Entre las agotadoras esperas en el puerto de Batabanó para acudir al próximo partido y las malas atenciones al equipo de fútbol de la Isla de Juventud, ha transcurrido la vida de Maikel Serrano. Han sido muchos los años dedicados a este deporte, en los que fue jugador, preparador físico y, después, director de ese conjunto cubano que juega en el principal campeonato nacional de este deporte.

Luego de décadas en las que ha entregado todo al fútbol cubano, en la faceta de entrenador, decidió apartarse, decepcionado y cansado de los procederes de los directivos del deporte, para refugiarse en su familia.

“Mi amor por este deporte surgió desde que estaba en el barrio. Un día, curiosamente, estaba jugando pelota en la escuela y un profesor me preguntó si quería apuntarme en fútbol. Yo estaba en tercer grado por aquel entonces. Me entró el famoso ‘bichito’ que te corre por la sangre y lo demás es historia. Después pasé a la PRE-EIDE. De ahí, hasta ahora, no practiqué más ningún deporte que no fuera el fútbol”, recuerda Maikel Serrano.

 ¿Cómo se produjo la transición de jugador a entrenador?

Empecé a jugar en la categoría de mayores con la Isla de Juventud en 1996, en un torneo en Guantánamo, en la segunda división. El equipo no participó en otro torneo hasta el año 1999 y estuve con ellos durante toda esta etapa hasta el 2007, cuando me lesioné en Cienfuegos de la rodilla.

¿Qué ocurrió entonces con tu vida y carrera?

Me enviaron para Venezuela y estuve 2 años cumpliendo misión deportiva, pero nada de fútbol oficial. En el municipio en el que trabajaba allá, tuvo más recursos en 6 meses que los que había tenido en mi vida. Luego, regresé para Cuba y fui para le EIDE, pero el profesor Villegas me pidió que ayudara con la primera categoría en el 2010. Yo quería jugar de nuevo, pero la rodilla no me dejaba entrenar y me fui convenciendo de que no podía y me dediqué a entrenar.

Cuando Villegas se fue para Venezuela, él me quería dejar al frente del equipo, pero le dije que no estaba preparado. Terminé como preparador físico. Tuve que estudiar todos los días hasta las 3 de la madrugada. Yo estaba perdido en el fútbol contemporáneo, pero con estudios me superé: han sido más de 30 años dedicados a este deporte. Tiempo después, tras la salida del anterior, asumí el cargo de entrenador principal del equipo de la Isla de la Juventud, hasta este momento.

¿Cómo es ser entrenador de fútbol en Cuba?

Es difícil, porque no contamos con los recursos adecuados para preparar a los equipos. Los futbolistas estamos limitados en todo lo que tiene que ver con aseguramiento para una preparación. Puedes tener conocimiento, pero tienes que ser mago como entrenador.

El entrenador de la primera categoría recoge el fruto del trabajo en la base. ¿Ha sido difícil armar un equipo?

Eso es un desastre. Comenzamos un torneo municipal con 3 equipos de pueblos del territorio y el conjunto juvenil de la Isla y, si se concretan dos partidos, es una proeza. Empiezan y nunca se terminan. Al final, armamos el equipo con los jugadores que quieren participar en la preparación. No hay nada de concentración, merienda, transporte. En 21 años de trabajo, nunca he tenido una guagua para ir a entrenar y regresar: ni yo ni los jugadores.

Hemos enfrentado problemas de carácter logístico y de materiales deportivos, como la ausencia de toda indumentaria para un jugador de fútbol. Falta, desde lo principal que es un balón, hasta un gimnasio para preparar a los jugadores.

¿Qué apoyo ha recibido el equipo de primera categoría?

El equipo de la Isla no cuenta con el apoyo de nadie. Es un conjunto de 4 o 5 entrenadores y 25 jugadores con muchas ganas de competir. Se trabaja bajo el sol, bien duro, en ocasiones con doble sesión de entrenamiento, sin una merienda y de almuerzo, ni hablar. En nuestro municipio nos conocemos todos porque es una isla pequeña e, incluso, he estudiado y trabajado junto con directivos del Inder municipal, pero no le prestan atención al equipo.

Muchas veces se habla de los problemas de transportación del conjunto. ¿Cómo es un viaje del equipo de la Isla de la Juventud a otras provincias?

Es un viaje a la luna. Salimos siempre en la segunda embarcación con destino a Batabanó, pero todo eso es un proceso bien lento, pues comienza desde que te levantas en casa. El barco casi siempre sale a la 1:00 p.m., a veces en otro horario, porque en ocasiones hay un solo barco. Si sale a las 6:00 pm, llega a Batabanó a las 9:00 pm y de ahí, cogemos carretera. A muchas provincias, como Villa Clara, arribas a las 1 de la madrugada. Si es más lejos, imagine.

