No es alto, ni técnico, puede incluso no caer bien. Tampoco es el tipo de jugador que a los entrenadores les gusta para sus equipos y, a pesar de eso, Jesús Herrera es titular con la selección cubana de voleibol y con el Perugia de Italia.

Hace cinco años se encontraba criando cerdos, trabajando en la construcción, y hoy, es uno de los mejores opuestos del mundo.

Su vida sería muy diferente si no se hubiese producido esa llamada de Osniel Melgarejo. Sin conocerlo, lo recomendó para un contrato, y más que eso, le dio la oportunidad que necesitaba.

Lo sucedido después es conocido. Donde llega Jesús Herrera, irrumpe, siendo en la actualidad imprescindible para el equipo antillano, además de compartir escenario con la meca del voleibol mundial.

¿Dónde y cómo fueron tus inicios en el deporte?

Soy natural de Artemisa. Allá está mi familia, mis amigos, mis conocidos. Mi vida está allí.

Tuve varios deportes antes del voleibol. Jugué baloncesto, balonmano, entre otros, pero al final la inclinación más grande fue por el voleibol. Mi hermana fue del equipo nacional por varios años, mi papá también jugó. Sentí la pasión, la garra, y simplemente lo elegí.

Jugué voleibol de playa antes de sala, en la EIDE. A los 18 años cuando no llegas al equipo nacional, te tienes que poner a trabajar, tienes que pasar el servicio militar.

Al salir de ahí pasé el EPEF (Escuelas Provinciales de Educación Física), y simplemente como Artemisa no tenía jugadores para hacer el equipo para jugar la primera categoría del voleibol de playa, me apoyé de eso y dije: voy a jugar, si al final son dos semanas gratis en Varadero.

Jesús Herrera
Jesús Herrera

¿No estuviste en los equipos nacionales de categorías inferiores?

No, en ninguno. Cuando yo era joven, ya tenía mi talento nato. Jugaba con personas mucho mayores que yo. Al no darme la posibilidad, tuve que hacer otras cosas. Entonces jugué la primera categoría nacional con Sancti Spíritus, y me di a conocer nuevamente, sin entrenamiento ni preparación física, solo con mi talento.

¿Por qué no te daban la oportunidad?

No sé. Pudo ser por mi carácter, que no soy hijo de papá. Yo soy pobre, ahora mismo con los contratos nada que ver, sigo siendo humilde. Cuando estaba Rodolfo Sánchez yo estaba de invitado, me decía que era muy delgado para jugar al voleibol, pero estaba Abraham Alfonso, que era mucho más flaco que yo, pero a ese sí le gustaba. Él era de La Habana, y había que tumbar a uno, era más fácil al del campo.

Entonces estabas de cierta manera fuera del sistema, jugando solamente la liga nacional de voleibol, ¿cómo te tomó la noticia de tu primer contrato?

Antes de eso estuve cuatro años sin jugar al voleibol. Estaba en Artemisa criando cerdos, cargando arena, haciendo guardia en una escuelita, de profesor de niños de 7 y 8 años. Un día estaba comiendo tranquilo en mi casa, viendo la novela, y de pronto suena mi teléfono, un número extranjero.

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Me extrañó, cuando aquello tenía un teléfono pequeño, de teclas. Contesto y era Osniel Melgarejo. Hasta ese momento no tenía ninguna relación con él, éramos conocidos de la escuela que habíamos entrenado un tiempo juntos. Me dice que tenía un contrato para mí.

Yo no lo entendí. Me preguntó si quería ir a jugar, y le digo claro que sí. Me responde que me prepare, que pasado mañana ya tenía mi pasaje.

No comí más, le dije a mis padres la noticia. Toda la calle celebrando. Así fue como conseguí mi primer contrato, gracias a Melgarejo.

Desde ese momento, yo le debo la mitad de mi trayectoria a Melgarejo, porque incluso luego estuve jugando cuatro años con él, dos en Argentina e igual cantidad en Francia, desde que salí. Siento que siempre le voy a estar agradecido por lo que hizo por mí sin conocerme.

