también gané, el entrenador era de China. Tenía compromisos en otro sitio. Entonces, se interesa el club por un entrenador cubano. Tenían varias opciones como Pavel Pimienta, Rodolfo Sánchez, el mismo Orlando Samuels, pero lamentablemente ninguno de esos entrenadores pudo por diversos motivos. 

Entonces me preguntaron por la opción de Nicolás Vives y yo di buena opinión de él, porque realmente fue así. En el 2010 cuando entrenaba en la escuela nacional, él me ayudó mucho. Cuando entraba al terreno me ayudaba, al ser uno de los más jóvenes. Eso se me quedó, y claro que lo iba a ayudar, e hicimos buen trabajo.  

Siempre mantuvimos una buena relación, tanto en el terreno como en lo privado. Yo y mi mujer lo invitábamos a comer comida cubana, compartíamos, nos tomábamos una cerveza, salíamos de compra. Muy buena relación. 

¿Qué próximos retos tienes? 

Estas dos últimas temporadas fueron muy buenas para mi carrera profesional, trabajé con mucho esfuerzo, y debido a eso los resultados siempre salen. Ahora, por primera vez en mi carrera voy a jugar en Europa, al SCK de Sofía, Bulgaria. Una liga muy fuerte por lo que tengo entendido. 

Primera vez en Europa y con más de 30 años. ¿Te impone un reto? 

Yo tomo de ejemplo a los mismos jugadores cubanos, como Osmany Juantorena, Oreol Camejo, Leonel Marshall, que son jugadores que tienen más de 35 años, y que están en las mejores ligas del mundo haciéndolo bien. Yo también puedo. Son jugadores que veo como espejo. Con Marshall tengo muy buenas relaciones, siempre hablamos a cada rato. Más de 40 años, ganó la tercera división de Italia y va a la segunda. Va a seguir jugando, es un ejemplo a seguir. 

Jorge González jugador de voleibol cubano
Voleibolista cubano Jorge González. Foto: Hansel Leyva

¿Como es la separación con la familia? ya llevas muchos años de contrato. 

Después de abril y mayo siempre vengo a Cuba. Cuando estaba en Qatar me demoraba más y venía en junio, y tenía que regresar en septiembre. Es muy difícil, pero ya uno se adapta. Es difícil pasar cumpleaños, navidades, fines de año separado de la familia. Lamentablemente es así, pero hay que luchar. El futuro de la familia, el sustento. 

Mi familia es de Sandino, en Pinar del Río, pero vivo en la Habana, en La Lisa, con mi esposa. Aquí tengo más facilidades para entrenar, el gimnasio, e incluso hablo con el profe Vives y cualquier cosa voy a la escuela de voleibol y toco un poco de balones.  

¿Te han invitado a entrenar con la selección? 

Sí, me han invitado. El profe Vives me dijo que le avisara sin problemas. 

¿Tienes pensado jugar con la selección, hacer algún equipo? 

No, estuve hablando eso con Vives, y mi vida personal está en un punto en el que tengo que estabilizarla. Con 33 años jugar en ligas y luego venir al equipo nacional, además de mi posición que es muy exigente, me desgastaría mucho. Hay nuevas generaciones. 

¿Qué te parece el actual seleccionado cubano? 

Es una buena generación, como la de años anteriores. Ojalá y no se rompa otra vez, porque ya existe la posibilidad de los contratos. A esos muchachos los veo con seriedad, están en los mejores clubes de Europa y se están desarrollando muy bien. En cuanto a la educación son muy disciplinados. Conozco a la mamá de Marlon Yant, quien estuvo de misión en Qatar. Un saludo para ella, es una persona muy educada. Ojalá sigan creciendo. 

El trabajo constante, la consistencia, llevan al resultado. El voleibol es un deporte de repetición, consistencia. Si se preparan bien, pueden clasificar a los Juegos Olímpicos. Vives es un entrenador joven, que con el paso de los años pienso que puede mejorar.  

¿Un mensaje a la afición cubana? 

Uno siempre está luchando, aunque no sea parte del equipo nacional. Y el sueño de un atleta es que su gente vea sus acciones, que los sigan. La prensa nacional no nos sigue mucho. Hay un misterio con los atletas insertados a Cubadeporte y los que no. Sigo yendo y viniendo, no tengo residencia en ningún otro país. Pero no me reconocen ni en la prensa municipal donde yo vivo. Sin embargo, el organismo del INDER de Sandino me reconoció delante del pueblo. Eso fue muy bonito. Un saludo para ellos, para mi familia, mi mamá, mi papá, mi esposa, mi familia en general. 

Espero seguir tirando el brazo hasta que dé, porque al final esos son los frijoles, como quien dice. Antes de terminar saludar a la gente de Pinar del Río, a los jugadores de la EIDE, que fueron mis primeros compañeros. Al comisionado de Pinar del Río de aquel entonces, Berto Friol, y a Eddy Quiñones.   

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Imagen cortesía de Hansel Leyva