Fue en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Cartagena 2006 cuando vi a Yarisley Silva por primera vez. Me llamó la atención aquella joven de 19 años que llevaba las cuatro letras de Cuba en el pecho con una garrocha en la mano. No tenía referencias a que en nuestro país hubiera alguien capaz de representarlo en esa compleja disciplina.

Con una timidez tremenda se acercó a la línea marcada para comenzar la carrera de impulso y miró el objetivo durante varios segundos. Su pequeña estatura para ese deporte me inspiró y se despertaron en mí sentimientos solidarios hacía una atleta a todas luces débil en medio de otras esbeltas y lánguidas competidoras del área.

Sin embargo, como luego pasaría muchas veces durante su carrera, sacó esa fibra invisible que sólo los campeones llevan en la sangre y se fue transformando mientras corría con aquella pesada pértiga en las manos para elevarse casi cuatro metros y apoderarse de una medalla de plata, presagiando lo que el destino le tenía preparado para el futuro.

Han pasado tres lustros desde aquel día y esa pinareña de nombre Yarisley Silva, ahora con 34 años, es toda una leyenda del atletismo cubano y en especial de la garrocha, pues le dio a Cuba su primer podio olímpico de la historia de la disciplina, con aquella plata en Londres 2012 y convertirse en la sexta atleta de todos los tiempos que más alto ha saltado con aquel 4.91 metros logrado en la ciudad de Beckum, Alemania.

“Yirita” además, ganó los campeonatos mundiales de pista cubierta en Sopot 2014 y el de aire libre de Beijing 2015, y se proclamó reina absoluta de nuestro continente americano al coronarse tres veces en Juegos Panamericanos, entre otros múltiples eventos.

Entrevistar a esta bella mujer cubana para Play-Off Magazine, después de ubicarse entre las ocho mejores pertiguistas del mundo en los pasados Juegos Olímpicos de Tokio 2020, fue todo un privilegio para mí.

¿De dónde vienen esas facultades artísticas que tenías cuando eras pequeña? Tengo entendido que te gustaba el ballet clásico y la música

Todo talento lo da Dios. Creo que mis habilidades son herencia de familia: por parte de padre son músicos y artistas y por parte de madre son deportistas. A mí me gustaba el ballet clásico y desde pequeña fui a hacer mis pruebas de aptitud, pero la profesora no las vio. Me dijo que por mi constitución física no iba a rendir allí, que era mejor que fuera para la danza o me dedicara a otra cosa. También intenté estudiar piano, pero luego lo dejé y comencé en el deporte.

¿Cómo llegas al atletismo?

Tengo a mi tía María Caridad Rodriguez que era deportista y eso me motivó a practicarlo y me fue bien. Allí me vieron aptitudes, yo corría mucho y comencé con el profesor Isidoro, ya fallecido.

Recuerdo que cuando era pequeña fuimos a Santiago y cogí bronce en el relevo y estaba muy contenta con aquella medalla. A partir de ahí me hicieron una captación para la EIDE, le gusté a una profesora que decía que yo era chiquita pero corría bien.

Cuando llego a la EIDE esa profesora me dijo que era muy pequeña y que no tenía cualidades. Mi tía trabajaba ahí, habló con el comisionado y tuvieron fuertes discusiones, hasta que me puso en una plaza de las de ella.

Yarisley Silva
Pertiguista cubana Yarisley Silva. Foto: Hansel Leyva

No es común, menos en Cuba, que una niña que comienza en este deporte se decida por la pértiga. ¿Cómo fue eso posible?

Comencé a hacer eventos múltiples durante dos años hasta que apareció el profesor Nilo. Él decía que a pesar de mi tamaño yo era muy valiente y esa era una de las cualidades que él necesitaba para el salto con pértiga y ahí comencé.

Yo tenía trece años y ese deporte me gustó mucho, me llamó la atención y me motivó. Disfrutaba mucho hacer eso.

Desde que comencé era buena para las condiciones que teníamos allí. Saltábamos mucho en la arena y el profe hacía colchones con aserrín. Llegué a saltar 3.10 metros y obtuve plata en mis primeros Juegos Escolares y luego cogí el oro. Ahí fue donde el profesor Alexander Navas me captó para el equipo nacional.

¿No fue un problema para ti esa misma tendencia al sobrepeso y tu estatura para practicarlo?

