Orlando Ortega lleva 11 años sin viajar a Cuba, desde que en 2013 decidió abandonar la isla y probar suerte en España. Poco antes, una mala decisión de los dirigentes deportivos cubanos motivó tal decisión del vallista. 

Sucedió cuando Ortega, número dos del mundo de aquel año, llegó en malas condiciones al Mundial de Moscú por el déficit de entrenamiento, debido a una sanción impuesta por la Federación Cubana.  

Justo ahí, Ortega se percató de que su carrera no podía depender de unos directivos que movían los hilos del atletismo cubano a su conveniencia, y no a las del propio atleta. 

Los meses siguientes fueron duros para Orlando Ortega un nuevo país, sin familia ni dinero. En el 2015 logró nacionalizarse español y, en el 2016, una semana antes para los Juegos Olímpicos de Río, su permiso para competir bajo bandera española.  

El resto es historia: subcampeón olímpico; se pasea por todo el estadio con su nueva bandera, y es llamado “ex cubano” en la televisión nacional de la isla.  

Los últimos años del natural de Artemisa no han sido fáciles debido a las constantes lesiones, pero a sus 33 años Ortega siente que tiene balas aún por gastar.  

Sobre la polémica, sus primeros años en España y la carta de atletas españoles para que no lo nacionalizaran, habló Orlando Ortega con Play-Off Magazine. 

Tienes una familia bastante deportiva, coméntame cómo fueron tus inicios en el deporte, en tu natal Artemisa 

Mi padre, que es mi entrenador, practicó atletismo en Artemisa. Mis tíos y abuelos también lo hicieron, pero mi abuela, creo, fue la de mejores resultados dentro de la familia. Participó en los Juegos Olímpicos de México 68´ en atletismo, y gracias a ella me dediqué al atletismo. 

¿Por qué te decides por las vallas dentro del atletismo? 

En Cuba se hacen las pruebas combinadas en las primeras categorías. Mi comienzo fue como el más malo de mi grupo, y de toda la escuela. Hacía saltos, vallas, llegué a hacer salto de altura incluso. Hice un poco de todo en la EIDE de Artemisa.  

Nos dimos cuenta que las vallas eran lo que mejor se me daba. Nunca les tuve miedo, a diferencia de mis compañeros, por lo que empezamos a trabajarla un poquito más. También hacía 80 metros planos.  

¿Tu padre llegó a entrenar en equipos nacionales? 

Lamentablemente, nunca entrenó en el equipo nacional, ni le dieron esa oportunidad, aunque méritos tuvo para trabajar ahí.  

No recuerdo el año, pero en unos Juegos Escolares, de todos sus atletas, ocho obtuvieron la medalla de oro. Cuando fui al equipo nacional, entrené con Emilio Valle dos años y medio -para mí el mejor entrenador de 400 m con vallas de toda Cuba y al cual le tengo mucho aprecio-.  

Desde ese entonces, no pude entrenar más con mi padre, se quedó en la EIDE. Luego pasé a Santiago Antúnez, que fue cuando me dediqué exclusivamente a los 110 metros con vallas.  

Tengo entendido que participaste en campeonatos mundiales juveniles, pero los resultados no fueron los esperados… 

Fueron los peores, pero son un recuerdo muy bonito, a pesar de haber salido tan mal. Fue mi primera competencia internacional, tenía 18 años en Montreal, Canadá, año 2010. Recuerdo que iba con la 2da mejor marca del año de todos los participantes. Era opción de medalla clara.  

Lamentablemente, pasó lo que suele suceder cuando son los comienzos de un atleta; los nervios, la falta de concentración. Corría por el carril ocho, y justo al lado mío estaban las gradas, repletas. 

Eran las eliminatorias, y en el calentamiento dentro de la pista, no me percaté que había puesto mal la posición de los bloques de salida. En aquel tiempo yo salía con ocho pasos, y sin darme cuenta, lo había puesto a siete pasos. Cuando voy corriendo a la primera valla, me caigo.  

Un juez me pregunta, le digo que todo bien. Ya todos estaban esperando por mí para comenzar y yo no había cogido ni la primera valla. Dejé el bloque como estaba. Resumen, salgo, vuelvo a chocar con la primera, choco con la segunda y en la tercera me caigo.  

