Yamilé Aldama quería seguir representando a Cuba. El hecho de radicar fuera de la isla no significaba un impedimento para ella, quien incluso estaba dispuesta a dar el 50 por ciento de sus ingresos al gobierno.  

“Va en contra de la política del país”, le dijeron, y la excelente carrera de Yamilé Aldama sería bajo las banderas de Sudán y finalmente de Gran Bretaña.  

Su salto de 15.29 m llegó a ser, en su momento, la tercera mejor marca de todos los tiempos entre las mujeres, algo que la convirtió en la cubana que más lejos ha llegado en el triple salto, aunque sin ostentar el récord de su país natal. A los 39 años, fue Campeona Mundial en Pista Cubierta y asistió a sus quintos Juegos Olímpicos con una nueva bandera.  

Hace más de 20 años dejó de representar a Cuba, aunque solamente en el uniforme y en los listados que se hacen. Su familia y amigos siguen estando aquí. El calor y el café los sigue poniendo por encima del frío y del té.  

¿De dónde eres y cómo comienzas en el atletismo? 

Nací en el Cerro, en casa de mi mamá, con mis 7 hermanos. Una familia numerosa y deportiva. Profesionalmente no llegaron a alcanzar resultados, pero mis hermanos practicaron boxeo, judo, artes marciales en general. 

Cuando estaba en la escuela primaria se hacían unos programas para jugar y venías muchas personas buscando talentos. Participé en él un año, y luego vinieron los entrenadores que estaban en la Ciudad Deportiva que hacían las captaciones, y me vieron las condiciones para correr, y me llevaron a la Pre-EIDE Alfredo Sosa en Palatino. Así empezó mi camino.  

¿Por cuáles eventos empezaste? 

El sistema en Cuba es que cuando eres joven tienes que hacer casi todos los eventos. 60 metros con vallas, lanzamiento de la pelota, etcétera. Cuando llegué al equipo nacional tuve una etapa en la que hacía eventos múltiples. El salto de altura me iba muy bien, salte 1.88 m con 16 años, pero como no crecí mucho de estatura, decidimos incursionar en otras cosas. Me pasé un año entero sin hacer nada, sabático, para decidir qué hacer. En ese tiempo estaba iniciando el triple para mujeres, el cual no estaba permitido, y aunque lo competía en eventos múltiples, no los entrené mucho. Siempre desde chiquita fui muy versátil. Cuando cambiamos al triple, físicamente me vino muy bien. Tenía mucha potencia del salto de altura, pero no era muy rápida, y el triple es un evento que requiere de mucha técnica y habilidad.  

¿Cómo es tu ascenso una vez que llegas al triple? 

Mi primera gran marca fue 13.95 m en una Copa Cuba. Fue una odisea, porque no me querían dejar competir. Ya estaba Niurka Montalvo, Laisa Carrillo, Eloína Echevarría, quienes eran las primeras que incursionaron en el triple en el país y ya llevaban como un año. A mí no me querían dejar porque estaba en la calle. Mi entrenador pidió permiso, pero al final me dejaron y cogí 3er lugar.  

Me debieron llevar a los Panamericanos de Mar del Plata 1995, pero no lo hicieron porque me dijeron que todavía estaba joven. Le gané a unas cuantas, pero sabes cómo funciona esto. 

Uno de tus primeros eventos importantes fue en las Juegos Olímpicos de Atlanta 1996. 

Ahí empecé. Clasifiqué directamente, pero ya en las Juegos, en la clasificatoria, me lesioné. Se me acabó el tiempo en la olimpiada muy rápido. 

Luego llegaron buenos resultados, como la medalla de plata en el Campeonato Mundial de Sevilla 1999, el año en el que exploté profesionalmente. Se hizo una preparación muy buena, una gira muy exitosa. En ese año en el Panamericano salté 14.77 m, récord nacional. Al año siguiente en Maracaibo también logro récord centroamericano.  

