Corría el año 2005 y la Liga Mundial de Voleibol se presentaba como uno de los acontecimientos más importante para Cuba y otros países. Un renovado equipo nacional se enfrentaba contra Francia. En sus filas militaba un joven talento que pocos años después se convertiría en el mejor central del mundo: Robertlandy Simón.

Mucho llovió para poder hacer ciertas semejantes palabras, pero sus títulos como mejor bloqueador y atacante en el equipo nacional durante los años 2005 y 2010 lo ubican como una superestrella, que desgraciadamente, debido a las incomprensiones del gobierno, no pudimos disfrutar desde la isla durante muchos años los amantes del voleibol cubano, aunque se reincorporó a la selección nacional.

Afortunados los fanáticos europeos del vóley que sí pudieron ver el desarrollo y la consolidación de este antillano que hoy nos cuenta su historia, convertido, como dijimos, en uno de los mejores centrales del mundo. Es un honor para Play-Off Tv entrevistar a Robertlandy Simón.

¿Por qué no te gusta dar entrevistas?

No soy fanático a las entrevistas, pero si toca hacerlas, las hago.  A veces las hago obligado por el equipo, pero bueno, hay que hacerlas.

¿Cómo sigue teniendo Robertlandy Simón esa hambre de ganar, pese a que ha ganado tanto?

Pienso que es producto de haber crecido en una situación difícil. Mi vida nunca fue fácil, y por encima de todo le dediqué todo el tiempo que pude al vóley. Yo en lo único que pienso es en ayudar a la familia.

Verlos a ellos pasando trabajo me da más motivación para salir adelante y seguir ganando cosas. El hambre viene en la personalidad de cada cual, mira a Yoandy Leal y Wilfredo León que siempre quieren ganar. Cuando te adaptas a ganar, quieres ganar más. Cuando ganas, se preparan más fuerte para ganarte, y tú debes prepararte más.

Eres hijo de dos jugadores estrellas del baloncesto cubano, ¿cómo llegas al voleibol? 

Alberto Zabala quería llevarme para el baloncesto, pero cuando me presenté en la EIDE él no estaba y quien estaba dijo que no. Las personas del voleibol hablaron conmigo para que entrara con ellos y empecé, aunque no sabía nada del deporte.

Después no me cambié al baloncesto. El voleibol era un deporte tranquilo, el grupo se fue fortaleciendo y no quise cambiarme. Entré a la EIDE con 12 años, en el grupo nadie sabía nada del voleibol. Al principio todo era contra el muro, sin pelota y haciendo ejercicios físicos. Después, empezamos en segundo año con la técnica. El baloncesto lo sabía jugar, pero el voleibol no, era algo nuevo para mí.

Llegaste a la selección nacional muy joven, ¿cómo fue eso para ti?

Fue algo chocante, entré casi solo en un equipo donde todos eran estrellas. El cambio de juvenil a nacional fue difícil, me preguntaba: ¿qué hago aquí? Al inicio no sabía si verdaderamente podía estar allí cuando veía a Pavel Pimienta, a Dominico, a Juantorena.

Cada vez que entrenaba con ellos era como si no contara, porque tenían mucho más nivel que yo. Pero poco a poco me fui adaptando. Entrenaba por las tardes, pues estudiaba en el preuniversitario. Ahí me puse a sacar en salto, porque los centrales sacaban en floating.

¿Algún jugador veterano que guiara a Robertlandy Simón?

Pimienta y Dominico, pues cuando entré, ellos tenían 10 años más que yo y estaban consagrados en la posición. Ellos eran la guía que tenía. Hasta en la vida fuera de las canchas me guiaban, por ejemplo, cuando viajaba, me decían: “lo primero que tienes que hacer es comprar el aseo”.

Vamos a los años de la generación de oro, cuando Orlando Samuels tomó el mando del equipo, con jugadores jóvenes.

Recuerdo cuando Samuels entró en el equipo, perfectamente, porque entró y me dijo: ¿qué haces aquí? ¿Por qué no te vas para tu casa? No sirves. Él llegó con la mentalidad un poco fuera de lugar, porque venía de un contrato en otro país, con la mentalidad de allí, pero se dio cuenta en tiempo y cambió todo.