Se me acabó la competencia. Cuando me levanto, veo que el heat se había ganado con 14 segundos. Yo ese año estaba corriendo por debajo de los 13.5.  

En el hotel, viendo un vídeo, me doy cuenta dónde estaba el error. Había puesto los bloques de salida diferentes. Me quedo con el recuerdo de haber vivido esa experiencia.  

Uno de tus principales resultados con Cuba fue un bronce en los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011, con 19 años. Coméntame sobre esa experiencia… 

Venía en progresión, mejorando mis resultados. Fue mi primer año como profesional, compitiendo en mayores con la valla oficial.  

Ese año en Guadalajara fue muy curioso. Vengo de la famosa gira europea que hacen todos los años los atletas de la Federación Cubana. Ese año era el Mundial de Daegu, donde me quedé a cuatro milésimas de segundo de hacer la marca para el Mundial. Ese año se hicieron los Panamericanos en octubre.  

Cuando regreso a Cuba, Santiago me dice que no me fuera para mi casa, que había que seguir entrenando para los Juegos, aunque tampoco se sabía si iba a participar, porque había una plaza para dos corredores. Yuniel Hernández y yo, Dayron Robles ya estaba clasificado.  

Tuvimos que eliminarnos en el estadio Panamericano con 10 personas viéndonos, en solo dos carriles. Hicimos dos carreras, y gracias a Dios gané las dos, por lo que me seleccionaron para ir. Ahí en el estadio llegué a correr 13.2, y en Guadalajara iba con mucha emoción. 

Nadie contaba con que alcanzara una medalla, ni yo mismo. Al correr la semifinal terminé 2do, detrás de un colombiano. En la final sí sentí que podía quedar entre los primeros. Dayron iba sobrado, a lo suyo. Me gustó mucho la carrera, y terminé con bronce. Mi primera medalla con Cuba. La recuerdo con mucho cariño. 

Al poco tiempo comienzas tus diferencias con la Federación Cubana, ¿cuál fue la razón por la que finalmente decides pedir la baja y desvincularte del deporte cubano? 

Antes de todo eso vino Londres 2012, donde llegué a la final olímpica y termino en el 6to lugar. Mis primeros Juegos Olímpicos y una locura para mí. 

Arranca la temporada 2013. Todo iba bien, estaba haciendo pista cubierta. Cuando llega el verano, antes de ir a la gira europea, hicimos una pequeña gira en América. Teníamos dos Ligas del Diamante, Eugene y Nueva York, y dos mítines, Puerto Rico y Guadalupe.  

El viaje de ida fue bastante bueno. Cuba-Panamá-Guadalupe. De ahí fuimos a Nueva York, a Boston y a Puerto Rico. Todo eso fue en tres semanas. En Eugene hice 13.09, que en ese momento era la 2da mejor marca del año.  

Para la vuelta, yo no sé quién sacó el billete, pero nos pusieron un vuelo de regreso de Puerto Rico a Nueva York, de Nueva York a Panamá y de ahí a Cuba. Estuvimos más de 24 horas viajando mi entrenador y yo.  

Aterrizamos en la isla de madrugada, a mi casa llegué reventado. Antes de despedirnos, mi entrenador me había dicho que al otro día ni me apareciera por el estadio, que me quedara descansando. Habíamos tenido muy buenas cuatro competencias.  

Al otro día, yo quise ir al estadio a ver a mis amistades, compartir con ellos. Cuando llego, luego de un rato, aparece el que era comisionado nacional en ese momento, y me dice que quería hablar conmigo, sin felicitarme, sin nada.  

Le importó cero lo que había hecho en esas semanas, y me dice: mañana tienes que salir para Rusia, con escala en España, que hay una competencia y tienes que estar ahí.  

Le dije que mi entrenador no me había dicho nada. En ese momento entrenaba con Kevin Antúnez, el hijo de Santiago. Los dos, padre e hijo, tenían sus diferencias con la comisión, y yo estaba metido en el medio.  

Llamo a Kevin y me dice que iba para el estadio en ese momento. Se reúnen. Cuando sale, mi entrenador me dice que tranquilo, que yo no iba a ir a esa competencia. Cuando me voy me llama por teléfono la Comisión y me dicen que tenía que estar mañana en el aeropuerto para ir a la competencia.  