Cuando llega el 2000 ya estabas consolidada. Campeona panamericana, centroamericana, campeona nacional y subcampeona mundial. En ese año sucede algo que le da un vuelco a tu vida y a tu carrera profesional. 

Después de Sídney 2000, donde quedo cuarta, regreso a Cuba y conozco a mi actual esposo. Fue algo que sucedió muy rápido. Nos conocimos en noviembre y ya en diciembre habíamos decidido casarnos. Salgo embarazada y entonces adelantamos la boda para abril, y empiezo el proceso de pedir permiso al INDER. Algo bastante complicado, porque yo quería parir en Inglaterra con la familia de mi esposo, y al final no pudo ser, porque el permiso se demoró 8 meses y ya no podía viajar.  

Conmigo también estaba pidiendo el permiso el voleibolista Osvaldo Hernández, pasamos ese proceso juntos. Cuando un atleta está a cierto nivel aquí, en ese tiempo, no te iban a soltar con facilidad. Me pusieron muchas trabas, pero al final logré el permiso. 

Atleta cubana triple salto Yamilé Aldama
Atleta cubana de triple salto Yamilé Aldama, quien también hizo carrera por Sudán e Inglaterra. Foto: Hansel Leyva

Sin embargo, tus intenciones eran seguir representando a Cuba, aun radicando en Inglaterra. 

Hablamos con el INDER directamente. Mandamos cartas a Alberto Juantorena, que en ese momento era el presidente de la Federación. Él me dijo que le hubiese encantado ayudarme, pero por la política del país eso no estaba permitido. Incluso les estaba ofreciendo la mitad de mis ganancias, el 50 por ciento al país con tal de representar a Cuba, pero no.  

Entonces comenzó un tiempo de espera, porque cuando cambias de nacionalidad tienes que esperar 3 años para representar al próximo país. Imagínate, tres años que pierdes campeonatos mundiales, europeos. Desgraciadamente para mí, era mi mejor etapa. Yo alcancé un nivel que ni yo misma me lo creía. Me fui de Cuba ya casi con 30 y acabada de parir. Empecé a entrenar de nuevo en enero del 2002 con un entrenador de Inglaterra que me había visto en una gira.  

¿Cómo fue volver a competir ya una vez en Inglaterra? 

Primero tenía que empezar, porque venía del bebé y tenía que acondicionar mi cuerpo. No me costó mucho, en tres o cuatro meses yo estaba casi completamente recuperada. Nos fuimos a Sudáfrica a una base de entrenamiento de dos meses y ya me sentía muy bien. Al regresar incluso me invitan al Campeonato Nacional de Inglaterra y gané. 14.86 m salté en Sudáfrica, en un tope, que representaba récord nacional, pero como me había ido de Cuba, ese era el dilema que teníamos, porque no me reconocían las marcas. 

Un duro momento en tu vida es cuando encarcelan a tu esposo por varios años y te ves sola en un país desconocido, migrante, y con un hijo.  

Fue un momento difícil, pero yo soy de las personas que cuando tienen un desafío delante, no se echan para atrás. Mucha gente me decía que iba a tener que regresar para Cuba. Estaba la familia de mi esposo, pero ellos son de Escocia, no estaban en Londres. Con un bebe de meses, no conocía a nadie, no manejaba muy bien el inglés, las calles son al revés. O sea, todo estaba en mi contra.  

Me dije a mí misma que para atrás ni para coger impulso. Ya había tomado la decisión y ahora era para adelante. A mí hasta me perseguía la policía, porque pensaban que también estaba implicada. Cuando iba a entrenar me sentía como en las películas. Una etapa muy dura, de la que no me gusta hablar mucho. 

Al final lo pasé y me centré, y todos esos problemas los canalicé dentro de la pista. Por eso creo que tuve mejores resultados, porque me centré en mi carrera, y lo que pasara afuera era irrelevante. Eso me ayudó.  

Al final, te nacionalizas por Sudán. 

