Cuando José Ciprián Alfonso se decepcionó y dejó de jugar fútbol para tratar de viajar en una de las llamadas “misiones”, tenía solo 26 años. Él, quien a pesar de su talento y de terminar siempre entre los máximos goleadores de los torneos cubanos, no era tenido en cuenta para la selección absoluta.
«Me decepcioné por las cosas del fútbol cubano y cuando me gradué no quería jugar más, en ese tiempo había muchos viajes para Venezuela y quería ir de misión allá, pero para ir no podía ser jugador activo y por eso dejé de jugar, pensé que sería fácil, pero al final no pude ir», dijo Ciprián.
Luego de no poder completar su objetivo, Ciprián tuvo que regresar al fútbol y después de tener una excelente temporada con el equipo Pinar del Rio, finalmente recibió la convocatoria a la selección nacional, algo que jamás pensó que lograría.
Su rendimiento en la Copa Oro de 2013 con goles a Estados Unidos y Panamá, parecía presagiar un gran futuro en la selección para él. Sin embargo, su página con la tricolor cubana se cerraría después de 2014, donde lo desecharon nuevamente.
“Un día me dijeron que era baja del equipo nacional, ya no era de su interés al parecer, tenía más de 30 años y no me tomaron en cuenta. Me sentía entero, en muy buena forma para seguir, pero no me llevaron a la Copa Oro 201, ni a ninguna otra competencia”.
En la actualidad, José Ciprián Alfonso se mantiene jugando el campeonato nacional de la isla en busca de alcanzar los 100 goles, para entrar en la lista de los máximos goleadores de Cuba, algo que sin dudas sería el colofón a su carrera.
¿Cómo fue tu infancia?
Un poco loca. Inicié en el fútbol porque vivo frente al terreno de fútbol en Los Palacios. Son dos pasos y está el terreno, ¿quién no sale futbolista así? Comencé en tercer grado, en un provincial donde obtuvimos el segundo lugar.
Después de eso fui a varios y siempre estuve entre los destacados, hasta que en un provincial fui el goleador y, aunque no cogimos medalla, el equipo Pinar del Rio que quedo campeón y me seleccionó de refuerzo. En esos tiempos el que quedaba campeón en la provincia iba a un torneo en Cienfuegos, en el Ismaelillo, allí fui y tuve una buena actuación.
Era una etapa en la el entrenador influía mucho, a lo largo de mi carrera he tenido muy buenos entrenadores como Nemecio, que fue uno de los primeros cuando llegué a la EIDE; “el Chino”, Francisco Sotolongo, y muchos otros, pero debo destacar a dos personas que han sido fundamentales en mi desarrollo, uno es Pablo Elier Sánchez y el otro José Luis Flores.
¿Cómo y cuándo debutas con Pinar del Río?
Comencé como defensor, jugaba de carrilero hasta que me pasaron a delantero. Tras terminar la categoría juvenil integró el equipo Pinar, recuerdo que debuté con 18 años en la primera categoría. Mi primer partido fue con Villa Clara, como tal no me sentí nervioso, pero sí es una sensación rara, ya cuando uno bota el primer aire lo demás sale solo.
En ese primer juego mi presencia fue muy rápida, entré de cambio, choqué con el defensor Silvio Pedro y el entrenador me sacó pensando que me había pasado algo. Ese equipo Pinar tenía mucha calidad y me acogieron bien, una gran generación de jugadores como Osmín, Darcourt, Angueira y que sobre todo eran una gran familia.
Con el equipo de Pinar del Río tengo muchos recuerdos, los títulos nacionales y sobre todo el apoyo de la afición.
Tras varios años con el equipo y después de graduarte como Licenciado en Cultura Física dejas de jugar, tenías solo 26 años, ¿qué factores te llevaron a tomar esta decisión?
Me decepcioné por las cosas del fútbol cubano y cuando me gradué dije no juego más, en ese tiempo había muchos viajes para Venezuela y quería ir de misión para allá, pero para hacerlo no podía estar activo y por eso dejé de jugar, pensé que era fácil, pero fue por gusto, al final no pude ir.
Estando de profesor tuve buenos resultados con los niños, pero un día me visitaron una clase y uno que fue entrenador mío me cogió una dificultad, yo estaba recién graduado y en vez de ayudarme y darme los consejos para mejorar y que no me volviera a pasar, me dio calificación de Regular, eso para mí fue una decepción más.
Después de eso hice una llamada al profesor Pablo Elier y le pregunté si podía formar parte del equipo, al momento me dijo que era bienvenido. De esa forma me incorporé hasta la actualidad.
Tras incorporarte a Pinar del Río, tienes una buena temporada y te convocan por primera vez a la selección nacional, ¿cómo tomaste esta noticia?
Me sorprendí mucho la verdad, siempre quedaba entre de los cinco goleadores de Cuba, pero nunca me llamaban, es verdad que había mucho talento, pero al menos podían probarme.
No sé cómo yo llegué al equipo nacional, lo juro, todavía no me explico. Lo más importante fue que llegué, nunca me quedé, fui y lo hice bien, estoy orgulloso de mi mismo.
Tenía ya 29 años. Nunca me di por vencido, seguí para adelante y salió el resultado, me sentí orgulloso porque representé a mi país en varios eventos.
Recuerdo que antes de la Copa Oro se hizo una concentración en La Habana y quería irme, pero Pablo Elier me dijo que me quedara y así fue como integré el equipo para ir a Estados Unidos en 2013.
¿Cómo fue esa experiencia de participar en la Copa Oro?, ¿qué se sintió anotarle a Estados Unidos y a Panamá?