Les explico cómo iré solo a la competencia si mi entrenador dice que no. Tengo que hacerle caso a él. Les daba igual mi entrenador, y me dijeron así mismo: si no te presentas mañana en el aeropuerto, vas a estar sancionado.  

Vuelvo a llamar a mi entrenador y me dice que tranquilo, que no iban a hacer nada. Pues me quedé en mi casa y no me aparecí. 

Al otro día me llaman para decirme que estaba sancionado. Tres meses de sanción donde no podía entrenar en el estadio, ni competir, ni salir de Cuba. Les pregunto el motivo y me dicen que por negarme a asistir a una competición de la Federación Cubana.  

Eso fue en junio, y como eran tres meses, no pude entrenar bien para el Campeonato Mundial de Moscú, teniendo la segunda mejor marca del año, opción clara de medalla.  

El evento era en agosto, por lo que intento convencerlos, explicarles, y ellos que no y no. Voy incluso al estadio a reunirme con ellos, y tampoco. Vino también mi entrenador, discutieron entre ellos, se armó un lío tremendo en el estadio.  

Resumen, pasaron tres semanas donde no pude entrar al estadio (Panamericano), metido en mi casa, entrenando en la calle y en el Pedro Marrero sin condiciones, desmotivado por completo, desilusionado, y nadie me daba una explicación.  

La sanción fue por no ir a una competencia que la Federación tenía programada, pero mi entrenador y yo no. No sé qué negocios tenían o qué iban a ganar ellos con esa competencia, cuál era el interés.  

Me obligaban a ir a una competencia que no teníamos programada en nuestro calendario. Además de eso, le expliqué al comisionado que acabábamos de llegar hacía menos de un día de un viaje de más de 24 horas, ¿en serio me querían montar en un vuelo hasta Moscú para competir al otro día?  

Necesitaba descansar, venía de cuatro competencias bastante fuertes. Eso ellos no supieron entenderlo. En mi modesta opinión, creo que era una sanción que no merecía. 

Resultado. Me jodieron la temporada y el campeonato mundial, porque al final logré ir después de varias reuniones, pero en la primera eliminatoria quedé fuera.  

Desmotivado, sin poder hacer nada. Me dije, sabes qué, no puedo seguir trabajando en una Federación que no respeta a mi entrenador ni a mí. No me sentía cómodo, así que me fui. 

¿Cómo fueron tus primeros años en España, la adaptación y el contacto con la Federación de dicho país? 

Fue duro, sobre todo los primeros tres meses de llegar a un país nuevo. Es cierto que ya había estado en las giras con la Federación Cubana, pero tenía 21 años, sin familia, llegar y quedarme en un hotel con una amistad que te está ayudando.  

Fueron tres meses planteándome qué estaba haciendo, si regresar o no, frustrado, sin dinero y buscándome la vida. Gracias a mis amistades que me ayudaron y que hasta el sol de hoy seguimos con esa gran amistad.  

La Federación sabía que estaba en España, pero querían ver qué pasaba. Nunca hubo ningún contacto. Mi intención era competir por España. Llegué en el 2013 y hasta el 2015 no hubo un contacto serio. 

En esos dos años, gracias a mis resultados y al mánager que tenía en ese momento, pude competir internacionalmente, en Ligas del Diamante, etcétera, por lo que pude sobrevivir. Al igual que a los que yo llamo mi familia de España, que me ayudaron con el papeleo, la residencia, la cual obtuve bastante rápido.  

Anteriormente había una ley que hasta los dos años después de haber competido por tu anterior país, no podías representar a ninguna otra nación.  

Mi última competencia con Cuba fue en el 2013 en ese Campeonato Mundial de Moscú. En el 2015, gracias al 12.92s que hice en la Liga del Diamante de París, mi mejor marca personal, empezaron los contactos con la Federación Española de Atletismo.  

Se empezaron a preocupar por mis intereses, lo que necesitaba. En el 2016, una semana antes de los Juegos Olímpicos de Río, se confirma que puedo participar bajo la bandera española.  

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¿Cómo fue acogida tu naturalización por los atletas españoles? Hemos visto que últimamente se genera mucha polémica, son los casos de Jordan Díaz y Ana Peleteiro, entre otros. 

