Muy pocos son los peloteros cubanos que tienen en su currículo seis medallas de oro en campeonatos nacionales. Uno de ellos es Reutilio Hurtado, integrante de aquellas increíbles aplanadoras santiagueras que aplastaban rivales a comienzos de este siglo.

Desde que hizo su debut en 1995, la “Avioneta”, como le decían sus fanáticos por la forma peculiar que utilizaba para darle la vuelta al cuadro, impuso su clase en el béisbol cubano al punto de convertirse en uno de los mejores jardineros centrales que han pasado por las Series Nacionales.

En 21 temporadas anotó e impulsó más de 1000 carreras, pegó más de 1500 imparables y conectó 252 bambinazos, 21 de ellos con los ángulos congestionados para convertirse en el líder histórico en ese departamento.

Es uno de los siete bateadores que han logrado conectar 30 o más cuadrangulares en un campeonato y el máximo productor de dobles en una serie de playoff con 13, además de exhibir un excelente promedio de embasado en su carrera (400 OBP), ser un excelente fildeador en la pradera central, y un atleta intachable dentro y fuera de los terrenos.

De metas y sueños, de tristezas e injusticias, de inconformidades y alegrías, y de su carrera como atleta y director, conversó con Play-Off Magazine mientras su aura de campeón lo envolvía y los dioses beisboleros lo escuchaban con atención.

¿De dónde viene el apodo de “La avioneta” para Reutilio Hurtado?

Eso surge a partir de la manera en que yo daba la vuelta al cuadro con los brazos abiertos luego de conectar un jonrón. Es curioso porque la gente pensaba que era una manera de yo exigir a la Comisión Nacional que me tuvieran en cuenta para competencias internacionales, pero realmente esa no era la causa, eso tenía que ver con algo muy familiar y sentimental.

¿Cuándo lo hiciste por primera vez?

Al inicio de mi carrera no lo hacía y jamás tuve la idea de hacerlo. Eso surgió de manera espontánea y tiene que ver con mi difunta madre, es algo muy muy triste para mí.

Recuerdo que íbamos a comenzar una Serie de playoff ante Villa Clara en el Sandino y antes de salir de casa mi madre me despide con un beso en la frente y me dice que quiere que le dedique un jonrón en el primer partido y que le haga una señal para ella.

Eso fue un lunes en la mañana y el partido era el martes en la noche. Viajamos ese lunes a Santa Clara y el martes en la mañana nos fuimos a entrenar al Sandino.

Estando en la sección de entrenamientos me llama el director del equipo Antonio Pacheco y me dice que me preparara que mi mamá estaba muy enferma y debía regresar a Santiago.

Yo pude ver lágrimas en sus ojos y eso me dio mala espina, ante tanta insistencia y nerviosismo me dijo que había fallecido por un infarto. Ese ha sido el momento más amargo de mi vida, no sabía qué hacer.

Cuando me reincorporé al equipo luego de varios días de ausencia por ese motivo, conecté jonrón en mi primera vez al bate y lo primero que me vino a la mente fue mi mamá y el pedido que me hizo que no pudo ver.

Entonces abrí los brazos para dedicárselo y a partir de ahí lo hice siempre.

¿Crees que la salida del país de tu hermano te cerró las puertas al equipo nacional durante tu carrera?

Sí, la emigración de mi hermano Diosbelys limitó siempre mi carrera, pero no por su culpa, sino por los que dirigían la Comisión Nacional de Béisbol y la Dirección Nacional del Inder de la época.

Mi hermano decidió probarse en el mejor boxeo del mundo y así lo hizo, pero no por contrarrevolucionario ni traidor como dijeron en el Noticiero Deportivo al dar la noticia de que abandonó la delegación cubana en Miami. A mi hermano siempre lo vi como un héroe, un gran campeón, un orgullo cubano que puso el nombre de este país bien en alto a pesar de las campañas de descrédito que solían hacerle desde aquí.

Recuerdo que en el año 1997 se enfrentó a quien en ese momento era el mejor boxeador profesional libra por libra. Ese día discutía el título de la OMB y en el décimo round dio una disertación de boxeo, desafortunadamente, en el round 11 fue sorprendido por un golpe y terminó perdiendo por KO.

