Hace muchos años atrás, en las filas de Villa Clara surgió un pelotero con muy buenas condiciones, que irrumpió con fuerza en el panorama beisbolero de la isla, en donde jugó siete temporadas: Ramón Lunar.

Durante ese tiempo, obtuvo dos subcampeonatos y logró titularse en una ocasión. Además, integró varias selecciones nacionales, aunque en la que más destacó fue en la Serie del Caribe del 2014, cuando integró el equipo todos estrellas del evento. En ese certamen registró promedio ofensivo de .438, con siete indiscutibles en 16 turnos al bate, además de un doble y tres carreras impulsadas.

Sus números en la Serie Nacional cubana avalan su calidad. En un corto paso por el campeonato doméstico, acumuló 512 partidos, con 1724 turnos oficiales al cajón de bateo, en los que sumó 533 imparables, de ellos 79 dobles, nueve triples y 65 cuadrangulares, para una línea ofensiva de .309/.408/.479, AVE/OBP/SLU.

Ramón Lunar villa clara
Foto: Alex Castro

Inicios en el béisbol

Lunar comenzó en el béisbol en su natal Quemado de Güines, Villa Clara, a la temprana edad de nueve años. “Las condiciones en aquel entonces no eran buenas, entrenábamos descalzos y las pelotas estaban rotas, pero lo importante era que hacíamos deporte”, afirma.

Desde pequeño sus habilidades para el béisbol lo hicieron despuntar y sobresalir entre sus compañeros. Fermín Mestre y Carlos Cairo fueron los primeros en inculcarle el amor por la pelota, aunque su familia siempre estuvo ligada a la práctica del ejercicio físico.

“La práctica de este deporte me ayudó mucho con mi salud, pues era un niño muy asmático y gracias a este pude superar ese padecimiento”, dice. Además, asegura que el entrenamiento diario lo hizo ganar en disciplina, que luego se tradujo en buenos resultados.

Los sistemas de formación de atletas tienen una estructura establecida en Cuba. Esto en ciertas ocasiones arroja resultados positivos, mientras que, en otras, se termina por desechar a grandes talentos.

Ramón Lunar fue uno de esos casos positivos: pasó por la EIDE, la ESPA y llegó a formar parte del primer nivel cubano. “Teníamos que someternos para llegar a donde queríamos”, recuerda con cierta tristeza, pero con la seguridad de que logró triunfar.

Luego de sus años en las escuelas deportivas y su paso por las categorías juveniles, llegó a la liga de desarrollo. “Mi arribo a la Serie Nacional demoró. Antes me mantuve entrenando y jugando en la academia de Villa Clara. Esa liga de desarrollo me ayudó a subir el nivel, tenían buena calidad, aunque se pasaba trabajo”, asevera.

La primera vez que vistió el uniforme de Villa Clara

Muchos de los que estaban a su alrededor se preguntaban una y otra vez cómo era posible que, según su calidad, demorara tanto en llegar al primer nivel. “No considero que debuté tarde, pues en aquel entonces tenían un equipazo, no cabía en ningún lado, pero me mantuve trabajando fuerte para llegar y así fue”, cuenta.

Cuando vistió por primera vez los colores del equipo grande de su provincia la presión lo venció y las ganas por hacerlo bien y dejar una imagen que asegurara su presencia en el conjunto naranja le pasaron factura.

“La primera subserie que me suben no fue muy bien y volvieron a bajarme. Quise hacer más de lo que me tocaba, me presioné mucho y las cosas no salieron como esperaba. No obstante, siempre me mantuve fuerte de mente, sabía que otras oportunidades llegarían”, recuerda.

A pesar de todo, Ramón Lunar es un hombre optimista. En aquellos tiempos los deseos por triunfar y crecer cada día lo hacían mantenerse enfocado, mientras se preparaba para alcanzar sus metas. Precisamente su disciplina y, por supuesto, su indudable talento, hicieron que Eduardo Martín se fijara en él.

“El profe Martín me volvió a dar la oportunidad y esa sí no la desaproveché”, detalla. Esto nos lleva a 2008, cuando alcanzó la Serie Nacional y su nombre comenzó a ser tomado en cuenta para hablar de buenos jugadores.

Villa Clara y la huella de las finales

En la historia de Villa Clara quedaron marcadas dos finales, la primera frente al extinto equipo de La Habana y luego ante Industriales. Fueron dos de los playoffs más disputados del actual siglo y aunque han pasado varios años, para Lunar, recordarlos, es como apretar una espina clavada en el pecho.

“Los playoffs de La Habana e Industriales dejaron huella en nuestro equipo, pues teníamos que ganar, aunque sea en uno; y en lo personal, estoy muy triste por esas finales, y más aún que la afición esperaba con ansias el campeonato”, dijo.

Años después, la pelota les dio revancha y fue tan caprichosa que los enfrentó en la final al hombre que tantos éxitos les regaló, pero que quedó debiendo un título en la ciudad naranja. “Quedar campeón frente a Matanzas fue algo bonito, la afición se lo merecía, y para nosotros era el fruto de varios años de trabajo”, recalcó Ramón Lunar.

