Dos de los grandes lanzadores que ha tenido el béisbol en Cuba después de 1959; serpentineros que vistieron la misma camisa en Series Nacionales y llegaron al equipo nacional; dos estrellas que alcanzaron la MLB, sostuvieron un diálogo emotivo, esta vez como entrevistador y entrevistado: Orlando El Duque Hernández y René Arocha.
El Duque sometió a su amigo Arocha a varias peguntas sobre sus comienzos en la pelota amateur, su paso por las categorías inferiores, de cómo llegó a Series Nacionales como un adolescente, su carrera en los campeonatos domésticos, su huida de un equipo en Estados Unidos y su debut en Grandes Ligas.
Si Bárbaro Garbey fue el primero proveniente de Series Nacionales en jugar en Grandes Ligas, René Arocha fue el primero en abandonar un equipo nacional en eventos extranjeros, un hecho que impulsó a muchos que lo harían después de él.
Este lanzador nació en el ultramarino pueblo de Regla el 24 de febrero de 1964, y jugó en la isla, tanto en Metropolitanos como en Industriales, además de pasar por el equipo Cuba. Debutó en Series Nacionales con los Metros en la temporada 1979-80, con apenas 15 años.
Después de temporadas irregulares, Arocha logró llegar al equipo nacional y estuvo en el inolvidable Mundial de 1988 en Parma, además de llegar por primera vez a los Industriales. Cuando ya se había convertido en uno de los estelares de Cuba, las lesiones interrumpieron su progresión. No obstante, se recuperó y volvió al team Cuba.
El 10 de julio de 1991, con 27 años de edad, Arocha dejó el equipo Cuba en Estados Unidos para ser “libre”. Después, también, llegó a Grandes Ligas y señaló el camino a toda una generación.
Inicios en Regla
Nací en un pueblo beisbolero, por tradición ha tenido muchos peloteros buenos. Muchos reglanos fueron profesionales antes del triunfo de la Revolución, esos eran mis entrenadores desde que empecé de niño a jugar, bien pequeño, seis y siete años. En Regla jugaba baloncesto y béisbol y los entrenadores me pusieron a escoger. Los niños cogían el guante e iban para el estadio. Los fouls caían en mi casa. Desde niño jugué todas las posiciones, jugué al taco, las cuatro esquinas, jugué chapita. Jugaba tercera, pícher. Me inicié como lanzador en competencias provinciales de 13 y 14 años. Un día nos cayeron a palo y dije, “dame, yo picheo”.
Problemas en el brazo
Empecé con 15 años en Series Nacionales en el 79-80. El problema mío en el brazo en realidad vino en el mundial juvenil del año 82, cuando tenía en mi espalda tres series nacionales con tres series selectivas. Tuve que lanzar muy seguido. Muchos innings en cuatro días.
¿Qué te enseñó el béisbol de Cuba?
Aprendí mucho. Era un béisbol duro, fuerte, se pasa mucho trabajo, había una calidad extrema, había que prepararse bien.
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Estadio para jugar de visitador en Cuba y a quién te gustaba enfrentar
Pinar del Río, estadio Capitán San Luis. Me encantaba pichear en Pinar del Río.
Ídolo del béisbol cuando eras niño
Braudilio Vinent. Tenía una foto de Vinent detrás de la puerta. La tuve desde niño y me fui de Cuba y allí se quedó esa foto.
Pelotero más difícil de sacarle out en Cuba
Pregunta difícil, había muchos: Gurriel, Casanova, Pacheco, Kindelán. Eran difíciles. Pedro Luis Rodríguez, Romelio Martínez. Había que fajarse con ellos.
Mejores receptores cubanos
Pedro Medina y Juan Castro.
Tercera base
Omar Linares y Lázaro Vargas.
Shortstop
Germán Mesa y Eduardo Paret.
Segunda base
Juan Padilla y Antonio Pacheco.
Primera base
Antonio Muñoz y Agustín Marquetti.
Seis jardineros
Luis Giraldo Casanova, Víctor Mesa, Lourdes Gurriel, Ermidelio Urrutia y Armando Capiró. Pero la lista es larga.
Rivalidad entre Cuba y Estados Unidos
La rivalidad la teníamos nosotros, ellos no. Íbamos a los torneos internacionales y no nos dejaban mover ni a la esquina. Ellos relajados sin problemas ninguno.
