Una realidad golpea al deporte cubano desde hace varios años: la emigración. Ese fenómeno provoca cada año la pérdida de los mejores deportistas nacidos en la isla, quienes triunfan luego en la arena internacional o, simplemente, se contentan con vivir una vida digna, aunque ello signifique alejarse de la práctica deportiva.

La emigración no es, ni mucho menos, un fenómeno exclusivo del deporte. Sin embargo, es uno de los sectores más golpeados. En los vastos archivos de Play-Off Magazine recogimos declaraciones de varias figuras atléticas, quienes decidieron tomar ese camino en distintos momentos.

Cada cual tomó tal determinación siguiendo su propio camino y por motivos diferentes, pero la mayoría coincide en la búsqueda de un mejor futuro…

Yoel David Paula (béisbol): Decidí emigrar de Cuba porque no me sentía satisfecho, no me sentía a gusto jugando béisbol en Cuba por las cosas que me pasaron. Fueron años muy duros, de mucho sacrificio y les agradezco a mis padres, a todas las personas que estuvieron a mi lado para apoyarme.

Decidí salir de Cuba en busca de un mejor futuro para mis padres y para mí, porque tengo el privilegio de poder estar aquí en México. Ahora, le agradezco a esta gran nación y pido que no se dejen llevar por los malos comentarios de México: vengan, disfruten y conozcan de este gran país.

Llegué, sí pasé mucho trabajo como todo ser humano cuando llega a un país nuevo, pues los primeros años son los más duros: tienes que tratar de salir adelante, darte a conocer y eso fue lo que hice. Vine con un sueño de jugar en Grandes Ligas.

Neuris Delgado (ajerez): Hubo tres cosas que me afectaron. Una fue la Olimpiada de 2008, cuando colocaron un reglamento que decía que era obligatorio jugar el Campeonato de Cuba, y que fue el único torneo que me fue mal. Nogueiras dijo que no iba a jugar, no jugó, tuvo mejor performance, y lo llevaron a él a la Olimpiada y no a mí. Eso me chocó bastante.

Después, presenté cinco viajes para participar en eventos diferentes y el Comisionado Nacional me decía que el pedido de autorización iba al INDER y nunca los había presentado.

Vladimir Gutiérrez (béisbol): Salí de Cuba por muchas mentiras que me dijeron, entre estas, me prometieron una casa que jamás me dieron. Pero nada, yo también quería probar mi talento en el mejor béisbol del mundo y gracias a Dios aquí estoy.

Osleys Iglesias (boxeo): Tenía eso en mente, pero era un muchacho, con 19 o 20 años. Gané oro en Alemania, en la Copa Colonia, y me volvió la idea. Entonces, Arlen estaba como parado, con problemas y pensé que quizás me iban a llevar al campeonato mundial, pero después escuchaba a los profesores hablando de mandarlo a él todavía. De pronto, me dije, “no voy para Cuba” y me quedé. Fue fuerte dejar a mi mamá, a mi gente detrás. Pero en mi cabeza estaba aquello de que me reconocieran, que vieran mi talento, porque quería ser yo primera figura.

Tomé la decisión en Alemania. En mi cabeza había muchas cosas. Estaba emocionado, pero triste a la vez por dejar a mi familia. Mi mamá era a quien tenía más en mente. Ella me dijo: “haz lo que sea mejor para ti”. Ella, para mí, es lo mejor, es quien me motiva. En mi cabeza, ahora, lo que tengo es ser campeón mundial y hasta ahí no paro: ese es el motivo por el cual me quedé.

Randy Portal (béisbol):  Ya no me sentía bien en Cuba. Fue difícil porque tuve que dejar atrás a toda mi familia. Todo partió desde que no fui incluido en el equipo Villa Clara. Hubiera jugado más series, pero esas decisiones de no formar parte de la nómina sin explicación me llevaron a dar este paso de salir para hacer la travesía hasta los Estados Unidos.

En el equipo nos atendía uno que pertenecía a la Seguridad del estado. Siempre estaba “pasando lista”, viendo si uno no estaba de acuerdo con algo, si alguien tenía mala cara por alguna decisión que tomaban. No dejaban relacionarte con amistades por el mero hecho de que para ellos, supuestamente, eran antisociales.

Me fui sintiendo mal con todo eso. Hacía tiempo venía pensando en la posibilidad de abandonar el país, pero tenía mi hijo chiquito y me costaba trabajo decidirme hasta que pasó todo y dije: ¡bueno, es hora! No me sentía a gusto con ese régimen.

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Irving del Río (béisbol): Se pasa trabajo para jugar pelota en Cuba. Las cosas no eran como se veían. Es de esfuerzo y sacrificio. Mucha gente no llega porque cuando ven como son las cosas dicen: ¡Qué va! ¡Esto no es lo que parecía!