No fue bien recibido por algunos atletas de mi evento. Digo de mi evento porque fueron los nombres que llegaron a mis oídos. Si hubo otros atletas implicados en dicha carta, no lo sé. 

En el 2015, cuando aprueban mi nacionalidad, hubo varios atletas de la Federación Española de Atletismo que escribieron una carta pidiéndole al presidente de la Federación de aquel momento, José María Odriozola, y al comité, que no nacionalizaran más atletas.  

En aquel momento ya era español, pero todavía no podía competir por el país. Hicieron la carta con varias firmas. Lo que está pasando hoy en día, ya viene desde hace tiempo.  

Respondiendo a esa carta hice un escrito diciéndoles a estos atletas que no venía a quitarle el puesto de trabajo a nadie, ni las becas, ni sus medallas. Venía a hacer mi trabajo. Si eres mejor que yo, el puesto lo vas a tener tú.  

Después de eso no le presté más importancia. Si te fijas, en muy pocas entrevistas he hablado sobre eso. Gracias a Dios me aceptaron en la Federación Española y pude competir en los Juegos Olímpicos por España. 

Fueron unos Juegos Olímpicos intensos para ti. Por una parte, tu situación en España, y por otra, un periodista en Cuba que te llamaba ex cubano, ¿cómo viviste toda esa situación? 

Fue una cosa loca. No me enteré hasta después de la final. Cierto es que fueron unos Juegos Olímpicos llenos de emociones, que lo recuerdo ahora y se me hace un nudo en la garganta, porque venía de todo este proceso complicado. Todo fue en su debido momento.  

Tengo la costumbre de cuando voy a una competencia, elimino todas las redes sociales y todo lo que tenga que ver con noticias, para no perder la concentración.  

Después de la final de los JJOO de Río 2016 me pongo de nuevo mis redes sociales para ver lo que se comentaba, y te juro que lo primero que me salió fue “Aldo de los Aldeanos le responde a Randy Alonso por llamar ex cubano al atleta Orlando Ortega”. 

Yo soy fan de los Aldeanos, tengo toda su discografía. En ese momento empiezo a preguntarme quién me había llamado ex cubano, quién era Randy.  

Ahí me enteré que había sido en la Mesa Redonda, luego de la final. Creo que todo fue por la celebración, luego de la carrera. Sí es verdad que alguien del público me ofrece una bandera de Cuba, pero en ese momento yo estaba tan eufórico, contento, ilusionado de haber conseguido una medalla de plata en unos JJOO, que justo al lado veo la bandera española.  

Orlando Ortega
Orlando Ortega

Es verdad que mi preparación de pequeño fue con Cuba, que me hice en ese país, todo eso lo acepto, lo respeto, pero perdóname, que a mí quien me dio la oportunidad de estar aquí y de pelear en unos JJOO fue España. 

¿Cómo no le voy a agradecer eso?, ¿por qué le tengo que agradecer a Cuba ese resultado, si durante tres años donde me he formado para prepararme y llegar en pleno estado mental y físico fue España, no Cuba? 

Cuba me dio la espalda en un momento determinado. Yo amo mi país, es mi tierra, mi sangre, tengo mi familia ahí, me encantaría poder ir algún día, pero ese resultado se lo debía a España.  

Por eso me nació coger la bandera de España. Me paseé por todo el estadio con la bandera, y creo que ese fue el detonante para que se generara toda la polémica.  

Mucha gente me escribió preguntándome por qué no cogí la bandera cubana, que podía celebrar con las dos. No tenía por qué. A Cuba la llevo en mi corazón, porque es mi tierra. El día de mañana quiero llevar a mi hija y que conozca a mi gente, pero en ese momento tenía que celebrarlo con España.  

¿Sentiste el apoyo de la comunidad cubana? 

De todas partes del mundo, EEUU, España, Italia, me escribieron por redes sociales, diciéndome que pa´lante, que yo era un cubano más. Tuve mucho apoyo cuando sucedió eso.  

La rabia que me dio en ese momento fue el por qué, si había más cubanos compitiendo por otros países, la cogen conmigo, pero al ver tantos mensajes de apoyo, me dejó la conciencia más tranquila. 