Empezamos a entrenar como nunca, también físicamente, y empezamos a jugar tres contra tres o cuatro contra cuatro, y los que perdían tenían castigo. Eso te motivaba, y teníamos rivalidad entre nosotros.

Cuando llegó Wilfredo León creció la rivalidad. Samuels nos creó mucha rivalidad y nos hizo entrenar bastante. Me puso de capitán cuando se fue Pimienta, aunque yo no quería. Como no me gustaba perder, lo hacía todo. Hay gente que nace con talento, pero yo no tengo talento, tengo dedicación.

Hablemos del Campeonato Mundial del 2010, del cual nadie en Cuba esperaba nada

Éramos jóvenes, yo 22, Leal un año menos. Estábamos en un grupo fácil. Cuando nos tocó con Brasil, Samuels nos dijo que no quería que los saludáramos. Nos preguntamos por qué, pues ellos nos daban todas las cosas a nosotros y en el juego les ganamos y pasamos primeros de grupo.

En la segunda parte nos tocó con Serbia y perdimos. Después nos tocó con Bulgaria y España. Le ganamos a España y Bulgaria. En las semifinales con Serbia, ya teníamos dolores, nunca habíamos jugado una competencia tan larga de ese nivel, con tantos juegos.

Serbia nos tenía en el hueco, pero empezamos a subir, se enredaron y el tie-break les ganamos. Ese fue el oro de nosotros, pero en la final contra Brasil ya estábamos muertos.

En el mundial fue la primera vez en que se acercan a Robertlandy Simón para que abandone la delegación cubana

Un poco sí, no es que se acercan, ya estaba un poco aburrido de lo mismo, quería que cambiaran un poco las cosas aquí. Nos pedían resultado, nosotros los obteníamos y teníamos menos.

Al inicio quieres desarrollarte, pero no teníamos contrato ni nada. El mundo entero jugando y burlándose. Comencé cobrando ocho dólares al mes. Tras la medalla de bronce en la Liga Mundial del 2005 llegué a 50 dólares. Pero eso no alcanzaba para nada, tenías que vender uniformes, era cuestión de supervivencia.

Cuba era bonita, pero yo quería seguir desarrollándome, no quería continuar así. Les dije que me iba a casa. En Italia no me ofrecieron quedarme, aunque siempre había alguien que te decía que podías quedarte. Pero nunca estuve de acuerdo con esa decisión.

En ese tiempo se habían ido varios de forma legal, como Oriol Camejo. Pedí mi baja, estuve tranquilo, hasta que se acercó una persona a verme con un contrato.

Por aquellos tiempos se habló mucho de los motivos de tu baja, se dijo que era porque no te habían pagado un premio

Me fui porque no quería seguir entrenando todo el año, porque no tenía contrato, creo ese era el motivo de todos, seguir superándonos. Vimos a otros jugar como Oriol en Brasil, que empiezan a subir económicamente, de nivel también. El sueño de todo voleibolista era jugar en Italia. No estaba de acuerdo con las condiciones que tenía aquí y me fui a mi casa.

¿Qué hiciste durante esos dos años en Cuba?

Jugar fútbol en la calle. Me mantenía en forma porque no podía entrar a ninguna instalación deportiva.

Lo otro que hacía era “supervivencia”. En Centro Habana, uno hace de todo, vende un par de zapatos, busca un poco de arroz, yo tenía el carro, siempre lo tuve, y ahí me movía.

Lo malo era la gente que preguntaba por qué te fuiste. Me comentaban: “ahí están diciendo que te tomaste unas vacaciones”, ¿qué vacaciones? Me fui para mi casa a vivir en la calle como cualquier cubano y resolver lo que se puede. Las vacaciones no funcionan así.

Comenzaste una construcción y todo el mundo quería venderte más caro porque pensaban que tenías dinero

Lo que hacía era que mandaba a segundos a comprar las cosas porque, al final, todo te lo quieren “clavar”. Actualmente todavía sucede, y si cuesta 10 te lo venden en 20.

“Simón trae contrato, Simón paga y Simón si paga, lo paga en verde, y yo lo que hago es mandar a los demás por atrás y lo compran en 10”. El bloque, en vez de costar dos pesos, costaba diez, cosas así, la bolsa de cemento en aquel tiempo estaba a 100, a mí me costaba 200 o 300.