¿Cuál es la posición de los directivos del fútbol cubano hace la Isla de la Juventud y los problemas que enfrentan?

Ese tema no sé si se toca en los Congresillos Técnicos, porque desde que Oliet Rodríguez es Presidente de la Asociación de Fútbol de Cuba y Comisionado Nacional, los directores técnicos no van a los Congresillos, sólo los comisionados provinciales.

Los directivos no hacen ninguna gestión para que nuestro equipo mejore la transportación, como tampoco en nuestro municipio hacen nada. Te vas en la segunda embarcación porque es con la que el Inder tiene contrato. Sin embargo, no ocurre así con el béisbol, porque ellos sí toman la primera y regresan en la primera de Batabanó para acá. En la escala del deporte está primero la pelota y después están los demás deportes.

Todo se complica cuando tenemos que salir, incluso, hemos llegamos tarde en ocasiones a las provincias y no hemos comido en todo el día. Pero así les sucede a todos los equipos de la Isla. No almorzamos en ningún lado, no merendamos: eso nos pasa porque hemos perdidos todos los valores como seres humanos.

Somos los más sacrificados de Cuba en el fútbol y solo Luis Hernández nos tendía la mano cuando era el presidente de la AFC. Él sabía del trabajo que pasábamos y recuerdo que nos decía: “cuando estén por ahí, sin hospedaje, vienen para la escuela nacional, que esta es su casa”.

La espina duele a quien la lleva adentro y nosotros estamos heridos desde hace muchísimos años.

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¿Qué opina sobre el trabajo de los directivos del fútbol cubano?

En mi criterio muy personal, a ellos no les interesa el fútbol cubano. Cada año se juega menos y como único se desarrolla nuestro deporte es invirtiendo en infraestructura y jugando 30 partidos por temporada.

Este deporte lleva dinero, algo que la FIFA tiene claro, pero parece que no somos parte del mundo. Las canchas dan pena, la indumentaria es escasa y la superación de nuestros entrenadores y jugadores es pobre. Nos falta de todo un poco, aunque estamos recibiendo cursos de entrenadores en Cuba, pero es para algunos, no para todos. Queda empezar a mirar la base, que es donde empieza el bichito del fútbol: ahí tenemos que poner nuestras fuerzas e inversiones. Necesitamos directivos que hayan pasado por todas categorías, que salgan de una EIDE y que conozcan los equipos de primera categoría en Cuba.

¿Se ha visto afectado el equipo de la Isla de la Juventud por decisiones controvertidas?

Imagina que nos han quitado partidos por cosas ajenas a los jugadores. Por ejemplo, en una ocasión, Villa Clara fue a Batabanó para viajar hacia la Isla, pero como era en la segunda embarcación, regresaron para su provincia y a nosotros nos quitaron el partido. Una vez, Matanzas se negó a jugar porque faltaban 2 policías y, entonces, le dieron la victoria a Matanzas, 3-0.

Otro ejemplo que ocurrió en 2023. Jugamos en la Isla contra Matanzas y ganamos 4-1, pero reclamaron el partido porque no se marcó con un listado a un jugador sub-20. Es una pena que, por una cruz en una lista, pierdas un partido que ganaste 4-1: eso no tiene nombre.

Lo primero que tenían que hacer los directivos es comprender que somos un municipio con menos jugadores que todas las provincias. Deben comprender que las estrategias absurdas que toman no están acordes para todas las provincias y municipios, pues somos un municipio especial y con más carencia que los demás.

¿Ante estas situaciones no te quejas o apelas?

Los directivos envían una circular diciendo que, por violar el reglamento, pierdes el partido y ellos casi son los mismos del consejo disciplinario y el consejo de apelación. No existe a quién quejarse por la decisión tomada por la AFC, pues ellos son los que deciden y mandan.

¿Cuáles ha sido la mayor de esas decepciones?

En tantos años en el fútbol cubano, he tenido muchas decepciones, pero esta ha sido la mayor decepción que he tenido en mi vida. Le ganas a Matanzas 4-1 y vienen 4 o 5 jefes y deciden el partido en una oficina por conveniencia. No es lo mismo ir a la Isla que ir a Varadero. Ni que clasifique la Isla a que lo haga Matanzas, que no se tiene que montar en el barco.

Teníamos posibilidades de clasificar entre los 3 primeros de occidente y la AFC nos cortó las piernas. Si le ganábamos a Cienfuegos, teníamos el chance de jugar contra Villa Clara, que también nos quedaba pendiente, pero al tomar esa decisión, ya nos quedamos fuera de los clasificados.

¿Se puede decir que, en ocasiones, hay decisiones que los directivos hacen por amistad o favoritismo con ciertos equipos?

