Por más de un cuarto de siglo, una voz inconfundible ha hecho palpitar a los españoles con el baloncesto de la NBA y es que Antoni Daimiel, uno de los periodistas deportivos ibéricos más reconocidos, ha hecho de la profesión un arte.

Durante madrugadas interminables, Antoni Daimiel acompaña a miles de aficionados en España con sus comentarios del mejor baloncesto del mundo. A su pasión por la NBA y el periodismo, le añade un amor tremendo por Cuba, que no puede, ni quiere, disimular.

Visita la isla desde 1992 y ha sido espectador de muchos cambios desde un palco cercano durante todo este tiempo. Tiene un hijo cubano que opta por sacarlo del camino hacia la afición por Industriales, pero que sabe no le quedará más remedio que aceptar la “sangre azul” del pequeño.

Daimiel disfruta y sufre la Cuba que tenemos los cubanos, de luces y sombras. Solo en La Habana es capaz de despertarse al alba. Cuba le provoca algo especial y que ahora comparte, con una precaria conexión a internet mediante, en exclusiva con Play-Off Magazine.

¿En qué año vienes por primera vez a Cuba y cómo nace esa curiosidad por visitarla isla?

 La primera visita fue en el verano del año 1992, pleno período especial, y justo antes de los Juegos Olímpicos de Barcelona, que fueron bastante exitosos para el deporte cubano.

El caso es que yo estuve una semana. A parte de pasar unas vacaciones con un amigo hubo otros motivos que tenían que ver con unos familiares, pero estuve una semana y me quedé impactado, impresionado con Cuba, no con todo, porque ya era un país con muchos problemas en ese entonces.

En esa semana sufrí problemas de falta de abastecimiento de combustible, por ejemplo, de algún corte de luz también, problemas que han vuelto ahora.

Por esos problemas todo lo que yo veía, las cosas que me ocurrían, el carácter imprevisible de los cubanos y de las cosas que pasan allí, siempre son sorprendentes, las reacciones de la gente, todo eso me llenó bastante.

A mí siempre me ha gustado vivir pendiente de las sorpresas, de las innovaciones y no de las cosas previsibles, y en cuanto veo un programa que los tertulianos siempre dicen lo mismo me canso y busco otro, porque ya sé lo que van a decir antes de que empiecen a hablar.

Entonces, Cuba fue todo lo contrario, me llenó mucho y seguí yendo. Años después fui a pasar un curso de guion documental en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños.

Digamos que pasó de todo y luego al final acabé ligado por términos familiares. Cuba me pegó muy fuerte. Tengo una bibliografía, una biblioteca en casa tremenda sobre asuntos cubanos de toda índole, sobre política, arte, literatura, música.

Estuve leyendo mucho sobre la historia de Cuba y también sobre religión. Sobre todo, en una fase de tiempo en la que yo estuve cuatro o cinco años sin ir al país seguía pensando en cosas de la isla y buscándole una explicación, pues eso es algo sobrenatural.

Coincidió que leí un libro sobre religión y la cultura afrocubana, leí sobre los amarres y pensé que podía ser una respuesta a esa obsesión no que no se curaba.

¿Cuánto siente Antoni Daimiel que ha cambiado Cuba del 1992 al 2023?

 Fuera del país existe el tópico -sobre todo para la gente que no conoce Cuba o que solo ha viajado durante una semana con un viaje de agencia que le llevan tres días a La Habana, a Varadero y no se enteran de nada-que Cuba no cambia y la realidad es que cambia constantemente, incluso más rápido que la mayor parte de los países. Así es como yo lo veo.

A veces lo comparo con la manera en la que cambiaban los vocalistas de las orquestas de timba y se iban de una a otra. Cuba cambia constantemente. Ahora, por ejemplo, el tema monetario, cada vez que alguien de mi entorno viaja allá me pregunta, claro yo tengo que estar actualizado para decirle qué es lo mejor que pueden hacer como turistas.