Aquí en Santiago de Cuba, a raíz de esa derrota, se armó una campaña de descrédito contra él, comenzado por una publicación en el periódico Sierra Maestra donde el periodista Miguel A. Gainza publicó puso una foto en el momento de su caída.

Eso no fue suficiente y su pelea completa fue grabada y la pusieron en todos los cines de la provincia para que el pueblo opinara contra él.

Yo ya era atleta de la primera aplanadora y tenía que soportar todo eso, e incluso en la puerta #3 del Guillermón Moncada y en la entrada del comedor del equipo de Santiago, también colocaron en los murales ese periódico con la foto.

Eso a mí me dolía mucho y me afectaba, pero no podía decir nada. Ellos decidieron hacer esa campaña y jamás tomaron en cuenta el daño que eso le podía hacer a mí y a mi familia.

Pero Dios es muy muy grande y años más tarde finalmente mi hermano Diobelis Hurtado se convirtió en Campeón Mundial de la OMB, pero nadie publicó esa foto ni pusieron esa pelea en los cines.

Mi hermano es un orgullo cubano. Esa vez se convirtió en el octavo campeón mundial profesional cubano de todos los tiempos, un listado donde estaban figuras como KID Chocolate, KID Gavilán, Mantequilla Nápoles, entre otros.

¿Y cómo influyó eso en tu carrera?

A raíz de eso me tildaban de posible desertor. Recuerdo que en el año 1998 los equipos Cuba A y B se hicieron directo sin preselección. En la reunión para confeccionar dichos equipos invitaron a los 16 directores y a los 16 comisionados provinciales para que dieran su opinión y mi nombre fue fuerte candidato para integrar el equipo A.

Muchos coincidían, pero me comentaron varios de los DT y comisionados presentes en dicha reunión que mi director del equipo Santiago en ese momento, el ya desaparecido Higinio Vélez Carrión, a quien pido a Dios que lo tenga en su santa gloria y en paz descanse su alma, pidió la palabra y dijo que si me ponían a viajar, era ponerme a dormir en la cama de mi hermano Diobelis en Miami.

Si alguien de los presentes en aquella reunión lee esta entrevista sabrá que no miento. Imagínate si es la palabra de mi DT, el que más debe conocerme, qué puede decidir la Comisión. Por supuesto que me dejaron fuera de los equipos y desde ese día toda mi carrera fue gris.

¿Esas injusticias se mantuvieron siempre contigo?

Fíjate hasta donde llegaba el nivel de injusticia que tenían los directivos de la época conmigo, que en el año 2001 mi novia que era de Dinamarca y yo, decidimos oficializarnos y casarnos porque ya llevábamos tres años de relación.

Yo tenía residencia permanente en ese país, pero en esos tiempos se necesitaba un permiso de tu órgano superior para viajar y el Presidente del Inder de la época, Humberto Rodríguez, jamás quiso firmar. Me hizo ir en más de 10 ocasiones a su oficina en La Habana y me decía con toda falta de respeto que no me daría el permiso porque yo no regresaría a Cuba. Al final jamás pude hacerlo y eso llevó a la ruptura del matrimonio.

¿Fue eso una constante durante todos los años que estuviste en activo?

En el 2000, la misma historia, los mismos hombres me dejaron fuera de los Juegos Olímpicos de Sídney después de estar superbien en los entrenamientos. El mismo día que deberíamos viajar, Benito Camacho me dijo con el nivel de cinismo que los caracteriza a todos, que había problemas con mi visado. Finalmente, tampoco fui a ningún equipo. Ese era el modus operandi que ellos tenían conmigo, me mantenían hasta última hora entrenando con el equipo y al final me bajaban.

Antes, en 1999, después de rendir un mundo en la preselección, el comisionado Carlos Rodríguez y el jefe Técnico Camacho, me habían dejado fuera también de los Juegos Panamericanos y del torneo de Holanda.

Todo esto solo por el simple hecho de que mi hermano Diobelis decidió probar suerte en el mejor boxeo del mundo.

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¿Alguna vez pensaste abandonar el país?

Jamás me pasó por la mente irme de Cuba y mi hermano jamás me insistió para que lo hiciera, por el contrario, soñaba con verme en el equipo nacional y me lo decía siempre. Todas esas injusticias me privaron de hacerme campeón centroamericano, panamericano, mundial y olímpico.