Por primera vez en una Serie del Caribe

Ese año marcó el regreso de Cuba a las Series del Caribe y, en esa nueva etapa, Villa Clara se convirtió en el primer equipo de la Serie Nacional en participar en el torneo. No pocas críticas llovieron sobre el conjunto, sobre el excesivo uso de los refuerzos, pero lo cierto es que él siempre estuvo de titular en el terreno de juego, y su actuación no dejó espacio a la duda.

“La Serie del Caribe era un reto para Villa Clara y Cuba. Después de tantos años sin participar en la competición iba a vivir el momento al máximo y por suerte me salieron las cosas bien, aunque el equipo no pudo pasar a la otra ronda, pero en lo personal, estuve muy contento con mi incorporación al equipo todos estrellas”, explica.

Pero los resultados en el certamen, como en la última década, en la que a nivel internacional el equipo Cuba dejó mucho que desear, fueron malos. “Era otro béisbol al que no estábamos acostumbrados; algunos de los compañeros habían hecho equipos Cuba, pero otros éramos totalmente novatos en ese tipo de certámenes”, afirma.

Momentos para el olvido

En su corta carrera en Cuba tuvo dos incidentes que marcaron su trayectoria, aunque él no era pelotero indisciplinado. Lucía bastante sereno en los diamantes, concentrado en hacer su trabajo y aportar con su ofensiva resultados a su elenco. Su primer problema fue con Vladimir García, el conocido lanzador de Ciego de Ávila e integrante por varios años del equipo Cuba.

“Los bolazos pienso que sean por un jonrón que le di en un playoff, no puede ser por más nada, pero llegó al punto de incomodarme, porque eran más seguidos. Solo le dije que me sacara out, que yo iba hacer mi trabajo como bateador. Él me respondió que me lanzaba por dentro porque bateaba bien para el jardín derecho, ahí quedó todo, no tengo problemas con él”, detalla Ramón Lunar.

El otro lamentable incidente en el que se vio envuelto Ramón Lunar fue en la pelea del matancero Demis Valdés con el estelar derecho Freddy Asiel Álvarez, situación en la que intentó ser un mediador, pues solo quería evitar que pasara a males mayores, y terminó recibiendo un fuerte batazo en su rostro.

“El batazo me lo da tratando de separar o quitarle el bate. En ese instante, cuando recibí el golpe, solo pensaba en mi familia, no sabía en realidad lo que estaba sucediendo. Fui al juicio por protocolo, no quería ir, allí me pidió disculpas, me dijo que no tenía nada en mi contra, todo fue calentura del momento. Lo peor del incidente fue la recuperación, la cual demoró mucho y me provocó muchos dolores”, describe.

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De Cuba, en una lancha, a México

Con una carrera consolidada en Cuba decidió ponerse a prueba en otra liga que tuviese un nivel superior. Para esto, atendiendo a todas las limitantes que existen en el país, el atleta decidió abandonar la isla en una lancha que lo llevó directamente a México.

“Sobre el viaje no hay mucho que contar: yo era el único deportista, todo fue rápido, me recogieron en una lancha. A pesar del peligro y todo lo desagradable que puede generar ese tipo de viaje, llegué con tranquilidad a mi destino”, manifiesta.

Una vez en México las puertas del béisbol en ese país se abrieron para que su calidad entrara sin pedir permiso. Sus primeros equipos fueron los Tigres de Quintana Roo y Leones de Yucatán. Aunque no se conformó con esto y por gestiones de su agente viajó a República Dominicana para intentar captar la atención de una franquicia de Grandes Ligas, aunque su suerte, al igual que la de otros muchos cubanos, estuvo en las manos de hombres que prefieren el dinero por encima de las pretensiones de los jugadores.

“Tras el intento fallido en Dominicana para intentar firmar, decidí regresar a México, y al cabo del tiempo una persona me dijo que habían equipos interesados en mí, pero los que tenían mi futuro en sus manos no quisieron llegar a un acuerdo, y de eso no me enteré”, apunta.

Ramón Lunar, pelotero cubano.
Foto: Cortesía del entrevistado

Ramón Lunar confiesa que desde que salió de la Mayor de las Antillas no ha dejado de hacer lo que le gusta, jugar al béisbol y en la actualidad se encuentra preparándose para la pretemporada de la Liga Mexicana que comienza en el venidero mes de abril. No obstante, no pierde de vista la Serie Nacional y el país en donde comenzó a jugar a la pelota.

“La Serie Nacional ha perdido nivel en los equipos, pero sigue habiendo mucho talento en sus peloteros. Deberían abrir y que la pelota sea libre, que los jugadores puedan jugar donde sea y después puedan virar a sus equipos, así seguro van a subir el nivel”, asevera.

Pero las autoridades en la isla distan mucho de ofrecer tales libertades y Ramón Lunar, al igual que muchos de sus coterráneos, pide algunos cambios para regresar a su patio.

“Por el momento no está en mi mente volver a Cuba a jugar, esperemos que cambien las cosas y podamos estar sin tantas restricciones y, muchos, no solo yo, volveremos a jugar, porque tenemos familias y aficionados que se acuerdan de nosotros, y eso es muy bonito”, explica.

Al preguntarle qué cree sobre el Equipo Cuba unificado y si estaría dispuesto a representar a su país, responde, concluyente: “Sería bueno que le dieran la oportunidad a los que quieren jugar. Por mi parte, si algún día me llamaran, con gusto jugaría”.

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Imágenes cortesía de Foto: Cortesía del entrevistado y Foto: Alex Castro
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