¿Qué tal la experiencia en Argentina?

El club tenía a un opuesto que venía con una lesión vieja. Al llegar al club se lesionó mucho más, por lo que necesitaban a un opuesto de bajo presupuesto. Él les habló muy bien de mí, y me dieron la oportunidad, aún sin haber visto un vídeo mío.

Llegué a mitad de temporada, en diciembre. Fui subcampeón de la liga, mejor opuesto, máximo anotador. Fue apoteósico, increíble, en solo la mitad de la temporada lograr algo así. Fue una temporada explosiva.

¿Representó un un cambio brusco en tu vida?

La verdad no me costó adaptarme. Pensé en que era mi oportunidad, y tenía que aprovecharla y esforzarme 10 veces más que los otros atletas, como Melgarejo, que ya ese era su tercer contrato. No podía acomodarme, era todo o nada. Estoy aquí, vamos a hacerlo bien, sobrepasar los límites, y gracias a dios todo salió bien.

Eso te abre las puertas al equipo nacional…

Al equipo nacional me costó adaptarme. Más allá del entrenador, Nicolás Vives, que no tengo nada en contra de él, pero lo que es la selección de jugadores, no era la mejor. Tenía sus propios jugadores, y como yo era el último incluido, se me hacía difícil encajar con ellos.

Lo malo que yo hacía representaba algo nuclear; ahora, cuando lo hacía otra persona, no pasaba nada. Yo tenía partidos en los que fallaba dos pelotas, después de haber hecho 12 puntos, y me sacaba, sin una explicación, sin nada.

Si era para tomar un descanso, está bien, pero sacarme del partido y no ponerme más, era algo inaudito.

Igual, si me ponía gorra o si tenía las cadenas por fuera, me llamaba la atención, y cuando los demás lo hacían, no decía nada. Por eso se me hizo muy difícil encajar con estos equipos.

Voleibolista cubano Jesús Herrera
Voleibolista cubano Jesús Herrera

 

Él tomó la decisión, incluso sin consultarlo con el atleta, de poner a Miguel Ángel López de opuesto, cuando ya él le había dicho que no le gustaba jugar esa posición. No me estaba dando el lugar que yo me merecía en ese momento.

Luego de tus dos primeros años en Argentina llegas a Francia, una liga de mucho más nivel

No fue tan diferente a la de Argentina, sólo que era más competitiva, muchos más atletas, y tenía un mejor entrenador, Silvano Prandi. Con él aprendí mucho del voleibol francés, el cual fui incorporando al voleibol cubano. Yo, Melgarejo, Miguelito (José Gutiérrez) y Roamy Alonso.

Empezamos a hacer un engranaje, el pasador francés estaba muy contento con nosotros, repartía mucho el juego. Se me hizo fácil llegar a las Copas, ser el mejor opuesto y seguir aumentando el nivel.

En Francia me hago notar más, tengo mayor relevancia. En Italia sólo estaba Marlon Yant cuando aquello. Al llegar a Cuba con esos resultados, por ley me tenía que poner a jugar, porque en ese momento no había ninguno en mi posición mejor que yo.

Tu consolidación en la selección llega el pasado año, cuando vencen en la Copa Challenger y acceden a la Liga de Naciones del 2023.

Ahí fue ponerle el punto y final. En ese torneo que jugamos en Corea nos sentíamos todos muy fuertes, concentrados, y yo me sentía en mi mejor momento. Todo lo que le daba era punto. Estábamos pensando como uno. Lo teníamos en la mano, no lo podíamos soltar.

¿Cómo te llegó el contrato del Perugia de la Superliga italiana, uno de los mejores clubes del mundo?

Mucho antes recuerdo que estábamos en el gimnasio haciendo ejercicio, y Roamy me dice que Cárdenas había firmado para el Perugia. Entonces lo debatimos, y pensé que ahí iba a tener a tres jugadores súper buenos por delante de él. Cuando aquello ya tenía pensado firmar otro año más con el Chaumont, con el contrato en la mano.