Al final les demostré a todos que yo soy posiblemente más cubano y más revolucionario que ellos, porque aquí estoy mientras algunos de ellos actualmente han abandonado el país. Detrás de un extremista hay siempre un oportunista.

¿Qué se necesita para poder rendir bajo presión en el béisbol?

Se necesita mucha concentración y estar muy bien preparado, pero es muy importante tener una buena selección de lanzamientos. Cuando eso sucede casi siempre tienes éxito porque lo más complicado es descifrar al lanzador y si tú logras ponerlo debajo de ti en el conteo, por lo general te lanza lo que esperas y logras hacer un buen contacto. Eso no siempre sucede, pero estamos hablando de probabilidades.

Soy, por ejemplo, el máximo jonronero en Cuba con las bases llenas con 21, pero tuve muchísimas más oportunidades que no salieron y en las que el lanzador salió ganando.

El secreto está en controlar las emociones y concentrarse bien, además de tener una buena preparación técnica, física y mental.

Aunque dejaste muy buenos números en tu carrera en raras ocasiones se menciona tu nombre a la hora de confeccionar listados de los mejores por posición en Series Nacionales. ¿Por qué crees que sucede esto?

Pienso que muchas veces los periodistas y los entendidos omiten mi nombre a la hora de mencionar a los mejores jardineros centrales de Cuba por el sólo hecho de no haber integrado jamás la selección nacional. Desgraciadamente, aquí, para que te cataloguen como buen atleta, debes hacer el equipo Cuba y en mi caso jamás lo hice, no por no habérmelo ganado, sino por decisiones de otros y por causas ajenas a mí.

Yo hacía lo que debía hacer y a ellos les tocaba decidir, pero hay algo muy importante y es que ahí están los numeritos que son los que en realidad te dan la medida de la calidad o no de un atleta, y esos, sí no los podrá borrar nadie.

Ya la historia está hecha. Hay atletas que, por una razón u otra, no tuvieron la suerte de hacer equipo nacional de uno u otro deporte, pero cuando usted mira, fueron y han sido mejores que los que realmente los hacen. La culpa es de los que se equivocan a la hora de conformar un equipo: los directivos.

¿Qué representa para ti ser uno de los pocos peloteros en Cuba con seis campeonatos ganados?

Para mí es un orgullo saber que estoy entre los que han sido campeones nacionales seis veces, además, soy dos veces campeón de las únicas dos Copa Revolución; dos veces subcampeón nacional y dos veces medallista de bronce. Creo que si no es un récord es un buen average.

Tuve el privilegio de ser campeón con dos versiones diferente de las bien llamadas aplanadoras santiagueras y deportivamente hablando, no se parecían mucho en cuanto a la manera de fabricar carreras.

Por ejemplo, la primera, en la que militaban peloteros de mucho renombre, tenía mucho poder al bate, pero era un poco más lenta a la hora de correr. Hacíamos carreras a montones solamente bateando y bateando.

La segunda estaba cuajada de atletas jóvenes junto a otros de más experiencia que también tenían poder al bate, pero eran muy rápidos en las bases y teníamos opciones de construir carreras de cualquier manera: bateando, corriendo, tocando bolas, y haciendo jugadas.

Algo muy importante que sí tenían en común ambas aplanadoras y que a mi modo de ver fue clave en el éxito, fue la disciplina, la entrega, la hermandad, y el compañerismo que había entre todos los atletas y entrenadores: éramos un equipo. No había separación entre los atletas y los entrenadores, todos éramos uno solo luchando por el objetivo de ganar el campeonato.

¿En cuál de las dos aplanadoras te sentiste más cómodo?

En las dos me sentí cómodo porque en ambas era el jardinero central titular y tenía el apoyo de mis compañeros, pero quizás me sentí un poquito más suelto en la segunda porque tenía más experiencia y más responsabilidad en la alineación, pero en ambas me sentí muy bien.

¿Qué puedes decirnos de la rivalidad Santiago-Industriales?

La rivalidad entre Santiago e Industriales era algo épico. En el terreno ambos equipos sudaban la camiseta por llevarse cada partido, pero fuera del terreno nos llevábamos muy bien.