Me gusta que la gente se lleve una buena idea de Cuba como destino turístico, pero sin información para un turista la isla puede acabar siendo lo peor. En cambio, con información, puede acabar siendo lo mejor como experiencia.

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Así que cambia constantemente y los cubanos han cambiado bastante. No sé si por suerte o por desgracia, nunca se sabe, depende de cómo lo mires, pero hay gente sobre todo de cierta edad a partir de 55-60 años que todavía mantiene una mentalidad tradicional de lo que ha sido toda la etapa revolucionaria y se están quedando fuera de juego, porque no ha tenido la energía o la chispa mental para adaptarse a cómo viene todo, que además exige que te adaptes y actualices.

Todo lo de la iniciativa privada, las Mipymes, es obvio que mucha gente que estaba acostumbrada a vivir trabajando en una empresa Estatal, como era la mayoría hace muchos años, iban supliendo sus inquietudes tanto alimenticias como de necesidades de casa por lo que te proporcionaba el Estado y eso ha ido a menos.

Entonces ahora tiene que buscarse los recursos por fuera y tiene que tener una iniciativa, una actividad para lo que seguramente no estaba preparado. Lo que pasa que el cubano es muy despierto -y esto se ve en las generaciones jóvenes-, esa picardía innata del cubano le hace encontrar las vías, las salidas. La “resolvedera” de toda la vida, pero ahora más acuciado que nunca.

Sí. Cuba ha cambiado mucho. Todo el tema de la conexión a internet, esta entrevista no la podríamos estar haciendo hace seis años, o sea, que ha ido todo demasiado deprisa y ahora es un lujo para el que llega de fuera poder ver que los cubanos se enteran todos prácticamente de lo que pasa en cualquier lugar del mundo.

Otras han cambiado a peor. He estado acostumbrado a que gente a la que yo conocía desde el año 2000 me decía, pero si el período especial no ha acabado y luego me decían, esto es igual que esa etapa.

Viví la época de Obama como presidente y vi un país que al menos para el visitante podía ser fantástico, porque tenía todo lo bueno de la Cuba tradicional con muchas posibilidades que ofrecía esa teórica condescendencia que había desde la rectitud tradicional de Estados Unidos.

Por desgracia se acabó, han venido tiempos muy malos, así lo he visto yo. Primero con la administración Donald Trump que ha sido el primer desencadenante, luego la pandemia y errores también que yo creo que se han cometido en Cuba con el asunto de la economía.

Ahora la situación es difícil. Espero que en mi próximo viaje pueda encontrar las cosas mejor.

En España normalmente te levantas tarde, pero en la Habana no es así, ¿tiene que ver con el Jet Lag o algo que te ofrece Cuba?

No tiene tanto que ver con el cambio de hora porque nosotros, mi compañero Guillermo Jiménez el que narra NBA cuando yo comento los partidos, siempre presumimos de que cuando vamos a Estados Unidos a cubrir All-Stars, Las Finales o algún otro evento relativo a NBA, no sufrimos Jet lag cuando llegamos, porque ya vivimos más o menos con el horario de Estados Unidos en España.

Antoni Daimiel es una de las voces más reconocidas en España sobre baloncesto
Antoni Daimiel es una de las voces más reconocidas en España sobre baloncesto

Qué ocurre en Cuba, digamos que donde yo me hospedo es una zona muy ruidosa. Primero la locura de los gallos de Cuba, están cantando a las 2-3 de la mañana, se adelantan 3 horas a lo que Dios manda y ya te despiertan. Es una ciudad y un país ruidoso, los carros, las aves, que también hay sonidos agradables que me despiertan.

Por suerte a las 7 de la mañana no hace todavía tanto calor y es un buen momento para sentarte ahí en la mecedora, hacerte un café y disfrutar de cosas agradables, como puede ser ver a la gente que se despierta y va a trabajar cuando yo estoy de vacaciones…

 ¿Algún lugar que te haya impresionado por lo hermoso o exótico?

Me gusta mucho salir de La Habana. Cuando vas a provincias por la carretera o te metes en el campo, aprecias una Cuba muy original, ahí es verdad que no se ha cambiado tanto y aprecias lo que podía ser Cuba hace muchos años.