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En esa final olímpica solo quedas por detrás del jamaiquino Omar McLeod, con quien justamente tienes un cruce en la final del Mundial de Doha 2019, y frena tu entrada en la línea de meta 

Él es una persona peculiar, yo también. Es de los pocos atletas con los que no tengo tan buenas relaciones fuera de la pista. En el Mundial estaba en una excelente forma, muchos creían que podía ganarla, otros que plata. Creo que podía haberla ganado, porque cuando sucedió eso, quedaban dos vallas más y el cierre final en la meta que era lo que mejor tenía. Ese campeonato, que lo ganó Grant Holloway, creo que podía haber sido de Fotofinish.  

En la carrera durante la séptima u octava valla, McLeod tropieza. Es un atleta bajito en comparación conmigo. Técnicamente cuando se cansa, comienza a chocar con todas las vallas. Tropezó con una, se desequilibró, y pasando la siguiente valla, estiró el brazo y me chocó, por lo que pasé las otras dos vallas de medio lado.  

No pude terminar fuerte como siempre termino. Entré a la meta en 5to lugar, protestando. Esa es una medalla de la Federación Española de Atletismo, que la protestó y la luchó por casi 24 horas seguidas.  

Empezamos a buscar videos donde salía la carrera desde todos los ángulos. Me dieron la medalla de bronce, contento, pero con sentimiento agridulce. Luego de la competencia vino y me pidió disculpas, yo estaba caliente, pero le dije que no pasaba nada. 

Sigues entrenando con tu padre, ¿en qué aspectos de tu entrenamiento haces mayor énfasis? 

Mi padre ha sido mi entrenador desde el 2015 al 2019, y estos dos últimos años hemos vuelto a entrenar. Uno de los motivos por los que dejamos de entrenar ese tiempo fue que tuvo que viajar a Cuba, y por distancia iba a ser difícil.  

En los aspectos técnicos siempre he hecho mucho hincapié, porque es lo más malo que tengo en las competencias, la arrancada y la salida de la primera valla. Quiero hacerlo tan bien en la salida que no me sale.  

Trabajamos muchos aspectos técnicos, algo que viene con nosotros desde Cuba. Pasar limpio las vallas, caderas arriba, no bajar tanto el talón. Hemos trabajado últimamente la resistencia y la velocidad.  

Estos últimos años han sido complicados para ti por las lesiones, ¿cómo ha sido ese proceso? 

Fueron dos años y medio de lesiones. Hay que partir desde el Covid. Si hubiesen sido los JJOO en el 2020, hubiese sido medalla de oro. Te lo digo con total sinceridad.  

Estaba tan bien ese año, que recuerdo que en el Campeonato Nacional español de pista cubierta gané en los 60 metros planos y 60 metros con vallas, algo que hoy en día ningún vallista español ha logrado en un mismo campeonato. Hice 6 carreras en dos días.  

Lamentablemente, al mes siguiente nos cerraron por el Covid tres meses, donde entrené muy poco. Luego hacen varias competencias donde logro la marca del año, con 13.11s. Ese año no había Dios que me ganara. Le había ganado ese año tres veces a Holloway.  

En plena preparación para los JJOO, en febrero del 2021, en una competencia bajo techo, me hice una pequeña luxación del hueso, que le llaman el neuroma de Morton.  

No podía apoyar el pie, por lo que tampoco podía entrenar. Cuando aquello entrenaba en Chipre, con el entrenador Antonis Giannoulakis, para mí uno de los mejores entrenadores del mundo.  

Luego de un largo proceso logré recuperarme, y sólo tenía un mes para el Campeonato Nacional y dos meses para los JJOO de Tokio. Gané el Campeonato con 13.20 y pico, lo cual no me esperaba.  

Cuando llegué a Tokio, a una semana de las eliminatorias, me rompí el isquio de grado 3, durante un entrenamiento. 

Regresé a casa y estuve 6 meses que no quería saber nada de deporte. No vi los JJOO, estaba muy frustrado. En el 2022 comencé a entrenar de nuevo, y en los Juegos Iberoamericanos, en el calentamiento, me hice daño pasando una valla en el recto anterior.  

Cuando me hacen una resonancia magnética, resulta que me había roto el tendón. Por suerte no hubo que operar, pero perdí esa temporada. 