Poquito a poquito fuimos haciendo la casa hasta terminarla, después la placa, buscando esto, lo otro, la piedra, la gravilla, empezamos por detrás , después, la mitad, la otra, la echamos en tres, poquito a poquito, no podíamos llegar y ponerla todo porque no había presupuesto para ponerla toda, pero poquito a poquito hicimos la casa, y al final, como todo cubano saben que supuestamente tienes un poquito más de posibilidades que los otros te quieren clavar todo.

¿Cómo fue ese salto al voleibol profesional y qué hizo Robertlandy Simón con su primer cheque?

Ese primer salario porque te pagan en cuenta bancaria fueron 7000 euros. Se fue en todo, compré todo, creo que ni me duró una semana. Eso creo que les pasa a todos los cubanos. Lo primero que me compré fue una computadora. Me compré muchas boberías, lo primero que me venía a la mente. Un televisor, ni me acuerdo, cuando miré mi cuenta lo que había eran 1000 pesos. Creo que la experiencia es así, después uno aprende. De todas formas, no era la primera vez que tenía dinero porque en Cuba me había pagado el premio del 15 % de lo que te dan por haber ganado, entonces, al final, me pagaron como 27 000 pesos. Esa vez estaba mi mamá y me ayudó un poquito a estar más tranquilo. Pero allá estaba solo, cojo el dinero, me faltaban muchas cosas en la casa y compré todo, no lo pensé dos veces, eso fue súper extraño al inicio.

Y lo de adaptarme allá, llegando había menos 3 o 4 grados y cogí un resfriado. Me fui para el hospital, estuve tomando sopita porque pensé que yo estaba todavía en Cuba. Entonces, después me puse a entrenar poquito a poquito, me dijeron que lo primero que tenía que hacer era ponerme fuerte porque tenía un año para jugar. Antes de yo tocar una pelota, lo primero que tenía que hacer era fortalecer mi cuerpo y lo que hacía era fortalecer mi cuerpo y tratando de acondicionar, pero veía que el equipo entrenaba todos los días y yo terminaba de hacer las pesas y me sentaba a ver la pelota y era pesas, y pesas. Cuando el preparador físico me dio luz verde, era como si hubieran desencadenado a una bestia.

El primer entrenamiento fue corto. Salí y empecé. Resulta que a los dos minutos se acaba y yo digo ¨ya”. Todo el mundo me miró y se echó a reír, para ellos habían entrenado bastante, pero para mí, no habíamos entrenado nada, yo vengo de Cuba con entrenamientos de tres horas al día.  Ahí en 20 minutos se acaba todo.

Robertlandy Simón
Voleibolista cubano Robertlandy Simón. Foto: Hansel Leyva

¿Cómo fue la pérdida de tu mamá estando contratado?

Esa parte es complicada porque estaba yendo para un entrenamiento en Brasil. En ese momento me llama mi tía y me dice que estás haciendo, le digo que estoy en el calentamiento, pero “qué estás haciendo”, me dice. Estoy manejando le digo. “Ok, para el carro”, le digo, ¿qué pasó? Te lo juro estaba pasando por delante de la agencia Copa. Paro el carro, le digo, dime tía, “acaba de morir tu mamá”.

Pensé en ese momento, ¿qué tengo que hacer Landy? Coge tus cosas, yo por esa parte soy bastante conservador, frío, en el sentido de tomar las noticias muy fuertes, siempre trato de pensar qué tengo que hacer, estar calmado, sufro, sí, pero no te demuestro que estoy desbaratado. Llamo al entrenador y le digo, mi madre acaba de morir y me voy, me compro mi pasaje.