Luego comencé a subir un poquito de peso pero mi profesor nunca lo vio como un problema, aunque siempre me decía que tenía que hacer dieta. Pero yo era habilidosa, rápida, fuerte, y dominaba bien la técnica. Eso me ayudaba mucho.

Mucha gente intentó desanimarme. Todo el tiempo me preguntaban por qué yo estaba en ese deporte, que eso no tenía tradición en Cuba, que aquí no había condiciones y que yo no lograría nada ahí. 

Gracias a Dios siempre fui muy decidida y nunca escuché esas voces, por eso seguí hacia delante pensando siempre que iba a lograr grandes cosas. Desde pequeña soñaba mucho, me imaginaba saliendo en una revista, en la televisión, y viajando por el mundo, yo tenía esas ideas. Y mira, así fue, lo logré.

¿En qué momento se dieron cuenta de que estaban en presencia de alguien que podía hacer historia en esta disciplina?

Éramos unos cuantos que practicábamos esta disciplina, pero la verdad que ningún profesor pensaba en esos momentos que un día se pudieran lograr esos resultados, nadie tenía una idea de eso. Los profesores te imprimían mucho optimismo y nosotros dábamos lo mejor para tener un máximo de rendimiento. Mi profe Navas me veía aptitudes, pero la verdad que nadie imaginó que yo fuera a llegar hasta donde llegué, pero yo sí tenía muchos sueños y hasta ahora los he cumplido.

Tuvimos muchos obstáculos. Nos hicieron muchas cosas, nos querían quitar las garrochas, no nos ayudaban, prácticamente nadie nos veía, y nos quitaban competencias. Pasamos por momentos muy tristes y difíciles hasta que alcancé a saltar 4.51m y logré incluirme en una gira en 2011. Recuerdo que pensé en aquel momento que si Dios me había puesto ahí y me había dado esa posibilidad, nadie me bajaría más nunca del avión mientras tuviera fuerzas y habilidades, ni vacaciones quería.

A los aficionados les gustaría conocer cómo es el carácter de Yarisley Silva, qué cosas le gusta hacer fuera del terreno y algunos de sus gustos personales.

Yo soy muy familiar, me gusta estar con mi familia, compartir con ellos. Soy cristiana, me gusta leer e ir a la iglesia, tener mi tiempo con Dios, pero también ir a la playa, a una piscina, recrearme. También amo la moda, los salones de belleza,                arreglarme el pelo, la música y el baile.

A veces soy un poco sensible, hay cosas que me dan sentimiento que antes no podía controlar pero con el tiempo he aprendido a hacerlo. A veces también soy un poco geniosa o peleona porque me gustan las cosas bien hechas y no me gustan las injusticias ni  las mentiras.

¿Cuándo conoces a la recordista mundial Yelena Isinbáyeva?

A ella la vi por primera vez en la Olimpiada de Beijing 2008. Esos fueron unos juegos maravillosos porque me cambió la forma de pensar y la vida completa. Llegué allí con un problema: había saltado 4.50 m pero después de eso no podía despegar. Me había desanimado, me sentía mal. Me habían quitado competencias y demás, y estaba cansada de luchar porque a pesar de esa marca no me llevaban a los eventos.

Como tenía esa marca clasifique para las Olimpiadas y allí la conocí a ella y a las mejores saltadoras del momento. Cuando me percaté que eran igual que yo, de carne y hueso, me dije a mí misma que sí podía y aquello fue una experiencia muy linda que me motivó mucho. Cuando llegué a Cuba le dije a mi profesor que cuándo comenzábamos porque ya sabía que lo podía lograr.

¿Cómo fueron tus relaciones con ella cuando competían y cómo son ahora?

Cada persona es a su manera. No la critico, en los eventos todas están ahí concentradas en lo suyo. Nunca he tenido esas relaciones con ella, solo de competencias, pero me gustó mucho competir con ella. Reconozco que fue un baluarte de este deporte y le dio mucho auge a nivel mundial al ser la primera mujer que ha logrado saltar tan alto. Eso es lo que queda, es digno admirar y de seguir. Disfruté mucho esos momentos.

¿Cuál es la mayor alegría que has tenido en tu carrera deportiva?