Manuel Hurtado
Mi maestro.
Decisión de abandonar el equipo Cuba en 1991
Era una cosa que venía pensando desde hace mucho tiempo, casi ocurre en 1986, pero no se dio.
Debut en 1993 en MLB
Ese día fue un sueño, porque había pasado toda la temporada del 1992 en Ligas Menores. No me subieron nunca, pese a pichear bien. La razón es que tenía cosas que mejorar, quizá uno llegaba de Cuba y pensaba que venía ready. Pero el béisbol americano es diferente y hay muchas cosas que aprender. En año 93 hice el equipo como relevista, pero de pronto me pusieron de quinto abridor. Contra Cincinnati.
¿Cómo fue el cambio?
Ese principio en Triple A fue bien difícil por el idioma. Vivía con dos dominicanos, y el que tenía carro era yo y ellos hablaban inglés. Hicimos una buena mancuerna, pero fue difícil cuando nos íbamos a jugar fuera, cuando tenía descanso. Estar en ese hotel solo, acabado de llegar de Cuba, que no tenías para dónde coger. Gracias a mi tía que no tuve que trabajar, vivía con ella.
El cambio con respecto a Cuba, pues en Grandes Ligas hay mayor tiempo de descanso cuando termina la temporada, ¿te afectó o te ayudó?
Me afectó. Me descuidó. Yo no era el mejor entrenando, pero no quemaba el terreno. Regresé después del primer año y me fui a Puerto Rico, y después volví a Miami. Me pasé fin de año comiendo carne de puerco y cuando llegué a febrero llegué reventado. Joe Torre me preguntó qué me pasó. Subí como 20 libras.
El mejor pelotero cubano de todos los tiempos
Omar Linares, sin dudas. Era bueno en todo, tenía todas las herramientas.
Juego en la Serie Provincial en Cuba. De un lado René Arocha por Regla y del otro Orlando Hernández por el Hospital Psiquiátrico
Lanzamos 14 innings. Empatado a una carrera. Era la una de la mañana cuando lo suspendieron. Ese día pusieron reglas especiales de terreno, porque no cabía la gente. Hicimos una en el primer inning y en el octavo me empataron el juego. Y después de ahí seguimos.
Músico favorito y canción
Héctor Lavoe. Canción, Siguaraya.
¿Cómo ves el béisbol en la Isla?
Sigo bastante el béisbol de Cuba. No es el mismo que nosotros jugábamos, pero creo que hay cosas que se pueden mejorar. Especialmente, veo a los pícheres. Se puede trabajar en mecánica, en diferentes tipos de lanzamientos, en aprender a pichear pegado. Falta información a los entrenadores. No es culpa de los entrenadores. Deberían llevarlos a capacitación. Nadie hace nada por el béisbol en Cuba.
La academia de Béisbol que tuviste
Lo hice después, por el año 2000. Hice una escuela de pelota y me fue muy bien. Niños que venían en cero, otros medianos. Pero trabajamos, y llegó un momento en que íbamos a diferentes campeonatos con resultados.
¿Extrañas el béisbol?
No, lo veo como fanático, pero lo que pasó, pasó. Malo es cuando terminas la carrera temprano, y te dedicas a jugar softbol, y a querer seguir. Jugué bastante pelota, estoy satisfecho.
¿Qué extrañas de Cuba?
Mi pueblo, mis amigos, sentarme en el parque a hablar con los socios. Mi familia en Cuba, numero uno. La vida que tenía en mi pueblo.
Sí pudiera ver un juego tuyo por televisión, ¿cuál sería?
Mi primer juego en Series Nacionales, cuando tenía 15 años. Fue contra Henequeros, quisiera verlo desde la edad que tengo ahora. En esa primera salida como abridor lancé siete innings.
¿Qué haces en la actualidad?
Trabajo en una clínica médica. Soy chofer para personas de la tercera edad. Hace ya siete años. Contento y feliz.
¿Qué harías si pudieras ir a Cuba?
Tomar la lanchita e ir a Regla. Directo al pueblo.
El béisbol de Cuba se ha estancado
Cada día morirá más. Si el pelotero no viene, se queda estancado.
A Cuba solo regresaríamos para una Cuba Libre
Tengo 30 años en este país y no dejo de ser cubano, pero regresaré a Cuba cuando no hay comunismo.
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