En el 2023, sin haber competido bajo techo, hice una prueba de 60 metros planos en el verano y al notar un tirón en la pierna me caí. 

No me notaba la pierna, como si la tuviera colgando. Luego de la resonancia salió que se me había roto el tendón semitendinoso. Ese sí era de operación. La temporada 2023 perdida.  

Comencé a entrenar en septiembre hasta ahora. Es decir, han sido tres lesiones en tres años.  

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Tal vez por eso un video que se hizo viral en el Campeonato Europeo de este año, donde estás dando una entrevista y un compañero se te acerca para decirte que habías clasificado a la semifinal. Se te puede ver muy emocionado. 

Tres años en que no puedes soltarte y ser tú mismo en la pista, hacer lo que más te gusta. Estás en ese bucle de lesiones y no sabes cuándo salir.  

Este año el haber tenido la oportunidad de haber llegado al Campeonato en Roma fue satisfactorio. Iba sin ningún tipo de expectativas. Se está corriendo muchísimo, y he perdido mucho entrenamiento. Para correr 13.70s, hay que adquirir una forma física muy buena, y no estaba en esa condición.  

Fue bueno volver a estar en una competencial internacional rodeado de buenos atletas. Salí a dar lo mejor de mí en la clasificatoria, y no creía que había pasado a la semifinal. Al darme la noticia, fue como soltar toda esa presión.  

¿Qué queda en tu carrera en el corto plazo?, ¿te has planteado el retiro? 

Lamentablemente este año no pude clasificar para los JJOO de París 2024. Hubiesen sido mis cuartos juegos consecutivos. Tokio lo cuento porque no participé, pero estuve ahí, tengo la acreditación. Esta temporada ya acabó, en septiembre volveré a entrenar.  

En el corto plazo, el año que viene hay Mundial, que creo que será en Tokio, por lo que tengo esa espinita guardada. Voy a intentarlo. El retiro no lo veo ni cerca ni lejos. Llegará cuando tenga que llegar, en su debido momento.  

Amo el atletismo, es mi trabajo. Sé y tengo mucha confianza que si hago lo que necesito hacer y entreno como debo, puedo sacar un buen resultado. Sigo motivado, e intentaré hacerlo lo mejor posible. 

¿Desde hace cuántos años no viene a Cuba Orlando Ortega? 

Hace 11 años, desde que me fui en el 2013. Puedo ir desde el 2020, ya tengo mi pasaporte y mi permiso de entrada. Antes creo que eran ocho años que te imposibilitaban entrar, pero eso ha cambiado mucho ya.  

Tengo a mi familia ahí. Tres hermanas, mi abuelo, mis tíos, primos. Muchas amistades que me encantaría verlos a todos, pero aquí tengo trabajo que hacer, tengo que entrenar.  

Hasta el año pasado estaba estudiando también. Es verdad que tengo vacaciones y puedo ir unos días, pero también tengo una vida aquí. Algún día iré, quiero que mi hija, de apenas ocho meses, conozca Cuba.  

A Artemisa le hecho mucho de menos. Necesitaría mucho tiempo para ver a toda la gente que tengo previsto. Mi familia está aquí, y esta es mi casa, pero mi tierra, mi sangre, está ahí, y algún día iré.  

¿Algún mensaje a toda esa afición cubana que te ha seguido siempre, a pesar de que vistas otra bandera? 

Darle las gracias a todos los que siguen el atletismo y me conocen por todo el apoyo que me han brindado todos estos años. Realmente somos una comunidad muy grande, no solo en Cuba o Latinoamérica, sino a nivel mundial.  

El cubano está en donde quiera, y recibir el apoyo de todos es muy importante para mí. Siempre que salgo a una competencia sé que voy bajo la bandera española, pero mi tierra está en el corazón, y sé que muchos cubanos han seguido mi trayectoria deportiva.  

Seguiremos luchando, como nos caracteriza a todos los cubanos. Que sigan esta entrevista y todas las que hacen en Play-Off Magazine.  

Quiero felicitarlos a ustedes también porque están haciendo un excelente trabajo. Yo los sigo por redes sociales y veo cada cosa que ponen. Darles las gracias por esta entrevista también.  

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Imagen cortesía de Foto: Cortesía del entrevistado

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