Una de las mayores alegrías mías fue cuando cogí esa plata olímpica en Londres 2012 porque ahí también mi vida cambió y para siempre. Desde ese momento yo fui una Yarisley bien diferente porque ya mi nombre retumbaba y mi vida y la de mi familia tuvo un giro positivo. Me cambió la vida económicamente y ante la sociedad.

Lograr eso después de tantos años de sacrifico, en una disciplina donde no había historia en Cuba, es algo que no tengo palabras para describirlo. Fue un momento mágico e inolvidable, no sé describirlo.

¿Y la mayor tristeza que has experimentado?

Uno de los momentos más tristes fue en Rio de Janeiro 2016 cuando no obtuve medallas y venía de ser doble campeona mundial. Fue un momento muy duro para mí porque mi pareja había sufrido un accidente y eso me afectó emocionalmente y en los entrenamientos. Pude reponerme gracias al apoyo de mi familia.

Pero más difícil para mí que aquel momento ha sido este año 2021, por esta pandemia tan compleja donde el mundo se detuvo. Dejé de ir a competencias, he tenido que hacer pruebas yo sola y sin ánimo de justificación no se puede ir a una Olimpiada sin haber competido antes con la gente de élite, sin asistir a las Ligas del Diamante y a los meeting deportivos.

En una competencia las pértigas no me llegaron por negligencia. Al lugar donde fuimos no se podían llevar esas pértigas al aeropuerto y nadie sabía, nadie dijo nada, y resulta que mi profesor tuvo que ir de un aeropuerto a otro y cuando llegó ya habían cerrado el vuelo y no pudo ir.

Este año ha sido muy duro para mi vida. Cuando tú ves que entrenas y entrenas y no puedes competir te frustras. Piensas que vas a competir con gente que se ha preparado y aunque sientes que puedes lograrlo, es muy difícil. Cuando tienes mucha gente en contra aunque tú te impongas te buscan cosas para que te descontentes, te vayas, y no logres nada.

Hay que luchar contra todo eso, no rendirse e ir a delante, pero al final todo eso afecta tu carrera deportiva. Pero ahí, en los momentos difíciles, es cuando uno tiene que crecerse, eso me lo enseñó mi familia. He aprendido todos estos años que uno no puede rendirse y tiene que luchar.

Fidel dijo que había que desafiar fuerzas poderosas dentro del ámbito nacional e internacional y que había que cambiar todo lo que debe ser cambiado.

deportista cubana Yarisley Silva
Pertiguista cubana Yarisley Silva. Foto: Hansel Leyva

¿Te gustan las redes sociales? ¿Cuánto pueden influir los comentarios negativos o positivos que hacen las personas en esos medios sobre ti o sobre cualquier deportista?

Cuando obtuve la medalla de plata en 2012 la gente comenzó a hacer varios comentarios. Algunos positivos y otros negativos. Unos querían que me vistiera de una forma, que me pusiera esto o aquello, y mi cabeza empezó a revolucionar y tuve que aprender a olvidarme de la mala opinión de las personas y a hacer las cosas a mi manera, como a mí me gustan.

De lo contrario te conviertes en un maniquí. No te puedes dejar llevar por los comentarios en las redes sociales, ni creer todas las cosas que dicen. Es muy difícil para todo atleta esto de las redes. A unos les afecta más y a otros menos. Yo he tenido que superar eso y sobreponerme. Decidí olvidarme de la mala opinión de algunos y no hacer caso a esos comentarios para seguir adelante. Eso lo aprendí por el camino, pero tengo que decirte que esto sí puede afectar a los atletas, no todos lo superan. A base de golpes y palos, lo aprendí.

A mí me gustan las redes sociales, pero depende como las uses. Muchas veces se prestan para cosas feas, hay mucha falsedad y mentiras, pero bueno, ahí las voy manejando como se puede conociendo la realidad de las cosas.

¿De dónde viene ese temple que tienes para rendir bajo presión en las competencias de alto nivel?

Este temple que yo tengo para competir bajo presión viene porque siempre estoy bajo presión todo el año. Hay tensión siempre para lograr la marca mínima, por asistir a una competencia, etc. Siempre es así y llega el momento que me adapto a eso, el cuerpo se adapta.

¿Cuán difícil es practicar ese deporte en Cuba? ¿Existen muchas trabas por falta de implementos u otros motivos?