Sí, tuve ofertas de Grecia, España, Italia, República Checa. Era el número uno del ranking, todos me querían menos Cuba. No quería dejar a mi entrenador de Inglaterra, porque fue el que realmente me dio el cambio que necesitaba. Siempre he tenido mucha fuerza, pero en Cuba me entrenaban con el sistema ruso. Mucha pesa, poca velocidad, y mi entrenador de Inglaterra cambió eso. Hicimos menos pesa y más velocidad, que es lo que a mí me faltaba, porque tenía fuerza natural. Con esa combinación, fue una cosa explosiva. Como no lo quería dejar a él, y para representar a España tenía que radicar allí y entrenar con un entrenador español, yo dije que no. 

Ya con Sudán logras un 15,29 m, que en aquel momento fue la tercera mejor marca de todos los tiempos. 

Me sentía muy bien. Yo les agradecí mucho. Era un momento en el que no tenía una bandera para representar y ellos se ofrecieron. Fue un win win, como dicen los ingleses, ganamos los dos. Los puse a ellos en el mapa y ellos me ayudaron a conseguir mis objetivos. Récord de África y de Campeonatos árabes, además de un cuarto lugar olímpico en Atenas 2004. Luego en Pekín 2008 me lesioné.  

Compitiendo por Sudán siempre viví en Inglaterra. Estuve en Sudán varias veces. La primera vez fui a conocer al presidente del país, me dieron el pasaporte, otra vez que fui a abrir una escuela de atletismo y después me dieron un pedazo de tierra a modo de homenaje por todos los servicios al país.  

En el 2010, ya con tu esposo fuera de la cárcel, llega tu nacionalización, 10 años después de haber comenzado el proceso, y una vez más tus planes cambian. 

Cuando mi esposo sale nos sentamos y lo conversamos en familia. Lo que quedaban eran los últimos años de mi carrera, tenía 36 años, y por qué no representar a Inglaterra, si había vivido ahí todo ese tiempo. Yo me lo pensé, porque no quería pasar nuevamente por el proceso que pasé con Cuba de estar 3 años sin competir, ya el tiempo no me daba. 

Me senté a hablar con el presidente de la Federación de Sudán. Fueron muy amables, accedieron. Me dijeron que yo los había ayudado muchísimo y que no me iban a poner las cosas difíciles, y que, si realmente quería representar a Inglaterra, donde estaban mis hijos, mi esposo, mi familia, pues bienvenido sea. Hicieron una carta a la IAFF, diciendo que me liberaban inmediatamente. La IAFF respondió, y como la Federación de Sudán me liberó, ellos sólo me impondrían un año. Durante ese proceso tuve mi segundo embrazo.  

Con 39 años y ya madre de dos niños, fuiste campeona en el Mundial de 2012 de pista cubierta, en Estambul, con un salto de 14.82 m, la segunda mujer más longeva en lograr superar ese registro. 

Podía haber saltado mucho más, pero me lesioné. El triple es un evento muy físico, muy complicado. Lo primero que hago con Inglaterra es ir al Mundial de Seúl en el 2011, donde quedo quinta. Ya venía apuntando maneras. Mi entrenador me dice que, si apretábamos un poco más, podíamos sacar algo bueno, incluso a mi edad. Algo que me ha pasado a mí y viene de familia, es que las mejores cosas vienen más tarde, resultados tardíos. Yo siento que mi edad biológica siempre ha sido menor de la que tengo.  

Hicimos una preparación impecable. Nos fuimos nuevamente a Sudáfrica, un país que me ha dado mucha suerte. Las condiciones son ideales. Cuando regresé, ya me salía solo. Tuve la mala suerte que me lesioné después del Mundial donde quedo campeona, y por eso no estuve mejor para los Juegos Olímpicos de Londres 2012, en la que quedé quinta. 

Yargeris Savigne, nostalgia de una campeona: “viví un tiempo espectacular”

Cuando anunciaron al equipo para las Juegos, hubo cierta prensa local que los llamó británicos plásticos, a ti y a otros atletas que eran nacionalizados. 