En ese torneo no abrí de titular, pero en el segundo partido recuerdo que jugué desde el inicio contra Estados Unidos. Cuando en la preparación me dijeron que iba abrir dije: esto es una bomba, te imaginas lo duro del rival. Ese gol que les anoté a ellos ha sido uno de lo más importante en mi vida, un orgullo grandísimo para mí, en la actualidad se lo enseño a mis hijos.
El gol contra Panamá fue muy especial también para mí, Jaine Colomé me hace un pase espectacular y pude anotar, una locura el estadio, la gente, todo fue muy lindo.
Recuerdo que le corrí por atrás a Colomé, se la pedí y me la dibujó, vi que no le iba a llegar y opté por tirarme y salió aquel gol. En ese partido nos desconcentramos, vino una roja, un penal y el equipo no pudo mantener el resultado, pero una generación de mucho talento.
Cuando llegué del torneo en casa me recibieron como un héroe, no se me olvida, para mí lo más importante era darle un orgullo a mi país.
Después del año 2014 no te tuvieron más en cuenta para la selección, ¿qué explicación te dieron?
Pinar del Río bajó a Segunda División y me pidieron de refuerzo en La Habana, pero allí no me ponían a jugar, por tanto me fui y no regresé, el entrenador de la selección me dijo que si no anotaba goles no podía hacer nada por mí. Un día me dijeron que era baja del equipo nacional, ya no era de su interés al parecer, tenía más de 30 años y no me tomaron en cuenta.
¿Cómo te sentiste?, ¿te afectó mucho la decisión de la Federación?
En ese momento me sentía entero y en muy buena forma para seguir, pero no me llevaron a la Copa Oro 2015, ni a ninguna otra competencia. Claro que dolió y mucho más de la forma en que sucedieron las cosas, pero tuve que continuar con mi vida.
Después de eso seguí jugando con mi equipo Pinar del Rio, pero no era lo mismo, no había motivación, incluso solo iba a entrenar 2 o 3 veces por semana, al final tuve que asumir las cosas tal y como se presentaron. Después de eso volví anotar goles, quedé entre los mejores con el equipo Pinar y más nunca me llamaron.
¿El salario que se le paga a los atletas les alcanza para vivir?
Realmente le dedicaba todo mi tiempo al fútbol, estaba de lunes a viernes con el equipo y los fines de semana iba para la casa. La dieta (salario) que nos daban, no alcanzaba para nada, sobreviví como todo cubano, jugándosela. Fue una tarea difícil, yo cobraba por mi trabajo 360 pesos, cuando eso vivía con mi abuela y había que guapear como se dice.
Cuando estaba en la selección nos dieron una tarjeta y cobrábamos mejor, pero fue una etapa de mucho sacrificio. En esa época el apoyo de mi familia fue muy grande, digamos que me ayudaron a cumplir el sueño y a salir adelante, en el tiempo que estuve sin jugar, ellos fueron los principales impulsores para que regresara. En la vida del deportista siempre hay mucho de sacrificio y en mi caso gracias a mi familia pude vencer grandes obstáculos.
¿Cuáles han sido el mejor y el peor momento en tu carrera como atleta?
El mejor momento para mi fue jugar con la selección, fue algo muy grande. nunca pensé que después que me gradué, que dejé de jugar dos años y me puse a trabajar en mi municipio con atletas, me llamaran. Fue una experiencia bonita, sobre todo los goles de la Copa Oro, más el gol contra Panamá, donde empezamos ganando una a cero con mi gol, que orgullo para mí.
El peor de mi carrera fue cuando me dieron baja del equipo nacional, me mató las esperanzas.
¿Qué le falta al fútbol cubano para salir adelante?
Te soy sincero, antes se jugaba mucho más, pero no teníamos la oportunidad de jugar fuera como ahora, sin dudas eso hubiese ayudado mucho al fútbol cubano.
Al fútbol cubano le falta de todo, no tenemos un terreno que sirva, mira el estadio «La Bombonera», se está cayendo y es uno de los terrenos insignes de Cuba, no me explico qué le hacemos al dinero que viene de la FIFA.
Pinar del Río no tiene terreno, en donde jugamos la cancha pertenece a la universidad y allí se practican cualquier tipo de deportes, se tira la bala, jabalina, así es imposible desarrollar el fútbol. El futbolista cubano pasa mucho trabajo en cuanto a condiciones, en estos últimos años ha mejorado el transporte, pero antes era muy difícil.
¿Qué meta te queda aún por lograr?
Quiero llegar a los 100 goles en el Campeonato Nacional, me estoy preparando para el nuevo torneo, pero es difícil a veces seguir por los problemas de alimentación y hospedaje, pero al final este deporte es lo que uno ama y lo hace por eso. Una vez que me retire me gustaría ser director técnico del equipo Pinar del Rio.
Tengo entendido que juegas en el equipo de Pinar del Río con tu hermano menor, ¿cómo se siente?
Jugar con mi hermano es un orgullo, pero se me hace difícil porque trato de guiarlo y él no oye consejos. Aunque jugamos los dos de delanteros, casi siempre estamos fajados en la cancha, si me toca dirigirlo será uno de los retos más importante de mi vida.
¿Más allá del deporte cómo es tu vida?
Fuera del deporte amo a mi familia y sobre todo mis hijos, soy alguien sencillo y humilde que ayuda a todo el que puede. Me gusta mucho jugar dominó, puedo empatar los días jugando. Me siento feliz con la vida que llevo, de la persona que soy.
Quizás la velocidad de Ciprián no le permite superar a los defensas rivales, pero le queda la experiencia, el oficio, su excelente posicionamiento en la cancha, y sobre todo su entrega, que se nota cada vez que disputa un balón y perfora la red rival.
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