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A los dos días de haberse terminado la temporada, el Chaumont me retira el contrato, no me querían por mi carácter y mi forma de ser. Querían a otro más barato, pero con las mismas condiciones que yo.

Entonces una noche estoy en el McDonald’s, y me llaman para decirme que tenía contrato para el Perugia. No tenía pensado estar en ese momento en Italia, pero si se te pone así, de buenas a primeras, iba a firmar las veces que fuera necesario. No me lo creí hasta el momento que firmé.

¿Cómo fue tu primera temporada en Italia?

Normalmente los cubanos tienden a pensar que, porque vas de suplente, no vas a jugar.  Incluso otras personas te dicen que no podía llegar como lo hice en Francia, pensando que era el mejor. El problema es que, si no te lo crees, no lo vas a hacer.

No quiero estar calmado, voy de suplente y quiero ser el titular. El que está adelante no puede darme la oportunidad, porque no va a jugar más. Fue lo que pasó. Yo con Kamil Rychlicki no tengo una mala relación, pero tampoco buena.

A pesar de que estamos en el mismo plano, a él le molestó mucho no jugar de titular todos los partidos. Yo simplemente me lo creí, lo aproveché al máximo, era el escenario donde todo el mundo te va a ver. Fue algo increíble.

Cuando juegas con atletas de ese nivel, se te hace más fácil. No atacas sólo, si sacas fuerte va a haber un bloqueo de 4 metros, si le das dos pelotas a León, el bloqueo rival va a estar preocupado por él, y los otros se quedan solos. Los pases perfectos de Simone Gianelli.

¿Cómo has recibido toda esa atención mediática que te ha llegado de pronto?

No sé. Yo tenía pensado crecer a nivel mundial, pero no en tan poco tiempo. Llegar a un club de suplente, terminar jugando de titular los principales partidos, y que, de buenas a primeras, Volleyball World publique todas las semanas un vídeo de ti, me hace sentir que estoy entre los 10 mejores del mundo ahora mismo. Pueden decir y pensar lo que sea, pero yo así lo siento. Esa página está reconociendo que tengo un nivel increíble. Ellos me etiquetan y yo comparto.

Jesús Herrera
Mientras más público haya, mientras más hablen, griten, abucheen, más cómodo juego

¿Te gusta implicar al público en el partido, divertirte con los rivales?

Soy así. La verdad es que mientras más público haya, mientras más hablen, griten, abucheen, más cómodo juego. Me gusta sentir la presión, la adrenalina. Me gusta provocar a los hinchas, a los jugadores, pero sin faltar el respeto.

¿Cómo fue la experiencia en la Liga de Naciones, la primera vez para un equipo cubano desde el 2016?

En general podíamos haber ganado muchos más partidos, pero para mí fue buena. Para ser la primera vez que estábamos en la Liga de Naciones, fue positivo seguir dentro de esa liga. No conocíamos los equipos, ni cómo se juga, ni la rapidez.

Haber ganado tres partidos y habernos quedado dentro, nos da un margen para seguir mejorando y hacer un mejor papel. Pienso que el año que viene será mucho mejor.

De que podíamos ganar muchos más partidos, sí. A Serbia, Alemania, Canadá, incluso a Países Bajos, pero cuando te pones a pensar, perdimos porque no supimos aguantar el ritmo. No le voy a echar la culpa a nada, perdimos porque no era el momento.

Los que ganamos, lo ganamos por nosotros. Para mí lo que vale es eso, lo que ganamos. El próximo año será mejor.

Por plantilla uno pronosticaba más victorias para el equipo cubano.

Yo pensaba estar cerca de los 8 primeros. Entre el 9 y el 10. En el último partido estábamos con la soga al cuello. Teníamos que ganarlo sí o sí, y ahí lo dimos todo.

¿Qué necesita esta selección para mejorar?

Necesitamos lo que tienen todos los equipos, no estamos pidiendo mucho. Un preparador físico y una persona que esté con el Data Volley, para poder estudiar más tranquilamente a los jugadores contrarios, porque estudiando un vídeo de hace tres años, todo a cambiado.