Eso está de más decirlo, se ve en todos los torneos. Un partido vs. Cienfuegos estaba 1-0 en favor nuestro y los árbitros dieron 8 minutos de descuento. Les grité a los directivos: ¿Quieren que nos empaten? Los árbitros son marionetas de la AFC.

Yo no sé si es que las personas no anotan en las reuniones. Hay informaciones que no llegan, juegos cambiados de horarios, fechas que no son y así es imposible salir adelante. En cuanto a lo ético, hay directivos que han llegado con aliento etílico a los juegos y no pasa nada. A mí, me han dicho que nos han quitado juegos para que nos pongamos serios con el fútbol en la Isla, cuando desde la dirección, ellos mismos no son serios.

¿Cómo valoras la actualidad del fútbol cubano?

El fútbol cubano está pobre, en decadencia, con malas condiciones para los atletas y eso hace que lo demás esté malo también. No hay jugadores diferentes. El nivel técnico-táctico-físico es bajo. Sólo quedan en Cuba 2 o 3 jugadores con un nivel diferente y antes no era así.

Eso, está provocado por la mala gestión de la AFC, porque no hay motivación para nada. Debido a la situación del país, muchos atletas no están para estar detrás de un balón pasando trabajo para entrenar, para jugar un partido: mejor se dedican atender a su familia que hacer lo que aman, lamentablemente, es así. Si no acabas de regar por Cuba un balón en cada pueblito y no renumeras a los jugadores y árbitros, seguirás perdiendo jugadores, árbitros y entrenadores y seguirán matando el fútbol cubano.

¿Qué se puede hacer para mejorar?

Si juegas 7 partidos en un torneo, eso no genera desarrollo, sino atraso. Lo primero que tenemos que hacer es acabar de hacernos clubes, pero no para la FIFA, sino para Cuba. Después, hacemos toda la infraestructura del club. También, invertir en todo lo que nos va a dar resultados positivos: terrenos, contrato a los jugadores, atención personalizada. Que el jugador viva del fútbol y no para el fútbol. En mi caso, el fútbol me genera más gastos que beneficios. Han sido pérdidas por más de 37 años, pero es lo que me gusta.

¿Por qué no seguir al frente del equipo?

Me cansé de pasar trabajo y formar parte de algo que a nadie le interesa. Ya son 13 años con el equipo de la Isla de primera categoría. Son 13 años escribiendo en los análisis del mes, el chequeo de la preparación y la asamblea educativa lo mismo: que no tenemos transporte para los jugadores, que el terreno no sirve, que no tenemos balones, zapatos, merienda, gimnasio, y que lo pagamos cada año los jugadores y entrenadores. Con esto que hizo la AFC, ya me vencieron: he terminado con el fútbol competitivo. Llevo más de 10 años planteando estos problemas y no resuelven nada. Le voy a dedicar tiempo a mi familia y al nuevo bebé que está por nacer.

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¿Te imaginaste lejos del fútbol alguna vez?

No, lejos del fútbol nunca voy a estar porque ese bichito lo tengo adentro desde los 8 años. Sólo me voy apartar y descansar: han sido 37 años dedicados al fútbol. Creo que es suficiente para un ser humano que lo único que ha hecho es dedicar su vida a este deporte.

¿Cómo ha sido el apoyo de tu familia a lo largo de estos años?

Desde que mi mamá y papá se separaron a los 8 años, ya yo jugaba al fútbol. Mi madre sola me crio y me daba 20 pesos para salir a jugar a las provincias: desde niño, mi madre ha sido el apoyo mío. Y la familia siempre te apoya, pero es la que más sufre cuando estás lejos de casa. Cuando eres cabeza de familia, pesa más la ausencia de papá. Nadie sabe el sacrificio que hacemos por el fútbol cubano.

¿Te hubiese gustado que tu hijo fuese futbolista?

Mi hijo no es futbolista, solo juega en el barrio y ahora en la Universidad. Siempre soñé que jugara, pero es mejor que estudie y se supere, que en eso estará su futuro. Está estudiando en primer año de Cultura Física y estoy muy orgulloso de él.

¿Qué le dirías a los seguidores del fútbol cubano y, en especial, a los de la Isla de la Juventud?

Les aconsejo que apoyen a los jugadores de su equipo en las buenas y en las malas, pues ellos son los más sacrificados y siempre tratan de dar lo mejor en cada partido. A los de la Isla, que sigan apoyando a sus jugadores, pues a pesar de ser un municipio, tiene 2 Torneos de Ascenso ganados y al cuarto mejor goleador de todos. Con todo lo que pasa el equipo, en cuanto a dificultades, siempre quieren jugar al fútbol porque es lo que aman.

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