Veía que había mucha gente que firmaba en el profesionalismo y ni habían llegado a series nacionales ni tenían la experiencia que yo tenía, hasta de haber picheado en una Serie del Caribe. Me dije que, si esos lanzaban menos que yo y llegaron, yo también podía.

Cuando intenté salir la primera vez me cogieron y estuve preso en Pinar del Río. Me soltaron y más nunca vi ni sentí comunicación conmigo: nunca me dijeron más nada. Pasaban los meses y jamás me llamaron ni dijeron nada. Por ese tiempo iba a nacer la niña mía y me dije: si no me han dicho nada es que no me lo van a decir y entonces, tenía que irme.   

Hubiera jugado un año más quizás, por el nacimiento de mi hija. Fue algo difícil porque no iba a ver nacer la niña, pero como no me llamaban, no pensé nada más. Creo que con tantas salidas lo hubiera hecho igual. Fue una dicha que no me hayan llamado, para poder irme a jugar profesional. Salí legal de Cuba. No fue en lancha ni nada.

Abdel-Kader Larrinaga (atletismo): En Cuba no se me tuvo en cuenta, aun cuando estadísticos y entrenadores confiaban plenamente en mi progreso. Me decían que era joven y que no tenía experiencia, pero ¿cómo voy a tener experiencia si no me la daban?

Sabía que me iba a pasar lo mismo que a muchos otros atletas. Lo ves a diario y hasta que no te pase a ti realmente no tienes idea de lo mucho que duele. Decidí que quería mejorar mi vida deportiva y superarme como persona. Creí que si me otorgaban las posibilidades con mi talento lo iba a hacer bien.

Jesús Daniel Olivera (béisbol): No tenía sentido lo que hacía y pasaban los años, ya tengo 24. Tuve seis Series Nacionales y creo que no llegué ni a 100 turnos al bate, ni sé. No hallaba lógica, solo podía conformarme con entrenar y ver los juegos. No había progreso en lo profesional ni en la vida.

Gracias a Dios, por otro lado, tenía mis cosas, pero con los tres mil y pico de pesos que me pagaban y encima de eso no jugaba, que es lo que me gusta, y no veía objetivo ninguno. Ya en la pelota yo estaba comiendo y sentado. No iba a dejar de jugar y seguir en Cuba.

Yo no sé hacer más nada. Si me iba para la calle me iba a poner a hacer cualquier cosa, pero no era lo que hacía toda la vida y al final, la cosa está dura, y era a pasar trabajo.  

Michael Guerra (baloncesto): En 2014 decidí salir de Cuba y fueron muchas cuestiones las que lo motivaron. Lo primero era que mi forma de pensar era muy distinta a la de los dirigentes del deporte y del país. Aquí había cumplido casi todas mis metas, sólo me faltó dirigir la selección nacional, algo que jamás pasará por la diferencia de opiniones mía con los directivos del deporte. Pero lo que más me motivó fue la situación económica, para poder ayudar a mi familia y garantizarle un futuro a mi hija.

Dayron Varona (béisbol): Nunca pensé en irme y mucho menos por el mar. Incluso, a mí me gusta el mar, pero de lejos. Sentí temor, pero no tenía tanto miedo, porque yo soy atrevido, pero al seguro. No me atrevo si voy a perder, y por supuesto, no me arrepiento para nada de la decisión que tomé. Pensaba en ese momento que podía jugar al nivel de Grandes Ligas. Veía a Gurriel, Pito Abreu y veía que me faltaba algo para ser como ellos.

Jenns Reynold Fernández (atletismo): El factor principal para no continuar mi carrera en Cuba era la tranquilidad, que eso no existía en el equipo nacional. Para ser buen corredor de velocidad hay que tener unas condiciones de trabajo espectaculares, algo que en Cuba no había y, entonces, era muy difícil salir adelante. Todas esas cosas hicieron que no me sintiera bien en el equipo nacional.

No me cabían en la cabeza muchas decisiones que tomaban los dirigentes del atletismo, las cuales, a uno, como atleta, le duelen; y duele más no poder expresarse porque lo ven como una falta de respeto el que no estes de acuerdo con las decisiones que ellos tomen. Quería brillar y me veía con posibilidades de ser grande en el deporte y si me hubiera quedado en Cuba, muchas puertas las tuviera cerradas.

Ray Charles (fútbol): Decidí emigrar por lo mismo que emigra todo cubano que sabemos por lo que es. La situación de Cuba esta mala y cada día se pone peor, no hay oportunidad para nosotros los jóvenes, por lo tanto hay que buscar futuro en otro país.

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Imagen cortesía de Hansel Leyva
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