También en la manera en la que vive la gente, en la que te trata la gente, una naturalidad y una cercanía, una hospitalidad que seguramente La Habana cada vez se observa menos.

Soy fanático de las playas del Este, en La Habana, pero fui un día y me decepcioné porque las vi muy sucias, tanto en la arena como en el agua. Era un lunes, fin de semana previo con mucha gente, pero mira esa es una de las cosas que yo creo que han empeorado en Cuba, el carácter cívico de la gente se ha reducido a la hora de respetar el medio ambiente, de respetar a los que van después, lo de tirar todo al piso, digamos que fue desagradable.

Siempre aconsejo a mis amigos que viajan a la isla que salgan de La Habana, que recorran Cuba porque siempre hay experiencias humanas y también paisajísticas.

¿Cómo aguantas vivir con el día al revés?

Es verdad que hay muchos informes médicos que demuestran y avisan de lo perjudicial que puede ser dormir con esos horarios, recibir menos vitamina D del sol, al ver menos la luz y sobre todo cambiar los horarios.

Los primeros años tuve varias temporadas de hacer cinco partidos por semana en plena madrugada. Algunos empezaban a las 4:30 de la madrugada, hora española, llegaba a mi casa a las 8 y pico de la mañana y tenía que adaptarme a casa y luego ya dormirme.

Algunos médicos me han dicho que acerté en eso, o sea, que lo realmente perjudicial para toda la gente que trabaja por turnos que lo importante es no provocarte tú el Jet lag, porque este es cuando cambias las rutinas de horario, pero si tú mantienes el horario entonces el cuerpo lo siente menos.

Yo lo hacía de manera natural cuando tenía 26-27 años, cuando no trabajaba mantenía el horario o salía por ahí o me quedaba en casa leyendo o viendo televisión.

El caso es que siempre acababa acostándome a las 5 de la mañana casi como trovador y levantándome casi al mediodía. El hacerlo por costumbre creo que me permitió que no me afectara tanto algo que no es recomendable.

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En un inicio no hacías baloncesto, sino que hacías más fútbol, ¿cuándo estudias la carrera de Periodismo tu vocación era ser especialista en Basket o balompié?

 En realidad, mi vocación desde niño tiene que ver con ser periodista. Cuando alcanzo la madurez y empiezo a conocer lo que es la profesión, me doy cuenta de que era el pensamiento acertado. Creo que lo principal para ser un buen periodista es querer serlo por encima todo.

Destripar las cosas que pasan para hacerlas más asimilables para el receptor, adornándolas para que se hagan más interesantes, para que tengan una carga estética, todo esto debiera ser común a la información, al deporte, a los sucesos, a cualquier tipo de periodismo.

Entonces, creo que por ahí acerté y no me suponía ningún problema. De hecho, estuve haciendo una época boxeo, fútbol americano, estuve con fútbol y bueno al final es verdad que el baloncesto me gustaba tanto como el fútbol.

Aquí en España ocurre con el fútbol lo que ocurría en Cuba con el béisbol, pues hace 20-30 años que desde niños están relacionados con ese deporte y entonces todo el mundo sabe de fútbol o todo el mundo se piensa que sabe de fútbol.

El baloncesto lo seguí desde niño con los pocos partidos que se echaban por televisión en España en aquella época y luego ya a partir de los 10-11 años lo sigo con mucho más interés.

Cuando llega el baloncesto a Canal Plus y me dan la oportunidad de comentar me fue mucho mejor, porque era un mundo que conocía muy bien y en el que iba a estar motivado, pero ya te digo que, si de repente me hubieran sacado de ahí de deportes y me hubieran enviado de corresponsal a cualquier sitio, pues hubiera estado satisfecho porque seguía ejerciendo mi profesión.

Con la NBA te tienes que preparar para conocer a 30 equipos que juegan 82 partidos al año, ¿cómo logras estar al tanto de todos y prepararte para cada partido en particular?