Quizás el pueblo pensaba que éramos enemigos, pero no, conversábamos mucho entre atletas y compartíamos un café o un refresco; además, aprendíamos mucho de ellos sobre béisbol dentro y fuera del terreno porque eran muy inteligentes jugando. Creo que la gran mayoría de mis compañeros piensan igual.

¿Qué experiencias te llevaste al dirigir a las Avispas?

Realmente, dirigir a las Avispas fue un reto grande. Yo aún era atleta cuando me lo propusieron y por mi mente no había pasado dirigir y menos en ese momento. Quería jugar al menos dos o tres temporadas más porque me sentía en forma, pero también el equipo no era el mismo.

Los resultados eran malos y al parecer, las autoridades buscaban cambiar al mánager Alcides Sánchez, al cual admiro mucho, y no venía haciéndolo mal. Algunos de los principales atletas no se entregaban al máximo.

La dirección del Inder y la Comisión me hablaron para que dirigiera, pero había una encuesta entre 5 o 6 nombres de prestigiosos entrenadores y muchos dijeron que no querían hacerlo, supongo que por el temor de dirigir un equipo que a la postre necesitaba de 3 a 4 años para formarse, pero yo acepté.

A mi modo de ver fue una buena experiencia a pesar del resultado que no fue bueno, pero eso estaba dentro de lo planificado. La idea era trabajar a largo plazo y hacer un equipo competitivo, pero finalmente las autoridades no me dejaron terminar de trabajar como lo habíamos planificado mis entrenadores y yo.

Muchos aficionados y colegas de la prensa no entendieron esa sustitución tan rápida. ¿Qué pasó realmente?

Como usted, todo el que estaba fuera no entenderá jamás el motivo de mi sustitución, pero los de adentro sí sabemos las causas de todo eso. Todo ocurrió a raíz de un problema personal con Orestes Kindelán por un malentendido con su hijo, que era miembro del equipo. Él se lo tomó personal y bajó un día de las gradas en un entrenamiento, a mi modo de ver bajo los efectos del alcohol, y armó un show en medio del terreno.

Yo realmente me quedé tranquilo porque jamás pensé lo que venía detrás de todo esto. Luego decidió dirigirse a las autoridades de alto rango utilizando su nombre, para mostrar su interés de dirigir el equipo. Lo peor y lo más feo de todo, es que le hicieron caso.

Ya yo llevaba dos semanas de preparación para la Serie 57 cuando de repente me llamaron a la Dirección Provincial del Inder y su directora Alina Sánchez me da la noticia de mi sustitución.

Me dijo que era una petición del pueblo, y yo digo que si el pueblo santiaguero era el grupito de persona a quienes Kindelán convenció, entonces ahí sí, pero yo no estaba de acuerdo con esos motivos.

A partir de ese día toda la admiración que yo podía tener por ese señor, del cual ya me cuesta trabajo mencionar su nombre, se fue al piso y para mí no existe, no por el hecho de que me quitaran como DT, sino de la manera tan fea que utilizaron.

Pero Dios es tan grande y una persona muy cercana a mí que sufrió aquello igual que yo, me dijo que tuviera paciencia, que la verdad siempre salía a flote y más tarde los mismos que vinieron a nombrarlo, al cabo de 6 meses, tuvieron que destituirlo.

Aclaro que de eso no me alegro ni mucho menos, lo digo para que se vea la magnitud de tal maldad con la que se actuó contra mí, pero luego de 4 años siento que las cosas suceden porque algo bueno viene detrás, y realmente después de toda esa maldad, mi vida está mucho más tranquila sin lidiar con personas como esas.

Fueron injustos contigo

Fueron muy injustos conmigo. En primer lugar, nunca pedí dirigir y muchos menos le dije a nadie que me iba a retirar. Ellos me lo pidieron y acepté por los motivos antes mencionados y ellos no valoraron nada de eso a la hora de sustituirme.

No valoraron que interrumpieron mi carrera, que tenía un contrato para una liga independiente en Canadá del cual prescindí para dirigir, y que me iba a quedar sin una cosa ni la otra.

