El próximo 5 de marzo tendremos uno de los acontecimientos más importantes en la historia de la UFC, el evento 272. Restan pocos días para que, desde el T-Mobile Arena de Las Vegas, se vea sobre el octágono la que muchos consideran la mayor rivalidad de las MMA.

Colby Covington y Jorge Masvidal protagonizarán una noche en la cual lo mediático está a la orden del día. Tal magnitud tiene este enfrentamiento, que le fue concedido un evento numerado sin haber un cinturón en juego, algo solo al alcance de Conor McGregor. Pero es que estamos en presencia de, tras The Notorious, el segundo hombre que más vende PPV (pay per view) en toda la compañía, nada más y nada menos que el cubano americano, Jorge Masvidal.

Todo esto es un plus, pero lo que realmente le da tanto nivel mediático al combate es la historia detrás de sus protagonistas y el cómo pasaron de ser amigos inseparables, a no poder verse a la cara.

Para conocer el inicio de esta historia, hay que remontarse poco más de una década al pasado, 2011 concretamente. Por aquella época, Colby Covington ya era reconocido a nivel universitario como uno de los mejores luchadores de los Estados Unidos y esto le sirvió para que Dan Lambert, dueño de American Top Team, le diera la bienvenida a su gimnasio.

Allí conoció a Jorge Masvidal y fue el inicio de una amistad que parecía ser irrompible. Un año más tarde, Colby debutaría profesionalmente en las MMA. Ya en ese momento, Masvidal tenía su última pelea en Strike Force, antes de firmar por la UFC.

El cubanoamericano era un peleador con mayor renombre y contaba con patrocinios, caso contrario al de Covington, que apenas se iniciaba en ese mundo. Debido a esto, Jorge le invita a vivir en su casa y de esta manera, se afianzó mucho más su amistad. Eran como hermanos, antes de cada pelea entrenaban juntos; incluso, hay videos que evidencian estos sparrings hasta dentro de su casa, haciendo todo un desastre, con una camaradería que a todos les sacaba una sonrisa.

La amistad se alargó por 8 años, pero, de repente, dejaron de ser vistos juntos todo el tiempo, hasta que se supo que su relación fraternal había terminado. Por una parte, Jorge había entrado en una racha negativa, hasta el punto de tomarse un año de descanso para reflexionar sobre su futuro. Mientras, Colby tenía un momento totalmente diferente, al lograr el título interino del peso welter en la UFC, tras vencer a Rafael dos Anjos.

Aquí es donde empieza la guerra de opiniones, puesto que Covington achaca la ruptura a motivos como el ego y envidia por parte de Masvidal. Por otra parte, Jorge sacó a la luz un argumento mucho más justificado.

Resulta que el entrenador del cubanoamericano tenía un acuerdo con Colby de darle el mismo trato que a Masvidal y a Yoel Romero, a cambio de un 5 por ciento de lo que ganase por pelea. Pero Colby habría decidido no cumplir con el trato cuando tuvo la oportunidad de embolsar una cantidad generosa, tras la pelea por el título interino: decidió no pagarle y esto trajo consigo su expulsión de American Top Team y la ruptura de su amistad con Jorge, quien sentía que, con el gesto hacia su entrenador, su amigo le había traicionado también.

Tras estos sucesos, Masvidal y Covington no han parado de insultarse mediante entrevistas y por redes sociales, aunque con matices muy diferentes, porque mientras Jorge gana el apoyo de toda la comunidad de las MMA, Colby parece querer ganarse su odio.

Tienen personalidades muy diferentes: Masvidal es un hombre que dice lo que siente y esto a la gente le agrada. Por otra parte, Covington tiene montado un personaje de villano, ya que, mediante el odio, las personas pagarán porque le quieren ver perder. Como dicen: no existe mala publicidad. Lo último que se sabe de esta riña personal nos llega de un video que el propio Jorge subió a sus redes, en el que expone a Colby y muestra a otras personalidades de la UFC dando su opinión negativa sobre este.

Todo parece indicar que Masvidal tiene la parte argumentativa de la riña ganada, pero las peleas no se ganan con narrativa. Por más que pueda tener la razón, lo cierto es que tiene que salir a hacerla valer en el octágono. Será una labor bien difícil, puesto que tienen realidades distintas: Jorge viene de perder por un KO desgarrador ante Kamaru Usman, mientras que a Covington se le ha visto dar guerra al mismo rival y, además, es el contendiente número uno de la división.

Colby parece ser un peleador mucho más completo, que domina una mayor gama de posibilidades en el combate, capaz de llevar la pelea al suelo y mantener a su rival con pocas opciones de victoria. Pero al cubanoamericano le queda una bala a su favor y toda la comunidad de las MMA se hace la misma pregunta: ¿Podrá hacer valer esa superioridad en el Striking y vencer a su examigo? Lo cierto es que la única manera de saberlo, es verlo el próximo 5 de marzo en el UFC 272.

La gran rivalidad, Masvidal vs. Covington, promete emoción a raudales.

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Imagen cortesía de Turnheel Wrestling
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