 Esto es muy interesante, para el que tiene curiosidad por el periodismo, para el joven que quiere ser periodista es verdad que hay muchos partidos, hay mucha actualidad, cada equipo maneja 15-16 jugadores mínimo cada temporada y son 30 equipos como has dicho, por lo tanto, estamos hablando de seguramente algo más de 500 jugadores que hay que más o menos conocer, manejar.

Hay tantos partidos todos los días, yo lo que hago a través del League Pass de la NBA es ver los que llaman condensed games, resúmenes de 20 minutos de los partidos que más me interesan, hay otros partidos que veo highlights, esto se puede hacer incluso por redes sociales y luego lo que sí tengo una costumbre que no sé si ya se ha quedado antigua, pero yo los Box scores, es decir las estadísticas completas de cada partido que se juega en la NBA, eso sí lo hago por costumbre, con el café de por la mañana.

Yo sé con cierta antelación los partidos que voy a comentar y tengo una rutina de preparación del partido en concreto que voy a hacer y ahí le dedico a cada partido por lo menos entre tres y cuatro horas de preparación concreta sobre ese partido.

Tengo una base de conocimiento de esos equipos, de los jugadores, de los entrenadores, de la historia de las franquicias, pero me gusta conocer cosas especiales.

Siempre con el interés de que la experiencia del espectador viendo el partido sea más completa, que yo pueda aportar algo más de lo que es el simple disfrute con el juego.

 Tanto con Andrés Montes antes como con Guille Jiménez ahora, además de hablar de baloncesto durante las transmisiones tienes la capacidad de ponerte a hablar de prácticamente cualquier cosa…

 Es verdad que los nuevos tiempos están mucho más receptivos con este tipo de cosas, pero como bien has dicho esto se arrastra desde prácticamente los inicios, desde hace 28 años.

Las nuevas generaciones parece que están muy receptivas y abiertas a este tipo de recursos en la comunicación o en la narración, pero como bien has dicho, esto se arrastra desde que empezamos desde hace 28 años.

En aquel momento había un problema técnico, a nosotros nos llegaba la señal del partido desde Estados Unidos y cuando había tiempo muerto nos llegaban comerciales americanos, claro no tenía ningún sentido que salieran aquí entonces en vez de que nos llegaran aquí los comerciales lo que hacía desde New Jersey la NBA era que te cortaba y se iba a pantalla negra, entonces había que cubrir ese hueco en ese momento.

Se consideró que era bueno quedarnos en el estudio e ir hablando, explicando, compartiendo. Entonces nosotros nos podíamos permitir esas licencias y en los últimos años lo que ha ocurrido es que como tú dices se hacen este tipo de acciones virales en redes sociales y se observa que a la gente le gusta y a veces se quedan más con ese tiempo muerto que hablas, de cualquier tontería que con la parte más importante del propio partido.

Vivimos estos tiempos, hay que adaptarse y yo creo que nos valoran mucho al menos en la cadena que siendo gente ya de 50 años, pues que los chicos de 12-14-16-18 años están encantados con ese tipo de conversaciones.

En el inicio de la conversación mencionabas Andrés Montes y mencionabas que tenía sangre, ¿se le notaba en su carácter?

 Sí. Él tenía muchas cosas netamente cubanas. Lo que pasa que él no lo identificaba así porque no había viajado nunca a Cuba. Es una historia tremenda la suya, su madre era cubana, fue una gran pianista de muchísimo nivel, en su época era la mejor intérprete de (Ernesto) Lecuona.

Por mi interés en Cuba y por mi vínculo con Andrés Montes investigué bastante y no sé si un bisabuelo o tatarabuelo suyo me parece es el que se considera inventor del tres cubano, el instrumento musical. Se le considera inventor porque fue el primer trovador que bajó de la montaña con esa guitarra de tres cuerdas.

El caso es que él tenía muchas cosas de cubano, era obvio que tenía un gen que no solo es de cubanos, sino que se puede considerar de la narración deportiva latinoamericana, tenía muchas cosas que tienen que ver con narradores desde Argentina hasta México pasando por Caribe.