Intentaron y de hecho lo lograron, tirarme a algunos atletas a la espalda haciendo comentarios absurdos y mi familia sufrió junto conmigo. No le dijeron la verdad al pueblo, por eso y muchas cosas, te digo que fue una injusticia.

¿Es cierto que después de aquello intentaste regresar y jugar con el equipo de Holguín?

Sí, después de mi salida de las Avispas como mánager me iba a jugar a Holguín. Me sentía en forma y confiado de que iba a hacerlo bien. Además, allí me iba a sentir bien porque ya había estado en la serie 54 y 55 con ellos como refuerzo, y me había ganado el respeto, la admiración, y el cariño de todo el mundo. A ellos les agradezco mucho por como me trataron en mi estancia por allá; además, también siento un cariño inmenso por ese equipo, su pueblo y sus dirigentes.

Cuando ya tenía toda la documentación necesaria para incorporarme, un día antes de irme, las autoridades del gobierno y partido (Lázaro Expósito y Beatriz Jhonson), personas que admiro mucho, vinieron a mi casa y me pidieron que no lo hiciera. Por respeto a ellos y al pueblo santiaguero no lo hice, pero si ellos no toman esa iniciativa de venir a mi casa, aún estuviera yo en Holguín, ya no como atleta, pero sí trabajando como entrenador.

A veces me pongo a pensar y digo que quizás debí irme a Holguín porque una vez más fui víctima de engaños por parte del entonces presidente del Inder Antonio Becali, quien en una llamada telefónica en esa misma reunión en mi casa, se comprometió con Expósito y conmigo en que sería yo el primer entrenador de béisbol en salir a una colaboración al extranjero. Ya han pasado 4 años, han salidos decenas de entrenadores a diferentes países y aún estoy esperando respuesta.

¿Se siente olvidado Reutilio Hurtado?

Sí, me siento olvidado, pero eso no me preocupa. Siempre he tenido mi modo de ver la vida desde diferentes aristas y no solo dependo del deporte o de las autoridades para llevar una vida tranquila.

Sin embargo, veo que, a pesar de los números y récords en mi carrera, la actual dirección de la Comisión Provincial de béisbol no me tiene en cuenta para nada y como gloria del béisbol, sé a qué se deben esas cosas.

He sido siempre directo y claro con ellos y he dicho las verdades cuando he tenido que decirlas y cuando tú eres así, lo primero que hacen los que tienen el poder, es quitarte del camino.

¿Sientes que las autoridades están en deuda contigo?

Siento que siempre han estado en deuda conmigo y ya hace muchísimo tiempo me adapté a vivir así. Prácticamente, desde mis inicios en el béisbol, me sentenciaron al olvido, pero yo fui perseverante e hice una carrera a nivel nacional bastante exitosa y creo que al público le gustó lo que hice.

Desde los juveniles siento que están en deuda conmigo las autoridades. En mi segundo año de juvenil, siendo el mejor jardinero de Cuba por rendimiento, el DT del equipo, Pedro Chávez, mandó a quitarme del listado de la preselección nacional y alguien le dijo que grabara bien mi nombre, que me vería en la Serie Nacional. Rindiendo siempre mucho me dediqué a demostrarles a todos que los que no creían en mí se equivocaban.

¿Qué se necesita para ser un atleta longevo en el béisbol?

Se debe ser muy disciplinado con los entrenamientos. Muchos atletas confunden los términos, pero soy de los que dicen que, en la medida en que al atleta le estén pasando los años, más fuerte debes entrenar. No debes tener vicios de alcohol, cigarro, y otros productos tóxicos, y descansar las horas necesarias. Creo que ahí está el secreto.

Tienes el récord en Series Nacionales en pelotazos recibidos. ¿Esto se debe a tu manera de pararte en el cajón de bateo o crees que los lanzadores lo hacían para silenciar tu ofensiva?

Por ambas cosas. Reconozco que me encimaba demasiado al home y eso se debía a que tenía problemas para conectar hacia la banda contraria, pero gozaba de una muy buena aceleración en los brazos y me gustaba que me lanzaran por dentro, me gustaban los lanzadores bien rápidos. También creo que se debe a que algunos lanzadores trataban de minimizarme con los lanzamientos por dentro y como aquí en Cuba no es común esa zona de picheo, no tienen ese control y se les escapan los lanzamientos.