Leal me llama, ¿pa dónde tú vas? Me dijeron que tu mamá se acaba de morir. Le dije sí, me estoy yendo. Me dice que lo pase a buscar, lo busco, él me llevó al aeropuerto, ahí exploté a llorar, me monté en el avión, después llegué a Cuba, llorando todo el mundo y ya yo no podía llorar porque no podía demostrar que, porque ellas ya estaban destruidas, yo tenía que ser de los fuertes para poder consolar un poquito a la familia. No conseguí ver a mi mamá en esas condiciones porque fue chocante, y la llevo siempre en el corazón, lo que siempre me dijo fue, “lo único que quiero es que te encargues de tu hermano cuando yo me muera”. Yo le dije, no te preocupes que eso viene por la libreta. Es mi hermano y fue la única cosa que me dijo que hiciera. Mi papá me cedió la potestad de mi hermano, yo soy su tutor y su hermano también, es mi hijo a la vez y ahora tengo tres hijos.

¿Quiénes han sido los mejores compañeros que ha tenido Robertlandy Simón dentro de la cancha?

En cada equipo que he llegado, súper con todos, con casi todos porque cuando estás en un team de grandes jugadores donde todos tienen el mismo objetivo, es difícil que te lleves mal con alguien porque todos estamos claros de lo que queremos.  Algunos son un poco más introvertidos que otros porque a lo mejor tienen familia, otros que no pueden salir por x o y, pero cuando te reúnes en el camerino, estás tranquilo, te tomas una cervecita, hablamos de todos, pero el objetivo cuando es el mismo lo llevamos todos súper bien.

Que siempre hay un poquito afinidad con uno u otro, no sé Bruno, el Checo, los latinos tratamos de acercarnos lo más posible, porque somos los más abiertos, más salsosos, nos gusta la música, hacer un poco de ruido y los italianos son tranquilos, pero son superbuenas personas al igual que los coreanos.

¿Cómo se dio el regreso de Simón a Cuba?

Imagínate que todavía me están ofreciendo opciones hasta 2024.

Muchas personas pensaron que yo iba a estar en Cuba hasta la clasificación olímpica. No clasifiqué. Todo el mundo pensó que yo me iba y le dije, yo estoy aquí con ustedes hasta que me boten, voy a seguir aquí con ustedes, ya regresé, no pienso jugar por ningún otro lado, me están ofreciendo otros lugares, y yo simplemente dije que no. Me dejaron volver a Cuba, si voy a París en 2024 o no, eso es una decisión del tiempo, no mía. Pienso que si me la ofrecen es que piensan que yo puedo llegar y yo digo que voy año por año, y si yo llego, significa que estoy en forma deportiva.

¿Qué decisión hubiera cambiado Robertlandy Simón?

Yo me pongo a pensar siempre en lo que viene, qué viene ahora. Este año pensé, estaba en la casa, y me dije este es el año más difícil, hay que prepararse el doble de bien, me pongo a hacer ejercicios en la casa porque cuando me enfrenté contra Leal, Leal ya me está diciendo a ti es duro y doble bloqueo contigo y dejar a los demás solo. Y yo le digo, por qué y me dice porque si te anulamos a ti, los demás empiezan a bajar.

Entonces yo le digo tranquilo, yo me alargo, no te preocupes que yo las opciones sabes que las encuentro siempre y le digo yo voy a sacar para arriba de ti, pero Leal es uno que entrena muchísimos recibos porque él sabe que todo el mundo saca para arriba de él, y entonces, lo que hace es tirarse la pelota alta y si le saco muy fuerte, la pelota la tira alta, recibe y cómo saca la pelota alta, entonces la pelota alta es fácil, pero el problema es que el equipo de Leal, Peruvian está fuerte, el equipo de nosotros está fuerte, pero hay que jugar y seguramente será superdifícil, será el triple difícil que el año pasado porque dos veces campeones así, no pienso que la gente le haya gustado mucho esa idea y van a venir para arriba de nosotros, a destruirnos, pero no solo ellos.

Todos los demás equipos, entre ellos hacen mierda y cuando juegas contra nosotros son leones, nosotros este año jugamos contra La Rabela, por amor de Dios, esa gente defendía todo, era increíble, era el equipo más pesado el año pasado, el más incómodo y el que tenías que fajarte era ese, entonces, La Liga Italiana lo que tiene es eso que son equipos fuertes y tienes duro porque te ganan. Vivo Valencia nos ganó a nosotros, no sé, jugamos contra Monsa o Pichasens. Si tú eres campeón van para arriba de ti.

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Imágenes cortesía de Foto: Hansel Leyva y Hansel Leyva