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Se han abierto nueva nuevos medios con las redes sociales, YouTube, Twitch, X (antes Twitter), ¿crees que el Periodismo es una carrera académica o un oficio más de hacerlo a diario, o sea, que se aprende más en la praxis?

Ha existido el tópico o la fama en el periodismo de que la teoría y lo que se estudiaba en la universidad no importaba tanto o no te ayudaba tanto, que lo que importaba era la práctica y el día a día, eso siempre ha existido con mucho peso.

Creo que también porque había mucho intrusismo profesional, es decir, había mucha gente que acababa trabajando de periodista sin haberlo estudiado propiamente.

Lo que hacen las nuevas tecnologías y los nuevos formatos es socializar esta profesión, por lo tanto, lo veo muy bien, veo con agrado que cualquiera que tenga esa pulsión y esa facilidad o esa inquietud pueda lanzarse ahí a la arena, a tratar de pelear.

Yo aconsejo a todo el mundo que trate o matriculándose si puede en la universidad o si no puede que lo ejerza sin matricularse, pero que al menos busque los mandamientos del periodismo, cómo tiene que ser el periodismo bien hecho, eso no se puede olvidar, porque si eso se pierde de vista se crea una especie de anarquía muy peligrosa en la práctica, porque obviamente no todo lo atractivo es válido.

Tú puedes a través de malas prácticas hacer un contenido atractivo y que además te da ingresos, porque te da visualizaciones y eso puede acarrear fama y prosperidad, pero a su vez genera que se vayan construyendo malos ejemplos de aficionados al deporte.

Por ejemplo, está ocurriendo o ha ocurrido en España muy malos ejemplos durante muchos años que se consideraban a ojos del gran público como modelos de éxito y entonces las nuevas generaciones desde niños han pensado que el periodismo era eso.

El fanatismo lo ha invadido todo. El periodismo que conocí de niño no era así, es obvio que todo el mundo puede tener simpatías por un jugador, por un equipo, pero cuando se pone a ejercer su profesión y a contar, a narrar un partido, un evento o hacer una entrevista se supone que el periodista tiene la capacidad para dejar a un lado sus preferencias y desarrollar su trabajo de la mejor manera posible, eso se ha perdido casi, eso se ha olvidado.

Todavía no está todo perdido, hay esperanzas en que las nuevas generaciones puedan reconducir y retomar esta situación, yo no he querido pronunciarme mucho, digamos que son días difíciles para el periodismo. Van a ser muy duros para la profesión periodística en términos generales, yo creo que ha habido muchos, no sé si llamarlos, que han quedado bastante en cuestión por el tratamiento del tema Rubiales.

Si tú le das un tratamiento riguroso a la información y comentas en función a ese rigor, es obvio que si cualquiera se hubiera repasado lo que es la ley de la agresión o el abuso sexual, que también incluye violaciones, es una ley de este último gobierno, la llamada ley del sí es sí, que luego fue reformada en el pasado mes de abril, pero en esa reforma no se tocó el concepto del consentimiento.

Mira, la costumbre o lo que nosotros entendemos que es la vida, a veces está reñido con lo que son las leyes y entonces hay que estar completamente actualizados en todo momento, sobre todo si eres periodista, de cómo están las leyes.

Según tu respuesta, da la sensación de que el problema con el “periodismo moderno” es el clientelismo, la bufanda, ya sea a nivel deportivo, a nivel político a nivel social…

Hay muchas cuestiones relativas a eso. Creo que el más nuevo periodismo, es decir, las últimas generaciones que han llegado creo que son las generaciones mejor preparadas a priori de todas las que han existido para poder ejercer el periodismo, porque han vivido una época en la que podían consumir información de todo tipo, contrastar y ver más deportes que nadie.

Por lo tanto, ahí tengo depositadas mis esperanzas. Lo que sí ocurre, porque tan antiguo como es el periodismo ha sido la práctica periodística en función de unos intereses.

Eso ocurre en política, ocurre en deporte, porque hay gente que está, o bien favorecida o bien le han puesto ahí en función de unos intereses, o bien está subvencionada.