¿Qué haces en tu tiempo libre?

En mi tiempo libre hago ejercicios, corro, ayudo y enseño a mis hijos mellizos a entrenar béisbol, y luego miro la tv. Lo que más me gustaba cuando no estaba en el béisbol era irme a visitar a mi familia a la finca y pasármela con ellos.

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¿Cómo ves el futuro de las Avispas?

Lo veo bien, pero no a corto plazo. Si se detiene un poco el éxodo de atletas se podrá hacer un equipo competitivo, hay mucho talento a pesar de que la mayoría se ha marchado a otras ligas.

Se debe trabajar, trabajar y trabajar, ahí está la clave el éxito. Los atletas deben entender que sí se puede, todo esto va acompañado del papel que deben jugar las autoridades, me refiero a la atención al hombre. Eso mismo pienso que debe pasar con relación al equipo Cuba, además de hacer cambios en la estructura de la Serie Nacional.

¿Qué harías si mañana amaneces con la noticia de que te han elegido para el cargo de Comisionado Nacional de Béisbol?

Sinceramente, no creo que eso pase nunca, pero sí puedo emitir mi criterio. Pienso que se debe reestructurar el béisbol en toda su dimensión, comenzando por la base que es de donde salen los talentos. Se tiene que jugar mucho en categorías inferiores, que los torneos sean más largos.

Eso es aplicable también para la Serie Nacional. Se debe encontrar una estructura con la que los atletas jueguen muchos más partidos y tratar de jugar de noche. Eso les permite a los atletas mantener su forma física y mejorar su técnica porque se puede entrenar por las mañanas. Debemos entender que el béisbol es nuestro deporte nacional y que es caro, por lo tanto, no queda otra opción que atenderlo como se merece.

¿Cuál sería tu equipo ideal de los peloteros que han pasado por las Series Nacionales?

Mi equipo ideal incluye a peloteros que juegan o han jugado en las Grandes Ligas:

  • Receptor: Ariel Pestano,
  • Primera base: Yulieski Gurriel
  • Segunda base: Antonio Pacheco
  • Tercera base: Omar Linares
  • Torpedero: Eduardo Paret
  • Jardinero izquierdo: Lourdes Gurriel
  • Jardinero central: Víctor Mesa
  • Jardinero derecho: Kendry Morales
  • Bateador designado: José Dariel Abreu

¿Estás de acuerdo en llamar a los peloteros que juegan en otras ligas que han abandonado el país en el pasado para integrar el equipo Cuba a los eventos internacionales?

Sí, estoy de acuerdo en incorporar a esos cubanos siempre y cuando tengan el deseo de representar a Cuba y entregarse a fondo. Les toca a los directivos y entrenadores darles el seguimiento necesario para identificar a los que cumplen con eso y están en forma deportiva.

Pero también te digo más, no solo se debe convocar a los atletas, sino a directores y entrenadores que están trabajando en otras ligas, se les debería dar la posibilidad también a ellos, siempre que se identifiquen con nuestro país.

¿Qué lanzador se te hizo más difícil en tu carrera deportiva y a cuál de los más conocidos le conectabas con facilidad?

El lanzador más difícil para mí era el zurdo pinareño Faustino Corrales y de los más reconocidos, a quien le conectaba con mayor facilidad, aunque muchos se asombren, era a Pedro Luis Lazo. Mis respetos para él.

¿Por qué cada vez que salías o entrabas al terreno pisabas la segunda base?

Eso lo hacía porque mi conexión favorita eran los dobles. Disfrutaba muchísimo cada vez que conectaba uno. En mi carrera conecté 338 y tengo un récord del que nadie habla y que es muy difícil de romper: haber conectado 13 dobles en la serie de playoffs del 2007. Por eso pisaba la segunda base, para motivarme a continuar pegando tubeyes. Esas conexiones me llenaban de orgullo.

¿Qué tienes que decirle a la afición de Santiago de Cuba y de Cuba?

Les doy las gracias por el respeto y la admiración que siempre me demostraron, por su apoyo en todo momento de mi carrera. Les digo que algún día estaré de vuelta a los terrenos para compartir mis conocimientos sobre este gran deporte que es el béisbol.

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Imagen cortesía de Cortesía del entrevistado
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