A mí esas cosas ni me ofenden ni me sacan del paso, pero yo respondo. Hay gente que se cree con el derecho de decirme eso. Yo vivo en ese país desde hace 20 años, pago impuestos. Callé un poco de bocas. Si estoy integrado a una sociedad y hago lo mismo que todos, acéptame con todo. Cumplo con la ley y la sociedad, y este es mi trabajo. 

 ¿Cómo te has adaptado a Inglaterra? 

Al clima aun no me he adaptado. Me encanta el sol, el calor. Allá he formado una familia, un círculo de amigos bastante extenso. Me siento bien. Me hubiese sentido mejor aquí [Cuba], no te voy a engañar. Aquí es donde nací y donde están mis raíces, lo que me gusta, la comida, los frijoles. Pero a veces en la vida no hay de otra, y a mí me tocó buscar otro sendero. 

Es una lástima que el país esté como está. Ya de esos amigos no quedan muchos tampoco. Cada vez que vengo son menos, porque la mayoría se han ido a buscar una mejor vida.  

Londres 2012 fue uno de tus últimos torneos, el ocaso de tu carrera. 

Mi carrera ha sido larga, y realmente no tuve muchas lesiones, pero los años olímpicos han sido otra historia. No sé, no me llegó la suerte, estaba escrito así. En casi todas hubo una lesión. Fue la única medalla que me faltó. Pero eso es así, las carreras tienen altos y bajos.  

El mes pasado estuve hablando con Iván Pedroso, cuando estuve en España, somos muy buenos amigos, y también estaba Yulimar Rojas. Él le comentaba a ella de la mala suerte que he tenido con lesiones y problemas de pasaporte. Venían de la Liga del diamante de Oslo, y esa competencia precisamente aún tiene mi récord. Ellos me decían que estaban locos por romper todos los récords que tenía por ahí, y yo les decía que aun tenían que seguir saltando.   

¿Qué te parece la actualidad del triple salto en Cuba? 

No sé por qué, si es lo que comemos, la genética, el clima, pero el triple salto en Cuba siempre ha dado muy buenos saltadores en general, de longitud, de triple, y ahora no es la excepción. Ahora Yoelbis Quesada, que está encargado de Leyanis Pérez. También tenemos muy buenos entrenadores, Yoandri Betanzos y Anier García en la India, por ejemplo.  

Un mensaje para la afición. 

A la afición siempre agradecer, porque un atleta o un artista, sin ellos, no son nada. Mucha gente aquí en Cuba me para y me pregunta cómo me va. Me gustaría que siguiesen apoyando a los atletas de aquí, a pesar de las dificultades y del sistema, que no es el mismo del que era. El apoyo del gobierno cubano al deporte no es el mismo, y se nota, y muchos atletas se van. Eso se siente en la calle, el malestar de la sociedad. No hay opciones, la carrera de un atleta es bastante corta, y si te pones a esperar, nunca llegas a nada.  

Mabel Gay, un retiro anticipado: “veía los eventos y sentía la sensación de poder lograr esas marcas”

Mantente actualizado con Telegram y disfruta nuestras historias en YouTube

¿Quieres estar siempre al tanto de la actualidad del deporte cubano? Únete a nuestro canal de Telegram: ¡lleva a Play Off en tu bolsillo! Haz click para seguirnos: Canal de Telegram Play-Off Magazine.

Historias de deporte cubano contadas con una mirada profunda a la vida personal de los protagonistas y la sociedad. Para disfrutar nuestras exclusivas suscríbete en: Canal de YouTube Play Off-Magazine.

Imagen cortesía de Hansel Leyva
https://googleads.g.doubleclick.net/pagead/ads?ad_type=video_text_image&client=ca-video-pub-4968145218643279&videoad_start_delay=0&description_url=http%3A%2F%2Fwww.google.com&max_ad_duration=30000&adtest=on