Luego está la bufanda, el fanatismo, porque sobre todo ofrece un camino más corto hacia el consumidor y un camino más fácil. Es un reclamo como más instantáneo a llamar la atención y a que todo el mundo quiera ver esto porque están gritando esto.

Lo difícil es conseguir el éxito y que te siga mucha gente haciendo buen periodismo, eso es más difícil que conseguirlo haciendo mal periodismo, pero ahí está el reto del que quiere desarrollarse en su profesión.

Esto está complicado ya hace años. Nunca he sido muy corporativista, pero obviamente miro a mi alrededor y gran parte de las cosas que veo no me gustan. Por suerte para mí, en mi carrera me han ido bien las cosas, he tenido suerte.

El problema está para el periodista íntegro que quiera desarrollar bien su profesión y que es joven ahora, porque lo puede tener más complicado. Esa es la batalla que hay que librar dentro del periodismo.

Hay que volver a los mandamientos del periodismo, a lo que es la teoría de la Comunicación y de redacción periodística, acercarte a la verdad; tratar de ser ecuánime, profundizar de manera ética en la información que consigues y que luego vas a socializar y creo que eso siempre el receptor lo va a agradecer.

Dayán García: “del periodismo al pádel, y viceversa”

 Para llegar a una gran cadena, por ejemplo, Movistar o la Ser, ¿cuánto hay que tener de voluntad, esfuerzo, talento y cuánto hay que tener de suerte y estar en el momento y el lugar adecuados?

Hay tanta demanda del estudiante o del que quiere dedicarse a esto y tan poca oferta de trabajo, hay tan pocos huecos que ocupar que esto tradicionalmente ha sido una profesión muy así, que era muy vocacional.

Muchos niños quieren ser periodistas deportivos y cada vez hay menos espacio en los medios, cada vez lo tienen más complicado y por fortuna, como decíamos antes, han salido estos nuevos formatos que te pueden dar la oportunidad de hacer una carrera de lobo solitario, por así decir.

En cuanto a esos tres parámetros que me has dicho creo que hay que decir que casi lo más importante, lo más decisivo y trascendental es la suerte, es el momento adecuado y el lugar indicado.

Por supuesto que el talento te va a ayudar y la voluntad también, porque esta es una profesión con una correspondencia bastante aritmética entre el tiempo que le dedicas y luego los resultados que obtienes, porque el conocimiento es infinito, o sea, para una retransmisión, para un programa digamos que no puedes decir ya lo sé todo.

Volviendo a Cuba, estuviste en juego Industriales vs Santiago en el “Latinoamericano”, decías ahí que le ibas al extinto equipo de los Vaqueros de La Habana, por tu corazón colchonero

Lo que pasó con el béisbol es que me gustaba el uniforme y los colores de Pinar del Río y me gustaba mucho Alexei Ramírez cuando jugaba en Pinar. Me fijo mucho los bateadores como poco conocedor del béisbol y este me encantaba, lo veía como un flaquito que le pegaba durísimo.

Luego le seguí la carrera cuando se fue, pasó por Dominicana, acabó en Chicago, hizo una buena carrera en Grandes Ligas, entonces seguí un poco pendiente de Pinar del Río.

Luego puse mi atención a uno totalmente diferente en cuanto al físico, (Yosvani) Peraza. El caso es que seguía a Pinar, pero luego empezó a bajar ya se quedó solo Lazo y era mayor y ya no tenía tan buenos resultados.

Yo decía, si yo soy del Atlético de Madrid en España, veía muy mucha sinergia entre Industriales y el Real Madrid, pues yo debería ser del equipo La Habana, pero luego con la redistribución de las provincias me dejaron sin los Vaqueros, entonces Artemisa-Mayabeque no me motivaban.

Por lo tanto, ahora no tengo equipo. Estoy a expensas de poderme hacer de algún otro equipo de otra provincia.

Tienes descendencia cubana, ¿de cuál equipo en la pelota los vas volver fanáticos?