Mirando el partido no grabas nada, porque se te pierde, pero con el Data Volley que te dice cómo atacan, las direcciones, cuántas pelotas reciben, a dónde pasa el alzador, es mucho más fácil.

Además un preparador físico, porque los cubanos hemos sido siempre físicamente fuertes, darle duro al balón y saltar, pero cuando salimos de viaje no tenemos preparador, no entrenamos lo suficiente, no hacemos pesas, y te cansas.

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¿Qué crees de la liberación de Nicolás Vives al frente de la selección?

Vamos a decir que se le dio un reposo, destituirlo no, porque Vives, por muy malo o bueno que sea, ha tenido resultado con los muchachos, sobre todo en categorías inferiores.

Es darle un paso a otra persona que nosotros le tenemos un gran aprecio y admiración, como Jesús Cruz. Nos respetamos mutuamente, lo escuchamos cuando habla, también escucha mucho a los atletas. Él quiere aprender, perfeccionar, aumentar su conocimiento con nosotros. Sin ser profesor de nosotros, nos pedía la preparación nuestra en los clubes.

Para mí fue una buena decisión.

No tengo nada en contra de Vives, pero pienso que con Cruz podremos tener mejores resultados. Depende de nosotros, pero si tienes a alguien al frente que te pueda dar una instrucción en un momento determinado, va a ser mucho más fácil.

El próximo evento será el clasificatorio olímpico, donde tendrán que aspirar a estar entre los dos primeros o por ránking.

Por ránking está difícil, en esta VNL bajamos varios puestos. Pienso que deberíamos clasificar directamente entre los dos primeros. Ganar todos los partidos, y luchar contra Brasil e Italia, los más fuertes que tenemos en el grupo. El resto son rivales asequibles.

Me gustaría clasificar por mí y los muchachos, pero mucho más por Robertlandy Simón, quien ha estado todo este tiempo aguantando sin nacionalizarse por otro país, pudiendo hacerlo, pero prefería jugar con nosotros. Ese es su sueño, pero con su lesión en la espalda y la recuperación, no se incorporará.

Si pudiésemos darle esa alegría a él, que ha sido pilar de Cuba, sería algo satisfactorio. Cumplir sus sueños de jugar unos Juegos Olímpicos.

¿Cómo han influido figuras como Robertlandy Simón y Wilfredo León en tu carrera?

Antes de ser buenos atletas, son maravillosas personas. No son de los que, por ser famosos, se creen grandes. Lo que necesites de ellos, vas y si pueden te lo resuelven.

Con León en el Perugia fue perfecto. Soy de las personas que habla mucho en los entrenamientos, me gusta. León es más callado, reservado. Yo pedía que él fuera el que me bloqueara a mí y yo a él, para gritarle.

De ahí nació nuestra relación de hermandad. Con Simón en el Piacenza igual, le gritaba, le decía que no iba a pasar. En realidad, para mí son excelentes personas. No son tampoco de mucha fiesta, no toman, no fuman, están enfocados en su trabajo, te hablan para que mejores, te dan consejos con la nutrición.

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¿Qué aspiraciones te quedan a nivel de clubes?

Ser campeón de una liga. Pensé que este año, después de haber ganado la Súper Copa, y de haber entrado en el Mundial de Clubes de suplente y darle un giro al partido. Pensé que iba a ser campeón de liga, incluso que lo iba ganar todo este año, hasta la Champions. Estábamos invictos en 33 partidos, pero después de la Copa Italia se vino todo negro, y no fue igual. Cuando llegamos a los play off, Milano nos ganó. Melgarejo, que nunca me ha hecho un punto, me ganó.

¿Y con la selección?

Aspirar a una olimpiada. Ya con la selección lo he hecho casi todo, ahora mismo; Mundial, Liga de Naciones, pero falta lo que todo el mundo quiere jugar.

¿Un mensaje para la afición?

Espero que vean la entrevista, que sigan apoyándonos, vamos a dar lo mejor de nosotros para que Cuba aumente su nivel.

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Imágenes cortesía de Foto: Hansel Leyva y Hansel Leyva
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