En todo este tiempo nosotros hemos creado muchos medios para poder hacer nuestra preparación y poder participar en las competencias. Nos han comprado buenos colchones y demás. Mi profesor ha creado las condiciones para nosotros podernos preparar físicamente acá en Cuba y lo hemos logrado.

Pero nos gustaría tener mejores condiciones para sacar mejor provecho, pero hay que hacerlo con lo que tenemos. Aprendimos que tenemos que superar los obstáculos y resolver nuestros propios problemas porque eso nadie lo va a hacer. La vida nos ha enseñado eso durante todo este tiempo.

En medio de tantas dificultades, donde muchos decían que no se podía porque en Cuba no había garrochas y faltaban muchas cosas, nos abrimos paso y pudimos lograr esto que tenemos.

Pero igual necesitamos que nos ayuden en otras cosas que no tenemos. Necesitamos que nos apoyen para mejorar nuestro local de gimnástica porque la acrobacia para nosotros es sumamente importante.

Aquí tenemos garrochas, en parte por un amigo español que se llama Francys que nos regala algunas garrochas, otras entidades nos las han facilitado. Por falta de implementos no nos quejamos, por lo menos las mujeres tenemos. La nueva generación que viene en camino no tiene problemas con eso por ahora.

¿Qué piensa Yarisley Silva de todas estas solicitudes de baja del equipo nacional que han acontecido en los últimos días?

Toda persona tiene libre albedrío para escoger su camino. Si esos muchachos decidieron solicitar baja del equipo nacional y hacer su vida no puedo meterme en eso. Cada cual tiene el derecho a buscar su futuro. No me gustaría que se fueran atletas así pero ellos son libres de hacerlo.

¿Crees que aún puedes mantenerte en la élite mundial para el próximo ciclo olímpico? ¿Seguirás activa?

Sí, yo me voy a mantener entrenando, todavía puedo. Si bajo estas condiciones de pandemia donde apenas pude competir logré estar entre las ocho mejores del mundo, es que todavía tengo fuerzas para esto. No sé si llegaré a los Juegos Olímpicos, pero sí voy a continuar porque aún estoy en la élite mundial. Así que seguiré adelante, lo voy a seguir disfrutando porque todavía hay Yarisley para rato. Mis sueños, metas, y aspiraciones se mantienen y más fuertes que nunca.

¿A quién tienes que agradecerle por el éxito de tu carrera deportiva?

Por mucho que uno luche, uno no hace las cosas solo. Dios te pone gente en tu vida que te abre caminos, que te ayuda y te anima en momentos difíciles. El eslabón fundamental es la familia, y tengo una que siempre me ha apoyado y tengo que agradecerles muchísimo. También a todos los profesores que estuvieron conmigo en la niñez, a los que pudieron ver esas habilidades y nunca me troncharon: a Isidoro, a mi tía María, a Nilo, al profe Navas, a Angelito, a Miranda, a José, a los médicos y psicólogos que han estado conmigo en todo este tiempo, y a esos directivos que siempre me apoyaron.

Quiero agradecer también a todas esas personas que me regalaron garrochas, y en general a Cuba, a Fidel y a esta revolución, la verdad que sí.

A nuestro presidente Diaz Canel tengo que agradecerle todos esos cambios que está haciendo por el deporte, las estructuras que comenzó a hacer que han sido muy favorables, y todos los cambios que sé que están en camino. Estoy contenta por eso y espero que el deporte en general se siga abriendo más al mundo.

Tengo 34 años y tengo que agradecerle a Dios por permitirme estar activa, por tener salud y fuerza poder estar todavía en la élite de este deporte.

¿Cuáles son los sueños ahora de Yarisley Silva?

En estas competencias que vienen ahora yo voy por más. Tengo que seguir adelante mientras tenga fuerza y voy a tratar de coronarme. Mis sueños ahora mismo son seguir entrenando, seguir preparándome, y seguir guapeando.

¿Cómo y dónde te ves dentro de algunos años?

No sé decirte dentro de unos años donde me veo. Pero si te puedo decir que quisiera trabajar para la empresa más grande que tiene el mundo: la empresa de Dios, eso sí te lo puedo garantizar y algunos años después, cuando me hagas otra entrevista, ya veremos donde estaré y lo que te diré. Muchas gracias a todos y que Dios los bendiga.

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Imagen cortesía de Foto: Hansel Leyva