Él ya ha estado en el Latino, porque ese día estaba él allí y además gracias al colega Renier González que estaba ese día narrando para la televisión, nos pudimos sentar en uno de los mejores lugares del estadio.

El niño aguantó siete innings, que es bastante para tener 4 años, y se pegó su pasillito con la conga y todo ahí. Creo que su abuelo está tratando de que sea de Industriales y él ahora se ha quedado con eso, pero bueno todavía.

¿Del Atlético o del Real Madrid?

 Cuando era reportero que me recorría todos los campos de fútbol de España antes de dedicarme a la NBA, uno de mis destinos favoritos o casi el predilecto era Cádiz, porque había seguido al equipo del Cádiz en los años 80.

Años después hice un reportaje a Mágico González, un ídolo allí, y es un equipo muy simpático, además que durante algunos años trataba de jugar bonito, aunque no fuera efectivo y a mí me gusta ese tipo de juego.

El caso es que me gustaba ir a Cádiz y tienen un equipo simpático y alguna vez con algún amigo dije: Si alguna vez tengo un hijo me gustaría que fuera del Cádiz y no sé si eso a través de otro amigo le llegó a alguien, el caso es que a poco de nacer mi hijo ya le hicieron socio del Cádiz.

Ahora cada año renovamos, en estos días tengo que escribirles para hacer el pago y volverle a hacer socio porque ya lleva 3 años siendo socio del Cádiz, de momento le llevé un día al estadio, además a un Cádiz- Athletic de Bilbao, hasta el descanso del partido solo, pero al principio estaba encantado con el ambiente.

De momento no quiero intervenir ni influir mucho en los gustos o en las predilecciones, pero en este caso el Cádiz es una cosa como simpática, que no daña ni duele a nadie que un niño sea del Cádiz, así que ojalá siga siendo cadista y que sea de Industriales también, así gana algo.

¿Te gustaría en algún momento vivir en Cuba?

Mira, con todas mis visitas desde el año 92 hasta ahora es el segundo país en el que más tiempo he estado después de España. Durante mucho tiempo sí tenía esa ilusión porque también mucha gente desde Cuba me reprochaba que no es lo mismo ver esto de visita que estar aquí y vivirlo.

Mi experiencia de haber ido y venido a Cuba cada cierto tiempo durante tantos años, me da una idea bastante en perspectiva de lo que es y ha sido Cuba y de cómo ha cambiado o cómo no ha cambiado y los porqués; y las causas y consecuencias.

Es decir, no quiero ser vanidoso, pero creo que tengo un conocimiento de Cuba en ese aspecto bastante completo, que a lo mejor alguien que vive en su barrio periférico de La Habana y tiene su trabajo cerca de casa y su vida rutinaria no lo tiene tanto.

Ahora al ser padre, con el niño que tiene 4 años, estas cosas se hacen más difíciles, uno se piensa mucho más un cambio de residencia y de un país a otro, tan diferentes.

No te voy a negar que tengo cierta inquietud de hacia dónde se dirige Cuba por su situación actual, por lo que ha pasado últimamente, pues estoy pendiente, observo constantemente porque mi corazón también está allí y quiero que vayan bien las cosas, pero bueno, no te oculto que en estas últimas visitas hemos tenido nuestros problemas, siendo visitantes, pero hemos tenido problemas.

En el verano del 2022 tuve que sacar mis mejores condiciones de camaján, por así decir, para buscar agua embotellada porque no era fácil encontrarla en el verano pasado, ahora se encuentra más fácil, pero claro todo es más caro.

La última noche que estuvimos en La Habana tuvimos un apagón de 5 o 6 horas. Al final vivimos como cualquier cubano en cuanto a estar residiendo en una casa, tratar de moverte, aunque siempre menos de los que puede tener mucha gente, pero me preocupa mucho.

Estaré pendiente. Ojalá en algún momento pudiera decir que el niño va a pasar un curso allí.

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Imágenes cortesía de Vera Martín Zelich/ Vía Le Miau Noir y Tomada de su perfil en Facebook